El siglo de la fraternidad 5 - La caída del paraíso 2

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La maldición de Malinche

foto de acá

Cabria acá una distinción sobre lo matrístico y lo matríztico con z. Matrístico es una consecuencia de la asignación de los rasgos maternos, de la Mater a la cultura, en su totalidad, los términos analizados anteriormente hacen referencia a la madre, incluso cuando Maturana escribe su ensayo lo hace utilizando la palabra matrístico. Este término evoluciona para convertirse en lo que tiene que ver con la forma generadora; con el molde mas que con la madre, algo mucho más genérico. El otro neologismo, “matríztico”, viene de matriz que es un espacio anterior a la madre, la matriz es desde donde nos relacionamos con el mundo, el molde desde donde salimos para habitar el mundo antes de pertenecer al mundo. La matríz incluso genera la madre.

Lo mas importante del modelo evolutivo maturaniano es lo que él destaca en particular: “que las culturas no son ni de los hombres ni de las mujeres, hombres y mujeres en la cultura patriarcal son patriarcales; hombres y mujeres en la cultura matrística son matrísticos”. Se aclara esto porque existe una tendencia a la apropiación por parte de los géneros de las respectivas culturas. Especialmente los movimientos feministas de fines de siglo pasado del suroeste de EEUU y de México analizan lo matríztico desde una óptica feminista. Insistimos sobre esto ya que lo que sigue es alegórico y no se debería caer en la trampa de esta confusión.

En el best seller “Mujeres que corren con los lobos” de la poeta y psicoanalista junguiana Clarissa Pinkola Estes, que pertenece justamente a la corriente mencionada en el párrafo anterior, se rescata esta versión muy completa del cuento de La Llorona.

Este mito nos introduce a la continuación de nuestro relato evolutivo sobre redes sociales, ahora centrándonos en el tránsito desde lo arcaico a lo puramente humano. Lo interesante de este proceso, es que no todo lo humano evoluciona de la misma forma, ni siquiera a la misma velocidad. Gracias a esa diversidad es que podemos encontrar una gran proporción de culturas patriarcales entre las que también persisten otras que van desde mariarcalismos puros a otros mas heterogéneos.

Esta historia es muy popular en todo Latinoamérica, presumiblemente de origen mejicano pero está presente desde el sur de los EEUU hasta el sur de Argentian y Chile, la versión que la autora recrea es así:

“Un rico hidalgo corteja a una pobre pero hermosa mujer y se gana su afecto. Ella le da dos hijos, pero él no se digna casarse con ella. Un día él le anuncia que regresa a España para contraer matrimonio con una acaudalada dama elegida por su familia, y que se llevará a sus hijos.

La joven enloquece de dolor y actúa con los gritos y aspavientos propios de las locas. Le araña el rostro, se araña el suyo, le rasga la ropa y se rasga la suya. Toma a sus hijitos, corre con ellos al río y los arroja al agua. Los niños se ahogan, La Llorona cae desesperada de rodillas en la orilla del río y se muere de pena.

El hidalgo regresa a España y se casa con la rica. El alma de La Llorona asciende al cielo. Allí el guardián de la entrada le dice que puede ir al cielo, pues ha sufrido mucho, pero no podrá entrar hasta que recupere las almas de sus hijos en el río.

Y por esta razón hoy se dice que La Llorona recorre la orilla del río con su largo cabello volando al viento e introduce los largos dedos en el agua para buscar en el fondo a sus hijos. Y por eso también los niños no deben acercarse al río cuando se hace de noche, pues La Llorona los podría confundir con sus hijos y llevárselos consigo para siempre.”

Hay varias versiones e interpretaciones del mito, incluso hay un contexto histórico en donde la leyenda de La Llorona se convierte en una fuente inagotable de significantes. Por eso para no caer en el lugar común de analizarlo desde una óptica de género, o incluso solo analizar su aspecto psicosocial , antes de cualquier análisis vamos a remitirnos al hecho histórico que muchos autores coinciden que es la fuente del mito, o al menos, la fuente que dio al mito sus ropajes mas recientes.

En este trabajo de Bonnie Holmes, “La visión de la malinche: lo histórico, lo mítico y una nueva interpretación” contextualiza al mito en toda su dimensión y en él cree encontrar “una clave para entender la fuente de la identidad mexicana”. Esto es lo mas fuerte del mito, ya que existe la creencia de situar al mito como el rasgo central de la transición entre la cultura mejicana precolombina, podríamos decir de la gran mayoría de los pueblos originarios, y la actual cultura americana (América post colonial). “Se trata de un ser [la Malinche] que se ha instalado en la memoria colectiva como un símbolo maldito y ambivalente: es el arquetipo de la traición a la patria y al mismo tiempo la madre simbólica de los mexicanos, el paradigma del mestizaje” cita Holmes a Cristina González-Hernández en su libro Doña Marina (La Malinche) y la formación de la identidad mexicana)

Relata Holmes que en el contexto histórico del mito La Malinche era una mujer indígena, Malintzin, de familia de padres ricos emparentados con el señor del lugar (Xalixco) quien fue secuestrada y esclavizada para luego terminar junto con otras 19 mujeres en las manos de Hernán Cortés y sus soldados durante uno de los primeros encuentros entre los indígenas y los españoles en el "Nuevo" Continenete. Cortés la toma como su amante y traductora para que haga de vínculo entre los indios y él, incluso tuvo un hijo con ella. Malintzin es impuesta de un nuevo nombre, Marina. Lo acompaña en toda la conquista cumpliendo un papel de secretaria y a su vez de aliada en su lucha contra los aztecas que oprimían a su propio pueblo. Por ese entonces la india había sido bautizada e incluso algunos historiadores de la época le adosaban el título de Doña a su nombre cristiano Marina.

Sobre el mito, dice Holmes, que a partir del hecho real se han desarrollado esencialmente dos versiones La llorona y La chingada. En su cita a González-Hernández aclara: “La Chingada es una elaboración mestiza cuyo origen no podemos precisar, mientras que la Llorona es una reinterpretación cultural de las diosas del México prehispánico efectuada en la época colonial. Ambas son testimonio de la fuerza extraordinaria con que la Malinche sobrevive en la memoria colectiva mexicana”

Esta vez es a Octavio Paz en su “Laberinto de la soledadquién aclara el tema del la chingada de una forma sin par:

“Toda la angustiosa tensión que nos habita se expresa en una frase que nos viene a la boca cuando la cólera, la alegría o el entusiasmo nos llevan a exaltar nuestra condición de mexicanos: ¡Viva México, hijos de la Chingada! […] Con ese grito, que es de rigor gritar cada 15 de septiembre, aniversario de la Independencia, nos afirmamos y afirmamos a nuestra patria, frente, contra y a pesar de los demás. ¿Y quiénes son los demás? Los demás son los "hijos de la chingada": los extranjeros, los malos mexicanos, nuestros enemigos, nuestros rivales. En todo caso, los "otros". Esto es, todos aquellos que no son lo que nosotros somos. Y esos otros no se definen sino en cuanto hijos de una madre tan indeterminada y vaga como ellos mismos.”

“¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la Madre. No una Madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana" que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de esta voz. […]La voz y sus derivados se usan, en casi toda América y en algunas regiones de España, asociados a las bebidas, alcohólicas o no: chingaste son los residuos o heces que quedan en el vaso, en Guatemala y El Salvador. [… ]Chingar también implica la idea de fracaso. En Chile y Argentina se chinga un petardo, "cuando no revienta, se frustra o sale fallido". Y las empresas que fracasan, las fiestas que se aguan, las acciones que no llegan a su término, se chingan. En Colombia, chingarse es llevarse un chasco. En el Plata un vestido desgarrado en un vestido chingado. En casi todas partes chingarse es salir burlado, fracasar.”

“La idea de romper y de abrir reaparece en casi todas las expresiones. La voz está teñida de sexualidad, pero no es sinónimo del acto sexual; se puede chingar a una mujer sin poseerla. Y cuando se alude al acto sexual, la violación o el engaño le prestan un matiz particular. El que chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada. En suma, chingar es hacer violencia sobre otro. Es un verbo masculino, activo, cruel: pica, hiere, desgarra, mancha. Y provoca una amarga, resentida satisfacción en el que lo ejecuta.”

“Lo chingado es lo pasivo, lo inerte y abierto, por oposición a lo que chinga, que es activo, agresivo y cerrado. El chingón es el macho, el que abre. La chingada, la hembra, la pasividad, pura, inerme ante el exterior. La relación entre ambos es violenta, determinada por el poder cínico del primero y la impotencia de la otra. La idea de violación rige oscuramente todos los significados. La dialéctica de "lo cerrado" y "lo abierto" se cumple así con precisión casi feroz. […] El verbo chingar indica el triunfo de lo cerrado, del macho, del fuerte, sobre lo abierto”

Luego Paz entra en elucubraciones sobre el ser mexicano en una suerte de dialéctica del amo y el esclavo hegelianaPara el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles.” Ante el temor a la muerte o a la humillación los pueblos latinoamericanos optan por la humillación como un rasgo de pertenencia a la cultura matríztica.

El filósofo José Pablo Feinmann explicando a Hegel dice:

La dialéctica del amo y del esclavo plantea el origen de la historia. Cómo empieza la historia. Quizá uno nunca no se preguntó esto, pero el origen de la historia en realidad sigue siendo el origen de las relaciones humanas. Para Hegel la historia comienza cuando se enfrentan dos deseos, dos conciencias deseantes. El deseo humano desea deseo, […] el animal desea cosas y las cosas que desea en general se las come. El hombre no desea cosas, la conciencia es deseo.”

http://www.youtube.com/watch?v=wH8plvTPtZo

En Hegel el amo es la potencia sobre el esclavo, el siervo es un objeto para el señor, el esclavo no es nada por sí mismo, es la nada. Para hacerse del gozo, para satisfacer sus placeres el amo se apodera del esclavo y lo somete y al hacerlo pierde su independencia ya que su gozo está mediado por el esclavo. El amo depende de la cosa, y la dependencia justamente consiste en negar su apetencia de gozar de ella. El señor goza, pero al gozar de esta forma no plena, impura, quasi onanista, necesitará cada vez más sometimiento para satisfacerse, lo que lo convertirá en un chingón que lo hará totalmente dependiente de la chingada. Sigue Octavio Paz

“La Chingada es la Madre abierta, violada o burlada por la fuerza. El "hijo de la Chingada" es el engendro de la violación, del rapto o de la burla. Si se compara esta expresión con la española, "hijo de puta", se advierte inmediatamente la diferencia. Para el español la deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se entrega, una prostituta; para el mexicano, en ser fruto de una violación. […] Su mancha es constitucional y reside, según se ha dicho más arriba, en su sexo. Esta pasividad abierta al exterior la lleva a perder su identidad: es la Chingada. Pierde su nombre, no es nadie ya, se confunde con la nada, es la Nada. Y sin embargo, es la atroz encarnación de la condición femenina.”

“Si la Chingada es una representación de la Madre violada, no me parece forzado asociarla a la Conquista, que fue también una violación, no solamente en el sentido histórico, sino en la carne misma de las indias. El símbolo de la entrega es doña Malinche, la amante de Cortés. Es verdad que ella se da voluntariamente al Conquistador, pero éste, apenas deja de serle útil, la olvida. Doña Marina se ha convertido en una figura que representa a las indias, fascinadas, violadas o seducidas por los españoles. Y del mismo modo que el niño no perdona a su madre que lo abandone para ir en busca de su padre, el pueblo mexicano no perdona su traición a la Malinche. Ella encarna lo abierto, lo chingado, frente a nuestros indios, estoicos, impasibles y cerrados. […] De ahí el éxito del adjetivo despectivo "malinchista", recientemente puesto en circulación por los periódicos para denunciar a todos los contagiados por tendencias extranjerizantes. Los malinchistas son los partidarios de que México se abra al exterior: los verdaderos hijos de la Malinche, que es la Chingada en persona. De nuevo aparece lo cerrado por oposición a lo abierto.”

Como conclusión volvemos a la síntesis del trabajo de Holmes cuando cita a Carlos Fuentes en “Todos los gatos son pardos” dice que en la primera escena aparece la Malinche y se dirige a los espectadores explicando los tres nombres que le han puesto; Malintzin, ortogado por sus padres, Marina, proveído por su amante, y la Malinche – el nombre conferido por su propia gente. Mantiene que como diosa, amante o madre tiene licencia de contar la historia de la Conquista de México, debido a que fue uno de sus protagonistas principales – la madre simbólica de una raza nueva. Algunos la han elevado al nivel de una diosa, mientras otros sólo la consideran como una puta. Además, su propia gente la llama traidora – la lengua y guía del hombre blanco.

Solo nos cabe hacer dos aclaraciones. Traemos la metáfora de La llorona y su enclave histórico durante la conquista de México, como la configuración del paso desde lo matríztico hacia la historia de la civilización. Este paso está documentado por los cronistas de Cortés, la historia lo registra, es un hecho constatable, cercano; pero es perfectamente transportable a cualquier pueblo de América.

La segunda aclaración es el contexto nacionalista que Paz le da al tema. Si la Malinche representa la raza nacida de la violación de la conquista, su hijos mestizos llevan consigo el lastre de la violación. Una suerte de amor y odio que se mezclan y refritan en la idea de “nacionalismo”, visto como la división fantástica que separa el nosotros del ellos. Esta matriz nacional que se instala con la independencia de los pueblos americanos, luego de su independencia, se apropia del mito para disciplinar a un pueblo que por fin se logra desprender de su agresor, su padre. A partir de allí la política hace el resto. Esta lógica se repite a lo largo de toda Latinoamérica.

El Gran Cuñado y el juego de los espejos

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Cada personaje en el Gran Cuñado representa a un político en la vida real al que los actores estudiaron con esmerada atención durante meses. Cada políticos tiene una identidad personal y otra política que los lleva a ser actores de la escena política. Así uno a uno, los personajes que entraron a la casa despliegan una caricatura de cada político real, los mismos que a su vez son actores.

Si tomáramos el juego como real, las “nominaciones” y las “sentencias” estarían en concordancia con las afinidades o rechazos que cada político representa en la vida real, lo que conformaría una suerte de simulacro de elección adelantada.

Sin embargo sucede algo distinto, a medida que los actores van desarrollando su personaje, le van imprimiendo características propias de la caricatura. Entonces siguiendo la primer lógica: cuanto mejor sea la representación, más atado estaría el destino del actor al del político en cuestión. Y en el caso de ser un político con un fuerte rechazo popular la salida de la casa del buen actor sería mas factible.

Pero vemos que esto no sucede así, alguna caracterizaciones son tan burlescas que provocan el efecto contrario, el público no los vota para sentir el perverso placer de verlos ridiculizados por la sátira. Tal es el caso de Fernando, interpretado por el inefable Freddie Villareal.

Entonces a través del personaje y la sátira descubren una faceta mas cercana y desenmascarada del político, lo que los hace más humanos y provoca el efecto rebote, invierte la imagen.

De todas formas ese tránsito no es gratuito, ya que del ridículo nadie vuelve, pero de alguna forma reconcilia. Esto mirado desde un juego de imágenes preconcebidas por el público y puestas en juego por el actor.

Otro aspecto a analizar es lo que opina el publico fascinado ante la impecable puesta. Es interesante ver cómo a partir de un personaje se pueden expresar sentimientos del público que también éste enmascaraba y que a partir del personaje puede liberar en una suerte de catarsis. Sapos y culebras son arrojados hacia un De Angelis que no es el mas “malo” de los personajes, la salida de Lilita en la primer nominación es otro caso.

Los malos no son tan malos y los buenos no son tan buenos en este juego de infinitos espejos, juego complejo de por sí, caricatura de una caricatura de una caricatura de la elección.

Robin Dunbar sostiene la hipótesis de que el cerebro humano no puede sostener interpretaciones de interpretaciones mas allá de cinco encadenamientos. Este es el número de personajes que usa Shakespiare en sus obras de teatro mas complejas. Cuatro es el de las obras populares, menos de tres la historia pierde interés, veamos:

Felipe Solá es una persona real que decide ser político y para serlo se impone de un personajes que responde a la regla “para permanecer en política hay que hacerse el boludo”. Primer personaje. El autor del personaje Felipe (de Tinelli) interpreta que el personaje que interpreta Solá va tener ciertas características reconocidas por el público y que pone en su libreto, segundo personaje. El actor a su vez interpreta el libreto dándole una impronta propia de la dramaturgia, tercer personaje. El público al votar se convierte en el cuarto escalón de representación de representaciones y este parece ser el gancho del programa, su propia complejidad.

Nunca se sabrá por qué sucede este encadenamiento, funcionaba para don Willam, funciona para Tienlli. Tal vez nunca se sepa que perversiones encierra el corazón humano, de lo que estamos seguro es que nada va a quedar como era entonces luego de Gran Cuñado.

Ref

"The social brain hypothesis and the relevance to social psychology"

El siglo de la fraternidad 5 - La caída del paraíso 1

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El feto en el vientre - Leonardo da Vinci

Matriarcado, Matriarcalismo, Matrilinialidad y Matríztico

En esta segunda parte entraremos de llenos sobre el tema que nos compete, La Fraternidad. Por eso vamos retomar el devenir evolutivo que tuvieron las redes sociales de interacción directa de los sistemas sociales proto humanos, presentado en los capítulos anteriores, esta vez en la transición temporal que va a terminar con la inauguración de lo que se da por llamar la "historia de la humanidad". En consecuencia sería necesario comenzar por hacer una distinción de lo que significan algunos términos que vamos a necesitar para plantear el problema, palabras como matriarcado, matriarcalismo, matrilinialidad y matríztico porque de ellas se heredan las tradiciones asociativas que poseemos los humanos hoy en día.

Aquellas protosociedades, como se verá en el próximo capítulo, eran matriarcales o al menos matrilineales, que en términos de red social  representan a una red social distribuida en donde todos se relacionan con todos con lo cual, en general, el comercio sexual se mantenía de esta misma forma o segmentado de acuerdo a un proceso que respondía a la selección natural y típico en las sociedades agrícolas.

Sin embargo este proceso que significó el tránsito desde esas sociedades protohumanas, desde un mundo puramente material al mundo de lo humano, como la conocemos ahora, si bien es un proceso lineal, no es parejo. Mientras el sistema patriarcal estaba totalmente desarrollado en la Europa del siglo XV, en América precolombina existían sociedades, y aún persisten hoy, centradas en redes distribuidas donde la centralización y el acopio no estaban presentes. Tales estructuras sociales se asocian con el matriarcalismo

Es curioso pero la diferencia que existe entre los términos matriarcado y patriarcado no está muy clara, máxime si consideramos que en las culturas con ascendencia grecorromana, el matriarcado casi ha desaparecido. Por ese motivo hay una tendencia a asociar al matriarcado a una suerte de opuesto del patriarcado, asignándole el mismo orden jerárquico que se establece para el caso de una cultura centrada en el hombre-padre, pero esta vez centrándola en la mujer-madre. Esta simplificación lleva a que muchos antropólogos se nieguen a afirmar que “exista” una tradición social de matriarcado, centrada en una autoridad femenina. Esa negación tiene origen en una falta de constatación fáctica que respalde este hecho.

A pesar de esto, lo que sí existió y existe todavía es la posibilidad de establecer un orden matriarcal definido mediante características propias. Ya no se habla de matriarcado como una versión femenina del patriarcado, (concentración y acopio en manos de una mujer), sino que se habla de sociedades matrialcales o de matriarcalismo para referir a un orden con características femeninas pero esencialmente creativo, la madre tierra como matriz generadora.

Afortunadamente todavía subsisten algunos sistemas matriarcales entre los muchos pueblos patriarcales del mundo actual. Uno de los ejemplos más notorios de este tipo estructura es el de los indios Wayúu que se pueden encontrar en la península de la Guajira, a lo largo de la frontera entre Colombia y Venezuela.

En un reportaje que le hace Yamid Amat a la congresista indígena colombiana, Orsinia Polanco Jusayú nos comenta que

La sociedad wayúu es el grupo étnico más importante de Colombia; es una de las pocas etnias del continente americano que resistieron con éxito a la dominación europea; es, además, la única cultura matriarcal del país”.

Por su parte Orsina aclara algunos puntos salientes de las tradiciones de su comunidad, dice:

“La mujer, además de ser la responsable de todas las actividades en la comunidad, es un ser casi sagrado. Si hay una guerra, por ejemplo, a la mujer no la pueden matar. La familia paterna también tiene unos derechos y unos deberes pero no son tan fuertes como los de la materna”.

Nos hace ruido en la cabeza leer que cosas como estas estén sucediendo en el mundo en este mismo momento, decimos esto luego de ser testigos de lucha que han llevado adelante las mujeres del mundo occidental a través de la historia para reivindicar sus derechos. Pero los Wayúu no son la única etnia que mantiene esta forma de organización social, muchos otros pueblos originarios latinoamericanos conservan vivas estas tradiciones. Sin ir más lejos, en la Bolivia de Evo Morales, comienzan a reaparecer ahora pueblos que presentan este tipo de características y que por siglos habían sido inhibidos de visibilidad política. Estos casos son ejemplos vivos, no solo de lo que ha sido históricamente lo matriarcal como organización social, sino de lo que se puede apreciar de su cultura como posibilidad real para una organización social y política moderna. El parlamento indígena es un ejemplo de esto, la participación de la mujer en sindicatos y organizaciones políticas y sociales, etc, son rasgos propios de estas sociedades matriarcales y están allí para que nosotros podamos estudiarlos y analizar sus posibilidades para la práctica social y política. No son una utopía, sino muy por el contrario, son ejemplos vivos de una organización posible.

 

Tal es el caso que abordan los filósofos Andrés Ortiz-Osés y Franz-Karl Mayres que se abocan al estudio de lo que denominan: el Matriarcalismo vasco. Desde un principio los autores se niegan a hablar de “matriarcado” ya que esa palabra denota una versión femenina de patriarcado. Mientras palabra matriarcado lleva implícita una imposición autocrática desde lo femenino, el matriarcalismo es una estructura psicosocial centrada en el símbolo de la Madre/Mujer y su proyección a la Madre Tierra/Naturaleza divinizada, la Pacha Mama. En el matriarcalismo la figura femenina no aparece como competidora del hombre sino como productora-generadora de todo lo que existe sobre la tierra y para eso necesita del hombre, por que es el hombre el que la hace producir. El hombre es su colaborador en la empresa creativa.

Aparece un primer problema y es la necesidad de explicar el concepto de “matriarcal” para que pueda diferenciarse de lo patriarcal. A tal fin los autores echan mano de un cuadro categorial muy oportuno basado en los "tipos ideales" weberianos y que extrajimos del libro Matriarcalismo vasco: Reinterpretación de la cultura vasca.

El cuadro tiene las limitaciones propias de los tipos weberianos, pero en este caso se cumple su principal virtud, que es poder establecer un marco de comparación entre una cultura y otra. Los tipos hablan por si solos y se aplican tanto a la cultura matriarcal vasca, principal objetivo de los autores, como a muchas otras culturas centradas en la mujer-madre que existieron o aún persisten sobre la tierra. Cabría una discusión más en profundidad sobre cada categoría pero creemos que el hecho de presentarlo conforma por si solo una buena base para se dispare el debate.

Matriarcal-Natura (= Vasco) Patriarcal-Racionalismo
Comunalismo (Comunidad) Individualismo (Sociedad)
Naturalismo "Culturalismo"
Fijación a Madre-Naturaleza Fijación a Padre-Ley
Fijación a la tierra-familia-clan Fijación razón-Estado
Irracionalismo (magia, mito, utopía) Racionalismo (el presente-dado)
Socialismo tribal (lo autóctona) Universalidad (igualdad formal)
Elementarismo-no verbal Abstracto-verbal
Religiosidad Secularización
Conflicto de Autoridad Autoridad paternalizada
Lo agrario retroprogresivo Lo progresivo-urbano
Lo sensible general-ilimitado (panteismo) La idea delimitadora
Material-Potencia Forma-Acto
El Destino (libertad como necesidad) La libertad formal
La familia Aislamiento
Derecho natural Derecho civil
La costumbre (fueros) La ley
El devenir (cíclico) El ser (lo lineal)
El verbo (dinámico) El nombre (estático)
El tiempo, la Madre, lo oscuro El espacio, el día, lo claro.
Confianza en la Madre Natura Desconfianza en la vida, miedo a Dios
El principio femenino de la vida: totalización de sentido Principio masculino
La existencia concreta La esencia
La oral-asuntivo (txokos...) Lo anal-agresivo
Constitución de fratrías (-homosexualidad) Represión de la homosexualidad
La mujer omnipotente/bruja (ambivalencia) La mujer como "complemento" del hombre
Igualdad de sexo (el hombre salvado por la mujer) Heroismo patriarcal (el héroe caballeresco salva a la mujer)
Cosmomorfismo Antropomorfismo
Lo auditivo-táctil Lo visual-ascensional
Sedentarismo Nomadismo
Ritualismo (folklore, simbolismo) Etica formal (principios)
Totemismo: dicotomías rígidas bueno/malo Flexibilidad (distinción)
Estructura social ligadora Desarraigo de estratos sociales
Valores transpersonales Valores personal-existenciales
Identidad grupal Inindentidad
Corporativismo (sociedad = cuerpo) Distinción yo/sociedad
Unitarismo (espíritu/materia, Dios/hombre) Separación (es/m, Dios(hom)
Catolicismo (la Iglesia-Corporación) Protestantismo (racionalización)

Como se podrá apreciar, una columna no se yergue como lo contrario de la otra, cada una tiene sus características propias que en conjunto definen identidades culturales totalmente diferentes. Podríamos seguir puntualizando algunas otras categorías pero la idea que nos dan los autores son lo suficientemente ilustrativas como para que nos quede claro que el matriarcalismo se centra en el clan, que está preocupado por la sostenibilidad de la especie y del planeta, que se encuentra inmerso en la ecología y prioriza lo grupal a las individualidades, que la tradición es a través de la madre por lo que lo inmóvil se convierte dinámico, que el ser le da paso a un continuo devenir del siempre y que el derecho civil y la ley se convierten en costumbre y derecho natural. Sin embargo dos tipos que deberían aparecer no figuran en la lista y creemos que son fundamentales, porque hacen a la circulación de los flujos dentro de la red; estas diferencias hacen a la Ley Constructal:

  • Mientras el matriarcalismo es distribuidor, el patriarcalismo es acopiador.
  • Y mientras en una sociedad matriarcal se facilita la circulación de flujos, en la patriarcal se tiende a controlarlos.

Podríamos someternos a un autotest y puntear una a una estas categorías haciendo una cruz en donde nos vemos mejor representados, seamos hombres o mujeres. Seguramente observaremos que tendremos más cruces sobre una columna que sobre la otra y lo más probable es que no nos reconozcamos como totalmente matriarcales o totalmente patriarcales. También podría ser que nuestras cruces nos estén representando de un lado y nuestras preferencias estén del otro. En esta sección pretendemos justamente eso, abrir las posibilidades de nuestro accionar social para ubicarlo más en línea con lo que preferimos, y así aportar a la realización de una vida mas coherente.

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Pero si hubo un tiempo en la evolución de lo humano en donde prevalecía una estructura originaria de tipo matriarcal. ¿Cómo es que se repliega hasta casi su extinción y por qué? ¿Por qué de tener una red social distribuida pasamos a un esquema totalmente centralizado y cómo es que se produjo ese tránsito?

En su conferencia La democracia es una Obra de Arte, organizada por el Instituto para el Desenvolvimiento de Democracia Luís Carlos Galán, en Colombia, el biólogo chileno Humberto Maturana establece una diferencia histórica y fundamental que se produce en el tránsito evolutivo desde las sociedades primitivas matriarcales hacia el patriarcado, e introduce un nuevo término a la serie: lo “matríztico”.

Nos dice:

“Cuando el patriarcado pastor llegó se produjo un encuentro violento entre la cultura patriarcal y la cultura matríztica, que eran diametralmente opuestas. Mientras que en la cultura patriarcal había apropiación en la otra no la había; mientras que en la cultura patriarcal había signos de jerarquías, en la cultura matrística no hay signo de jerarquías; mientras que la cultura patriarcal estaba centrada en la guerra, la matrística no. […] Estas categorías las podríamos agregar también al cuadro

Maturana acuña un neologismo, lo matríztico, que significa una sociedad centrada en la matriz. ¿Por qué necesita de un nuevo vocablo, si existían los otros? Creemos que una respuesta sería que necesitaba de un término genérico, originario, que tenga más que ver con creativo, con lo que engendra, con lo constitutivo, con la madre, con el molde. De todas formas, el biólogo debe haberse enfrentado con la misma realidad que Ortiz-Osés y Mayres, la necesidad de aislar el concepto de una posible exposición a preconceptos equívocos. Necesitaba de un punto de partida para explicar la evolución de los sistemas sociales, un origen común de los géneros en donde no existieran las diferencias sociales entre hombre y mujeres. Su visión es un aporte evolutivo desde la óptica de la biología.

¿Cómo es que evoluciona la tráquea, la laringe para que pudiéramos comunicarnos oralmente? Esa sería una típica pregunta maturaniana. Por ese entonces los seres humanos primitivos no se habían involucrado en cuestiones de géneros, hombres y mujeres se complementaban en pie de igualdad. Por entonces solo respondíamos a los comportamientos de los simios mayores, a las redes sociales dunbarnianas. Por eso explica que una vez impuesta la centralidad con la evolución de los cerebros y del habla, la cultura genérica de la matriz es relegada hacia el patio trasero, hasta que en el último estadio de la evolución humana es sustituida casi en su totalidad:

Cuando la cultura patriarcal englobó a la cultura matrística, mataron a los hombres [matrísticos] y los guerreros patriarcales se apropiaron de sus mujeres, quedando lo matrístico retenido en la relación materno infantil y lo patriarcal como la imagen externa pública.

Yo creo que las culturas no son ni de los hombres ni de las mujeres, hombres y mujeres en la cultura patriarcal son patriarcales; hombres y mujeres en la cultura matrística son matrísticos. De modo que las mujeres al ser apropiadas por los hombres patriarcales guardaron un núcleo matrístico que aún está presente en nuestra cultura occidental.

Lo interesante de su hipótesis es que no da por derrotada a la cultura matríztica en su totalidad, sino que restos ésta aún subyacen en el seno del hogar, especialmente durante la niñez. De allí que se puede confundir matriarcalismo y matríztico, porque mientras ambos coinciden en el domus, en el hogar con lo femenino; el matriarcalismo es un rasgo de una cultura centrada en lo femenino-madre, en cambio lo matrízitico tiene que ver con lo que engendra y crea. Es un concepto más genérico, la matríz (the matrix) como molde de lo humano. Por eso que se pueden reconocer trazas de lo matríztico dentro de la cultura patriarcal.

El mundo matríztico, en base a lo que surge del estudio de restos arqueológicos, estaría en correspondencia con pueblos agricultores y recolectores, ya que sus tareas cotidianas se desarrollaban en un espacio común, que a su vez se debían preservar para evitar su depredación: los lugares de cultivo y recolección. En el primer capítulo de este libro se hizo todo un desarrollo sobre los espacios de uso común y se arribaba a la conclusión de que para que esos espacios se preservaran como comunes debían institucionalizarse. Debían autoorganizarse de tal manera que su preservación sea sustentable en el tiempo. Por eso el mundo matríztico es el mundo de lo común.

Los pueblos pastoriles en cambio, siguiendo esta lógica serían los que dieron origen a la cultura patriarcal. A partir de una optimización en la técnica de la caza, los cazadores habrían desarrollado una destreza que les redituó en sobreabundancia y en el consecuente acopio de excedentes, inclusive habrían desarrollado técnicas de apropiación de piezas a fin de regular la disponibilidad de las mismas a otros miembros de su sistema social. A partir de ese punto la cultura patriarcal desarrolló una evolución que se podría resumir en esta secuencia: acopio, propiedad privada, competencia, rivalidad-enemistad, conformación del concepto del “otro” y del “yo”, dominación, conformación del concepto de poder, centralidad.

Se pasó de sostener flujos de disponibilidades totalmente abiertos a la comunidad, a espacios de acopio en donde la circulación de los recursos era intervenida en función de la exclusión y de la dominación del otro. Del considerar al otro como un par, a tratarlo como un enemigo o rival a vencer, a guerrear, a someter, a subordinar. Para organizarse de este modo había que hacerlo de una manera distinta, el espacio común entonces habría de convertirse en una arena para la disputa y para eso había que establecer prioridades, estrategias, órdenes jerárquicos, dominación, obediencia, en definitiva centralidad y poder. Lo común, específicamente lo procomún, desaparece y es objeto de subordinación a un control por parte del apropiador.

Pero a pesar de esto lo matríztico no desaparece totalmente, es englobado en muchos casos, y en otros se conserva:

Lo matrístico se conserva en la relación materno infantil. Fíjense ustedes que en la relación materno infantil y en el jardín infantil que es un continua invitación a la colaboración, a la participación, a resolver los conflictos en la conversación, a la no apropiación; allí el cuerpo es legítimo y los niños y niñas pueden andar desnudos.

Cuando se reclama por una convivencia en el mutuo respeto, en la colaboración y no en la competencia, se dice que es utópico, que es un deseo idílico propio de infantes.

La vida adulta es de competencia, de lucha, de defensa de los intereses, las discrepancias son conflictos, los argumentos son armas. Hacemos polémicas, la palabra polémo tiene que ver con la guerra.[…]

Pero no es un conflicto entre lo masculino y lo femenino. Solo en la cultura patriarcal original hubo un conflicto entre lo masculino y lo femenino. Lo que vivimos en el presente como un conflicto entre lo masculino y lo femenino, es un conflicto entre lo patriarcal y lo matrístico.

Esto es medular en la teoría evolutiva de Maturana ya que dibuja un puente entre la sociedad primitiva bárbara y lo que nosotros conocemos como “hombre civilizado”. Lo que describe el científico chileno es el paso desde los orígenes de una cultura protohumana hasta nuestra civilización actual, paso que se puede simbolizar como el tránsito desde la infancia hasta la adultez. Culpa de esta metáfora se suele calificar al rasgo cultural de lo matríztico como una etapa infantil, ingenua, utópica, sin un lugar en el mundo, como rasgo social de algo que no cuajó, que quedó a medio camino como en “una eterna adolescencia”, incluso como se verá mas adelante como lo "chingado". Esto se ve mucho a la hora de calificar a las culturas latinoamericanas. Maturana marca muy bien este devenir:

Nuestros niños tienen otra dificultad fundamental, que es la adolescencia. La adolescencia es el tránsito cultural de pasar de una cultura matrística a otra patriarcal. La cultura matríztica y patriarcal son completamente oponentes: se crece dentro de ciertas relaciones de colaboración, de respeto y de participación, luego de lo cual se pasa a vivir en la competencia, en la negación, en la lucha.”

Desde su punto de vista lo matríztico ha quedado como una resiliencia evolutiva en la niñez-adolescencia. Las diferencias de género allí no son tales, no se debería hablar, en consecuencia, de “lo femenino” prevaleciente sobre “lo masculino” o viceversa, sino de etapas en el desarrollo biológico-cultural en donde se tiende a asociar un rasgo femenino presente en la primer etapa y otro  masculino preponderante en la otra, cada uno en un momento distinto del desarrollo de lo humano.

El abordaje que hace Maturana sobre la adolescencia nos lleva como referencia inmediata, a la caricaturización del macho postmoderno que hace el periodista Rolando Hanglin, como señala Paz Dubarry. Para Maturana la adolescencia es la transición de una cultura a la otra, para Hanglin el macho posmo prolonga su adolescencia indefinidamente resultando un Peter Pan que decide no terminar nunca de ser niño, sin embargo Dubarry va mas allá de Hanglin cuando analiza su creación:

Este hombre hijo de la posmodernidad y bautizado por el ingenio de Hanglin, [el macho posmo], es mucho más que hombre, es... un hombre femenino. Pero no es gay, ni remotamente podría serlo. Las mujeres le gustan, tanto que, de hecho, ha tomado varias conductas y hábitos que solían ser exclusivamente de interés femenino. Con él podemos ser amigas. Porque por más que sea hombre, el macho posmo entiende lo que es un buen peluquero. Y sabe por qué morimos por los dulces, elegimos comidas light y asistimos religiosamente al gimnasio. El macho posmo entiende de vanidades y de productos de belleza. No es que se pinte las uñas o se tiña el pelo pero, esta especie de fin de siglo entiende que hay mucho más que la pura y básica higiene. No lo avergüenza llorar por desgracia o emoción. El macho posmo entiende que los ovarios son símbolo de fortaleza. Entonces... ¿por qué no dejar fluir su lado femenino?

Y podríamos agregar nosotros que las mujeres están fascinadas con esta posibilidad de un macho pasmo. No se trata de determinar hacia donde evolucionará nuestra sociedad actual en lo concerniente a lo femenino o masculino, esto no tendría sentido. Si hubiere una tendencia de vuelta hacia lo matriarcal, o hacia el afianzamiento de lo matrístico, esta daría como resultado una cultura de transición en donde el paternalismo tendría que emprender un recorrido en sentido inverso. Por lo menos parecería que Hanglin cree que algo de esto está sucediendo. Pero es interesante analizar esa posibilidad.

La cultura matriarcal tiene una importancia meridiana entre los pueblos originarios de América, como si lo matríztico hubiese atravezado los siglos indemne, sin que la evolución hacia lo patriarcal le hubiere tocado, tal es el caso de los indios Wayúu citados mas arriba. Pero lo curioso es que distintas manifestaciones de esta cultura están resurgiendo, como es el caso de lo que sucede actualmente en Bolivia, alumbradas por el gobierno de Evo Morales. Lo que sería interesante detenerse a analizar, es ver las posibilidades que tiene lo matrístico y lo matriarcal en un mundo eminentemente patriarcal de occidente actual.

¿QUETEPASACLARÍN?

5 nos acompañaron

El Grupo Clarín denunció a nuestro amigo Diego F. de Mundo perverso por subir al Canal de Mundo Perverso en Youtube dos videos.

Según Diego F. :

"Este blog no tiene fines de lucro, no hay publicidad ni uso monetario del material que se publica, el cual tiene como finalidad informar a la ciudadanía de cuestiones estrictamente políticas. Ninguna empresa privada tiene el derecho a censurar declaraciones de funcionarios públicos, y esto que está pasando debería preocuparnos a todos porque a todos nos afecta: nos están tratando de robar la voz."

La imagen y la voz de los funcionarios públicos, fuera del ámbito privado, son también públicas, la publicidad de los actos de gobierno es un deber de los funcionarios y un derecho de la ciudadanía de recibirla.

Por eso apropiarse de algo público, ejercer un monopolio en el uso de la información pública una vez publicada, es anticonstitucional.

Pero por si esto no les queda claro, Grupo Clarín te avisamos, por si no lo sabés, Internet sí es pública, y que por más que quieras ejercer presión, nunca vas a tener éxito, porque hay un viejo grito Hacker que dice: "Nunca vamos a dejar de vivir de esta manera". Si nos prohíben Youtube, tenemos Vimeo, si lo bajan de allí tenemos 4shared, rapidshare, etc etc, etc.

Este es nuestro medio no el de Uds. Aquí llevan las de perder amiguitos

Aguante Diego

El siglo dela fraternidad 4- La medida de lo humano 2

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Las jerarquías no existen, son fantasías que nos dicen cuan cerca estamos unos de los otros en términos de similitud,  como una medida narcisista que nos da la sensación de cuan distinto de mi mismo puede ser el otro para que yo pueda aceptarlo como par. Esta categorización de las relaciones sociales se establece primeramente como una medida de las afinidades que tengo con los otros miembros de la red. Pero recordemos que también existe otra dimensión, la real, la que mide la separación geográfica que tienen los agentes tomada en saltos,  otra jerarquía totalmente distinta a la primera en su origen ya que esta vez es una distancia natural que se establece a partir de las necesidades materiales que tienen los cuerpos para sobrevivir, por lo que depende del gradiente de la distribución en el espacio de la disponibilidad de los recursos  necesarios para satisfacer nuestras necesidades fisiológicas. Esta última jerarquía, de la que hablábamos al principio de este capítulo, tiene un origen distinto, nace del ordenamiento que nos impone la naturaleza a partir de la circulación de los flujos y la ley Constructal.

Si se observa el modelo de las distancias sociales de Watts que está representado en los gráficos de mas arriba, es inevitable que surja la pregunta de qué hay o qué significan las intersecciones que se dibujan entre rama y rama del árbol invertido. Si fuera este un grafo de red en esos vértices habitaría un nodo, pero... ¿Hay nodos allí?

Sería honesto confesar que estos puntos, las horquetas de las ramas del árbol jerárquico, nos despistaron por un buen tiempo. Si lo que Watts quería significar con ese diagrama era las multidimensionalidad de las redes sociales, por qué no había dibujado un punto en ese lugar ya que toda red en cada vértice tiene un nodo. ¿Pero estos esquemas  de búsqueda de lo común, tenían un nodo en cada vértice?

En una primera aproximación al tema nos parecía que no, ya que solo se trataba de una desconstrucción del mundo en función de una simplificación de su complejidad basada en puntos de contacto por similitud, por lo que éste no era un esquema de red. Después de todo si ampliábamos el esquema al cosmos o a Dios, debíamos situar al Nodo Dios o al Nodo Cosmos al tope y en ese caso que agente encarnaría a Dios o al Cosmos. Pensamos en la posibilidad de Nodos Virtuales que funcionarían como nodos reales pero que en realidad solo serían fantasías inmateriales. Pero esto tampoco nos convencía.

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Este razonamiento nos llevó considerar la posibilidad de un esquema materialista cercano al marxista. Si los lazos que se establecen realmente responden a las necesidades materiales de los cuerpos, del tocarse, del grooming (acicalamiento) de Dunbar, las emociones, el sexo reproductivo, la alimentación, el trabajo físico; los otros lazos qué significaban. ¿Existían realmente o eran culturales o virtuales?

Esta es la pregunta del millón por estos días en la teoría de redes sociales. Y dudamos (en realidad subestimando su gran capacidad) de que Watts con sus colegas tuvieran noción real lo que su modelo multidimensional nos quería decir.

Robin Dunbar en uno de sus últimos trabajos "The social brain hypothesis and the relevance to social psychology" vuelve sobre su enigmático número y reflexiona sobre una jerarquía relacional que se dan los agentes para interaccionar unos con otros en forma directa. Hace hincapié de una intencionalidad, o mejor dicho un gradiente de intecionalidad en la interpretación del otro, que cada uno de nosotros utiliza en una red de interacción directa. Y nuevamente, esa intencionalidad estaría en relación con el desarrollo del neocortex cerebral en los simios superiores.

Es curioso, este antropólogo que pasa a la fama por el enunciado del famoso Número de Dumbar se ve en la obligación de retomar el tema de la hipótesis del cerebro social. Sea cual fuere su razón lo cierto qes que Dunbar vuelve sobre el tema y redobla la apuesta. Él era el que había arriesgado su pellejo de antropólogo al enunciar aquel 147,8, sin embargo nunca aseguró que el número de miembros medio en un grupo de interacción directa de humanos fuere de 147,8. Esto surge de las especulaciones que provocó su hipótesis. Lo que dice Dunbar simplemente es que existe una correlación entre le neocortex del cerebro de un gran número de simios y el número de miembro en las redes sociales de interacción directa que estas especies conforman, y nosotros agregamos que por ser simios estas interacciones directas se reducen a las puntualizadas mas arriba: las necesidades materiales de los cuerpos, del tocarse, el grooming, las emociones, el sexo reproductivo, la alimentación, el trabajo físico, entre otras. Concluye Dunbar, a modo de hipótesis, que si establecemos la misma correlación para el cerebro del humano, nos dará el Numero de Dunbar, como bien se explicó en el capitulo anterior.

Especulaciones sobre especulaciones llevaron a medir ese número para redes sociales como Facebook, cosa totalmente fuera de lógica simplemente porque en Facebook es imposible acicalarse unos con otros. Fecebook posibilita relaciones virtuales y la de los monos son relaciones sociales reales, tangibles y sin ningún tipo de intermediación. Es desde ese punto que se toman la dimensión material, una dimensión totalmente terrenal, la dimensión geográfica de Watts, aquella que solo se da en un espacio local y aunque a algunos no les guste, incluso restringida a los territorios. Pero claro los humanos no somos monos y tampoco estamos constreñidos a las posibilidades de un solo  territorio, para eso que tenemos la multidimensionalidad de Watts y la multipertencia de Juan Urritia Elejalde como articuladoras de las relaciones sociales.

En The social brain hypothesis and the relevance to social psychology  (2007) Dunbar se basa en este otro trabajo que realiza con W -X Zhon et allDiscrete hierarchical organization of social group sizes (2005),  donde se involucra en la búsqueda de algún camino que lo lleve a una corroboración científica de su hipótesis. Al hacerlo descubre algo igual de interesante que su anterior trabajo. Dice:

“las comunidades humanas, como las de todos los primates, no son agrupaciones sociales homogéneas. Ellas están muy estructuradas: no todo el mundo interactúa con todos los demás. Una forma de pensar en esto sería como una serie de círculos de conocidos que rodean a un individuo, o más bien como las ondas de difusión en un estanque desde el punto de impacto de una piedra hacia el exterior. En un estudio reciente (Zhou et al 2005), hemos podido demostrar que el tamaño de estos distintos niveles de agrupación tienen una razón de escalamiento consistente y natural que es casi exactamente tres. El número de personas que se incluyen en cada una de las capas sucesivas es típicamente de 5, 15, 50, 150, 500 y 1500. Estos parecen corresponder a los siguientes grupos humanos bien categorizados:

· apoyo a la camarilla de los mejores amigos (5),

· simpatizantes del grupo (12-15),

· el número de personas en contacto de al menos una vez al mes (30-50)

· la red social (150),

· mega-hordas en sociedades de cazadores-recolectores (500)

· y los grupos tribales (1500).

Gráficode Dunbar

(Tenga en cuenta que cada nivel incluye a todos los individuos incluidos en las capas interiores, por lo que la 15 incluye los 5 que forman la capa más interna).”

Mi red Ego, en consecuencia, estará interaccionando en su núcleo duro con un máximo de otros cuatro agentes, que están relacionados muy íntimamente con el Ego, luego en un anillo mas lejano se sitúa un número de quince, que son las relaciones frecuentes pero de menor importancia o necesidad que las primeras cinco. Luego habla de un anillo que llega hasta los cincuenta miembros, que son los que frecuentamos en forma rol en un frecuencia no muy dilatada en el tiempo. Sitúa el límite de la “red social”en su número, al que le asigna una denominación bien específica. De acuerdo a este esquema la distancia máxima a recorrer dentro una red de este tipo de 150 miembros, en términos de afinidades, serían cuatro pasos.

Lejos de haber saldado la primera discusión, en estos trabajos vuelve a conmocionarnos con esta otra serie de números de afinidad. Lo que importa en esta descripción de Dumbar es que existen anillos concéntricos que establece un vector en los enlaces a medida que me alejo del Ego. Señala que parecería que la capacidad de esos anillos estaría limitada, tal vez por una imposibilidad propia del cerebro humano para procesar un número de relaciones mayor a las dadas para cada jerarquía. Dice, al igual que en su anterior trabajo, que cada relación requiere de un tiempo para ser cultivada, siendo más demandantes (en tiempo) cuanto menor sea el anillo del que se trate. Incluso dice que:

si alguien se aleja, el hecho de que podamos contactarnos con ellos con menos frecuencia, inevitablemente significa que nuestra relación poco a poco se deteriorará”

Dunbar nos hace notar aquí que no es solo tiempo lo que invertimos en cada relación directa, sino que la separación física también se constituye en un escollo para las interacciones directas.

Este verdadero materialismo dialéctico de las redes sociales de interacción directa nos hace poner recurrentemente los pies sobre la tierra, ya que si bien la afinidad es un ideal, en el pequeño mundo del número de Dunbar su dimensión ideal, inmaterial se desvanece en términos de lo que el antropólogo categoriza como “grados de familiaridad o de intimidad” para darle paso a la otra dimensión , la material. Si consideramos un límite para la red social de interacción directa, pongamos el número de Dunbar, ese límite establecerá una frontera entre la materialidad de las relaciones humanas desde una dimensión local  y otra global.

Si bien esta transición es discreta los cambios no son abruptos desde 1 a 150, ya que las otras dimensiones se van incorporando de a poco, pero a partir del límite, la red se aleja definitivamente de lo real y adquiere una dimensión puramente virtual.

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Watts usa el mismo mecanismo para explicar un fenómeno puramente humano, la multidimensión. Por eso en su modelo jerárquico representa en el plano terrenal a los pequeños grupos que podríamos asimilar al número de Dunbar, ya que son las necesidades materiales de los cuerpos las que se atienden dentro de estos clusters.

Sin embargo su dibujo se presta a confusión cuando quiere representar la multidimensionalidad del mundo, y es por eso que no se entiende si en las intersecciones de los árboles hay nodos o no. Nosotros nos permitimos reinterpretar el gráfico original de Watts de la siguiente manera

Layer de Watts

Esta es una representación en el espacio del modelo de Watts y aquí sí se puede apreciar mejor el plano xy donde se sitúan los clusters dunbarnianos. En el eje de las z se representan las jerarquías comunales (en nuestro caso hasta jerarquías de tercer orden) representadas por arcos concurrentes a puntos de intersección que No son nodos (los globos de colores). Son simples representaciones gráficas que significan todos los agentes unidos con lazos de un mismo color comparten algo en común y entre ellos conforman otro cluster, distinto al cluster dunbarniano, basado en una concepción Ideal de lo común. En este caso lo común no es algo material, agua, alimento, hijos,etc.; sino que es algo propio de la creación humana, es algo ideal.

Lo que además explica y grafica la multipertencencia de Urrutia Elejalde, ya que un agente cualquiera, pertenece a su cluster dunbarniano pero también podrá pertenecer a otros clusters, representados por lazos de colores, lo que encaminará en su proceso de individuación dentro del grupo dunbarniano.

Para concluir este capítulo diremos que el modelo multidimensional de Watts, a partir de de los últimos trabajos de Dunbar y de la teoría cosntructal, puede reducirse a un modelo bidimensional en donde los clusters dunbarnianos se sitúan en el plano xy material de la tierra y la otra dimensión la ocupará la búsqueda de lo común, representada por una idea narcisista que mide las similitudes o las discrepancias que tienen los otros con mi Ego. Esta última dimensión es propia del homo sapiens sapiens, y que a pesar de su carácter ideal, también necesita de flujos para poder interaccionar con los otros. Lo mas curioso es que estos flujos pese a ser también inmateriales, están restringidos por la misma ley cosntructal que condiciona a los materiales. Como bien señala Dunbar el agente debe hacerse de un tiempo para poder establecer la interacción con el otro, además el neocortex cerebral tiene una capacidad limitada para procesar la información, de esta manera sea grande o pequeño el grupo siempre el mismo cerebro es el que debe atender las comunicaciones, es por eso que selecciona, delimita y prioriza el tráfico de su información desconstruyendo un mundo complejo para simplificar su compresnión.

El siglo de la fraternidad 4- La medida de lo humano 1

0 nos acompañaron

"View of the World from 9th Avenue," 1976.

Saul Steinberg
Tapa de The New Yorker, marzo 29, 1976.
Colección privada

En los últimos capítulos veníamos trabajando sobre la relación alotrópica que debía poseer una red de interacción directa para poder perdurar en el tiempo. Vimos cómo, en términos de estrategia de supervivencia, los conglomerados de todo tipo utilizaban diferentes recursos para poder solventar el problema de una relación superficie-volumen que les permitiera incorporar, procesar, sintetizar y devolverle al entorno los flujos de los que se nutre.
Un ser vivo en general tiene una tasa metabólica que está en relación directa con 3/4 la potencia de su masa según lo establece la ley de Kleiber. Es evidente que a mayor masa este ser vivo tendrá menos posibilidades de intercambio con el medio, dado que a media que crece su masa (volumen) la relación S/V disminuye, y con ella su tasa metabólica. Igual de evidente es que el ser vivo en cuestión, a medida que va incrementando su masa, necesitará mayor cantidad recursos del entorno para poder crecer y sostenerse, por lo que demandará del éste las cantidades necesarias y suficientes para poder sobrevivir y estas deberían estar disponibles en la medida del requerimiento. Esto es válido para cualquier ser vivo. Entonces cada organismo vivo establece un intercambio de flujos con el entorno que dependerá de su masa corporal y de la superficie de intercambio que posee. ¿Pero, de donde obtendrá estos recursos?
El costo de la búsqueda de los recursos está en relación directa con la manera en que se encuentren distribuidas las disponibilidad en el espacio y, como vimos en el capítulo anterior, con la capacidad que tengan las especies para evolucionar un el sentido tal que se favorezca el intercambio de los flujos con el entorno.

Pero concentrándonos por ahora en el primer punto, consideremos al entorno inmediato de cada individuo como el proveedor de los flujos necesarios que las especies necesitan para sobrevivir. Lo que ocurre en realidad es que los recursos estarán disponibles en el espacio con una densidad natural que dependerá del tiempo (estacionalidad). De acuerdo con la estrategia evolutiva que escoja el ser vivo en cuestión, la demanda podrá variar también en concordancia al tiempo (estacionalidad), pero mas allá de esta estrategia y de una demanda puntual en un momento dado, es evidente por lo que se dijo, que cada especie tendrá una capacidad de carga efectiva sobre el territorio que habita que está en función de las disponibilidades de los recursos existentes.

Esto se entiende como que en un entorno constreñido a las inmediaciones del ser vivo sólo se presentan posibilidades “finitas” de satisfacción a la demanda y que a partir de un punto el sistema social en cuestión podría agotar las existencias y en consecuencia el ejemplar debería optar por emigrar en búsqueda de nuevas fuentes de recursos o extinguirse.

Esta ecuación oferta-demanda local estará condicionada también por el tamaño del ser vivo en cuestión, un animal de gran porte agotará los recursos locales con mayor velocidad que uno de menor tamaño. Una hectárea de materia verde (forraje) podrá alojar más ovejas que vacas, por lo que la carga de vacas por unidad de superficie será menor que la de la ovejas.
Generalizando, y volviendo al principio, también existe una alotropía que se establece en el entorno a partir de las especies que lo habitan. Esta forma alotrópica estará condicionada por la masa de los seres vivos que comparten el mismo espacio-tiempo, sus tasas metabólicas, sus capacidades de desplazamiento y las geometría del intercambio; esto desde una perspectiva propia del ser vivo. Pero el medio ambiente como un ser vivo más, presenta su propia evolución alotrópica en el tiempo que estará condicionada por el uso o el abuso que hacen del medio las colonia que lo habitan.
En base a estas variables, los conglomerados que usan como medio al aire (las aves) o al agua, (los peces), poseen una ventaja comparativa con los que están forzados a desplazarse sobre el plano de la tierra, apropiándose de una tercera dimensión de desplazamiento obtienen mayor autonomía a la hora de salir en búsqueda de nuevos recursos. En consecuencia la constitución de una colonia en esos medios tendrá mas posibilidades que sobre la superficie de la tierra, ya que esta forma de desplazamiento les permite recorrer grandes distancias y da además alguna posibilidades de estrategias que sobre la tierra no serían posible. Por ejemplo los grande saltos espaciales.
La carga de individuos por superficie o por volumen de recurso, también se ve restringida ante la cantidad de miembros de una misma especie. Así, cuanto más masa tenga el ser vivo en cuestión, menor será el número de miembros de esa especie que se podrán alojar por unidad de superficie. Esto induce a que la separación entre individuo e individuo será mayor cuanto más grande sea su masa corporal, no solo por el consumo efectivo que puede hacer de los recursos locales sino también por la depredación que pueda hacer para la obtención de esos recursos. Es conocida la depredación que hacen los elefantes en los parques naturales de África, incluso derriban árboles en pos de procurarse de alimentos.
Este intercambio de flujos metabólicos entorno-organismo vivo, en consecuencia, estará condicionado por la masa de la especie en cuestión, lo que restringe la capacidad de las especies de mayor tamaño a constituirse en conglomerados numerosos. Animales de gran porte tenderán a estar mas distanciados unos de otros en términos espaciales en pos de poder mantener una carga por unidad de superficie que sea sustentable a la que le llamaremos colonia.
Este es un proceso que parece sencillo e inmediato al estudiarlo. De antemano se sabe la carga admisible que pude poseer un predio cualquiera para alojar una determinada cantidad de ejemplares de una especie, por ejemplo cuando se pretende hacer un rodeo de vacunos o se estudia el manejo de un rebaño de ovejas. Esto se puede constatar en la patagonia en donde los campos se cotizan de acuerdo con la capacidad de ovejas que puedieren alojar y nada tiene que ver con la superficie real del predio, como es costumbre a considerar al tasar la mayoría de los inmuebles. Una vez establecida la colonia en el predio, más si está confinada a un territorio fijo, deberá procesar la información para coordinarse en función de la administración de sus recursos.
No se aprecia en el famoso ejemplo dado por Garret Harding en trabajo La tragedia de los comunes que una oveja sola fuere la que depredó o la que mas comió tratando de sobrevivir, sino que es la majada de ovejas como conjunto la que colapsa por el desmadejo del predio. Entre las ovejas no existe la acumulación o el acaparamiento en función de una ventaja determinada como un elemento competitivo instaurado en el seno del grupo. Todas sobreviven o colapsan en conjunto, de la misma manera.
El ciclo de histéresis que se presentó en el capítulo anterior se presume inocente; sin tensiones, sin condicionamientos, sin especulaciones, sin terceras intenciones. Si por algún motivo, en algún momento dado, se interfiriera con la forma natural que utiliza la colonia para autoorganizarse y coordinarse dentro del lazo de histéresis, lo que se lograría es que la red reconfigure sus interacciones apartándose de los patrones de ordenamiento naturales.
Porque una cosa es que la naturaleza nos imponga gradientes jerárquicos en el tiempo o en en el espacio, o que haya ordenamientos secuenciales entre lo que ocurre o debería ocurrir primero; otra muy distinta es cuando se echa mano desde fuera del lazo de esas jerarquías u ordenamientos de la naturaleza con arreglo a un resultado determinado. A la capacidad de poder interferir en este tipo de estructuras jerarquizadas lo llamaremos “poder”. Por lo que deberíamos hacer una distinción entre jerarquías naturales y órdenes establecidos artificialmente.
También existe un orden jerárquico intrínseco de la red que tiene que ver con su diseño en función de la posibilidad de circulación de los flujos, la Ley cosntructal. Este orden jerárquico evolucionó como consecuencia de la selección natural a través del tiempo para hacer que los flujos que la atraviesan, pudiesen circular con una facilidad cada vez mayor. Las otras jerarquías que no son propias u originarias de los sistemas sociales, se basan justamente en una pretensión de manipulación o de intervención sobre la libre circulación y adaptación natural de esos flujos.
Los seres humanos no podemos escapar a estas generales de la ley. Estamos prisioneros de un cuerpo, que mas allá de que nuestra mente pueda volar libremente, depende del estricto régimen metabólico de un cuerpo con necesidades y de un entorno con capacidades limitadas para satisfacerlas. ¿Podrían los seres humanos vivir en el hacinamiento de una construcción espacial en oposición a estos flujos? La respuesta es que sí pero a un costo cada vez mayor, lo que su sustentabilidad en el tiempo estaría seriamente condicionada.
Sin embargo la distancia geográfica entre los miembros de una colonia no es la única responsable en la búsqueda de los recursos, la organización social en términos de coordinación para la interacción se hace imprescindible a la hora de obtener todo tipo de resultados. Como se citó a Vega Redondo, la similitud entre pares aporta también al éxito de la búsqueda. Es por eso que estas dos dimensiones en donde se realiza la búsqueda plantea la verdadera distancia entre comunidad y recursos. A mayor coordinación entre pares mejores resultados; a mejor distribución en el territorio, mejor desempeño en la acción.
Pero esta similitud no es una "igualdad", ni siquiera una semejanza, es una paridad que aportará el conocimiento y la confianza de todos con todos, imprescindibles para la constitución de cualquier comunidad. Sin embargo en la vida hay algunos lazos mas fuertes que otros, y aún en redes entre pares subsiste un gradiente de paridad que hace que nos sintamos mas afines a unos pocos y que a medida que recorremos la red en el sentido de este gradiente, los lazos se hacen cada vez mas y mas débiles hasta que a partir de un punto, se extinguen.
Esto también plantea una nueva jerarquía en términos de distancias de red, no se trata de una red de computadoras P2P donde cada máquina es exactamente igual a la otra con la que esta conectada, la jerarquía se plantea en base a un gradiente de interacción dentro de la red. Es solo un ordenamiento de afinidad, de conocimiento y confianza, que establece jerarquía. Más adelante en este capítulo volveremos sobre esto.
Si recordamos el primer capítulo, podríamos decir que esta jerarquía no se establece en términos de distancia en saltos que un agente debería dar para comunicarse con cualquier otro dentro de una red, sino del camino imaginario que se debe recorrer a través de los vínculos para que los agentes encuentren algo en común. En un árbol de parentesco esto se ve claramente. No es lo mismo que tengamos a una madre, que a una abuela o a un tío en común. Sin quererlo se plantean jerarquías familiares que por sí solas no indicarían nada. Vamos a ver más luego que son de estas jerarquías de las que se vale la selección natural para evitar el incesto y así posibilitar la hibridación entre distintas familias.
Duncan Watts en el paper Identity and search in social networks y en el libro citado se involucra con los árboles jerárquicos. Todo surge a partir de los aportes que le hace Kleimberg a sus trabajos.
"La clave para entender la paradoja de la distancia en redes sociales es que podemos medir "distancia" de dos formas diferentes, y tendemos a confundirlas. La primera es la distancia a través de la red. De acuerdo a esta noción, la distancia entre dos puntos, A y B, es simplemente el número de enlaces en el camino mas corto que los conecte. [...]
Recuerda que a partir de haber trabajado con redes de afiliación estaba familiarizado con la idea de identidad social, tema que da muchísimo para hablar en redes social.
¿Qué sería la identidad social de un grupo en términos de red social, entonces?
Como una primera aproximación podríamos decir que identidad de red es la manera que tienen los miembros de una red social de relacionarse unos con otros. Esta parecería ser una definición tonta, pero no lo es, ya que la forma de interacción que tienen los miembros de un grupo social es una característica propia del grupo, algo que se da el grupo a si mismo, que los miembros tienden a respetar y que tiende a perdurar en el tiempo, ya que por más que pretendieren cambiarla, estarían imposibilitados de hacerlo si la totalidad de sus miembros no estuviese de acuerdo con cambiarla. Esto configura un verdadero equilibrio de Nash. De tal manera que que visto desde un observador externo, el grupo social tiende a cumplir con un repertorio de interacciones características propias de ese grupo social, que lo identifican de otros grupos. Cuando decimos cosa nostra sabemos perfectamente de lo que estamos hablando, pero para que alguien pueda ser identificado como perteneciente a la cosa nostra deberá ser coherente con las interacciones que nosotros adjudicamos a una identidad mafiosa.
En la red las interacciones se representan mediante líneas que unen un nodo con otro. Tener dos nodos vinculados, sea cual fuere el tipo de vínculo, significa que hay una interacción directa entre ambos nodos, por lo que el grafo de la red, la topología de la red, nos dará una idea de la identidad de la red social. No entraremos por ahora más allá de este punto en lo referente al tema de las identidades de red, pero volviendo a Watts este autor nos dice:
...Los individuos no forman simplemente parte de grupos. También tienen una forma de organización dentro de una especie de espacio social que les permite medir su similitud o diferencia con los otros.
Hacen esto de una forma similar a como Steimberg imaginó el mundo desde la 9na avenida de Nueva York, la lámina que ilustra este capítulo. Watts explica que partiendo de un todo, el mundo, los cada uno de nosotros comienza simplificar su complejidad al dividirlo en partes mas pequeñas. Primero en partes grandes, luego más pequeñas, más y más pequeñas hasta lograr un despiece del mundo en fracciones simplificadas, de manera tal que desde esa perspectiva se vuelvan "manejables". Estos son pequeños grupos interaccionales a los que nos hemos venido refiriendo en todo este trabajo.
En el modelo propuesto por Watts, desde una perspectiva individual, el mundo se vería así.
Diagrama de Watts 1 "Cuanto más alto en la jerarquía uno tiene que ir para encontrar un agrupamiento común, más distantes estarán dos individuos."
Las distancias que se crean al particionar al mundo de esta manera, no son como las que se señalaban en una primera en términos geográficos, éstas son distancias de agrupamiento social por afinidad, por homofilia como la llama Watts, que es un parámetro que mide la capacidad que tienen los agentes en la red para buscar a alguien parecidos a ellos mismo. ¿Qué tiene en común Diego Maradona conmigo? Tal vez lo mas cercano que tengamos en común sea el gusto por el juego del fútbol.
En consecuencia en una red altamente homofílica la afiliación entre agentes solo será posible entre aquellos pertenecientes a grupos de interacción directa muy pequeños. Lo que da como resultado una red altamente fragmentada en pequeños clusters cerrados y muy homogéneos. Como contrapartida una red con homofilia igual a cero será una red centrada en individuos con una gran capacidad de afiliación a larga distancia lo que nos introduce en una nueva dimensión en la teoría redes sociales, la multipertenencia.
Además de la distancia topológica que da la geografía de los saltos que los agentes tienen que dar para relacionarse unos con otros, existe otra "distancia" en términos de similitudes identitarias. Dice Watts:
"La distancia geográfica sigue siendo importante, pero también lo son la raza, la profesión, la religión, la educación, la clase social, los pasatiempos [el futbol en el ejemplo citado] y la afiliación a las organizaciones." Entre otra muchas.
Diagrama de Watts 2

En este gráfico Watts nos muestra cómo C puede estar geográficamente cerca de A y muy separada de B , por el otro lado C puede trabajar en mismo empleo que B y que a su vez esta muy separado, en términos de ocupación, de A. Por lo tanto mientras C está muy cerca de los otros dos mientras, estos últimos se mantienen muy distantes

Cada una de estos tipos que presenta Watts, representan una identidad en particular y distinta una de la otra, a la que se puede adherir o no, lo que significa cumplir con determinadas reglas que se pueden cumplir, o no, resultando el costo de romperlas en concordancia con el valor del parámetro de homofilia. Cuanto más homofílica sea la red, mayor será el castigo por traicionar sus reglas y mas cerradas serán las redes sociales.
Si entendemos a la moral como una ley de la morada, una ley del hábitus, la ley del lugar donde se vive, el repertorio de normas con el que debo cumplir para poder vivir en armonía con mis cohabitantes; hacer un acto inmoral significaría romper algunas de esas reglas. Pero si bien la moral nos habla sobre las reglas de convivencia de un lugar determinado, muchas veces se confunden con la identidad del grupo. Al ser ésta una norma local, nada nos habla de las reglas que se deberían cumplir a la hora de mantener las otras distancias sociales a las que se refiere Watts, medidas en términos de lo común. Esta confusión trae no pocos problemas. Para ejemplificar ésto, podríamos decir que yo en mi casa cumplo con un repertorio de leyes a las que les llamo moral familiar, en nada me influye que al ser también hincha del club de futbol Boca Juniors, todos los otros hinchas de Boca cumplan con las reglas de mi casa, y eso no significa que yo pierda identidad por eso.
Se abre toda una multidimensionalidad en las relacione sociales, cuanto menos dimensiones tenga esa multidimensionalidad menor será la capacidad de relacionamiento para fuera del microcosmos la red que se teje con las interaccciones interpersonales directas. Por el contrario cuanto mayor sea la multidimensionalidad, las oportunidades de entrar y salir del grupo pequeño serán mayores. Estas serán redes mas cosmopolitas.
La identidad social exhibe una multidimensionalidad natural que permite que los mensajes viajen mas allá de sus fronteras, permite la innovación y la adaptabilidad.

- Buenos días –dijo el principito.
- Buenos días –dijo el guardavías.
- ¿Qué haces aquí? –le preguntó el principito.
- Formo con los viajeros paquetes de mil y despacho los trenes que los llevan, tanto hacia la derecha como hacia la izquierda.
Y un rápido iluminado, rugiendo como el trueno, hizo temblar la cabina de guardavía.
- Tienen mucha prisa –dijo el principito-. ¿Qué buscan?
- Ni siquiera el conductor de la locomotora lo sabe –dijo el guardavía.
Y un segundo rápido iluminado rugió, en sentido inverso.
- ¿Ya vuelven? –preguntó el principito.
- No son los mismos –contestó el guardavía-. Es un cambio.
- ¿No estaban contentos donde estaban?
- Nadie está nunca contento donde está –dijo el guardavía.
Y rugió el trueno de un tercer rápido iluminado.
- ¿Van persiguiendo a los primeros viajeros? –preguntó el principito.
- No persiguen absolutamente nada –dijo el guardavía-. Duermen o bostezan allí dentro. Sólo los niños aplastan su nariz contra los vidrios.
- Sólo los niños saben lo que buscan –dijo el principito-. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo mas importante para ellos, y si se la quitan, lloran...
- Tienen suerte –dijo el guardavía. “

Este texto de El principito de A Saint Exupery nos introduce a otro texto del economista Juan Urrutia Elejalde “A la individuación por la pertenencia”. Urrutia Elejalde en este paper toca el tema de “la traición” como pasaje necesario hacia la individuación.
La postmodernidad ha habilitado, cada vez con mayor fuerza, la posibilidad de la multidimensionalidad en las relaciones humanas. Pertenecer a varios grupos sociales, compartir similitudes con mas de un grupo social abre la posibilidad de la multipertenencia. ¿Qué quiere decir ésto? Que se puede pertenecer a más de un grupo social sin temor a una sanción por la traición o con una sanción menor que en otros tiempos. Sin embargo esta multipertenencia no es gratuita, siempre algo hay que pagar por traicionar a una identidad a la que se pertenece, involucrarse con más de un grupo social nos va individualizado en un proceso que Urrutia Elejalde llama individuación por la pertenencia. En el core del trabajo citado dice:
Mientras las decisiones de una persona están dictadas, en su mayoría, por la identidad del grupo a que pertenece, menos auténtica es su individualidad. Para convertirse en un individuo genuino y autónomo, la persona debe despojarse de las señas del grupo al que pertenece (o al menos de algunas). Tiene que irse liberando de aquellos rasgos que comparte con los demás miembros del grupo (y con quienes interactúa) y pasar a compartir rasgos culturales alternativos que identifican a los miembros de otros grupos. Pero para ello no tiene mas remedio que traicionar. “ Los paréntesis son nuestros.

Esto funcionaría así:
Supongamos que a pertenece a una red social "A" que tiene una identidad de pertenencia a la red M pero que por algún motivo, a decide interaccionar con miembros de la red B con identidad N. Esta cambio de forma de interacción puede ser total o parcial y en consecuencia tendrá costos en función de las diferencias que existan entre las identidades M y N. Cuanto más antagónicas sean mayor será el costo de la doble pertenencia o del alejamiento, como contrapartida, cuanto mas similitudes tengan en común, menores serán los castigos con que la sociedad amenaza a quién pretenda separarse. Si representamos esto desde la tradicional teoría de conjuntos veremos al agente individualizado como un habitante de la intersección de los dos diagramas de Venn que se intersecan justamente en él mismo(puede ser en él o en muchos mas). Si llevamos este esquema al extremo nos encontraremos un espacio multidimensional que conforma una nube de esferas públicas que tienen como intersección al propio agente en cuestión, lo que lo individualiza como rasgo "individual", ya que solo él muestra esa conducta entre otros que se consideran similares (pares). En el caso del diagrama en ejemplo MNÑ.
Siguiendo a Urrutia Elejalde:

en el límite de este proceso el agente individual mas o menos “repe” (repetido) se ha convertido en un individuo genuino en el sentido de que ha conformado un vector de rasgos culturales que solo a él lo identifican.” Y concluye que “Se puede, por lo tanto, decir que el individuo se hace tal, a través de la pertenencia a diferentes grupos a los que traiciona secuencialmente.

Y advierte que "el proceso de individuación no tiene fin y, además, no creo que fuera bueno que lo tuviera, pues, además de perder oportunidades de acceder a la autencitcidad perderíamos diversidad.” Podríamos agregar, libertad, matiz, creatividad. La multipertenencia cinfigura la individuación.
Concluye que:

Especulando un poco podríamos decir que cuanto más fuerte son las identidades más costosa es la traición y tanto mas creíble y profunda, a pesar de todo, se lleva a cabo.

No cree “que el imaginario cultural colectivo converja a uno dado". Sería bueno rever todo el sistema de pertenencia a los partidos políticos, también rever los conceptos de nación, soberanía, las identidades religiosas, todos ellas inmóviles y perennes; para abrir un gran debate sobre los límites de las pertinencias y las traiciones.

¿Pero entonces existen o no existen las jerarquías en los sistemas sociales entre pares?

Seguirá en la parte II

Influencers-Shminfluencers: A Podcast with Duncan Watts

http://www.mpdailyfix.com/2008/02/influencers_shminfluencers_a_p.html

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