Devenir irlandés y la Teoría Push Pull

El migrante es, simplemente, un ser humano que cambia


En estos dos últimos posts veníamos tratando el tema de la individuación como producto un proceso emergente de la movilidad de los agentes en una red social. En Individuación o la teoría de la traición I dábamos una mirada desde dentro de la red a este proceso. En términos de migración podemos llamar a las motivaciones que provocan estas migraciones como un proceso Pull (tracción), en donde para satisfacer sus necesidades, el agente debe echar mano a recursos que están fuera de la misma. Estas necesidades exógenas pueden ser genuinas o fabricadas (tentaciones) pero en función del agente causan el mismo efecto. Por esa causa la red no puede retener al agente que decide salir a buscar afuera lo que no encuentra adentro y esto constituye una traición.
En la versión II la cosa era distinta, las motivaciones migratorias estaban causadas por una presión externa que se constituía en Push (compresión). Ante una opresión ejercida por el entorno el agente rompe con su mundo social y deserta, esta vez, en busca de un futuro más promisorio.

De esta manera con movimientos Push-Pull en agente va cambiando de entorno y se va movilizado de acuerdo a motivaciones individualistas, causadas desde el entorno hacia adentro o desde dentro hacia el entorno, en una suerte de sístole y diástole permanente
Mientras cambia, el migrante, recorre itinerarios que lo van individualizando. A su vez rompe el tejido conectivo de la red, se va reposicionando, y en la medida que lo hace va cambia con la deriva de su derrotero. Si esa deriva es contingente el proceso de cambio será colectivo, si esa deriva lo va separando del grupo iniciará el proceso de individuación que lo distinguirá del grupo que permanece invariante . El agente pierde o desdibuja su identidad grupal y construye como alternativa una identidad propia que devendrá en un "no ser", un ser que no es, un "ser mutante". Mutará en un devenir.
Esta tesis, originalmente enunciada por Gilles Deleuze y Felix Guattari, es tratada por Edmundo Murray en su libro Devenir Irlandés como hipótesis de su trabajo. He aquí lo que dice Murray

“La identidad puede estudiarse, analizarse observando los valores y creen­cias que la componen. ‘El conjunto de costumbres de un pueblo’ -dice Claude Lévi-Strauss en su célebre y poético Tristes tropiques (1955)- ‘está siempre marcado por un estilo: las costumbres conforman sistemas. Estoy persuadido de que estos sistemas no existen en número ilimitado, y que tanto las socieda­des humanas como los individuos -dentro de sus juegos, sueños o delirios- no creen jamás de modo absoluto, sino que se limitan a elegir entre ciertas combina­ciones dentro de un repertorio ideal, que les será posible reconstituir’…”
Así cita Edmundo Murray en su introducción al Devenir Irlandés Narraciones íntimas de la inmigración irlandesa a la Argentina. 1844-1912 Eudeba 2004 investigación muy microscópica y moderno sobre la conformación de la colonia irlandesa en nuestro país “…nunca se insistirá demasiado en una interpretación integral de las migra­ciones que utilice los recursos de varias disciplinas: historia, genealogía, geo­grafía, economía, antropología, entre otras. La insistencia en los "modelos" de migración tomada como flujo económico ha llevado a muchos a afirmarse en determinadas causas contextuales, push o pull, explicaciones económicas o psi­cológicas, modelos econométricos intelectualmente narcotizantes que buscan desesperadamente la coincidencia de efectos en la variedad de causas. El migrante es, simplemente, un ser humano que cambia. Insistir en catalogar o cuantificar aquello que lo oprimía en su país de origen o aquello que lo atrajo a su destino es fraccionar la realidad de un modo que luego dificulta su recons­trucción en un todo...”
“… Habiendo recorrido el camino desde los valores, que forman creencias, y que, al ser compartidas por una comunidad, dan origen a su identidad, podemos ahora observar su representación lingüística, es decir, el discurso. Teniendo en cuenta el discurso como representación de identidades, sólo dos o tres categorías alcanzan para clasificar la voluminosa literatura que existe sobre migraciones entre Europa y América en el siglo XIX y la primera mitad del XX. Algunos, entre los que se cuentan tanto los cronistas contemporáneos de la emigración como los actuales revisionistas, hablan en general desde un discurso de la opresión" (una sola de las categorías por nosotros presentadas). "Esta perspectiva insiste en el estado abusivo que obligó a millones de personas en la Europa del siglo XIX y primera mitad del XX a buscar otras alternativas de vida en las Américas, Australia, África del Sur y otros destinos. La motivación de los primeros cronistas era simplemente dejar una constancia de sus sufrimientos a causa del poder de otro (victimizarse y vindicarse). Es el nacimiento del post-colonialismo como realidad discursiva, existiendo o no las colonias formales. Sin embargo, la motivación de los revisionistas contemporáneos es crear una oposición ideológica en la que se negocian factores políticos, sociales, religiosos, y por supuesto, económicos.” (negociación para dentro y para fuera)
“El discurso de la opresión, que carga sus tintas en los motivos que el emi­grante tenía para mudarse a un país extraño (del tipo push, pero insistiendo en el papel del colonizador), da lugar a un segundo discurso, el de la compensación.”
Referente a las culpas del migrante que debe abandonar sus propias tierras y sus propios vínculos, dice: “…Finalmente, el discurso de la compensación genera el discurso de la contribución. Se asocia al país receptor del emigrante, demostrando que no es un recién llegado o un advenedizo, y que para integrar la clase dirigente de dicho país debe pagar cierto precio, que es la contribución al desarrollo y crecimiento de la nueva comunidad. El colonizado es ahora -puede ser- colonizador.”
El inmigrante no es irlandés por nacer en Irlanda. Debe pasar por un proceso, a la vez activo y pasivo, que lo transforma interiormente, y gradual­mente modifica el tipo y grado de valores que soportan su estructura cultural. Lo que cree es lo que vale. Deviene inglés cuando cruza el Atlántico y llega a una colonia del imperio británico informal, en la que casi todo, menos el cuero y la carne, viene de las Islas Británicas... Deja de ser colonizado y pasa a ser colonizador cuando se da cuenta -en realidad esto puede ocurrir mucho antes del viaje- que su condición de súbdito británico nacido en Irlanda puede dejar de ser un inconveniente y convertirse en una ventaja al emigrar a la Argentina, un lugar concebido como un enorme espacio vacío de identidad nativa,
(metáfora del desierto) en el que las anglófilas elites gobernantes hacen culto del Imperio Bri­tánico y creen ciegamente en la superioridad de las razas del norte de Europa.[i]
“Más tarde, cuando la semilla del modelo nacionalista comienza a germi­nar en la burguesía argentina, el irlandés devenido inglés comienza a devenir argentino. De la mano de la corriente gauchesca, el irlandés se desviste de su identidad británica y se pone chiripá, botas de potro y chambergo. No es una metáfora, porque de verdad algunos abandonaron la ropa inglesa para vestir­se como los gauchos…”


Yo no estoy de acuerdo con el Sr. Murray en este punto. El irlandés no "se viste de gaucho" es un gaucho mas entre los gauchos porque comparte su pasión por los caballos. El caballo hace de puente del acriollamiento que menciona Murray. Ojo, esto solo ocurre con el hombre, con la mujer pasa algo distinto, va a estudiar a Buenos Aires y se casa en general con ingleses, lo que acriolla más , a su vez, al irlandés hombre que se casa con criollas o españolas. Mi abuelo Boyle se casa con una Rodriguez. Sus hermanas y primas fueron monjas o se terminaron casando en la ciudad de Rosario.

“Un largo proceso, el devenir, que no se detiene como el ancho Río de la Plata, pero que como éste a veces cambia de dirección, o se encrespa en turbu­lentas corrientes, siguiendo siempre su curso hacia una nueva identidad. El irlandés devenido-inglés y luego devenido-argentino ahora deviene irlandés. Se viste de verde y festeja San Patricio cada 17 de marzo, bebe cerveza, adorna su casa con tréboles y hasta prefiere el té con scones al mate con bizcochitos. Se conmueve con las historias de la Gran Hambruna que tal vez sus abuelos nun­ca sufrieron, pero que describen con estilo faction (fact + fiction), y con la poco sutil manipulación del excepcionalismo norteamericano, los horrores que la población irlandesa debió aguantar en manos de sus amos británicos.[ii]


“Devenir irlandés a través del discurso. Este devenir se representa en una narrativa de la identidad propia y ajena, y de los cambios de esa identidad…”

Foto de acá


[i] Esta idea es también concebida en Irlanda hasta bien entrado el siglo XX. En 1924 J. J. Byrne Newell escribía desde la Argentina: "El argentino promedio y los extranjeros conocen muy poco sobre nosotros [los irlandeses]. Esto no puede sorprender, dada la enorme ignorancia y superstición salvaje que existe entre la mayoría de la gente de aquí, entre los que hay labriegos analfabetos y semi analfabetos, y sirvientes de regiones semisalvajes de Italia, España, Aus­tria, Grecia y Turquía, Rusia, Polonia [ ... ], junto a muchos miles de pequeños comerciantes y minoristas que en su mayoría son infieles y agnósticos, cuya educación ha sido únicamente comercial, y cuya única perspectiva en la vida parece ser la adoración del becerro de oro. [ ... ] El típico joven hiberno-argenti­no es muy diferente de sus rudos y esforzados ancestros, siendo sobre todo un dandy urbano, con la calidad y el vigor que le brinda el suelo y el clima" [J. J . Byrne Newell, "Where the Peso Rules", en: Irish Independent, 5/9/1924].
[ii] Entre los títulos de divulgación masiva sobre la Gran Hambruna que todavía venden miles y miles de ejemplares en los Estados Unidos se distingue Paddy's Lament: Pre/ude to Hatred, de Thomas Gallagher (1998), cuya bien documentada argumentación, eficiente retórica dramática y sensibilidad -iracilr lasemodones relacionadas con la identidad de una buena parte de la población de los EE.UU. logran esconder un discurso simplista de divisiones con tintes racistas, plagado de argumentos elaborados a partir de copiosa documentación folklórica. Entre estos argumentos destaca notoriamente la misión supuestamente redentora de los EE.UU. durante y después de la Gran Hambruna, enviando alimentos y recibien­do emigrantes pobres. Esta obra es una prueba más de que no basta la cantidad de referencias y documentos primarios para que la narración histórica refleje con­vincentemente lo que pasó. Entender el pasado es también devenir otro, darse cuenta y hacer que otros se den cuenta del cambio interior de identidades.

1 nos acompañaron:

Ulschmidt dijo...

Adhiero profundamente a éste concepto, Boyle. La Identidad - como la Historia - se construye y se adapta. (me sorprendo de las profundas coincidencias que tenemos)

Posts relacionados