Hace un tiempo nos ocupábamos de las TAZ de Hakim Bey, lo citábamos así:
Brevemente: no proponemos el TAZ como un fin exclusivo en sí mismo, reemplazando todas las otras formas de organización, tácticas y objetivos. Lo defendemos porque puede proveer la clase de intensificación asociada con la revuelta sin conducir necesariamente a su violencia y sacrificio. El TAZ es como una revuelta que no se engancha con el Estado, una operación guerrillera que libera un área -de tierra, de tiempo, de imaginación- y entonces se autodisuelve para reconstruirse en cualquier otro lugar o tiempo, antes de que el Estado pueda aplastarla. Puesto que el Estado tiene más que ver con la Simulación que con la substancia, el TAZ puede ocupar estas áreas clandestinamente y llevar adelante sus propósitos subversivos por un tiempo en relativa paz. Puede que incluso algunos pequeños TAZs hayan durado vidas enteras, y ello gracias a su capacidad de permanecer ignorados, como pequeños enclaves rurales que nunca se han cruzado con el Espectáculo, que nunca han aparecido fuera de la «vida real» que resulta invisible a los agentes de la Simulación.[…]
El TAZ es un campamento de guerrilleros ontológicos: golpean y corren. Mantén en movimiento a la tribu entera, aunque sólo se trate de datos en el Web. El TAZ tiene que ser capaz de defensa: pero tanto su ataque como su defensa deben, siempre que puedan, eludir la violencia del Estado, que es una violencia sin sentido. El ataque se hace contra estructuras de control, esencialmente contra las ideas; y la defensa es la invisibilidad -un arte marcial- y la invulnerabilidad -un arte oculto entre los marciales. La «máquina de guerra nomádica» conquista antes de ser notada, y se desplaza antes de que el mapa pueda ser reajustado. Por lo que concierne al futuro, sólo los autónomos podrán planificar la autonomía, organizarla, crearla. Es una operación que se autoinicia, fundacional. El primer paso tiene algo de satori: la realización del TAZ comienza con el simple acto de su realización.
Llevamos este concepto hasta sus límites y lo extrapolamos a toda Zona que se diera en los bordes de sistemas definidos desde la centralidad. Decíamos aquí:
Tradicionalmente los estado se han dividido territorialmente en Naciones que ocupan la totalidad del globo terráqueo. Estos estado nacionales se dividen entre sí mediante límites fronterizos a veces bipartitos, otras multipartitos. Por trabajos recientes sabemos que estas líneas imaginadas, a veces trazadas por la naturaleza, otras por el capricho de alguna línea trazada sobre el mapa, no son tales sino fajas o tal vez zonas fronterizas a partir de la cuales una nación- estado deja de ser tal pera transformarse en otra. También sabemos que en los límites de los estados, entre sus pliegues, pueden instalarse Zonas Temporalmente Autónomas, que serán tan temporales, tan angostas o tan autónomas como los Estados que se la disputan lo permitan, mientras tanto las posibilidades de la TAZ serán infinitas.
Llevando este razonamiento in extremis, podríamos decir que tradicionalmente las fronteras del Objeto Político Estado han podido estar mas o menos definidas: cuanto mas angostas o diminutas hayan sido las TAZ que pudieron instalarse entre sus bordes.
Lo que propongo es considerar al mundo jerarquizado como un conglomerado de agrupamientos de bordes rígidos definidos desde una centralidad. Las TAZ llevadas a su última (o primer) acepción pueden concebirse como los espacios vacíos que dejan, o quedan entre los espacios jerarquizados, una especie de espacio “vacío”, sin definición central, o si se quiere un espacio de disputa. Luego comienza un movimiento dinámico entre espacio TAZ y espacio jerarquizado. TAZ es en última instancia una porción de lo que tradicionalmente se ha llamado “desierto” según historiadores como Navarro Floria y otros.
Hernández es uno de los primeros cronistas de la frontera, ese territorio oscuro de nuestro país en su etapa de unificación. La frontera es una línea difusa que marca inclusiones y exclusiones, adentros y afueras, padentranos y pajueranos, ciudadanos y marginales, civilización y barbarie. Aquellos excluidos de la civilización eran los que habitaban más allá de esos territorios. Indios, negros, viajeros, algunos inmigrantes, gauchos y partidas militares eran sus transeúntes. Una tierra amorfa dominada por lo que Sarmiento, siguiendo una tradición europea, llama “barbarie”. Allí también iban a parar las lacras de la ciudad: los excluidos, los prófugos y los marginales. Algunos optaban por cruzar la línea, a veces escapando, otras para hacer más soportable una vida miserable y así se internaban en el “desierto”.
Refiere Moyano que la “metáfora del desierto” como estrategia territorializadora
“se articuló sobre la idea de vacío: de nada, de pura negatividad, de espacio de tránsito y de tierra de nadie, espacio en blanco que el cuerpo de la patria no puede precisar como línea de continuidad civilizada. Como tal, ese vacío representaba un desafío que el Estado debía asumir, porque crear el mapa significaba crear la Nación.”[…] “La nada y el vacío, lo inmodificable, son las formas que ese espacio asume en el marco heredado del saber europeo configurado en las textualidades del recorrido, la descripción y el viaje en procura de marcar y nominar para acumular conocimiento que articule de algún modo una apropiación territorial sobre esos espacios”. (en definitiva como relato lineal[3])[…] “Tras la metáfora del desierto lo que se oculta en realidad es una frontera interna en el proceso de constitución del Estado y la nación”, (que en nuestro país aún persisten hasta hoy ),”que se perfila como una muestra de la asimetría estructural entre una sociedad y un orden estatal que pretende proyectarse frente a una otredad radical, la de la población gaucha excluida de ese proyecto y la idea de sociedad aborigen no reconocida como tal, que como no pueden instituir un orden cultural y jurídico reconocible desde la perspectiva civilizada no existen sino como obstáculo y rémora de la amorfa barbarie…”.
Hasta aquí habría un paralelo entre las modernas TAZ y la antigua “metáfora del desierto”. A la comunidad de cientistas políticos modernos también les gusta rescatar el concepto de “la Barbarie” como una consigna que pretende rescatar los transeúntes del antiguo desierto ahora definidos por Denis Merklen como los habitantes de los márgenes que utilizan la lógica del cazador
Esto puede ser aplicado a los estados nacionales a otros espacios jerarquizados centralmente como la escuela, las religiones, el arte, la cultura, etc. Toda regionalización definida desde una centralidad abre la puerta para que crezca una TAZ en sus bordes. De hecho los imperios colapsan cuando llegan a un límite que no pueden abastecer desde la centralidad, como el imperio romano que se derrumba cuando no puede asistir a los bordes con su único medio de comunicación y locomoción de entonces, el caballo.
Por eso arriesgaría que entre dos Imperiums necesariamente se instalará una TAZ, por ser sus bordes una zona difusa que se arma justamente entre dos muros y se apropia de los flujos sin represión que por allí circulan.
Cuando los TAZ le ganan espacio a los Imperium no es porque los Imperium se los permitan, sino porque no pueden atender debidamente sus límites. Por lo que el florecimiento de las TAZ es un síntoma necesario de decadencia del Imperio.
Recordemos a Negri –Hardt y su concepto de imperio
de acuerdo a Imperio de Hardt y Negri, el surgimiento del imperio es el fin del conflicto nacional, el "enemigo" ahora, quien quiera que sea, ya no puede ser ideológica o nacional. El enemigo ahora debe entenderse como una especie de criminal, como alguien que representa una amenaza, no a un sistema político o de una nación, sino a la ley. Este es el enemigo como terrorista .... En el "nuevo orden que envuelve todo el espacio de la civilización ...", donde los conflictos entre las naciones se han vuelto irrelevantes, el "enemigo" es a la vez "banal" (reducido a un objeto de la represión policial de rutina) y absolutizado (como el enemigo, una amenaza absoluta al orden ético "[2]). [3]
Por eso antes “la barbarie” y ahora la Triple Frontera anidan el huevo de la serpiente del mal y no tardará el momento en que los imperios vuelvan a atender sus bordes como ha sucedido recientemente en el norte de África. Por eso ante esta situación se hace imprescindible dar una nueva respuesta a la tradicional para estos conflictos, la represión.
Desde aquí no anulamos las posibilidades de las TAZ pero si cuestionamos firmemente su “Autonomía” dado que el concepto de autonomía está fuertemente ligado al de anarquismo o al del un individualismo fuertemente egoísta y desde aquí desde siempre hemos combatido esa posibilidad y hemos compartido la visión de Michel Onfray en su Política de un rebelde cuando dice:
Del sujeto podemos decir, desgraciadamente, que ha sido exacerbado en esta época y en estos lugares. Define al ser por la relación y la exterioridad, negándole una identidad propia que se le atribuye solamente por y en la sumisión, la subsunción a un principio trascendente, superándolo: la ley, el derecho, la necesidad o cualquier otra cosa que incita a hacer la economía de sí en provecho de una entidad estructurado por su participación, su docilidad. El sujeto es siempre de algo o de alguien. De modo tal que siempre encontramos un sujeto menos sujeto que otro, en la medida en que, apoyado sobre el principio en cuestión, uno se siente incesantemente autorizado para someter a otro: el juez, el político, el docente, el prelado, el moralista, el ideólogo, todos aman tanto a los sujetos sometidos que temen o detestan al individuo, insumiso. El sujeto se define en relación con la institución que lo permite, de ahí la distinción entre los buenos y los malos sujetos, los brillantes y los mediocres, es decir: aquellos que consienten el principio de la sumisión y los otros. Con su preocupación por la conciencia que se rebela y no acepta, Antelme recuerda que un sujeto no se define por su conciencia libre sino por su entendimiento sometido, fabricado para consentir la obediencia.La persona tampoco me agrada. Aquí también la etimología, etrusca en este caso, recuerda que la palabra proviene de la máscara utilizada en la escena. Que el ser sea con relación a lo que se somete o por su modo de presentarse, no me convence, ni en uno ni en otro caso. La metáfora barroca del teatro, la vida como sueño o novela, la necesidad de la astucia o de la hipocresía, del juego social que presupone la persona del teatro, implican también el recurso al artificio: el ser para el otro no es el ser en su resplandor, ni en su miseria. El campo de concentración olvidó al hombre, celebró al sujeto, tornó improbable a la persona y puso de manifiesto al individuo. Las tres figuras de la sumisión funcionaron en la juridicidad, el humanismo y el personalismo. Quedan por formular las condiciones de posibilidad de un individualismo que no sea egoísmo.
Y también desde aquí venimos proponiendo una forma de individualismo que no sea egoísta, hablamos naturalmente de La Fraternidad que resuelve el problema al pactar una institucionalidad entre pares. Por lo que esas TAZ podrían dejar de ser unidades cazadoras recolectoras autónomas, para convertirse en agricultoras. En Zonas Temporalmente Fraternales. Si la fraternidad no ha de convencer a nadie a la hora de analizarla desde el punto de vista de su mantenimiento en el tiempo, pues hagámosla temporal.
Finalmente si la escancia de los Imperiums es inhibir la libre circulación de los flujos: tanto sean de mercaderías como de personas, culturales, etc.; en reiteradas oportunidades se ha constatado que los TAZ son una herramienta eficaz para restituirlos a sus cauces normales. Sin embargo hay formas y formas de fluir y no todas son Fluzz. Fluzz es aquel flujo que propenda a la conservación, tanto en el mantenimiento como en la continuidad de una red social. De allí que Institución sería un Pacto Temporalmente Fraternal que se constituiría alrededor de un Fluzz. Sería una TAZ conservacionista, no anárquica, con un diseño tal que posibilite la conservación ecológica del sistema.
Se pone interesante todo esto