Gestión de los territorios desde la mirada de las redes sociales

Miremos estos dos mapas:

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Digamos que representas carreteras proyectadas para gestionar los territorios de América el Sud desde un contexto de un mundo globalizado.

En el de la izquierda vemos grandes trazos. A simple vista podemos adivinar la Ruta 14 de la Mesopotamia, el corredor bioceánico de las rutas 8 y 7. La muy meneada carretera trans-amazónica y la del conflicto de Evo en el Norte de Bolivia. Referente a esta última recomendamos el post de Rib donde hace una recopilación de varios artículos al respecto. De uno de esos sacamos estos mapas.

Miremos un poco más microscópicamente a esos mapas mediante estos otros gráficos

image Gudynas hace una esquematización de la localización del Estado en el territorio, queda claro que su presencia no ha variado mucho desde la época de la conquista. Grandes territorios vacíos en donde pueden encontrarse puntos (nodos) conectados entre sí por redes de servicios poco densificadas. Sin embargo denota algunas zonas (rayadas) donde la presencia del estado sí es importante, espacios conurbanizados, zonas portuarias fluviales, grandes metrópolis, cercanía a los puertos aéreos y/o marítimos.

Advierte Marisa Moyano[2]en su trabajo “Escritura, frontera y territorialización en la construcción de la nación”: “Configurar el cuerpo de la patria, su historia y sus trazos definitorios para hacer del espacio un territorio, y de éste una Nación, implicará incursionar en la frontera con la “barbarie”: la zona que une y separa a la vez el mundo conocido del desconocido, lo perfilado de lo amorfo, el “yo” del “otro”, la identidad de la diferencia; la zona donde se tocan y trafican las dimensiones del presente y del pasado, de un espacio sin marca, de una naturaleza sin saber, de un territorio sin propiedad, de monstruosas otredades sin asimilar que los habitan y transitan. Así en los textos escritos en la Argentina desde la independencia hasta que se concrete la modernización del estado en 1880 (en donde incluimos a los de Hernández), el territorio fronterizo emerge como un espacio donde entran en juego los conflictos centrales en el proceso de constitución de la Nación: la lucha entre “civilización“y “barbarie”, la tensión entre cultura y naturaleza, el pasado y el futuro. Por eso la letra, en su capacidad de nombrar, describir y construir la realidad, será la primer arma puesta en juego, la primera exploración en la lucha por exorcizar la barbarie. Porque para estas elites letradas, “territorializar” será “civilizar”, y “civilizar” construir la Nación”.

Afirma que el proceso discursivo era una “operación ideológica de invención social del espacio y las fronteras, como mecanismo previo al plan político de apropiación material del espacio en el proceso de conformación del territorio de un Estado Nacional”. Dice que la avanzada discursiva” prepara el proceso de apropiación efectiva del espacio y de configuración del mapa político real del Estado.]…[Ese procedimiento territorializador, en el proceso de inventar un espacio nacional, define sus límites y explora sus fronteras para exorcizar la barbarie y apropiarse discursivamente de ese cuerpo. Una estrategia eficaz que configuró y legitimó ese procedimiento fue la utilización de lo que Navarro Floria denomina metáfora del desierto, como un doble movimiento discursivo que consistía primero en operar conceptualmente un “vaciamiento del desierto” – a partir de las textualizaciones que lo configuraron como imagen de la negatividad y de la nada absoluta, de espacio sin límite ni propiedad, pura “naturaleza bárbara”- para procesarlo después, en un segundo movimiento, como espacio potencialmente productivo para la mano de hombres civilizados. Con ello se produce la apropiación discursiva del espacio que precede a la apropiación política posterior”.

Refiere Moyano que la “metáfora del desierto” como estrategia territorializadora

“se articuló sobre la idea de vacío: de nada, de pura negatividad, de espacio de tránsito y de tierra de nadie, espacio en blanco que el cuerpo de la patria no puede precisar como línea de continuidad civilizada. Como tal, ese vacío representaba un desafío que el Estado debía asumir, porque crear el mapa significaba crear la Nación.”[…] “La nada y el vacío, lo inmodificable, son las formas que ese espacio asume en el marco heredado del saber europeo configurado en las textualidades del recorrido, la descripción y el viaje en procura de marcar y nominar para acumular conocimiento que articule de algún modo una apropiación territorial sobre esos espacios”. (en definitiva como relato lineal[3])[…] “Tras la metáfora del desierto lo que se oculta en realidad es una frontera interna en el proceso de constitución del Estado y la nación”, (que en nuestro país aún persisten hasta hoy ),”que se perfila como una muestra de la asimetría estructural entre una sociedad y un orden estatal que pretende proyectarse frente a una otredad radical, la de la población gaucha excluida de ese proyecto y la idea de sociedad aborigen no reconocida como tal, que como no pueden instituir un orden cultural y jurídico reconocible desde la perspectiva civilizada no existen sino como obstáculo y rémora de la amorfa barbarie…”.

El desierto no estaba vacío: lo habitan gauchos, indios, cautivas, nómades, esclavos indios y españoles, comerciantes y viajeros. Sorondo Ovando dice que el desierto también puede entenderse como un lugar por donde no circulan los mensajes, como un lugar vacío de mensajes, interpretación ésta en concordancia con el concepto de “sociedad de la información”. Un espacio incomunicado.  Un no-lugar, un gran espacio del anonimato como lo define Marc Augé. No está vacío pero tampoco tiene visibilidad política.

En este mapa Gudynas señala los puntos geográficos de Sudamerica que son sujetos de pujas político-comerciales

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image El mapa es medio viejito 2005 pero tiene una gran actualidad. Parecería que la patria liberal del siglo XIX va para atrás.

En primer lugar, el Estado-nación se "desterritorializa". Esto no significa perder secciones del territorio, que pasan a quedar en manos de otro Estado, sino que describe una reducción y debilitamiento para regular y controlar el propio territorio. Encontramos con zonas donde la presencia estatal es muy débil, no hay cobertura adecuada de servicios de salud o educación, la protección ambiental casi no existe, y los derechos ciudadanos no son protegidos y la administración de justicia es muy limitada. Son zonas de un Estado ausente.
Pero por otro lado, en esos mismos territorios el Estado se manifiesta decididamente por medio de otras acciones, tales como otorgar concesiones mineras o petroleras, o proteger a grandes ganaderos o agricultores. El Estado aparece así otorgando cobertura a una serie de actividades económicas, especialmente aquellas que nutren sectores exportadores, y por lo tanto directamente vinculadas con la extracción de recursos naturales. En este caso el Estado está muy presente, pero sus acciones también desembocan en una "desterritorialización", ya que se protege la vinculación de "enclaves" o "nodos" a la economía global, y por lo tanto son los factores de los mercados internacionales los que se convierten en los factores claves en decidir los usos territoriales. El Estado nacional se vuelve funcional a esas decisiones.
En segundo lugar, estos "enclaves" o "nodos" corresponden a zonas de extracción de recursos naturales, o sitios de procesamiento primario de esos recursos, para enviarlos directamente a los sitios desde donde son exportados, usualmente puertos sobre aguas oceánicas. Los enclaves típicos con las explotaciones mineras, los pozos de hidrocarburos, o las áreas de cultivo de soja. En todos estos casos la finalidad básica de la extracción de esos recursos está orientada a la exportación, antes que a su uso en un mercado nacional o regional.
Estos enclaves se conectan por flujos de personas, materia, capital e información. En efecto, el capital llega a esos emplazamientos para financiar las acciones de apropiación, mientras que desde allí parten cargamentos de recursos; a su alrededor se atrae el empleo y se maneja información en uno y otro sentido. El tejido de esas redes de flujos y el emplazamiento de los nodos depende de cada sector y cada empresa; pero en casi todos los casos se establece desde el exterior. La perspectiva de gestión de esos nodos es transnacionalizada y descansa en la lógica de maximización de beneficios y competitividad empresarial, y está completamente desarticulada de metas sociales y ambientales comprometidas con las sociedades nacionales donde se opera (ver por ejemplo los casos de estudios presentados por Fobomade 2004).

La promesa del incremento de las exportaciones como motor del desarrollo no se cumple, tanto por incapacidades estatales en redistribuir esos ingresos como por las condicionantes que hacen que esas ganancias adicionales se vuelvan a enviar al exterior cumpliendo compromisos financieros.

Pero veamos cómo resuelve el problema de los espacios desconectado o levemente interconectados. Para que se vea mejor gráficamente a los tres países esquemáticos del cuadro anterior los hace jugar en un marco global y voilá en un contexto globalizado las fronteras No tienen sentido.

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Para no mezclar más, prometo volver sobre el tema,  me gustaría retornar al mapa de la derecha de los primeros planos de Sudamérica que están al tope del post. Allí vemos muchas flechitas que se retuercen y se hacen recursivas y densas. Éste es el planteo que hace Gudynas para gestionar los territorios que como los numerados en el último mapa han tomado visibilidad y son pasibles de una nueva “conquista” de parte del Capital y los mercados.

La solución a la que arriba es densificar, distribuir lazos de interconexión. Del Clústering hay que pasar a la etapa del  Swarming para lograr sinergia y resiliencia. Siempre caemos en la misma receta.

Fuente:

Eduardo Gudynas

El MAP: Entre la integración regional y las zonas de frontera en la nueva globalización

http://www.ambiental.net/publicaciones/AzMapGudynasFronteras07.pdf

Geografías fragmentadas: sitios globalizados, áreas relegadas

http://www.integracionsur.com/publicaciones/GudynasGeografiasFragmentadasRS.pdf

De revolutionibus orbium argentum

http://derevolution.wordpress.com/?s=marisa&searchbutton=go!#Civilizaci%C3%B3n%20y%20barbarie

1 nos acompañaron:

rib dijo...

Estimado Charlie:

A mi que no soy un fundamentalista de lo terrenal me parece que la ideología civil argentina - tanto la que admira a Sarmiento como la que admira a Ivanisevich - debería saber diferenciar entre los salvajes que llegaron temprano y los bárbaros que llegaron tarde.
Porque al fín y al cabo la humanidad no empezó en América.

Pero como usted bien señala mi collage de paginas web tenía la finalidad de enmarcar conflictos como los del TIPNIS en una historia un poco más amplia que la que los medios proponen.

Sin duda tampoco se le escapa a usted que estos conflictos de la triple frontera entre Perú, Bolivia y Brasil también son un "fútbol a tres bandas".

Saludos.

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