ONG cuenta 90 muertos más por choques en Entre Ríos

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“Si se puede evitar, no es un accidente”, dice la publicidad oficial que intenta concientizar sobre el cumplimiento de las leyes de tránsito. Las muertes por accidentes automovilísticos en Entre Ríos son muchas, pero han disminuido en 2010, y la merma continúa desde 2008. En esto no hay polémicas. Las diferencias aparecen a la hora de determinar el número exacto de fallecidos: hay 90 muertos de diferencia entre lo que calcula en un informe provisorio la Asociación Civil Luchemos por la Vida, y los números que maneja la Dirección de Prevención y Seguridad Vial de la Policía provincial. Fuente

Por otro lado, los accidentes viales en las provincias han evolucionado en forma distinta, de 1997 al 2008 es notable por ejemplo el incremento del 121% en Tucumán, del 82% en Santiago del Estero, y del 75% en Entre Ríos; cifras mucho mayores que el promedio del 13,5% nacional. (Año 2008) fuente

En 2006 Entre Ríos registró 219 muertes por accidentes de tránsito, cifra que creció en 2007 con 227 defunciones y 2.300 lesionados en 1.700 accidentes, y en 2008 a 230, según las estadísticas de la Provincia, aunque la ONG Luchemos por la Vida, señala que hubo en realidad 341 muertes el año pasado. (Año 2008) fuente

Estadística fatal

Año - accidentes - muertos

2007 333 147

2008 332 113

2009 297 109

2010 237 98

2011(*) 202 91 fuente

Entre Ríos, provincia militarizada

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Cortito y al pié. Cada quince días debo atravesar la provincia de Entre Ríos sur norte- norte sur. Maldigo a los malparidos que ponen esa policía coimera y burda que te para y te pregunta dónde vas, qué hace, te abre el baúl, te mira como sospechoso, mucho más si vas con una Ford modelo ‘95. En el siguiente cruce además de la policía provincial te puede estar esperando gendarmería que ocupa militarmente impune y siniestra los territorios provinciales.

Nadie te avisó Urribarri que ya fue todo esto, que en ninguna provincia te paran cada veinte kilómetros para nada, que eso es inútil y pertenece al pasado. Vos que tenés apetencias presidenciales pretendés militarizar nuevamente el país. Te cuento que en lugares de esa provincia el narcotráfico hace lo que quiere, o que las empresas que supieron ser del estado están en malas manos y Lucas Carrasco NO HACE NADA.

MontielAlasinoUrribarri demasiados años en que el esfuerzo ha sido mucho y poco ha cambiado

Divinas Vs populares

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Mendieta en este post y en este último acompañado por el Escriba, discuten el apoyo que debería dar la militancia a un gobierno que en su última reelección rompió todos los marcadores. Artemio por otro lado está en una cruzada de limpieza étnica contra los partidos vecinalistas que apoyaron a Cristina pero que no son del palo.(EDE)

La pregunta sería: se pueden defender desde una militancia los votos de Crstina, (militancia entendida en su sentido tradicional como una forma de exteriorizar el apoyo a una idea, una política, o un gobierno), o la misma idea de militancia en ese sentido ya está de modé. ¿Por qué gobiernos con pretensiones de referenciación popular como el de Alfonsín, La Alianza, o el mismo kirchnerismo se han preocupado por la formación y el mantenimiento de un brazo de militancia en la calle y el de Mendez no? Cabe esta discusión o ante la polémica (de vuelta) Artemio vs la blogósfera trosca, el peronismo nos enrostrará automáticamente el mote de gorila, cortacopes o simplemente de iluminati.

Esto nos lleva de vuelta a Pareto, puede un gobierno mantener una voluntad popular del voto del 54% sin tener que desarticular muchas de las ideas fuerza que lo llevaron a alcanzar ese numen.

Todo indicaría que vamos en dirección de la desintegración del movimiento, al menos del inicial, la bifurcación citándolo a Mendieta. Divinos vs populares. en estos casos es bueno recordar lo que pasó con las asambleas barriales.

¿Entra el kirchnerismo en  la primera etapa de lo que Tarrow describe  de esta manera?

1) Agotamiento y polarización: El agotamiento de los miembros del movimiento los lleva a la retirada y a posteriores disputas y polarizaciones internas

2) Violencia e institucionalización: Disputas dentro del movimiento sobre el uso de la violencia, junto con la institucionalización de los sectores más moderados.

3) Facilitación y represión: La represión del movimiento por medio de las fuerzas del Estado junto con la vehiculización, por parte del Estado, de algunas de las demandas del movimiento.

O podría pasar lo que Thompson pone en discusión sobre Tarrow sobre este tercer punto:

a) El uso de tácticas de confrontación no se limita a grupos autónomos;
miembros que se han institucionalizado también puede utilizar tácticas de confrontación.
b) Los movimientos sociales con una base homogénea articulada en clase  que operan en una democracia no son propensos a la violencia. Cuanto más homogéneos sean estos grupos, más fácil será de satisfacer a sus demandas y de institucionalizarlos sin un marcado incremento en la escalada de violencia por parte de otros sectores del movimiento.

Estamos en la Argentina y lo que plantea Thompson está justamente sacado de las asambleas barriales de este país, así que sería interesante ver estos dos últimos puntos en detalle.

Llegado el punto 3 el liberalismo tradicional rompe mediante dos vías, siempre desde el Estado, cualquier intento de indisciplina: algunas concesiones y palos. Sin embargo lo que discute Thompson (a) es que estas polarizaciones en nuestro país no solo se circunscriben a la calle, ámbito natural de la militancia, también se pueden dar en sectores institucionalizados. Esto quiere decir que en nuestro país el quilombo no se circunscribe a la barricada o a la militancia sino que la rebasa a las formas institucionalizadas de participación (esto es lo que más me gusta a mi de todo esto). Las instituciones no son letra muerta están vivas y pueden dar una discusión política, lo popular no solo se sostiene desde la militancia también se sostiene desde lo institucional.

Lo que nos pone en el apartado (b) de Thompson, algo muy meneado en nuestro país. No cuenten mucho  con la clase media para la militancia, en cuanto ésta vea medianamente satisfechas sus demandas (en general económicas) automáticamente se desmovilizarán y dejarán solo al núcleo duro de la militancia y aquí es donde Fernando Russo y toda la trosquedad, pelarán sus manuales del buen militante y les recordarán que hay una avanzada discursiva que precede a la próxima movilización y la vida sigue.

Termino este post con este video del parlamentario Nigel Farage, un gorilón de aquellos pero con un muy buen discurso que pone los puntos sobre las íes. (Actualizado ahora subtitulado en español)

Lo que plantea Farage es lo siguiente: ¿puede una sarta de burócratas a los que nadie eligió  por el voto popular regir los destinos de Europa, incluso presionar para que Papandreu desista en su intento de consulta popular para referenciar la decisión de su gobierno sobre el apoyo o no a la medidas económicas impuestas por el FMI y la UE?

Mendez no necesitó de militancia porque él tampoco necesitó refrendar su acción de gobierno ante ningún pueblo, él también había sacado mayoría absoluta. La clase media lo acompañó con el votocuota, el asalariado con un peso un dólar podía hacer previsible su economía, podía ahorrar y también comprar en cuotas. (Punto (b) de Thompsosn) El problema fue otro, cuando el modelo se agotó, él simplemente dio un paso al costado sin embargo La Alianza, que venía a corregir muchos de los vicios del anterior gobierno no pudo hacer ningún cambio, incluso tuvo que poner a un opositor como Cavallo como ministro de economía para congraciarse con los de siempre o coimear a senadores para que les vote una ley repulsiva.

Siempre está latente la posibilidad que un burócrata invotado dicte los designios de nuestras vidas, está en nosotros podernos dar el debate  sobre que es lo que el pueblo quiere sin que nadie nos lo prohíba. De las AB aprendimos que esa discusión no solo se da en la calle, puede seguir en los blogs, hasta en las instituciones que bien falta les hace. Si no lo hacemos la democracia estará en serios riesgos, los gobiernos no serán populares, serán monárquicos, aristócratas, oligárquicos y esto en la era del 2.0 es inadmisible. El discurso de Farage es nacionalista y gorilón pero sigue teniendo vigencia


Agregado vía Marta Brígida
Clase media
medio rica
medio culta
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande.

Desde el medio mira medio mal
a los negritos,
a los ricos, a los sabios,
a los locos,
a los pobres.

Si escucha a un Hitler
medio le gusta,
y si habla un Che
medio también.

En el medio de la nada
medio duda
como todo le atrae (a medias)
analiza hasta la mitad
todos los hechos y (medio confundida)
sale a la calle con media cacerola
entonces medio llega a importar
a los que mandan (medio en las sombras).

A veces, solo a veces, se da cuenta (medio tarde)
que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en Reina.

Así, medio rabiosa
se lamenta (a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza a entender
ni medio.

Mario Benedetti

Pareto vs Gauss 4

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Rib nos hace notar que Power en ingles es el mismo vocablo  para Potencia que para Poder.

el término "power law" puede llevar a cierta confusión para el que no lee inglés.
El término matemático "power" en inglés se traduce al castellano como "potencia" y no como poder.

 Esto es lo que dice Wikipedia sobre poder

Nótese que en castellano "poder", al igual que en francés, pouvoir, no solamente es un sustantivo, sino también el verbo "ser capaz de". En inglés, el nombre "poder" se traduce como power, que también significa "potencia", lo que indica una cierta capacidad virtual o potencial. En alemán, en cambio, la palabra para designar "poder" es Macht, cuya raíz etimológica es machen, que significa "hacer". De manera bastante interesante, la palabra del mandarín que significa poder también deriva de una forma verbal con el sentido "ser capaz de", neng (能). Nengli (能力), "poder", significa literalmente "la fuerza de ser capaz de".

potencia.

(Del lat. potentĭa).

1. f. Capacidad para ejecutar algo o producir un efecto. Potencia auditiva, visiva.

2. f. Capacidad generativa.

3. f. Poder y fuerza, especialmente de un Estado.

4. f. Nación o Estado soberano.

5. f. Persona o entidad poderosa o influyente.

6. f. Cada uno de los grupos de rayos de luz que en número de tres se ponen en la cabeza de las imágenes de Jesucristo, y en número de dos en la frente de las de Moisés.

7. f. Fil. por antonom. Cada una de las tres facultades del alma, es decir, entendimiento, voluntad y memoria.

8. f. Fil. Capacidad pasiva para recibir el acto, capacidad de llegar a ser.

9. f. Fil. Aquello que está en calidad de posible y no en acto.

10. f. Fís. Cantidad de energía producida o consumida por unidad de tiempo.

11. f. Mat. Producto que resulta de multiplicar una cantidad o expresión por sí misma una o más veces.

pura ~.

1. f. Fil. potencia que se concibe como carente de toda actualidad, pero capaz de recibir alguna.

de ~ a ~.

1. loc. adv. De igual a igual, como dos Estados soberanos.

elevar a ~.

1. loc. verb. Mat. Multiplicar una cantidad por sí misma tantas veces como su exponente indica.

2. loc. verb. Aumentar en cantidad, grado, intensidad, etc.

en ~.

1. loc. adv. Fil. potencialmente. Estar en potencia.

lo último de ~.

1. loc. sust. m. Todo el esfuerzo de que uno es capaz.

 

poder1.

(Del lat. *potēre, formado según potes, etc.).

1. tr. Tener expedita la facultad o potencia de hacer algo.

2. tr. Tener facilidad, tiempo o lugar de hacer algo. U. m. con neg.

3. tr. coloq. Tener más fuerza que alguien, vencerle luchando cuerpo a cuerpo. Puedo A Roberto.

4. intr. Ser más fuerte que alguien, ser capaz de vencerle. En la discusión me puede. U. t. en sent. fig. Me pueden sus impertinencias.

5. intr. Ser contingente o posible que suceda algo.

MORF. U. solo en 3.ª pers. Puede que llueva mañana.

MORF. Conjug. modelo.

a más no ~.

1. loc. adv. U. para explicar que alguien ejecuta algo impelido y forzado y sin poder excusarlo ni resistirlo.

2. loc. adv. Todo lo posible.

3. loc. adv. no poder más.

hasta más no ~.

1. loc. adv. a más no poder (‖ todo lo posible). Alabar una cosa hasta más no poder.

no ~ alguien consigo mismo.

1. loc. verb. Aburrirse, fastidiarse aun de sí propio.

no ~ con alguien.

1. loc. verb. No poder sujetarlo ni reducirlo a la razón.

2. loc. verb. coloq. Sentir repugnancia hacia alguien o algo. No puedo con la sidra.

no ~ más.

1. loc. verb. Tener precisión de ejecutar algo.

2. loc. verb. Estar sumamente fatigado o rendido de hacer algo, o no poder continuar su ejecución.

3. loc. verb. No tener tiempo y lugar suficientes para concluir lo que se está haciendo.

no ~ menos.

1. loc. verb. Ser necesario o preciso.

no ~ parar.

1. loc. verb. Tener gran desasosiego o inquietud por causa de un dolor o molestia.

no ~se tener alguien o algo.

1. loc. verb. Tener gran debilidad o flaqueza.

no ~se valer alguien.

1. loc. verb. Hallarse en estado de no poder remediar el daño que le amenaza o evitar una acción.

2. loc. verb. No tener expedito el uso de un miembro.

no ~se valer con alguien.

1. loc. verb. No poder reducirlo a su intento o a lo que debe ejecutar.

no ~ tragar a alguien.

1. loc. verb. Tenerle aversión.

no ~ ver a alguien.

1. loc. verb. Aborrecerle.

no ~ ver a alguien pintado, o ni pintado.

1. locs. verbs. Aborrecerle con tanto extremo, que ofende el verle u oírle.

~ alguien leer.

1. loc. verb. desus. poder poner cátedra.

por lo que pudiere tronar.

1. loc. verb. Por lo que sucediere o acaeciere. Se usa cuando alguien se previene o trata de prevenirse contra un riesgo o contingencia.

puede que.

1. loc. adv. Acaso, quizá. Puede que llueva. Puede que venga.

¿se puede?

1. expr. U. para pedir permiso de entrada en un sitio donde hay alguien.


Ver artículo enmendado

poder2.

1. m. Dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo.

2. m. Gobierno de un país.

3. m. Acto o instrumento en que consta la facultad que alguien da a otra persona para que en lugar suyo y representándole pueda ejecutar algo. U. m. en pl.

4. m. Posesión actual o tenencia de algo. Los autos están en poder del relator

5. m. Fuerza, vigor, capacidad, posibilidad, poderío.

6. m. Suprema potestad rectora y coactiva del Estado.

~ absoluto.

1. m. despotismo.

~ adquisitivo.

1. m. Capacidad económica para adquirir bienes y servicios.

~ arbitrario.

1. m. despotismo.

~ constituyente.

1. m. El que corresponde a la soberanía popular para organizarse, dictando y reformando sus Constituciones.

~ de resolución.

1. m. Fís. Capacidad de un instrumento para representar o hacer perceptibles las imágenes o señales de dos sucesos u objetos próximos en el espacio o en el tiempo.

~ ejecutivo.

1. m. El que tiene a su cargo gobernar el Estado y hacer observar las leyes.

~ espiritual.

1. m. El que emana de una autoridad religiosa.

~ fáctico.

1. m. El que se ejerce en la sociedad al margen de las instituciones legales, en virtud de la capacidad de presión o autoridad que se posee; p. ej., la banca, la Iglesia, la prensa.

~ judicial.

1. m. El que ejerce la Administración de Justicia.

~ legislativo.

1. m. Aquel en que reside la potestad de hacer y reformar las leyes.

2. m. En los países democráticos, Parlamento o asamblea legislativa.

~ liberatorio.

1. m. fuerza liberatoria.

~ moderador.

1. m. El que ejerce un jefe de Estado que no tiene poder ejecutivo.

2. m. El que desempeñan los presidentes de las instituciones sociales.

~ separador.

1. m. Fís. poder de resolución.

~ temporal.

1. m. Gobierno de un Estado, por oposición al poder espiritual.

2. m. El que tenían los papas como jefes de los Estados Pontificios.

~es públicos.

1. m. pl. Conjunto de las autoridades que gobiernan un Estado.

a ~ de.

1. loc. prepos. p. us. a fuerza de. A poder de ruegos logró su intento

caer bajo el ~ de alguien.

1. loc. verb. coloq. Estar sujeto a su dominio o voluntad.

caer alguien en ~ de las lenguas.

1. loc. verb. ant. Exponerse, dar motivo a que se hable mal de él con libertad.

de ~ a ~.

1. loc. adv. U. para dar a entender que algo se ha disputado o contendido de una parte y otra con todas las fuerzas disponibles para el caso. Los ejércitos dieron la batalla de poder a poder

2. loc. adv. Taurom. U. para expresar que, en la suerte de banderillas, el diestro provoca la arrancada de la res avanzando hacia ella.

hacer un ~.

1. loc. verb. coloq. U. para incitar a esforzarse a quien se excusa de hacer algo que le mandan.

~ de Dios.

1. loc. interj. U. para exagerar el mérito, grandeza o abundancia de algo.

por ~.

1. loc. adv. Con intervención de un apoderado. Casarse por poder

V.

Definición

Una relación en forma de ley de potencias entre dos escalares x e y es aquella que puede expresarse como sigue:

y = ax^k\,\!

donde a (la constante de proporcionalidad) y k (el exponente de la potencia) son constantes.

La ley de potencias puede interpretarse como una línea recta en un gráfico doble-logarítmico, ya que la ecuación anterior se puede expresar

\log(y) = k\log(x) + \log(a)\,\!

la cual presenta la misma forma que la ecuación de una línea recta

y = mx+c\,\!

Invariancia de escala

El principal interés de las leyes de potencias radica en su invariancia de escala. La función f(x) = axk (donde a y k son constantes), satisface la relación:

f(c x) = a(c x)^k = c^{k}f(x) \propto f(x),\!

para toda constante c. Esto es, al multiplicar el argumento x por c, únicamente estamos multiplicando la ley de potencias original por la constante ck. En este sentido, se dice que la función f(x) es invariante de escala. Esta propiedad hace que una ley de potencias quede determinada por su exponente, formando las funciones con el mismo exponente una clase de equivalencia.

Pareto vs Gauss 3

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Mediocristan y Extremistan

del artículo de John Hagel III volvemos sobre lo siguiente

Aquí está el problema (o la oportunidad). La distribución Gaussiana tiende a prevalecer cuando los eventos son completamente independientes entre ellos. En cuanto se introduce el supuesto de interdependencia entre eventos, las distribuciones de Pareto salen a la superficie porque los bucles de realimentación positiva tienden a amplificar sucesos inicialmente pequeños. Por ejemplo, el hecho que una Web tenga muchos enlaces incrementa la probabilidad de que otros se enlacen a esta Web.

Los fenómenos sociales se van encadenando históricamente unos con otros formando un fractal de orden diverso que provoca estos bucles de realimentación positiva donde la sociedad-comunidad va “aprendiendo” del bucle anterior.

McKelvey y Andriani sugieren que las distribuciones Gaussianas pueden transformarse en distribuciones de Pareto bajo dos condiciones – cuando la tensión se incrementa y cuando además el coste de las conexiones disminuye.

En nuestra economía globalizada, la tensión crece conforme se incrementa la intensidad competitiva y conforme los entornos de negocios evolucionan más deprisa que la capacidad de adaptación de muchas de las organizaciones.

En Argentina y en Latinoamérica la tensión crece (según Laclau) cuanto más represivo sea el régimen en donde esté inserta el grupo social. Esta tensión termina por ejemplificarse mediante la metáfora de los dos campos, el campo de los de arriba que ostentan el poder y reprimen o privan a los de abajo y los de abajo que “pueden” constituirse en un “pueblo”

Al mismo tiempo, el coste de las conexiones está disminuyendo rápidamente en la medida que las políticas públicas evolucionan hacia una mayor libertad de movimiento de bienes, dinero e ideas y las rápidas mejoras en la eficiencia en precio de las estructuras de TI (Tecnologías de Información) reducen dramáticamente el coste de la transmisión de información. Resultado final: las distribuciones de Pareto se están volviendo cada vez más importantes.

¿De qué manera? Mediante el fortalecimiento del bucle de retroalimentación vehiculizado por las TIC

Copio y pego  un viejo post de Juan Freire Burocracia gaussiana en un mundo paretiano :

John Robb sigue ahora reflexionando a partir de las ideas de Hagel, The Gaussian vs. the Paretian strategist, y nos ofrece otra “vuelta de tuerca”. Partiendo de la estrategia empresarial acaba discutiendo las políticas públicas. Para ello se apoya en las ideas que Nassim Taleb ha desarrollado en su libro The Black Swan, que diferencia dos tipos de mundos o dos visiones del funcionamiento del mundo: Mediocristan (basado en la distribución gaussiana) y Extremistan (basado en la distribución de Pareto). Esta tabla compara los atributos que caracterizarían a estas dos opciones:

Según Robb, históricamente, hemos transitado desde un mundo gaussiano a otro paretiano por el incremento de complejidad y de densidad de información:

Historically, Gaussian expectations for most events derived from human systems were usually correct. In that world, dampening factors dominated within relatively sparse and simple systems, driving events towards the mean. Over the last decades, however, systems have shifted towards towards ever greater levels of complexity and information density. The result has been a shift towards Paretian outcomes, particularly within any event that contains a high percentage of informational content.

Pero, las políticas públicas siguen estando dominadas por “gaussianos”, mientras que los paretianos se consideran poco menos que locos o visionarios con escaso sentido de la realidad. Según Robb, en el mundo de los negocios el pensamiento paretiano si se está imponiendo por el papel creciente de los emprendedores (y yo añadiría de los innovadores), a pesar de que John Hagel criticaba el dominio aún existente de los estrategas gaussianos en las empresas. Si caminanmos hacia un mundo cda vez más paretiano (más complejo y exuberante en términos de información) y, al tiempo, los grandes poderes públicos (“big government bureaucracies”) ignoran o, incluso, desprecian el pensamiento paretiano, se está creando una brecha que crece a pasos agigantados. La propuesta de Robb es radical, buscar las soluciones fuera de las organizaciones tradicionales utilizando las estrategias propias de las guerrillas globales (a las que dedica su blog):

From my personal experience with the nearly complete lack of interest within big government bureaucracies for Paretian thinking that is far more explanatory, actionable, and predictive than what they currently produce, I don't think we will unless we develop it outside the traditional public organizations. In that sense, we will all need to become global guerrillas.

Pareto vs Gauss 2

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Cab Guy e Incencio chicanean el artículo del post anterior. SI saben de estadística les pido que aporten, toda ayuda en ese sentido es bienvenida . Hace unos años publicábamos en El siglo de la Fraternidad el siguiente apartado, hoy veo que hay algunos conceptos confusos debidos a que se toma la curva como un continuo y no como pequeñas porciones discretas que se concentras en pequeños clusters

Power Laws

Recordemos la forma de una power law

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"Las power laws son las características generales emergentes que presentan los sistemas complejos”.

Citado por Peter Winiwarter de The fractal nature of nature: power laws, ecological complexity and biodiversity- James H. Brown, et all en el capítulo mencionado.

“A pesar de la complejidad y de la idiosincrasia de los organismos y ecosistemas en que se producen, hay aspectos en la estructura y en las funciones de estos sistemas que se mantienen auto-similares, o casi, dentro de una amplia gama de escalas espaciales y temporales. Leyes potenciales empíricas describen matemáticamente una jerarquía de tipo fractal en la organización de estos sistemas”. […]“Por otra parte, mecanismos sencillos que limitan la estructura y la dinámica a mayor escala, también establecen grandes limitaciones sobre cómo los componentes interactúan y se vinculan a gran escala, los sistemas complejos. Juntos, estos mecanismos de abajo para arriba y de arriba para abajo dan lugar a Power Laws y otras características emergentes".

Las power laws son, en consecuencia, las que mantiene autosimilitud a media que el sistema evoluciona y esto puede interpretarse gráficamente como la evolución que presenta un fractal a medida que se va autogenerando.

El tercer elemento que queríamos introducir referente al tema que nos compete en este capítulo es la jerarquía fractal. Llamaremos jerarquía fractal al ordenamiento emergente propio de una Power Law. Si a una power law le corresponde un fractal es evidente que podemos interpretar a las power laws como sistemas evolutivos en el tiempo que por ser fractales se crean de una matriz y evolucionan en un sentido tal que su complejidad aumenta, y a medida que lo hacen, van generando nuevas generaciones emergentes de orden superior a la anterior. Este proceso de desarrollo fractal establece una concurrencia.

Determinado un X cualquiera en el eje de ordenadas, a las x que están a la derecha de X le corresponderán f(x) menores (mayores) que a X, en consecuencia a las que se encuentren a su izquierda le corresponderán f(x) mayores (menores). Así se establece un ordenamiento de mayor a menor o de menor a mayor propio de la distribución muestral de la que se trate, la pendiente de la recta de su representación doble logarítmica, nos dará una idea de cuan diferentes son entre sí los sucesivos muestreos y cuan disímil será la distribución como conjunto. A mayor pendiente de la recta doblelogarítmica mayor será la jerarquía fractal entre sus elementos primitivos. Cuanto mayor sea su dimensión fractal más rápido será el crecimiento de sus partes al aumentar el factor de aumento.

Pero para verlo mejor gráficamente vamos tomar una porción de la curva y la vamos a amplificar en un sector correspondiente al vecindario de X (Δx).

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Para cualquier x encontraremos una porción de la curva f(x) tal que en un entorno Δx, f(x) decrece (crece) desde a hasta b. En dicho Δx encontramos un Δy= f(a)- f(x) (zona amarilla de la figura) que tendrá un valor opuesto a otro Δy= f(b)- f(x) (zona naranja de la figura), representado en la figura por flechas de sentido opuesto.

Esto es fundamental ya que siempre que se pretenda reunir una diversidad social, tal que su dispersión sea Δx, se establecerá una tensión interna que dependerá de la forma propia de la curva y del sector donde se tome el Δx. Habrá una concurrencia mayor a un lado del Δx que al otro

La diversidad Δx está sujeta a una tensión intrínseca que se provoca a partir del desequilibrio propio de la disponibilidad que representa y que el sistema social en cuestión demanda para vivir, para ello deberá resolver sus diferencias internas para que las disponibilidades en disputa alcancen para todos y a partir de ellas puedan convivir y sostenerse en el tiempo. Esta tensión opuesta y de magnitud relativa al sector de la curva en cuestión, provoca un momento cinético que produce la movilidad social necesaria para que este diferencial pueda evolucionar en un sentido o en otro. Es por eso que ese sistema social lo resuelve, como dice Juan Urrutia Elejalde al describir el concepto de Fraternidad, como una conveniencia de los agentes en la búsqueda de un equilibrio de sus necesidades dentro de la red: "cada hermano está dispuesto a no ser el más listo para permanecer unido a su hermano". El Δy es el máximo esfuerzo que cada agente estará dispuesto a hacer en favor de la cohesión social.

Para que un ser humano (agente de una red de interacción directa) pueda hacer sustentable su vida necesitará reunirse con un grupo social para que en conjunto colaboren en la empresa creadora que es la vida. Esta reunión pone de manifiesto rasgos y necesidades comunes que concurren hacia una demanda también común de esas mismas disponibilidades, lo que de por sí configura un conflicto. Al estar las disponibilidades determinadas por el entorno, el grupo social tiene como única alternativa organizarse internamente en función de esas disponibilidades finitas y ajenas. Esta organización tomará una de estas dos formas: distribución o acopio.

Ahora, si bien siempre existen estas tensiones emergentes propias de cualquier agrupamiento social, el agente deberá optar por un Δx con el cual asociarse; dicho de otra forma elegir el sector de la curva que esté en concordancia con lo que mejor le convenga. Porque hay formas distintas de lograr número ya que en una porción de la curva el número se logra a partir de una gran diversidad, pero con poca tensión social relativa (sector derecho), y en el otro se logra con una gran paridad pero con tensiones sociales debidas a la rivalidad por los recursos mucho mayores.

Si el agente opta por agremiarse a la porción derecha de la curva, esto es minorías muy parejas entre sí en número pero con una gran diversidad, las tensiones internas producidas serán mínimas dado que la curva en ese sector está bastante aplanada. Esto es producto del equilibrio numeral entre los diferentes actores que la hace homogénea numeralmente en la diversidad. La escasa tensión social posibilitará el diálogo y el arreglo racional mediante la implementación de un contrato social.

Por el contrario si tomamos una muestra de la porción izquierda de la curva, a pequeños Δx tendremos una gran tensión social debido a la pronunciada pendiente de la curva en ese sector, en un mismo Δx convivirán sectores con muchas necesidades y otros con muchas menos. Por lo que el agrupamiento social en este sector, para ser equilibrado deberá se muy poco diverso, contrariamente a lo que pasaba en el caso anterior. Este es el caso del populismo: el consenso se logra en base a la casi nula dispersión, a un costo de alto grado de conflictividad latente que da como resultado un equilibrio muy inestable que ante cualquier perturbación puede desencadenar la ruptura social. En este caso la comunicación y el acuerdo social preponderante es esencialmente emocional.

Generalizando, los agrupamiento sociales del sector izquierdo de la curva podrán más numerosos y homogéneos aunque menos estables, los del derecho serán menos numerosos más heterogéneos pero pese a esto más estables. Podemos graficar los casos expuestos mediante dos rectángulos oblongos de superficies equivalentes que contienen el mismo número de agentes cada uno, en el primer caso el rectángulo se encuentra parado con una pequeña base de sustentación y una gran altura (rectángulo verde), en el segundo caso, el rectángulo yace acostado con su lado mayor como base (rectángulo rojo), es evidente que este segundo rectángulo pese a mostrar una gran diversidad, tiene más posibilidades que sobrevivir que el primero debido a que sus rivalidades internas serán mucho menores.

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Otra consecuencia de este análisis surge a partir de lo que Luque y Agea definen como Dimensión de inmersión. Conceptuar a los sistemas sociales como sectores estancos (Δx fijos) es un error, porque si bien en general las power laws son discretas y no una línea continua como las dibujadas, los agrupamientos discretos están sujetos a una movilidad ascendente o descendente en la curva. De allí la dimensión inmersa se yergue como una propiedad fundamental medible dentro de las power laws.

Pareto vs Gauss 1

10 nos acompañaron

La Potencia de las Power Laws (The Power of Power Laws)

(por John Hagel III, 10/05/2007) traducción al castellano de aizea

Nos estamos desplazando de un mundo Gaussiano a un mundo de Pareto, con profundas implicaciones para los negocios. Johann Gauss fue un famoso matemático del siglo XVIII y Vilfredo Pareto fue un gran economista que vivió a caballo de los siglos XIX y XX. ¿Qué importancia posible pueden tener estos occidentales ya fallecidos en el mundo actual de los negocios?

Gauss contra Pareto
Gauss contribuyó con su distribución Gaussiana, también conocida como distribución Normal, a una nueva forma de representar la probabilidad de sucesos (“events”) – muchos de nosotros la conocemos como la distribución de campana (de Gauss) con un montículo central significativo y dos colas relativamente pequeñas en ambos extremos. Pareto, por otra parte, inspiró la llamada distribución de Pareto, o la distribución estadística de las power law (ley de potencias). El libro The Long Tail de Chris Anderson ofrece un gran ejemplo contemporáneo de la distribución de Pareto – unos pocos eventos extremos o “blockbusters” (hits, éxitos) en la parte izquierda de la curva y una cola muy larga de eventos menos populares en la parte derecha de la curva. La distribución de Pareto es también conocida popularmente como la regla “80/20” .
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(Gráfico cortesía de Albert-Laszlo Barabasi, obtenido de su libro: “Linked: The New Science of Networks”)

Estas son dos formas muy distintas de ver el mundo, con algunos sucesos que siguen la distribución Gaussiana (ejemplo clásico: la altura de los seres humanos) y otros eventos que siguen la distribución de Pareto (ejemplos clásicos: frecuencia de utilización de palabras, tamaño de asentamientos humanos (ciudades), distribución del tráfico de Internet y los niveles de intensidad de los terremotos).

Bill McKelvey, profesor de la Escuela de negocios de la UCLA, ha escrito una serie de excelentes artículos científicos explorando el significado e implicaciones de estas dos visiones del mundo para los negocios (advierto al lector ocasional de temas de Business – que estos son trabajos densos que no pueden ser hojeados y ciertamente no deberían ser revisados en una BlackBerry al menos que quieras experimentar un Berrybite blowback).

En un artículo científico reciente (pago requerido) escrito por Pierpaolo Andriani, McKelvey destaca una distinción crucial entre los mundos de Gauss y Pareto:

Las distribuciones de Gauss y Pareto son radicalmente diferentes. La principal característica de la distribución Gaussiana (Normal). . . es que puede ser caracterizada enteramente por su “media” y “varianza”. . . Una distribución de Pareto no muestra los clásicos valores claros de la “media” y “varianza”. Una power law, por consiguiente, no tiene promedio que pueda ser asumido como representativo de las características típicas de la distribución y tampoco desviaciones normales finitas sobre las que basar los intervalos de confianza...

Andriani y McKelvey muestran los esfuerzos desesperados de los “científicos” sociales para modelar los fenómenos sociales mediante distribuciones Gaussianas. Hay un humor triste es sus comentarios sobre las aproximaciones creativas utilizadas por los econometristas para añadir mejoras que hagan más “robustos” modelos normalizados lineales de regresión múltiple, en un esfuerzo vano para tener en cuenta los eventos extremos. Como señala en otro artículo, “los tests para medir la robustez esconden la importante varianza.”

Pero no son únicamente los científicos sociales los que son presa de la tentación de adoptar una vista Gaussiana del mundo. Los ejecutivos de negocios también se ven forzados a asumir una perspectiva Gaussiana. Por un lado es mucho más sencillo – tiene sentido el concepto de “cliente medio” que puede ser utilizado para desarrollar segmentos de productos y operaciones alrededor de él- y es un mundo mucho más predecible. En muchos aspectos, la historia de las empresas occidentales durante el siglo XX representa un esfuerzo para desarrollar operaciones escalables a través de la normalización (estandarización) diseñada para servir al “cliente medio”.

Como McKelvey menciona en otro artículo (“Extreme Events, Power Laws, and Adaptation” – lamentablemente todavía no está disponible online) y que ha escrito con Max Boisot:

Las organizaciones pueden ser modeladas o forzadas a una forma Gaussiana. Las grandes jerarquías en las que trabajan los gerentes, y los procedimientos que imponen a los miembros de la organización – la división del trabajo, la contabilidad de resultados individualizados (single-point accountability), contabilidad de costes, etc. – tratan de conseguir el control mediante el aislamiento y la objetivación. Estos directores heredaron de la economía industrial la creencia de que, incluso donde el mundo no es todavía Gaussiano, puede convertirse de este modo a través del diseño.

El crecimiento del mundo de Pareto
Aquí está el problema (o la oportunidad). La distribución Gaussiana tiende a prevalecer cuando los eventos son completamente independientes entre ellos. En cuanto se introduce el supuesto de interdependencia entre eventos, las distribuciones de Pareto salen a la superficie porque los bucles de realimentación positiva tienden a amplificar sucesos inicialmente pequeños. Por ejemplo, el hecho que una Web tenga muchos enlaces incrementa la probabilidad de que otros se enlacen a esta Web.

McKelvey y Andriani sugieren que las distribuciones Gaussianas pueden transformarse en distribuciones de Pareto bajo dos condiciones – cuando la tensión se incrementa y cuando además el coste de las conexiones disminuye. En nuestra economía globalizada, la tensión crece conforme se incrementa la intensidad competitiva y conforme los entornos de negocios evolucionan más deprisa que la capacidad de adaptación de muchas de las organizaciones. Al mismo tiempo, el coste de las conexiones está disminuyendo rápidamente en la medida que las políticas públicas evolucionan hacia una mayor libertad de movimiento de bienes, dinero e ideas y las rápidas mejoras en la eficiencia en precio de las estructuras de TI (Tecnologías de Información) reducen dramáticamente el coste de la transmisión de información. Resultado final: las distribuciones de Pareto se están volviendo cada vez más importantes.

(Sólo como un anexo, me pregunto que hará la bio-ingeniería con la más representativa distribución Gaussiana – la altura de los individuos. Conforme adquiramos la habilidad de modificar genéticamente la altura de nuestros hijos, veremos surgir “modas” de altura del mismo modo que hemos visto evolucionar las modas en los nombres de las personas de generación en generación hasta nuestros días. Quizás, en algunas generaciones, ser alto estará “de moda” mientras que en otra distinta ser bajo volverá a ponerse de moda – lo que llevará a la desintegración de otro bastión actual de la distribución Gaussiana.)

Sucesos extremos
¿Por qué esto debería importarnos? En un mundo de power law o distribuciones de Pareto, los sucesos extremos son mucho más importantes. Los sucesos extremos pueden tomar muchas formas. Pueden ser alteraciones graves y súbitas como un terremoto de nivel 9 o una caída de los mercados financieros como la que ocurrió en
la Bolsa de Estados Unidos en 1987. Como señalan McKelvey y Andriani, “la lección que podemos extraer. . . es que los sucesos extremos, que en el mundo Gaussiano podían ser ignorados de forma segura, no son sólo más comunes de lo que pensamos sino que además tienen una magnitud mucho más grande y con mayores consecuencias.”

Nuestras instituciones (no sólo las empresas, sino también instituciones educativas y gubernamentales) han sido diseñadas principalmente para mundos Gaussianos en el que las medias y las predicciones son significativas. Como resultado, hemos desarrollado un sofisticado conjunto de programas planificados (“push”) que han aportado una mayor eficiencia. En un mundo de cambios súbitos, graves y difíciles de anticipar, los programas planificados (“push”) son mucho menos viables y necesitamos ser mucho más creativos en términos de diseño de plataformas bajo demanda (“pull”)– algo sobre lo que tanto JSB y yo mismo hemos escrito con extensión en el pasado. Línea de resumen: la arquitectura de nuestras instituciones, y ya no mencionemos las arquitecturas de nuestra tecnología, necesitarán ser rediseñadas para ser compatibles con el mundo de Pareto.

Utilizando ejemplos como los de los terremotos y las crisis financieras se ensombrece otra forma de suceso extremo que tiene resultados más positivos (al menos para los participantes directos) y que generalmente lleva más tiempo que las horas o días característicos de los sucesos repentinos. Como apuntan McKelvey y Andriani, compañías como Google y Microsoft han conseguido una enorme concentración de creación de valor económico que desafían las medias del mundo Gaussiano. Estos sucesos extremos tienen una propiedad interesante – emergen primero en la parte más densa de la distribución de demanda (“fat tail”), en el límite de la actividad convencional de los negocios y soportados por una visión diferente de la oportunidad de negocio, van entonces ganando tamaño (“gather momentum”) hasta que en un momento dado se posicionan a la cabeza de la distribución y cambian las reglas de juego para todos los demás. El reto para los gerentes de empresa es el de reconocer la señal de entre el ruido de la parte densa de la distribución de demanda (“fat tail”) y anticipar los sucesos extremos emergentes que pudiesen cambiar los entornos de negocio actuales de sus sectores. La excesiva focalización del modelo Gaussiano en las medias, oscurece estos eventos, tratándolos como “outliers”, (eventos extremos) excepciones sin importancia, hasta que es demasiado tarde.

Existe otra forma de sucesos extremos que también adquiere una mayor relevancia en el mundo de Pareto – es la tendencia a la aparición de formas extremas de agrupación (“clustering”) en redes sociales, ya tome la forma de concentración (“clustering”) en el espacio físico de las mega-ciudades o la concentración (“clustering”) de enlaces y tráfico en las Web del ciberespacio. El valor económico surge inexorablemente de estas concentraciones sociales (“social clusters”). Esto tiene poderosas implicaciones para los negocios, que van desde dónde localizar las operaciones en el espacio físico a cómo rediseñar las arquitecturas institucionales para acomodar a miles de business partners. Existe también una implicación en las políticas públicas – en muchos ámbitos es probable que veamos grados de concentración y consolidación de poder económico sin precedentes, (aunque ya el propio Pareto, observó hace más de 100 años que el 20% de la población en Italia poseía el 80% de la tierra).

Ahora, por supuesto, estas tres formas de sucesos extremos están relacionadas – la concentración de sucesos genera y amplifica los lazos de realimentación positiva que llevan tanto a la repentina aparición de graves sucesos negativos, como a los más graduales, y no menos importantes, sucesos positivos.

Buscando la simplicidad
Entre sucesos extremos, existe otra implicación de la evolución al mundo de Pareto. Mientras en la superficie, el mundo de Pareto parece mucho más complejo e impredecible que la seductora simplicidad del mundo Gaussiano, fuerzas estructurales internas trabajan para conformar estos mundos de Pareto. Estas fuerzas estructurales intervienen en múltiples niveles del mundo de Pareto – por ejemplo, a nivel de equipo de trabajo local, de compañía, de amplias redes de proceso, de ciudades, de regiones o del mundo.

El problema es que muchas de nuestras herramientas analíticas están diseñadas para entender los mundos Gaussiano. Estas mismas herramientas cometen importantes equivocaciones, o incluso distorsionan las dinámicas de los mundos de Pareto. Necesitamos un nuevo conjunto completo de herramientas analíticas para el mundo de Pareto. McKelvy y Andriani, en el artículo científico mencionado antes, apremian a los investigadores de negocios a aprender de

. . .la ciencia de los movimientos sísmicos en la que el estudio de los extremos está asumida, y de la ciencia de la complejidad, en la que el foco se sitúa en la auto-organización emergente que surge de la interdependencia de de los agentes y de la realimentación positiva, de los extremos que le siguen y de la teoría de escala-libre (“Scale-free theory”) que está por debajo. . . Vemos muy poco en las disciplinas sociales existentes que ofrezca algún resultado constructivo en este ámbito. Únicamente dirigiéndose a esta nueva línea de investigación estratégica de organización pueden realmente convertirse en una ciencia práctica relevante como lo son las ciencias naturales.

En el artículo del que es coautor con Max Boisot, McKelvey señala una visión alternativa de la simplicidad:

Por debajo de las power laws existe una dinámica causal explicada mediante la teoría de escala-libre (“scale-free theory”). Esta teoría apunta a una única causa generativa para explicar las dinámicas de cada uno, de los sin embargo muchos niveles que están siendo estudiados. Las teorías Scale-free contienen lo que [Murray] Gell-Mann. . . denomina como “simplicidad profunda”. . . . Las teorías Scale-free apuntan a las mismas causas operando a múltiples niveles – la simplicidad aquí consiste en una teoría explicando las dinámicas a múltiples niveles.

Más adelante en su artículo, McKelvey y Boisot ofrecen una sugerencia sobre diferentes estrategias para conseguir la comprensión entre los mundos Gaussianos y los mundos de Pareto:

El procesamiento de puntos es apropiado para lo que denominamos la estrategia rutinaria. Por otro lado, el procesamiento de patrones (“pattern”) sirve mejor a lo que llamamos la estrategia adaptativa de Pareto. El procesamiento de puntos significa el procesamiento de datos, una actividad cognitiva de bajo nivel. Por contraste, el procesamiento de patrones – reconocimiento de patrones – es una actividad cognitiva de alto nivel, que implica seleccionar los patrones relevantes de entre los miles posibles. . .

En un mundo de Pareto, los sucesos superficiales pueden convertirse en una distracción, desviando nuestra atención de las estructuras internas que conforman estos mismos sucesos superficiales. Las superficies son extraordinariamente complejas y evolucionan rápidamente mientras que las estructuras internas muestran una mayor simplicidad y estabilidad. Estas estructuras internas son profundamente históricas en su naturaleza – evolucionan mediante lazos de realimentación positiva y de dependencia entre diferentes trayectorias. Una mera foto instantánea de la realidad es engañosa y la comprensión de la misma requiere de una visión dinámica del entorno.
La Recompensa
No es simplemente un ejercicio académico. Las recompensas de obtener una mejor comprensión de los mundos de Pareto son enormes. Pequeños movimientos, realizados inteligentemente, pueden suponer mejoras exponenciales en la creación de riqueza asumiendo que se aprovechen de las estructuras internas que definen las distribuciones de Pareto. En contraste con las estrategias de escalado (segmentación) descritas anteriormente en el mundo Gaussiano, estrategias de escalado (segmentación) diferentes e incluso más potentes son posibles en el mundo de Pareto, convirtiendo la inestabilidad de una debilidad en una ventaja.

Cambiando esquemas mentales
Pero, como muchas cosas en los negocios (y en la vida), las estructuras mentales suponen el factor clave que nos bloquea en nuestro error. McKelvey y Boisot describen la “perspectiva Gaussiana del mundo” como una construida sobre la atomización, favoreciendo “la estabilidad sobre la inestabilidad, la estructura sobre el proceso, los objetos sobre los campos, y el ser sobre el convertirse.” No es un mal resumen de la manera en la que muchos ejecutivos occidentales ven los entornos de negocios. Existe una tendencia natural y muy humana a buscar lo “típico” y la “media”, de buscar lo más predecible. La implicación es que el mundo de Pareto requiere una visión mucho más dinámica del mundo, una que busque los modelos/patrones en la evolución de las relaciones, con profundas raíces en el contexto, y que comprenda como estos patrones de cambio transforman quiénes somos al mismo tiempo que nuestras oportunidades de crecimiento. El trabajo provocativo de McKelvey nos ayudará a enfrentar nuestros esquemas mentales a nuevos retos y a transformarlos.

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Murió Sartén Asaresi

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Finalmente luego de una trágica enfermedad murió Sartén, uno de los tantos músicos de excelencia que ha dado Venado Tuerto, con quién compartimos casa en Bariloche en el año 80 o 81 cuando tocaba en los boliches con el grupo Espectros. En una charla con Gerardo Fernandez lo recordábamos con mucho cariño, un músico increíble que hizo su primer wa-wa con una lata de galletitas que le robó a la vieja y un circuito de la revista Lupín. Uno se esos genios de los que uno fue testigo

Esta es la gacetilla de Venado 24

Multinstrumentista, autodidacta, luthier y técnico de sonido. Vivía en Ginebra, era nacido en Junín, pero venadense por adopción.

“El país no me quedó chico, las que se achicaron fueron las posibilidades, como para todo el mundo, y la situación me obliga a alejarme de mi elección de vida, generando el acercamiento a mis miserias y a la de los otros, inexorablemente. Me fui sin ganas de irme pero no vi otra alternativa”, le contaba el año pasado en una entrevista a José Verdi. Sartén estaba considerado uno de los mejores músicos que dio la zona y el país. Tenía oído absoluto, era autodidacta y experimentaba las 24 horas del día. Vivía en Europa desde hacía casi 20 años, y el cáncer se lo llevó ayer en una clínica de Ginebra, Suiza.

José Luis “Sartén” Asaresi tocó su guitarra junto a gigantes como Luis Alberto Spinetta, Pedro Aznar, Rubén rada, Mezo Bigarrena y músicos menos talentosos pero muy conocidos como los dos litos (Nebbia y Vitale) Sandra Mihanovich y la actriz Nacha Guevara. Se mudó a Buenos Aires en el 82, y comenzó tocando en Suéter, la banda de Miguel Zavaleta. En nuestra ciudad compartió escenarios con Jota Morelli, quien ayer lo definió como "un genio y gran inspirador", un "gran tipo capaz de compartir su talento con los amigos".

Jamás fue dejado de lado por los antiguos compañeros. En 2008, por ejemplo, participó de “Una mañana”, el último disco de estudio del Flaco Spinetta, en cual grabó un  solo de guitarra para el tema Mi elemento. (tema de corte de dicho disco). De hecho, Spinetta en su histórico recital de "Las bandas eternas", desarrollado en el estadio de Vélez a finés del 2009, tuvo palabras de elogios para Sartén y lamentó que no se hallara presente en ese momento sobre el escenario. 

Durante los últimos años de su vida logró desarrollar una reconocida carrera como compositor de bandas sonoras para películas y obras de teatro. Nunca perdió su espíritu experimentador.

El año 2011 marca el fin del Fin de la Historia

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Posteo original acá

by Jérôme E. Roos on October 26, 2011

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Cuando el sistema obliga a la gente común a transformarse en revolucionarios, sabes que te encuentras al borde mismo de la historia.

Traducido por Nicolás Caitán (Occupy Uruguay). Original version in English here. Tradução em português aqui.

Las revoluciones Tunecina y Egipcia. La Primavera Árabe. El default de Grecia que se avecina. La ruptura cada vez más probable de la eurozona. La segunda ola de la crisis financiera global. El regreso con venganza de la crítica sistémica del capitalismo. El llamado rotundo a nivel mundial por la democracia real. Las dramáticas manifestaciones contra la austeridad, la desigualdad y el neoliberalismo en España, Grecia, Chile e Israel. Los disturbios en Atenas, Londres y Roma. La ocupación de Wall Street y la propagación del movimiento a lo largo de los EE.UU. Las protestas en masivas de millones de personas en 1000 ciudades y 80 países el 15 de octubre. Incluso la muerte de Muammar Gaddafi.

Todo esto apunta en la dirección de una verdad simple pero inequívoca: el 2011 marca el Fin del Fin de la Historia. Más allá del horizonte plano de la democracia liberal y del capitalismo global, los acontecimientos de este año no sólo han abierto un nuevo capítulo en la saga del desarrollo de la humanidad, sino que han sentado las bases mismas de una interminable procesión de los capítulos más allá de esto. Lo que se está destrozando no es tanto el sistema democrático capitalista como tal, sino más bien la creencia utópica de que este sistema es la única manera de organizar la vida social en la eterna búsqueda de la libertad, la igualdad y la felicidad.

Hace casi veinte años, tras el colapso total de la Unión Soviética y el descrédito definitivo del comunismo de Estado, el politólogo norteamericano Francis Fukuyama conjeturó que “podríamos estar presenciando … no sólo el fin de la Guerra Fría, o el paso de un determinado período de la historia de la posguerra, sino el fin de la historia como tal: es decir, el punto final de la evolución ideológica de la humanidad y la universalización de la democracia occidental liberal como forma final de gobierno humano.” Dos décadas después de la publicación de El Fin de la Historia y al Útimo Hombre (The End of History and the Last Man), la tesis de Fukuyama parece más tambaleante que nunca.

Esto no es repetir el cliché sin fin de la izquierda de que el neoliberalismo está muerto – como Slavoj Žižek ha señalado, la ideología ya ha muerto dos muertes, primero como tragedia después de los ataques terroristas del 9/11, y después como farsa tras la caída financiera mundial de 2008 – sino más bien señalar que el neoliberalismo, como tal, por fin ha sido revelado por lo que siempre fue: una ideología zombie envuelta en torno a la cara de la humanidad, al igual que el calamar vampiro famoso Matt Taibbi, “despiadadamente empujando su embudo sangriento en todo lo que huele a dinero.”

El Emperador Neoliberal No Tiene Ropa

Mientras que 2001 y 2008 marcaron respectivamente, la muerte política y económica del neoliberalismo, 2011 marca el Fin del Fin de la Historia. Recién ahora le queda claro a la gente del mundo que, durante los últimos veinte años hemos simplemente vivido una mentira. De hecho, el consenso popular implícito que una vez legitimó el capitalismo democrático, ahora parece estar desentrañando rápidamente el esquema Ponzi financiero que sustentó la ilusión de su superioridad moral. Después de veinte años de estancamiento de los salarios, el rápido aumento de la desigualdad, el desempleo juvenil galopante y la alienación social generalizada, el estallido de la burbuja crediticia global por fin ha dejado al descubierto la esencia desnuda del sistema.

El capitalismo democrático de libre mercado no es lo que nos dijeron que era: como los últimos años lo han ampliamente demostrado, no es ni libre ni democrático. Se han librado guerras en nombre de las grandes petroleras a pesar de una abrumadora oposición popular. Se han hecho reducciones de impuestos en nombre de los grandes capitales a pesar de un enorme déficit presupuestario. Y ahora, bancos defectuosos están siendo rescatados y recortes draconianos del presupuesto impulsados en nombre de las Grandes Finanzas, a pesar de una abrumadora oposición popular y la evidencia incontrovertible de que esto sólo empeorara el déficit. El sistema ha dejado de tener sentido. Sus contradicciones internas se lo están comiendo desde dentro. Y la humanidad está finalmente despertando a esta realidad.

Así que hoy, una generación entera de jóvenes, privados de esperanza y oportunidad, se está levantando para disputar la absurda noción de que esta desastrosa situación, de alguna manera constituye la culminación de la “evolución ideológica de la humanidad.” ¿Es esto realmente lo mejor que podemos hacer? ¿Es este el nuevo orden utópico que Fukuyama previó cuando  denunció la victoria eterna de la democracia liberal y del capitalismo global sobre sus enemigos invisibles? Con los bancos en quiebra, Estados en quiebra y la deuda privada fuera de control, el mundo ideal de Fukuyama sin duda ha comenzado a parecer mucho más endeble ahora que el consumo desmedido alimentado por el crédito que lo sustenta se estrelló de cabeza en su propia e inevitable finalidad.

La magia se ha ido. El hechizo está roto. Y lo que los pueblos del mundo están tratando de dejar en claro a aquellos que están en el poder es que sabemos. Sabemos que el sistema está podrido en su núcleo. Sabemos que sus presuntos éxitos no soportan al escrutinio. Sabemos que la mayoría de sus grandes logros – desde los mercados de capital globales hasta la moneda única europea – fueron construidos sobre arenas movedizas financieras e institucionales. Ysabemos que toda la maldita cosa está a punto de derrumbarse como un castillo de naipes. De Tahrir a Times Square, de Madrid a Madison, de Santiago de Syntagma, sabemos que el emperador neoliberal  no tiene ropa.

Gaddafi y Fukuyama: del lado equivocado de la historia

Una de las descripciones más gráficas del Fin del Fin de la Historia es la sangrienta muerte de Muammar Gaddafi. Mientras que los escépticos tienen toda la razón de estar disgustados por la campaña imperial de la OTAN en Libia, muchos en la izquierda todavía no aprecian el enorme simbolismo detrás de la caída del Hermano Líder. Gaddafi, en cierto modo, era la encarnación definitiva del Fin de la Historia. Habiendo llegado al poder como un revolucionario socialista pan-árabe a finales de 1960, terminó como uno de los capitalistas más exitosos del mundo. Mientras que él continuó lamentando retóricamente los males del imperialismo occidental, parecía más que dispuesto a ofrecer el botín de su país a los mismos poderes neo-coloniales a los que tan ávidamente ridiculizó.

De acuerdo con un informe de 2008 que se publicó en Financial Times, Gadafi “ensalzó las virtudes de las reformas capitalistas”. Tratando a Libia como su empresa familiar, acogió a las grandes compañías petroleras, repartiendo contratos lucrativos a empresas occidentales como Eni y Shell. A continuación, dejó que las ganancias se acumularan en su fondo privado “soberano” de riqueza, mientras que alistó a Wall Street para reciclar el surplus de su capital para obtener ganancias adicionales. En el proceso, mientras que el pueblo libio se mantuvo paralizado por un subdesarrollo crónico, Gaddafi desvió  $168 billones de las riquezas de la nación en el extranjero. No es de extrañar que Occidente de pronto estuviera tan feliz de ser su amigo.

Sin embargo, lo que es más revelador acerca de Gaddafi no es su repentina conversión del libertador socialista al capitalista opresor, ni su estrecha relación con el establishment neoliberal de Occidente. Lo que es más revelador es su conexión personal con Francis Fukuyama. Ya en 2006-2008, Fukuyama fue parte de un grupo selecto de líderes intelectuales del mundo los que fueron reclutados – y generosamente remunerados – por Monitor Group, una firma de relaciones públicas con sede en E.E.U.U. asesorada por ex-directores del MI6 y de la CIA, para ayudar a pulir la imagen de Gadafi en Occidente, como parte de una ofensiva masiva diseñada para ayudar a legitimar la incursión de Libia en el Fin de la Historia. De acuerdo con documentos secretos filtrados por ex-funcionarios libios, “Fukuyama hizo dos visitas a Libia (del 14 al 17 de agosto de 2006 y del 12 al 14 enero de 2007).”

Fukuyama dio una conferencia en el Centro Griego del Libro en Trípoli y dio una clase sobre Libia en la Universidad Johns Hopkins. También ofreció una conferencia, titulada “Mis conversaciones con el líder”, que marcó “la primera vez en que el Libro Verde ha sido una lectura obligada para los estudiantes de una de las escuelas de política pública líder en el mundo.” Aparentemente, no sólo nosotros, sino el propio Fukuyama cree en Gaddafi como la encarnación del Fin de la Historia. Su derrocamiento, por lo tanto, incluso si nunca hubiera tenido éxito sin el poder militar de Occidente imperial, socava por completo la tesis de Fukuyama. Después de todo, si había llegado verdaderamente el Fin de la Historia, ¿cómo podría el autor de esta tesis terminar tan descaradamente él mismo en el lado equivocado de la historia?

El Colapso de la Zona Euro como el Fin del Fin

Pero Gaddafi no fue el único “error” histórico de Fukuyama . En respuesta a las acusaciones de que el Fin de la Historia fue un argumento puramente americocentrista, en 2007 Fukuyama escribió un artículo para The Guardian afirmando retroactivamente que “El Fin de la Historia nunca estuvo vinculado a un modelo específicamente estadounidense de organización social o política … Yo creo que la Unión Europea refleja con mayor precisión que los Estados Unidos comtemporáneo cómo se verá el mundo al final de la historia.” A juzgar por el destino de la Unión Europea, irónicamente resulta que Fukuyama, terminó teniendo razón de manera equivocada.

Como el New York Times publicó el otro día, “el euro fue un proyecto político destinado a unir a Europa tras el colapso soviético en una esfera de prosperidad colectiva que conduciría a un mayor federalismo. En cambio, el euro parece estar separando a Europa … (hay) una tensión en el sistema político y una duda acerca de las instituciones democráticas que no habíamos experimentado desde la caída de la Unión Soviética.” La profunda integración económica de Europa, en plena consonancia con la filosofía del Fin de  la Historia, produjo una situación tan tendiente a la crisis que el futuro de la economía mundial ahora depende de la suerte de un único Estado miembro de la UE – uno que sólo representa el 2 por ciento del PBI total de la UE: Grecia.

Pero Grecia es sólo el canario en la mina de carbón. Es un síntoma, no la causa de la crisis de Europa. Cuando Grecia declare el default, sólo será cuestión de tiempo antes de que los inversores pierdan la fe en Italia y España. Ambos son considerados demasiado grandes como para quebrar – pero también demasiado grandes como para ser salvados. El fondo de rescate europeo no es lo suficientemente grande como para salvarlos, y Alemania y Francia están atrapados en un callejón sin salida sobre la forma en cómo agrandarlo. Al mismo tiempo, el insolvente sistema bancario de Europa está al borde del colapso. Un default griego llevará   innumerables bancos a la quiebra, obligando a los gobiernos núcleo a repartir rescates masivos una vez más. Esto, a su vez, agravará aún más sus niveles de deuda soberana y por lo tanto sus calificaciones crediticias, llevando la crisis de la deuda “Griega” directo al corazón del capitalismo europeo.

El resultado en otras palabras, es que no hay manera fácil de salir de esta crisis – ni siquiera los tan alabados eurobonos, como Martin Wolf ha señalado recientemente para Financial Times. El euro, ese gran proyecto de la élite que estaba destinado a ser el pináculo de la integración europea, está vacilando. En este proceso, las instituciones post-ideológicas tecnocráticas de la UE han perdido los últimos vestigios de la legitimidad que les quedaba. El edificio se cae a pedazos, y francamente, nuestros líderes no tienen ni idea de qué hacer al respecto. La crisis de Europa, al final del día, es la crisis del mundo. Y está lejos de ser una crisis meramente económica: en el fondo, estamos frente a lo que Joseph Stiglitz ha llamado la crisis ideológica del capitalismo. Esto está obviamente muy lejos de ser el “punto final de la evolución ideológica de la humanidad”.

La Crisis del Capitalismo y el Retorno de lo Reprimido

Por lo tanto no es de extrañar, que el 2011 haya sido testigo del regreso – con venganza – de la crítica sistémica del capitalismo. En las últimas semanas, publicaciones pro libre mercado como el Wall Street Journal, Financial Times, Business Insider y Fortune han admitido que en realidad Karl Marx podría haber estado en lo cierto acerca de la tendencia del capitalismo a la autodestrucción. La razón de este repentino resurgimiento de la crítica marxista de la economía política es doble: primero, la naciente comprensión entre las élites de que estamos entrando en un espiral hacia otra Gran Depresión. Y en segundo lugar, la represión sistemática de la imaginación radical que el mundo post-ideológico de Fukuyama ha provocado.

En este sentido, se puede dibujar una línea directa desde el eslogan de Margaret Thatcher, “no hay alternativa” (there is no alternative), a la respuesta de la política neoliberal sobre la crisis financiera. Mientras que los banqueros se han repartido bonos suntuosos, al resto de la población se le dice que simplemente no hay alternativa a las medidasdraconianas de austeridad. La narrativa ideológica es el misma en todas partes: “todos estamos juntos en esto, todos tenemos que apretarnos el cinturón”, pero en realidad el mensaje implícito es: “no se atrevan a imaginar una alternativa.” Sin embargo, como Matt Taibbi señaló recientemente, un impuesto pequeño del 0,1 por ciento sobre todas las operaciones en acciones y bonos y un impuesto de un 0,01 por ciento en todas las operaciones de derivados (derivatives), podría pagar la totalidad de los rescates financieros de los EE.UU., tornando el “necesario” apretarse el cinturón, innecesario. Esa es una alternativa creíble. ¿Por qué no se está discutiendo?

En 2009, Fukuyama publicó un artículo en Newsweek con el título triunfador “La historia todavía está acabada“, en el que afirmaba que, a pesar del hecho de que “la crisis comenzó en Wall Street -el corazón del capitalismo global – … la legitimidad del sistema global puede haber sido golpeada, [pero] no se rompió.” Dos años más tarde hubiese podido observar las quemas de las calles de Londres, Roma y Atenas; la ocupación pacífica de Wall Street, Puerta del Sol, Syntagma, y cientos de otras plazas en todo el mundo, el día mundial sin precedentes del 15 de octubre, con protestas en casi 1.000 ciudades en más de 80 países. Testigos de la ira. La frustración. La indignación. Es aquí. La legitimidad se está rompiendo. Fukuyama, al parecer, estaba festejando demasiado pronto.

En un sentido freudiano, estamos presenciando el retorno de lo reprimido. Si desde hace dos décadas se le dice a la gente que no hay alternativa al mundo en que viven, y si en el ínterin se le quitan sus ingresos, sus derechos, sus servicios públicos, y sus últimos rastros de dignidad, se  puede esperar que la represión psicológica del potencial revolucionario se manifieste de alguna u otra forma, tarde o temprano. Si se reprime una ideología coherente de emancipación de las masas, como el Fin de la Historia tuvo la intención de hacer, se termina literalmente con los disturbios incoherentes y a-políticos de Londres. En este sentido, lo más importante que las revoluciones de Túnez y Egipto han hecho fue ayudar a recordarle a la humanidad que en realidad hay una alternativa al status quo – que existe un “afuera” al capitalismo global sin restricciones.

El levantamiento de los Indignados y la Crisis de la Democracia

Las revoluciones árabes dieron coraje a los jóvenes alienados de Europa y América para comenzar a soñar de nuevo, para reclamar su imaginación radical de cara a una de las mayores crisis de legitimación en la historia de la democracia liberal. A medida que una conciencia crítica se abre paso de nuevo en el discurso dominante, la hegemonía cultural del neoliberalismo se encuentra en peligro nuevamente. Los primeros signos de esta conciencia crítica emergente comenzaron a aparecer en Madrid el 15 de mayo. Unos días más tarde, la BBC informó que una manifestación al estilo Egipcio estaba creciendo en España. Durante el próximo par de semanas, cientos de miles de personas de todas las clases sociales se manifestaron por la noche en todo el país a medida que el movimiento indignados se extendía portoda Europa.

El 17 de septiembre, el movimiento español 15-M culminó en un día de acción global contra los bancos y la ocupación de Wall Street, solicitada por la revista anti-consumista canadiense Adbusters. La protesta de Wall Street ayudó posteriormente a catalizar el próximo día mundial de acción, solicitado por los manifestantes españoles para el 15 de octubre. Bajo el lema “Unidos por el cambio global”, la resistencia global creció en proporciones verdaderamente sin precedentes, con protestas simultáneas en 1.000 ciudades en más de 80 países. Con su declaración ingenua de que “la legitimidad del sistema global no se rompió,” Fukuyama una vez más se encuentra del lado equivocado de la historia.

Después de todo, si la democracia liberal es realmente la culminación de la evolución ideológica humana, ¿cómo es que millones de personas están saliendo a las calles en todo el mundo demandando algo diferente? Si la democracia representativa es la misma cima, ¿por qué estos jóvenes cantan “no nos representan”, y ¿por qué claman por una verdadera democracia en su lugar? Como los movimientos de masas en Israel y Chile lo demuestran, el fenómeno no puede reducirse solo a la crisis, incluso sus economías en auge no pudieron detener la marea de indignación que inundó sus calles. La verdad, el problema va mucho más allá. Como a los indignados les gusta cantar, “no es la crisis, es el sistema.”

Zygmunt Bauman pone el dedo en el meollo del problema: mientras que la política se ha mantenido a nivel nacional, el poder se ha evaporado en los flujos globales. El cambio tecnológico y las reformas neoliberales han conspirado para crear una situación en la que gobiernos elegidos democráticamente ya no tienen el poder de transformar sus promesas en políticas. Nos encontramos con una situación donde el voto no es acerca de qué políticas nuestros gobiernos deben poner en práctica, sino más bien acerca de quién debe poner en práctica las políticas exigidas por el sector financiero. Llamar a esto democracia parece absurdo. El aumento de la indignación no es más que la realización colectiva de que la democracia representativa liberal, bajo las condiciones de una  profunda integración económica, no es realmente liberal o representativa en absoluto. El Fin de la Historia, en lugar de consolidar la democracia como la forma final de gobierno humano, la ha debilitado por completo.

El Borde de la Historia y el Retorno de la Política Contestataria

El Fin del Fin de la Historia no es lo mismo que el fin del neoliberalismo. Como vimos anteriormente, las ideologías zombi tienen su manera de vagar más allá de su fecha de caducidad. Mientras que haya capitalistas (o aspirantes a capitalistas), siempre habrá una forma u otra de la filosofía capitalista. El Fin del Fin de la Historia no es tanto acerca de la erradicación de la visión individualista del mundo del capitalismo, lo cual es imposible sin recurrir al tipo de tácticas de Estado represivas que estamos tratando de superar, sino más bien acerca del regreso de la acción política contestataria como la característica definitoria de la vida social. En otras palabras, el Fin del Fin de la Historia no es tanto acerca de la superación de la lucha política como de la constatación de que por definición, no podemos superarnunca la lucha política. Mientras haya injusticia, habrá lucha – y puesto que siempre habrá injusticia, siempre habrá lucha.

El Fin de la Historia, por lo tanto, no es ni posible ni deseable. El anhelo de una fase final de desarrollo institucional e ideológico, en el que los desacuerdos y conflictos han sido desterrados del reino de la realidad social, o es puramente totalitario o puramente utópico. Mientras que ciertos anhelos utópicos pueden servirnos de inspiración para elevarnos  a estadios cada vez más altos como especie, siempre debemos recordar que ningún orden social se da para siempre. Nuestra utopía siempre debe seguir siendo el deseo espiritual que nos impulsa a la acción, pero debemos aceptar el hecho de que nunca podrá convertirse en una realidad. La historia simplemente nunca termina. Como el neo-gramsciano Stephen Gill dijo, “la historia está siempre en elaboración, en una interacción compleja y dialéctica entre la acción (agency), estructura, conciencia y acción (action).” O, como el Subcomandante Marcos dijo de manera un poco más poética, “la lucha es como un círculo: se puede empezar en cualquier lugar, pero nunca se detiene.”

En un excelente artículo de opinión publicado días pasados en The Guardian, Jonathan Jones miró una imagen deOccupy Wall Street e hizo una observación sorprendente:

Esta es una fotografía de un punto de inflexión en la historia, no porque el movimiento Occupy necesariamente tendrá éxito (lo que sea que el éxito pueda ser), sino porque se ha puesto de manifiesto las posibilidades de cambios profundos en el debate en un mundo que hasta hace poco parecía estar de acuerdo acerca de los fundamentos económicos. Occupy Wall Street y el movimiento global que está inspirando pueden aún probar ser una llamada eficaz para el cambio, o pasar como una nube de verano. Ese no es el punto. Ni siquiera importa si la protesta es correcta o incorrecta. Lo que importa es que el capitalismo sin restricciones, una fuerza para el dinamismo económico que parecía inexpugnable, más allá del reproche o la reforma, un monstruo al que hemos aprendido a estar agradecidos, de repente encuentra su fealdad ampliamente comentada, expuesta entre las luces de Times Square. El Emperador de la economía no tiene ropa.

“Este es un momento increíble”, continúa. “Pellízcate tu mismo”. El 2011, con todas sus crisis y revoluciones, marca lo que Slavoj Zizek en su discurso en  Zuccotti Park, llamó “el despertar de un sueño que se está convirtiendo en una pesadilla.” Esto marca el regreso de la política contestataria. Y, como tal, marca el Fin del Fin de la Historia. No es que la historia se haya detenido alguna vez – simplemente nos confundimos por un tiempo por el colapso del archi-enemigo del capitalismo , y pensamos que así había sido. Pero el hecho de que la historia todavía se está haciendo queda capturado en los titulares de los diarios, en las poderosas fotografías, y en las palabras de una simple mujer de clase media en Grecia durante la huelga de 48 horas en octubre: “Nunca he sido de izquierda “, dijo, “pero nos han empujado a convertirnos en extremistas.” Cuando el sistema obliga a la gente común a transformarse en revolucionarios, sabes que no te encuentras en el Fin de la Historia. Te encuentras al borde mismo de ésta.

Vea a la mujer en el minuto 5,30:

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