Capitanich, el Jantjie de Cristina

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http://i2.mirror.co.uk/incoming/article2923946.ece/ALTERNATES/s615/Barack-Obama-and-Faker-2923946.jpg

¿A quién mira Capitanich cuando habla?

A mi, seguro que no, tampoco a los periodistas que le preguntan, mucho menos a las cámaras. No mira a nadie, está allí conjugando respuestas vacuas cual autómata, hijo prodigio de la inteligencia artificial, mirando al vacío. No mira a nadie porque no dice nada, lo suyo es un fake como el de Jantjie, el traductor de señas trucho que aparece junto a Obama.

No está allí como Carlos Corach o Chacho Jaroslasky, lo suyo es interpretar una ciega, sorda y muda: Cristina; pero su representación no es a pantalla partida, ocupa toda la escena. En un artículo traducido por Baleno, hablando de Jantjie el loco Slavoj Žižek comenta lo siguiente:

...Aquellos de nosotros que oímos bien y no entendemos el lenguaje de signos asumimos que sus gestos tenían un significado, aunque no fuéramos capaces de entenderlos. Y esto nos lleva al meollo de la cuestión: ¿Los traductores de lenguaje de señas para sordos en realidad están pensados para aquellos que no pueden oír la palabra hablada? ¿No son mucho más pensados ​​para nosotros? Nos hace bien ver al intérprete, nos da la satisfacción de estar haciendo lo correcto, cuidando de los más desfavorecidos.

Por la misma razón Capitanich está puesto allí, a pantalla completa para satisfacer nuestra demanda de un habla política extraviada. Pero las palabras del Coki están tan vacías como su mirada, como los desmesurados gestos de Jantjie: vacuas, son un verdadero fiasco. Porque se supone que él está hablando en representación de la presidenta que no aparece. Pero su re-presentación no es en el sentido de imitación, de la recreación de la palabra presidencial ausente, la re-presentación de Coki es una nueva presentación de Cristina, una sustitución, tan trucha como la de Jantjie. Sigue Žižek:

Ahora podemos ver por qué gesticulaciones de Jantjie generaron un efecto tan extraño una vez que quedó claro que ellos no tenían sentido: lo que nos enfrenta era a la verdad acerca de las traducciones de lengua de signos para personas sordas, que en realidad no importa si hay personas sordas entre el público que necesitan la traducción, el traductor está ahí para hacer que nosotros, que no entendemos la lengua de signos, nos sintamos bien.

No se si para bien o mal, nosotros legos lectores del lenguaje político moderno, también entendimos que el lenguaje de miradas vacuas era trucho de toda nulidad.

¿Y acaso no fue esto el conjunto de la ceremonia conmemorativa Mandela? Todas las lágrimas de cocodrilo de los dignatarios eran un ejercicio autocomplaciente, y Jangtjie los tradujo a lo que efectivamente fueron: una tontería. Lo que los líderes mundiales estaban celebrando era el aplazamiento del éxito de la verdadera crisis que va a explotar cuando los pobres, los negros sudafricanos se convierten efectivamente un agente político colectivo. Eran el Ausente a quien Jantjie señalaba, y su mensaje era:

los dignatarios realmente no se preocupan por usted. A través de su traducción falsa, Jantjie hizo palpable la falsificación de toda la ceremonia

La desmesura de Capitanich, su mirada al no-lugar, esa Utopía que es el kirchnerismo, nos está diciendo lo mismo: el gobierno actualmente  en ejercicio no se está preocupando por usted. A través de su re-presentación de Cristina, el Coki Capitanich hace palpable la falsificación de todo el folklore kirchnerista.

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Del “Orden Publico” al “Orden Político negociado”

3 nos acompañaron

El pibe llega cansado, estuvo sakeando los super con los amigos, la madre contenta con la presa que el pequeño cazador trajo, no hay sanción moral, tampoco jurídica, es un menor. Años atrás hubiese quedado preso y fajado (el correctivo) por la policía, hoy se negocian colectivamente posiciones tendientes a construir sociedad, por eso ese puente que define Manolo, el del título. Otro puentes ya han sido cruzados, el pibe salió de la comunidad y se integró en formas sociales típicas de las ciudades, es hincha de un club “grande” pero también del barrio. Aquel otro puente entre comunidad y sociedad definido por Ferdinan Tönnies, con algunos avances y retrocesos sigue vigente, simplemente porque donde hay una necesidad nace una organización. De este tema ya nos ocupamos, por lo que me gustaría dar un paso adelante en este sentido.

Si los blogs son la respuesta que nosotros llamamos 2.0 a la centralidad del relato de los medios tipo broadcasting, --como las radios cuando no opinaban los vecinos, o como la prensa escrita en donde el único lugar que tenía el lector para expresarse eran las cartas-, la sociedad después del colapso institucional del 2001-2002, también buscó formas de participación política más directas. Una política, diríamos, mas 2.0. La re-presentación en los organismos de la sociedad civil, en el sentido de sustituir la presencia, el habla del otro, también fue seriamente cuestionada, pero no en el sentido que los intelectuales y la izquierda autóctona nos explicaban se tenía que ser, sino que lo que se demandó a partir de entonces es una democracia e instituciones más directas.

Este sistema de participación popular entró en seria colisión con las instituciones liberales tradicionales, entonces muchas de ellas se tuvieron que adaptar a una nueva realidad. Las que hicieron el más drástico cambio fueron las que debían cuidar el “orden público”, que cono esa categoría se desvirtuó cuando “orden público” se tradujo lisa y llanamente en “orden faccioso”, cuando hubo que evitar un crack social todavía mayor al de 2001-2002, fue necesario llegar hasta un “orden negociado” que para muchos (otros) es tan traumático como el anterior, especialmente cuando se lo observa desde la óptica de la propiedad privada. (bastión sagrado del liberalismo tradicional).

Este salto cuántico de la política no se dio en todos los ámbitos. Los medios que estaban preparados par ser funcionales a una política 1.0, no supieron adaptarse lo suficientemente rápido a las nuevas necesidades de una sociedad que así lo demandaba, entonces en muchos casos fueron superado por redes de organización tecnológica o reales que produjeron organizaciones que sí satisficieron aquello por lo que se peleaba.

La “sociedad del espectáculo” que durante toda la década del 90 miraba pasivamente los acontecimientos políticos sentada en su sofá mirando Tinelli se fue desplazando paulatinamente hacia una “sociedad del video game”, en donde “su” participación estaba incluida desde el diseño mismo de esta nuevo tipo de dispositivo de control social. Es por eso que vemos a los gurúes de esta disciplina tecnológica metidos en los diseños de páginas web, en libretos de televisión, en novedosas formas de literatura y en la comunicación en general.

Porque no  era que todos veían a Tinelli, tampoco “todos” miraban el “Futbol para todos”, o almenos no todo el tiempo. No ese tipo de espectáculo pasivo perdía fuerza ante agentes que querían participar activamente, demandaron acción y se volcaron a la play o al facebook donde siempre pasa algo nuevo. La prueba es que cuando Marcelo Tinelli  decidió tomarse un 2013 sabático sucedieron dos cosas: primero no jugó políticamente para nadie, no estaba en el aire como sucedió con el “alika- alicate” de De Narvaez, lo segundo fue que su espacio – y en esto es terriblemente voraz la sociedad del espectáculo- al no ser ocupado, fue intervenido por los canales de noticias, especialmente con prensa amarilla, hechos policiales como el de Ángeles Rawson ocuparon cientos de horas en el horario central de la televisión. Un realiti show sostenido por los medios que no encontraron alternativas al Show Match de antaño.

Pero el video game tiene reglas especiales. El Prof. Alexander Repenning quien se dedica a la psicología y la pedagogía de la programación, presenta su idea de los antiobjetos junto a una aplicación llamada difusión colaborativa. Esta última es implementada en la inteligencia artificial de juegos sencillos; entre ellos, uno de fútbol. Frente al desafío de crear un juego sobre este deporte, los chicos con los que trabaja Repenning intuitivamente se enfocan en los jugadores, planteándose el problema de darles una inteligencia artificial convincente. La pregunta que inaugura a los antiobjetos es la siguiente: ¿y si ese resultado pudiera conseguirse de manera más eficiente apelando a factores externos a los jugadores, y sin correlatos observables, casi enteramente ficticios?

Que la pelota o el campo sean los depositarios de las principales actividades que guían al juego es absurdo. Y sin embargo, Repenning logró armar desde esas premisas una representación verosímil de un partido de fútbol: los jugadores se la pasan a quien está menos cubierto, tiran directo al arco cuando todos los de su equipo están marcados, etc. Recordaba el desaparecido blog de Esteban S.

Esta inversión contraintuitiva entre lo que está en primer y segundo plano es lo que Repenning llama un antiobjeto. Por eso cuando desde la óptica de Pablo Seman, se culpa a las ciudades dormitorios como uno de los factores desencadenantes de los saqueos en Córdoba, más allá de si estamos o no de acuerdo con el análisis, podríamos asociar al barrio-ciudad con el campo de juego de Rapenning, el antiobjeto que participa del juego, las ciudades dormitorios como antiobjetos, ergo en los análisis sociológicos también tendríamos que incluirlos.

La solución que propongo la aporta Flow La psicología de la experiencia óptima, de Mihaly Csikszentmihalyi, y es una brecha donde socialmente se acepta jugar. Una banda de satisfacción que permite el “flujo”, que sería como que un permiso para que las cosas sucedan, obtenida en una puja entre el grado de dificultad que tiene el juego y los nuevos desafíos que nos va planteando. Fuera de la banda: aburrimiento y ansiedad, dos malos consejeros de lo social, son el germen de una posible revuelta. En términos de don Carlos Marx, fuera del flujo: fetichismo y enajenación.

En nuestros estudios, encontramos que todas las actividades de flujo, si se trataba de la competencia, el azar, o de cualquier otra dimensión de la experiencia, tenían esto en común: Proporcionaban un sentido de descubrimiento, un sentimiento creativo de transportar la persona hacia una nueva realidad. Empujaba a las personas a niveles más altos de rendimiento, y llevó a de estados de conciencia previamente insospechadas (podríamos decir conciencia social). En definitiva, se transformó al ser en uno es más complejo. En este crecimiento del yo se encuentra la clave para el flujo de las actividades.
Un diagrama simple podría ayudar a explicar por qué esto debería ser así. Supongamos que la siguiente figura representa un ejemplo concreto de actividad -por ejemplo, el juego de tenis-. Las dos dimensiones más importantes de las experiencias teóricamente son: los retos y las habilidades, están representados en los dos ejes de el diagrama. La letra A representa Alex, un niño que está aprendiendo a jugar tenis. El diagrama muestra Alex en cuatro puntos diferentes en el tiempo. Cuando primero comienza a jugar (A1), Alex no tiene prácticamente ninguna habilidad, y el único desafío a que se enfrenta es golpear la pelota contra el frontón. Esto no es una hazaña muy difícil, pero Alex es probable que disfrutarlo porque la dificultad es la correcta para sus rudimentaria habilidades. Así que en este punto que será probablemente en el flujo. Pero no puede quedarse allí mucho tiempo. Después de un tiempo, si se mantiene la práctica, sus habilidades están obligados a mejorar, y entonces podrá aburrirse de solo paletear la pelota sobre la red (A2). O podría suceder que conoce a un oponente con más práctica, en cuyo caso se dará cuenta de que hay retos mucho más difíciles para él que apenas lanzar la pelota al frontón, él sentirá un poco de ansiedad (A3) con respecto a su bajo rendimiento.
Ni el aburrimiento ni la ansiedad son experiencias positivas, así que Alex será motivado para volver al estado de flujo. ¿Cómo hace él para lograrlo? Mirando de nuevo en el diagrama, vemos que si está aburrido (A2) y desea estar en el flujo otra vez, Alex tiene esencialmente una sola opción: aumentar los desafíos que se enfrenta. (Él también tiene una segunda opción, que es abandonar el tenis por completo en cuyo caso un simplemente desaparecería del diagrama.) Al establecer él mismo una nueva meta, más difícil que coincide con sus habilidades-por ejemplo, para vencer a un oponente un poco más avanzado que él-Alex estaría de nuevo en el flujo (A4).
Si Alex está ansioso (A3), el camino de vuelta al flujo requiere que aumente sus habilidades. Teóricamente se podrían reducir también los desafíos a los que se está enfrentando, y por lo tanto volver a fluir donde comenzó (en A1), pero en la práctica es difícil ignorar los desafíos una vez que uno se da cuenta de que existen.
El diagrama muestra que tanto A1 y A4 representan situaciones en las cuales Alex está en flujo. Aunque ambos son igual de agradable, los dos estados son muy diferentes, se entiende en que A4 es una experiencia más compleja que la de A1. Es más compleja porque implica mayores retos, y exige mayores habilidades desde el reproductor.
Pero A4, aunque complejo y agradable, no representa una situación fija y determinada. Mientras Alex sigua jugando, existe la posibilidad que se convierta en una situación ya sea aburrida por las pocas oportunidades que encuentra en ese nivel, o que se convierta en ansiedad y frustración por su relativamente baja rendimiento. Así que la motivación para disfrutar de sí mismo de nuevo se verá empujado a volver al canal de flujo, pero ahora en un nivel de complejidad aún mayor que A4.
Es esta característica dinámica explica por qué las actividades de flujo conducen a un crecimiento y el descubrimiento. No se puede disfrutar haciendo lo mismo en el mismo nivel por mucho tiempo. Crecemos y nos aburrimos o  frustramos, y entonces el deseo de disfrutar otra vez nos empuja a incrementar las habilidades, o a descubrir nuevas oportunidades para el uso de ellas.

(traducción casera)

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