Siento que estamos llegando a un punto de hacer una recapitulación de lo que hemos estado aprendiendo de aquí y allá, rapiñando, intuyendo, sanateando, en fin, usando el ingenio.
Haciendo el camino.
Total quién nos puede decir que estamos equivocados, si tenemos que crear todo, inclusive a las Herramientas. El resultado creo que hasta aquí, al menos para mi, ha colmado mis expectativas. Como dice Aulo, tiene enjundia, y ni les cuento para los ingenieriles y los técnicos, inclusive para los políticos, que miran desde lejos y lo tocan con un palo. Me causa un infinito placer estar acá compartiendo esto, amigos, blogueros, curiosos, cizañeros y por que no decirlo, fundamentales en el proceso de aprendizaje.
Porque de eso se trata, de un aprehender, de valérselas como se pueda, de rebuscárselas, solos o en conjunto, creando un diálogo compartido o interno, con mas o menos Eurekas, con mas o menos frustraciones, pero construcción al fin. Construcción a partir de la conversación, a partir de la comunidad, de amigos o de anónimos, a los que les robamos ideas, fotos, frases, carismas que en el mejor de los casos citamos al final, con un escueto “Foto de acá”, algún link, alguna cita, algún algo, pero no tanto para que no se vuelva un plomazo con línks a escritos interminables.
Porque mientras yo estoy acá, Uds. que están allá, pasarán rapazmente por acá y en el mejor de los casos se detendrán en algún link, en alguna negrita, en algún nombre propio, cursiva, en la foto, el video, o en lo que no se muestra, en lo que se insinúa. Lo obseno. En el pedido de ayuda del autor del blog que grita: “sáquenme de la que me metí”.
Y allí surge el afecto, el repoche, el aliento, la discusión, la forreada, el cinismo, la inteligencia colectiva, y por allí, si el enganche es fuerte, tal vez se comente, se deje un “aquí pasé yo”, y eso quiere decir que provocaste, que estas allí, donde el otro, en el otro, que yo estoy allí en vos que comentas y que no estoy solo.
Como las hormigas, que necesitan tocarse para ser social, porque las hormigas no crean hormigas, los hormigueros son los que crean hormigueros, tan sencillo pero a la vez complejo y hermoso esto de la comunidad. Creo que a nadie se le ha ocurrido hasta ahora que los hombres o las mujeres no crean hombres o mujeres sino que se necesita de un hombre Y de una mujer para crear un humano o mejor dicho se necesita de sociedades humanas para crear sociedades humanas y lo que es mas asombroso aún: estas crean filogenia y adaptación a las inclemencias del entorno. Esto demuestra que existen las suegras y también los hermanos. Todo es tan real que hasta lo podemos negar.
Y si hay dos, o mas de dos estos emerge la conversación, los lenguajes, las coordinaciones o las coordinaciones de coordinaciones, los lenguajeares. Tener onda quiere decir eso justamente, vibrar en la misma frecuencia que el otro, el otro en el que me reconozco, en el otro yo que está allá, mas allá, tan allá como yo lo deje ir y si no lo encuentro, o no lo siento cerca, tendré que moverme hasta encontrarlo, hasta encontrarlos y sí yo, claro, no puedo estar solo, solo soy en comunidad, con Uds. Por eso que los hombres o las hormigas no pueden hacer más hombres y hormigas. Siempre ha sido así, desde hace millones de años. Y yo no lo voy a cambiar. Lo tengo decidido, solo seré nosotros, y para eso necesito que Ustedes estén allí. ¡Bahh! No que estén justo allí, solo necesito saber que si mando un mensaje en algún momento Uds. me lo van a devolver, porque si no lo hacen Uds. no están allá o yo no estoy acá, o me morí y no me avisaron. Lo que quiere decir que mi muerte es una muy mala noticia para mi, o mejor dicho es la noticia que no va a ver mas noticias. Un bajón. El final de los mensajes
Haciendo el camino.
Total quién nos puede decir que estamos equivocados, si tenemos que crear todo, inclusive a las Herramientas. El resultado creo que hasta aquí, al menos para mi, ha colmado mis expectativas. Como dice Aulo, tiene enjundia, y ni les cuento para los ingenieriles y los técnicos, inclusive para los políticos, que miran desde lejos y lo tocan con un palo. Me causa un infinito placer estar acá compartiendo esto, amigos, blogueros, curiosos, cizañeros y por que no decirlo, fundamentales en el proceso de aprendizaje.
Porque de eso se trata, de un aprehender, de valérselas como se pueda, de rebuscárselas, solos o en conjunto, creando un diálogo compartido o interno, con mas o menos Eurekas, con mas o menos frustraciones, pero construcción al fin. Construcción a partir de la conversación, a partir de la comunidad, de amigos o de anónimos, a los que les robamos ideas, fotos, frases, carismas que en el mejor de los casos citamos al final, con un escueto “Foto de acá”, algún link, alguna cita, algún algo, pero no tanto para que no se vuelva un plomazo con línks a escritos interminables.
Porque mientras yo estoy acá, Uds. que están allá, pasarán rapazmente por acá y en el mejor de los casos se detendrán en algún link, en alguna negrita, en algún nombre propio, cursiva, en la foto, el video, o en lo que no se muestra, en lo que se insinúa. Lo obseno. En el pedido de ayuda del autor del blog que grita: “sáquenme de la que me metí”.
Y allí surge el afecto, el repoche, el aliento, la discusión, la forreada, el cinismo, la inteligencia colectiva, y por allí, si el enganche es fuerte, tal vez se comente, se deje un “aquí pasé yo”, y eso quiere decir que provocaste, que estas allí, donde el otro, en el otro, que yo estoy allí en vos que comentas y que no estoy solo.
Como las hormigas, que necesitan tocarse para ser social, porque las hormigas no crean hormigas, los hormigueros son los que crean hormigueros, tan sencillo pero a la vez complejo y hermoso esto de la comunidad. Creo que a nadie se le ha ocurrido hasta ahora que los hombres o las mujeres no crean hombres o mujeres sino que se necesita de un hombre Y de una mujer para crear un humano o mejor dicho se necesita de sociedades humanas para crear sociedades humanas y lo que es mas asombroso aún: estas crean filogenia y adaptación a las inclemencias del entorno. Esto demuestra que existen las suegras y también los hermanos. Todo es tan real que hasta lo podemos negar.
Y si hay dos, o mas de dos estos emerge la conversación, los lenguajes, las coordinaciones o las coordinaciones de coordinaciones, los lenguajeares. Tener onda quiere decir eso justamente, vibrar en la misma frecuencia que el otro, el otro en el que me reconozco, en el otro yo que está allá, mas allá, tan allá como yo lo deje ir y si no lo encuentro, o no lo siento cerca, tendré que moverme hasta encontrarlo, hasta encontrarlos y sí yo, claro, no puedo estar solo, solo soy en comunidad, con Uds. Por eso que los hombres o las hormigas no pueden hacer más hombres y hormigas. Siempre ha sido así, desde hace millones de años. Y yo no lo voy a cambiar. Lo tengo decidido, solo seré nosotros, y para eso necesito que Ustedes estén allí. ¡Bahh! No que estén justo allí, solo necesito saber que si mando un mensaje en algún momento Uds. me lo van a devolver, porque si no lo hacen Uds. no están allá o yo no estoy acá, o me morí y no me avisaron. Lo que quiere decir que mi muerte es una muy mala noticia para mi, o mejor dicho es la noticia que no va a ver mas noticias. Un bajón. El final de los mensajes
La piel
Entonces me rodeo de Uds. como una piel, una piel de datos, una piel digital que me cubre y que me acuna. No existe un ser humano incomunicado. Pero es preciso tocarse esa piel, sentirla porque es una piel y como toda piel marca el límite de mi cuerpo, mi piel quiere decir: “hasta aquí llego yo”, y vos, y aquel otro que se hace el gil pero que es de esta piel digital, vive por acá, anda por acá.
Piel que por otro lado nos hace sentir, nos hace sentir lo de afuera, el frío, el calor, las sensaciones de lo que no podemos manejar, para nada, o casi para nada, porque sintiendo con la piel sabemos o podemos intuir lo que pasa allá afuera. Porque hay un afuera, hay un mas allá de la piel.
Como el gato lamemos nuestra piel para acicalarla pero también porque la piel es la que nos relaciona con lo de afuera, es el límite entre ellos y nosotros y por eso es necesario que sea porosa para trasvasarla y permitir la conexión con lo otro, lo que está mas allá de nosotros.
Una piel llena de lenguaje, hecha de lenguajearles, de opiniones, de antagonismos y de consensos. De deliberaciones, contratos tácitos o escritos. Escritos con la mano o con el alma de las emociones. Con sonrisas o llantos, con erotismo, con miedos, con depresiones y amor. Con el movimiento del diafragma, con la respiración, con la gestualidad de la cara, con la postura del cuerpo. Porque el cuerpo hay que ponerlo.
¿Y que pasa si no hay cuerpo? Pues… nos inventamos uno, el mas lindo para el otro, el mentiroso, el verdadero, el virtual. Y allí nos damos cuentas que nuestro cuerpo es infinito tan extenso como deseemos o como podamos. La tecnología nos permite casi todo, o nos promete todo o casi todo. Muyyyy seductor.
¿Y que pasa si lastiman esa piel digital? O si solo la hieren, la pinchan, la rasguñan o la rasgan. ¿Qué pasa? Saltamos, nos alertamos, nos inquietamos, reaccionamos.
CRISIS
Nos han puesto en estado crítico, tenemos que reaccionar. La piel siempre nos ha servido de envoltorio, de líquido amniótico donde nadamos, flotamos, dentro de la matriz. Una matrix, nuestra matriz, nuestra verdadera gestora, artífice. La que nos maneja y nos hace reaccionar, nos hace saltar como cuando apretamos una pulga, y es en ese momento cuando nos damos cuenta el verdadero valor de lo humano, cuando podemos caernos de espalda porque alguien va a estar para cubrir, donde nos vamos a poder relajar y atender lo verdaderamente importante ahora: La Crisis.
La piel sensora nos avisa que no hay tiempo para perder, que el tiempo de conversar ha pasado y que para que vuelva es preciso actuar. El tiempo de las palabras ha pasado y que debemos actuar, aquí y ahora, y por eso no hay que boludear y hay que focalizarse hacia lo crítico.
Es preciso estrechar la histéresis de la deliberación y colectivizar las acciones, hay que achicar esa banda, para ser eficientes, para ser rápidos, para ser contundentes, para resolver la crisis de una vez y para siempre. Para terminar con ese molesto y peligroso momento. Para terminar con esa micromuerte, para sobrellevarla, para superarla.
Y después, bueno después podremos descansar, relajarnos y por supuesto, aburrirnos, que es lo que sabemos hacer mejor y donde pasamos la mayoría de nuestro tiempo.
Somos unos Bandidos Rurales en el fondo, y nunca podremos dejar de serlo.
Foto de acá
1 nos acompañaron:
Un monje le preguntó a Joshu: "Esta vaca, ¿tiene la naturaleza de Buda?"
Joshu respondió: "¡Mu!"
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