Tanto esta versión que trae Gerardo como la que publicábamos en este post nuestro donde Benazir Bhutto denuncia la muerte de Osama en 2007 , trasciende una manipulación del tiempo en la presentación en público del momento en que ocurrieron los hechos en Pakistán.
Si sumamos a esto la desaparición del cadáver, y el vuelo de la muerte que terminó con Osama en el mar, sin juicio, y luego su fusilamiento estando él desarmado, son una tonelada las dudas y los malos recuerdos que me llegan a mi cabeza.
Desde la década de 1960, Estados Unidos adoptó una versión de la hipótesis de conflicto denominada “Guerra Fría”, instrumentada para alinear a América Latina en función de sus necesidades de “defensa” una vez concluida la Segunda Guerra Mundial. En nuestro país esa doctrina se denominó “Doctrina de Seguridad Nacional y tuvo por objeto combatir el comunismo, por entonces el enemigo principal de Estados Unidos y de la iglesia católica. Mediante toda una arquitectura política, económica, jurídica y por sobre todo militar, se trató de establecer una absoluta dependencia de los ejércitos de países como el nuestro para “defender la seguridad” del país del norte. Ésta consistía en combatir al marxismo internacional fronteras adentro de los países mediante el uso de la fuerza; debía ser eliminado todo elemento que no respondiera a los lineamientos establecidos por las dictaduras militares o fuera sospechoso de conspirar contra ellas.
No existe mayor silenciamiento que la desaparición de personas. Los médicos forenses nos tienen acostumbrados a la idea de que los “cadáveres hablan”. Al no haber cadáver nadie habla ni siquiera luego de muerto. En la desaparición de persona existe una macabra conjunción entre aislamiento y silencio. El aislamiento es total; la desaparición es total, el silencio es total: la muerte. La desaparición de Julio Jorge López en 2006 tiene ese único significado: “la amenaza aún latente de la desaparición”.
A propósito del poder militar en América Latina, el teólogo Joseph Comblin[xvi] señala que ha habido un cambio significativo en esas políticas de Estados Unidos en los últimos años… El presidente George W. Bush definió y ha adoptado una nueva doctrina basada en el concepto de guerra contra el terrorismo una guerra abierta contra el eje del mal. En ámbitos castrenses locales se sostenía hasta hace poco que hasta que la Doctrina de Seguridad Nacional no fuese sustituida por otra, seguiría vigente. Esto ha sido verdad hasta ahora y en estos momentos la doctrina cambió de objetivo: del marxismo al terrorismo, de los países socialistas al “eje del mal”, pero ha estado vigente hasta hace muy poco tiempo. Lo que cambia de una doctrina a la otra es el fenómeno de la globalización del terrorismo y su combate como respuesta. Antes, las persecuciones eran fronteras adentro del país, ahora hay una injerencia directa del poder militar global sobre las naciones. Y aquí se entronca un conflicto por venir en el país, la reedición de la doctrina del shock esta vez con otros ropajes: el del combate al terrorismo internacional, al eje del mal.
MAs de 1000 km separan a Abbottadad del mar, por estas prácticas tanto en España como en Argentina se esta juzgando sus presuntos responsables con juicios catalogados de lesa humanidad por que se entiende que fue el estado el que los perpetró. A igual causa igual efecto. El de Osama es un crimen de lesa humanidad.
Lo interesante es ver la oportunidad en que este crimen se hace presente, el marco de las revoluciones del Norte de África. ¿Que querrá tapar? ¿Qué querrá provoca? Esto pronto se verá
Foto :
Párrafo extraído capítul 2 “La condición Argentina” de mi libro De revolutiónibus orbium argentum
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