El mes de septiembre, mes festivalero si los hay, trae consigo varias innovaciones a Reflexiones Siesteras. Hoy introducimos los la sección Talleres Siesteros con un taller de autoconocimiento planeado a partir de poder descubrir cuán individualistas somos.
Varias veces nos hemos planteado el dilema del prisionero (más específicamente acá) como una especie de jaula virtual que emerge a nuestro alrededor a partir de procesos de individuación. También nos ocupábamos puntualmente de la individuación en su versión “indidualisierung” para explicar lo que a nuestro criterio es la peor herencia de la experiencia de los años noventa. El individualismo.
Hace tiempo posteábamos esto a forma de desafío para que nuestros lectores trataran de descifrar las cuatro tentaciones que Hieronymus BOSCH le ponía a un Cristo al que se pretendía burlar.
Hoy volvemos sobre el tema replanteando el cuádruple dilema del prisionero que propone BOSCH pero a partir de su resolución, mas allá que sea interesante también descifrar lo que representan cada uno de los atormentadores, cada uno de los carceleros.
Por lo que hemos visto al dilema del prisionero se le juega desde lo colectivo. En la medida que adoptemos una actitud colectiva las rejas desaparecen. Los atormentadores también.
Lo que el lector debe hacer es descifrar los atormentadores e identificar lo que representan para cada uno de nosotros. No desde la concepción de pecado, como creemos que es la intención de Bosch, tampoco desde lo moral, sino desconceptualizadolos de toda valoración ética. El desafío es plantearlos desde cómo afectan lo colectivo. Cómo enjaulan.
Lo que se trata de mostrar es cómo las conductas individualistas repercuten en lo colectivo ya que son alienaciones sociales, y a partir de allí poder modificarlas.
En otro post discutiremos las repercusiones ciertas de la preponderancia de las conductas individuales sobre las colectivas y cómo afectan los sistemas sociales.
Si se dan por vencidos y solo en ese caso, apelamos a la interpretación del cuadro de Bosch que hace Humberto Maturana, pero es importante que cada uno pueda hacer un intento de descifrarlo solito. Identificar el problema es la mitad de la resolución.
1 nos acompañaron:
Aún no me doy por vencido ni encuentro la solución. Me hizo recordar, eso así:
estamos prisioneros, carcelero
yo de tus duros barrotes
y tu del miedo
que cantaba Guaraní.
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