Un discurso correntino
¿Quiénes más se oponen?
Varias ONG´s ambientalistas, y éstas son el verdadero sujeto del rechazo. En realidad son personas con intereses extranjeros, que en sus países de origen han destruido los bosques en el altar de la explotación industrial, y que ahora buscan conservar los recursos medioambientales que “equilibren” su acción depredadora, en otros países que no son los suyos. No se crea que son unos industrialistas arrepentidos. Para nada. Fueron y siguen siendo depredadores de la naturaleza y mercaderes de la vida.
Sólo que les resulta más rentable destruir toda la naturaleza a su paso en los países de alto desarrollo industrial, y pagar migajas en los países del tercer mundo para que las poblaciones sumidas en la carencia y en la pobreza absoluta “cuiden” los bosques y la biodiversidad a nombre de ellos, hasta cuando consideren necesario depredar esa “reserva”.
Resulta así que a favor de un negocio de alta rentabilidad de las grandes transnacionales, se impide afectar bosques, se obliga a no utilizar cursos de agua, se limita la actividad manufacturera de pueblos y naciones enteras congeladas en el abandono, la desvertebración y la carencia material, a fin de preservar el medio ambiente para los que no supieron hacerlo. Las grandes transnacionales nos venden el discurso de la protección de nuestros bosques en nombre de la “humanidad”, pero cuando se trata de los recursos financieros, del petróleo o del conocimiento científico-tecnológico, éstos ya no son de la “humanidad” y sólo les pertenecen y son para ellos. ¿Por qué los recursos financieros globales no se vuelven patrimonio de la humanidad, a disposición de todos los países del mundo? ¿Por qué los conocimientos científico-tecnológicos de las mega corporaciones no se vuelven patrimonio planetario al servicio y disposición gratuita de todos los habitantes del mundo? A los bolivianos nos hablan a nombre de la “humanidad” cuando se trata de cuidar los bosques, pero cuando se trata de distribuir los recursos financieros y científicos planetarios, ni la mencionan. (Donde dice “bolivianos”, léase “correntinos”)
Existen pues intereses transnacionales que quieren convertirnos en “guardabosques”, sin derecho a luz, carreteras, servicios básicos, sin derecho a utilizar, en una relación de diálogo, a la naturaleza para satisfacer moderadamente nuestras necesidades. Y ahí entran en escena algunas ONG´s ambientalistas, que son el brazo operativo de estos tenebrosos intereses transnacionales que legitiman la industrialización depredadora en el norte, precautelando a su nombre, y a costa de su bolsillo, el proteccionismo ambiental en el sur.
Son estos intereses externos los que financian fundaciones, ONG´s, comentaristas, formadores de opinión de países de África, América Latina y Asia para llevar adelante campañas de “protección del medio ambiente”. Con una resolución, que merecería mejores propósitos, proclaman que no hay que tocar nada de la naturaleza, que no hay que utilizar los cursos de los ríos, que no hay que sembrar porque se degrada el suelo, que no hay que arrancar las hojas porque se mata la biodiversidad, que no hay que mirar a las aves porque se les hace daño, en fin, que hay que convertirse en estatuas de sal para preservar la “biodiversidad”.
¿Y la comida para la gente, que también es parte de la naturaleza? ¿Y el agua, y la luz, y las carreteras, y los derechos materiales de las personas para crear una comunidad satisfecha? Les tiene sin cuidado. Como no son ellos quienes no tienen luz, agua, o alimentos, o medios de vertebración, ese reclamo es una contingencia colateral. Pero la población real, de carne y hueso, no la del informe administrativo para el financiador, necesita alimento, necesita cultivar, necesita transportarse, necesita luz, necesita implementos técnicos, necesita vivir dignamente, y ello supone actuar en el medio ambiente, afectarlo, modificarlo. Si no, ¿de dónde saldrán los recursos para satisfacer las necesidades? Al fin y al cabo no todos pueden recibir el salario de la fundación para satisfacer esos requerimientos. (Tampoco del estado subcidiador)
No se puede condenar a la miseria y al abandono a las poblaciones con tal de satisfacer el negocio “medioambiental” de países extranjeros y de transnacionales tal como nos proponen los “resentidos”. Ni tampoco se puede obstruir las acciones de integración departamental imprescindibles para cualquier sociedad, con tal de no “tocar” la “reserva” que perpetúa el abandono y privación material de muchos bolivianos. Y es que, ¿por qué tenemos que pagar nosotros con nuestro “inmovilismo” productivo, con nuestra miseria y desvinculación (que genera pobreza), las consecuencias de la orgía depredadora de los países industrializados? (Nuevamente donde dice “bolivianos”, léase “correntinos”)
Como país y como sociedad tenemos derecho a mantener un intercambio metabólico con la naturaleza para satisfacer las necesidades tanto del ser humano como de la propia naturaleza. Y por supuesto, también tenemos derecho a no seguir los pasos destructivos del entorno material que llevó adelante la industrialización capitalista. Eso lo sabemos, y lo saben los campesinos y los indígenas que demandan la construcción de la carretera. Ése es el gran reto de la ruta industriosa que lleva adelante el Gobierno de los Movimientos Sociales: construir una forma de intercambio dialogante con la naturaleza que así como logra obtener los elementos materiales para la satisfacción de las necesidades básicas de la población, también logra reproducir los nutrientes básicos de su propia reproducción.
Pero las cosas no se detienen ahí. A esta velada complicidad de los críticos con el gran negocio del medioambientalismo transnacional, se suma una complicidad política tanto o más reaccionaria. Resulta que el tercer actor opuesto agresivamente a la construcción de la carretera, es la oligarquía cruceña, especialmente la ganadera que con el monopolio del faenado del ganado en los mataderos cruceños ha logrado subordinar la totalidad de la actividad ganadera beniana a los precios fijados por ellos.
Una carretera entre Beni y Cochabamba permitirá a los ganaderos, pequeños y medianos del Beni, vincularse directamente con los mercados de consumo de la carne beniana en los valles y el altiplano, rompiendo la intermediación y la dependencia hacia el exclusivo grupo empresarial que controla el precio de la carne puesta “en gancho”. Por ello, no es una novedad que los principales opositores a este proyecto de integración vial, desde hace décadas, sean estos grupos monopólicos que mantienen al Beni como su patio trasero. Y en esa tarea, se encuentran entre sus más leales aliados, las autoridades regionales benianas, expertas en el soborno de dirigentes. He aquí que los “resentidos”, supuestos abanderados
de la “autonomía revolucionaria de los pueblos”, feroces “anticapitalistas y anticolonialistas”, se lanzan genuflexos ante el llamado de la oligarquía cruceña, ayer separatista, hoy pseudo-ambientalista y anti-integracionista.
Lo más gracioso de toda esta farsa política de los críticos, es que le reclaman al Gobierno mayor firmeza para con las oligarquías, siendo que ellos actúan como los alarifes virtuosos de los intereses materiales de ellas. Triste y decadente papel de quienes a nombre de la “reconducción del Proceso de Cambio”, acaban en realidad como los restauradores del proceso neoliberal y de la penetración de los intereses transnacionales, y como los defensores de seculares desequilibrios geopolíticos favorables a las oligarquías locales reaccionarias.
En resumen, los críticos, ayer amigos en el Gobierno, hoy resentidos en la oposición, mienten, tergiversan y engañan sobre lo que sucede con el Proceso de Cambio. En su cometido se adhieren a la totalidad de las farsas, mentiras y ataques de la derecha neoliberal y restauradora del viejo régimen, y al final, los críticos no hacen más que jugar el papel de “conciencia desdichada” de la derecha política restauradora.
Párrafo final de EL “OENEGISMO”, ENFERMEDAD INFANTIL DEL DERECHISMO
(O cómo la “reconducción” del Proceso de Cambio es la restauración neoliberal)
Álvaro García Linera
Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia
Presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional boliviana
Gracias Lola por el link
A vos Sin Dioses te voy atender con el capítulo anterior en próximas entregas
6 nos acompañaron:
Si Lola y usted me permiten, voy a agregar el escrito de Linera a mi blog.
Se te terminó un negocio, lo lamento, pero poner cuestiones morales o políticas a un negocio para 3 personas eso es lo que es menemismo puro. Hacete cargo. Si hubieras dicho se pierde un negocio enorme prohibiendo el Ayuí por lo ahí hubiese comprendido. Lo que no me banco es el doble discurso de la fraternidad, para que se queden con la guita 3 piolas, entre ellos uno de los que se hizo multimillonario con el menemismo.
Circula por ahi un libro muy interesante titulado "ecofascismo" que documenta el origen ideológico común entre grupos capitalistas internacionales, economistas neo-malthusianos y ongs ecologistas. No creo que el ecologismo este mal. Pero con ecologismo solamente tendriamos que ir pensando en volver a la agricultura de subsistencia, y pensando en que hacemos.con los miles de millones de.humanos que nos sobran... Excelente el post charly. Saludos!
Charly, a mi me parece que hay diferencias notables entre la ruta que quieren hacer en Bolivia y el negocio de la arrocera.
En Bolivia se usa bien publico para el bien publico. La ruta no es un negocio privado, es un emprendimiento nacional para conectar a una zona.
El impacto de la ruta en cuanto a fragmentación del paisaje (que puede afectar a ciertas especies) es una realidad pero hay mitigantes. En la arrocera el impacto es si o si, ¿como se puede mitigar el cambio que produce dedicar miles de hectareas a cultivo de arroz?, es arrasar con un ecosistema lisa y llanamente.
Tambien en Bolivia hay temores sobre lo que sobrevendría una vez que este hecha la ruta (depredación por agregado al capitalismo mundial zonas que hoy estan a salvo de él por el aislamiento. Es la acusación que se hace contra el IIRSA)
Finalmente la marcha en Bolivia comenzó con la excusa de pedir un plebiscito para decidir la traza de la ruta y cuando el gobierno accedió lo rechazaron y siguen con la marcha (Marcha del TIPNIS está impulsada por intereses políticos para desgastar al Gobierno" (Vicepresidente).
Todo esto impulsado por ONGs que no preguntes quienes las financian ni a traves de que cadena de fundaciones.
Yo creo que el ecofascismo es una realidad y la ecoceguera con fines de lucro (con o sin conciencia de lo que se hace) es otra.
Para Sin Dioses: no hay avivadas, asi es el capitalismo, los beneficios son para los emprendedores, y emprendedores son algunos de los que tienen capital.
Por otra parte -salvo que uno este contra el capitalismo, esto es, contra la propiedad privada de los medios de produccion- tampoco puede objetarse la apropiación de lo público al capitalista, es asi como ha funcionado el capitalismo desde siempre. La sociedad -que genera los derechos, entre ellos el de propiedad- le da derecho de propiedad porque entiende que eso es beneficioso para todos.
Bueno la talacion de bosques productos del crecimientoindustrial es algo que ha mantenido un aumento significativo y por desgracia sigue...
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