"ningún orden natural promueve el desarrollo individual autónomo, ni el bien común, ni libera a los sujetos de contingencias que provocan daños ajenos a su voluntad y responsabilidad." Rubén Lo Vuolo
A propósito de los descensos a la “B” y de la exploración de esos nuevos espacios. ¿Nuevos? No, reasignados, reaggiornados. Los sistemas suelen hacer estas jugarretas, construyen bolsillos, pliegues, recodos donde se pueda esconder, reformular para luego dar más de lo mismo, actualizarse. Toda organización social necesita de una autoridad pública que arbitre las desigualdades y busque integrar la complejidad social en torno al interés público. Se puede discutir las características del ejercicio de esa autoridad pública, pero no su existencia. (las instituciones)
Nos llamó la atención este pasaje de Mangabeira Unger el otro día con Binner:
“El fenómeno reciente más importante es que al lado de la clase media tradicional ha surgido una segunda clase media”, afirmó el especialista brasileño. “Hoy la revolución pasa porque el Estado use sus recursos para abrir el camino a esas nuevas vanguardias emergentes. Vivimos en una camisa de fuerza de institucional y de ideas que impide el crecimiento de esa clase media. Hay que romperla y ese momento es ahora”, aseguró. “Desde los años 50 que no ocurría algo parecido, con Getulio Vargas en Brasil y Juan Domingo Perón en Argentina”
Tecni nos comentaba:
¿vanguardias emergentes? ¿en la clase media? ¿vanguardias? ¿? ah!, el estado, la maquina de impedir!!. Neusdat revival. Todo esto dicho en las mismas narices del bueno de Hermes, pero hace falta una nueva lectura de todo esto.
Hay quienes se van a la “B” por obligación (River, Gimnasia, Shocklender) otros por opción, porque se sienten mejor como cabeza de algo que como cola de león (Macri, Pino, Blanca Dasneves, Reutemann), pero para que alguien ascienda es necesario que otros se vayan al descenso, permitiendo así que una nueva ¿clase media?, otrora de las inferiores, ascienda.
Así: por un lado tenemos a los que quieren subir (sentencia 14 de Udi: 14) El primero y el segundo ascienden, no hay campeón, repito: no hay Campeón), estos demandan su lugar en el mundo, ya que se han preparado para eso; sin embargo, por el otro, las tradicionales burocracias de la “A” se se resisten a permitírselo y otorgarles ese espacio, los de la “B” están acostumbrados a soportar aprietes de todo tipo pero de todas formas se las rebuscan para encontrar ese lugar
No es justo que a cambio de este gran servicio prestado a la estabilidad capitalista Argentina, la burocracia sindical deba soportar que le pisen la cabeza los arribistas de "La Cámpora" y tengan menos diputados que bajo el menemismo…
Antes se preguntaba:
La disyuntiva es, parafraseando a Gramsci, si lo que se pretende que nazca es mejor de lo que "no se termina de matar". Es decir, una camarilla de funcionarios estatales, con figuras mediáticas, simpáticas a la clase media, venidas desde la derecha o la centroizquierda, intentando "domesticar" al peronismo "mazorquero" del PBA, a los federales de las provincias y como si fuera poco, también a la burocracia sindical, ¿significa mayor estabilidad burguesa y una profundización del "proyecto"?
Creo que esta es la pregunta del millón en esta vorágine de ascensos y descensos, entre nuevas y viejas clases medias.
Pues la respuesta es un NO rotundo. Una nueva clase media emergida así en block de la noche a la mañana no mejora la cuestión de la inclusión social y mucho menos resuelve la de la pobreza, tampoco la Primera “A” de esta manera lo logra, sin embargo se actualiza. Ni con un “que se vayan todos” se logró esto, salvo, como dice Tecni, que el sistema haya dado una voltereta tal que pretenda generar nuevos espacios dentro de la inclusión “económica” pero de ninguna manera desde la social o civil.
Repartir plata no es incluir socialmente, solo “te la presto por un ratito para sacártela dentro de un rato”, sabemos que a Mangabeira se le ve la tanga. Eliminando la pobreza no se elimina la desigualdad social, dice Rubén Lo Vuolo, más allá que la disminución de la pobreza es una condición necesaria para acabar con la desigualdad social.
Más o nuevos agentes económicos jugando el campeonato del mercado (ampliado) tampoco socializan, al contrario someten al pueblo que pretende jugar ese juego. El viejo procedimiento neoliberal de: crear necesidades (superfluas), otorgar crédito a cambio de garantías (endeudamiento a cambio de dinero), producir condiciones en donde no se puede cumplir con las obligaciones contraídas (teoría del shock), apropiarse de las garantías o restringir las libertades (especialmente económicas) del endeudado, construir mas poder a partir de esta dependencia. En consecuencia no se han abolido esta lógica grondonera de los campeonatos, cualquiera sea su categoría, se aggiorna a nuevas formas de necesidades-endeudamiento-shock-sometimiento. (El culbsito de barrio que se funde por ascender a la “A”). La realidad es que todo esto ocurre porque al stablishment le queda lugar para maniobrar con un River que no gana, necesita incorporar a la cancha nuevos jugadores hasta ahora desconocidos. Por eso a sus viejos socios los hace descender para tener la posibilidad de vanpirizar a los que necesitan del ascenso para que, luego de chuparles la sangre, dejarlos morir de inanición.
La realización de la inclusión social no se define con una posición en la tabla, sino con el efectivo estado de realización de las personas, la verdadera posición que cada uno de ellos ocupa, como lo señala Denis Merklen en Vivir en los márgenes. Esto implica tener en cuenta cómo esas carencias, universalmente reconocidas como básicas, pueden o no transformarse en potencial capacidad para que las personas puedan lograr determinados objetivos como agentes sociales (Sen: 1985), como refuerza Lo Vuolo. Por ello, el bienestar y la pobreza no se pueden evaluar considerando sólo lo que se tiene (o se recibe) en relación con un Standard (una posición en la tabla), sino la capacidad efectiva de decidir distintas formas de hacer a partir de lo que se tiene. No estar protegido socialmente tiene que ver con la falta de posibilidades de elegir libremente entre los distintos modos de vida disponibles en la sociedad.
Para nosotros lo importante es aprovechar las brechas que se abren entre "los de arriba", para hacer avanzar la lucha y las organización de "los de abajo", concluye Rosso. Creemos compartir esta última reflexión, no nos comamos ninguna curva.
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