Resulta impactante, ver tocar un piano a “4 manos”, dado que se tiene que tener un dominio prodigioso, tanto de la música, como del instrumento en si. Simplemente pensar que dos personas se sientan en el “banco” delante de un piano, es cuestión de física pura. Algunos concertistas lo han hecho, y hay buena prueba, si se ve a “Victor Borge, que destila buen humor por todos los sitios.
La película más linda del año
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No se sabe bien si es un documental o un poema. Para un espectador tan
enfático como yo, la apatía de su tono es conmovedora hasta la
perturbación.



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