La novela policial latinoamericana
Dedicado a Lucas Carrasco y a Alejandro de la Barbarie
El post se perdió, como todo lo que habitaba la otra vida bloguera de Lucas Carrasco, la que suicidó con un Enter. Para rescatarlo tuvimos que recurrir a lo que decían Lucas y Alejandro en un viejo post nuestro en donde ya nos ocupábamos del tema.
Vamos con qué planteaba Lucas
El policial inglés de intriga y acierto deductivo que deviene de Edgar Allan Poe pasando por Sherlock Holmes, inserto en un mundo burgués que se ve alterado por la presencia del mal hasta que un genial detective –quizás más sagaz que la honesta policía- aparece como contrapunto la novela negra… La novela negra, pronto, quedará también vieja, como viejos los códigos de conducta de los matones, los criminales, la moral torcida pero previsible de los bajos fondos. Se irá cruzando con el periodismo, Truman Capote, creo, llega al colmo de la narración periodística y también de la novela policial. Sí, es cierto: Walsh lo hizo primero, con Operación Masacre, pero no es lo mismo inventar en el culo del mundo que en la frente del mundo, en los ojos del mundo.
Lucas entonces advertía el agotamiento del género de la novela policial y le busca alternativas proponiendo por ejemplo una novela policial árabe.
El aporte de Alejandro en un comment de ese mismo post (el perdido para siempre) es tan importante como el propio post de Lucas. Veamos qué planteaba Alejandro:
Me meto y te digo lo que dijo Viñas, que es que Walsh invierte los términos clásicos del policial […] Porque en Walsh el criminal es el Estado y el detective es el pueblo. […] Pero esa subversión del policial es complicada. Porque Viñas, cuando dice eso que dice de Walsh, caricaturiza al policial de una manera en la que se pierde su complejidad. Y esa complejidad es propiamente anglosajona. Me explico: Holmes no es el estado. Holmes, la inteligencia individual, viene a salvar al estado de sus propias torpezas. […] Holmes, es un para policía. Es la continuación de la policía por medios, como decirlo, más Smithianos. Y entonces lo de Walsh es más complicado, porque en el policial clásico no era que el Estado venía a encontrar al criminal. No, no. El estado quería pero no podía. Y en Walsh, el estado no quiere porque es él mismo el asesino.Pero aún así, las cosas son más complicadas. […]Y para terminar, el tema de los árabes creo que es intersante. Mirá vos que después de tantos años de MI6 en Oriente Medio se les dé por los coches bomba en vez de por el espionaje. Y creo que no puede haber novela policial ahi porque no hay concepto de individuo. No hay Poirots porque no hay culpables individuales sino colectivos. Hay torres gemelas más que atentados al presidente. Los fulanos tienen cierta tendencia a los medios de transporte públicos por sobre los magnicidios, por ejemplo. Pero, de nuevo, esa es una característica de las respuestas a la dominación total. Así como los irlandeses volaron la bolsa de Londres antes que a la reina, etc.
Lo que queda por verse, tal vez, sea la posibilidad de un policial latinoamericano. Y en realidad esa posibilidad ya está absolutamente verificada. Los Detectives Salvajes es la forma superior de la novela policial, donde el criminal (que no hace falta que haya hecho algo malo, basta que sea buscado), es un individuo que se diluye en la sociedad con una dialéctica que sería la envidia de kojeve y todos los hegelianos (incluyéndola a la presidenta).[…]
No solo dediqué un post a aquel debate sino que la sugerencia de Alejandro sobre que:
"queda por verse, tal vez, sea la posibilidad de un policial latinoamericano."
me quedó haciendo ruido en mi cabeza. En aquel post comenzábamos a dilucidar cómo tenía que ser el discurso de esa hipotética novela policial latinoamericana. Hoy avanzamos un poco más
Sociologías de la vida cotidiana
Estoy leyendo un magnífico y mínimo libro del sociólogo italiano Mauro Wolf "Sociologías de la vida cotidiana" que a penas lo empecé me trajo a la memoria aquello de Alejandro.
En el libro, Wolf se basa en E. Goffman quién se dedica a estudiar, no las sociologías de los grandes movimientos y acciones de masas sino a las sociologías del cara a cara. La de todos los días.
Claro que Wolf es italiano y como tal no escapa a las generales de la ley del europeo típico. Cuando digo típico digo el europeo venido a América después de Colón y que trajo su cultura a este continente. A su cultura la llamó "cultura", o para que la reconozcan mejor, la llamó "cultura civilizada". La cultura precolombina y la que se mantuvo dentro de los pueblos originarios y en gran parte dentro del mestizaje era "la barbarie" y como tal no debería llamarse cultura desde ese punto de vista.
No quiero entrar acá en polémicas sobre la dualidad civilización-barbarie, solo la trigo porque en ella descansa la lógica de la estructura de una posible novela policial latinoamericana.
El "mundo civilizado" que describe Wolf a travéz de los trabajos de Goffman es el mundo que se sostiene en el contrato minimalista de la cultura europea del cara a cara. La base de la interacción social cotidiana que plantea Wolf es un estricto código que permite la convivencia "del día a día" entre los actores humanos. Romper esos micro-cosmos de convivencia civilizada conlleva en consecuencia una trasgresión social que el europeo asocia con el comportamiento incivilizado: el del salvaje o del bárbaro.
En la rotura de esos micro-contratos de la vida cotidiana se basa la trama argumentativa del policial latinoamericano, el quedar fuera del juego del ciudadano latinoamericano común, y esto sucede porque la novela policial se articula entre el rol del estado, (la policía), el criminal (el que rompe la ley escrita o no) y la concepción política del estado. Así en una sociedad burguesa liberal, el estado es tonto e inutil y se sirve de la inteligencia del individuo para que vaya en su auxilio. En la novela negra, asociada a los estado mas republicanos, como Francia, el estado si bien es importante, está cruzado por la corrupción y necesita de un detective honesto y marginal que desenmascare el crimen. En el trhiller americano, en cambio, el estado mínimo para adentro, es autoritario y omnipotente para afuera, por eso en la novela de este género no se escatima en bombas ni muerte cuando se trata de rescatar un soldado americano en alguna republiqueta sudamericana.
Ninguna de estas lógicas son aplicables por estos lares. En los casos presentados hay una clara división entre estado y sociedad, y de acuerdo a cómo se juega esa división se monta la novela. En Latinoamérica creo que eso no es tan sencillo.
Los crímenes de Teresa Rodríguez, Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. La novela Latinoamericana
Pero en el libro de Wolf, si bién se explica la mecánica de cómo se debe articular una sociedad civilizádamente organizada, no explica cómo la ruptura de esos micro contratos pueden articularse en crimen ni cómo se forma la estructura sobre la cual se podría montar una novela policial latinomericana. Cosa que desde la óptica de Walsh sucede cuando el estado se convierte en criminal. Las interacciones de la vida cotidiana son sistemáticamente violentadas por el estado todos los días y todos esos micro contratos son también sistemáticamente violados en el día a día.
Pero no fue hasta que viendo el capítulo "Físicos Forenses: Científicos y Detectives" de la serie "Aventura científica" del magnífico canal Encuentro, me terminó de cerrar la idea. (Recomiendo verlo completo, aunque es la Parte 4 en donde hallo la pieza que me faltaba.)
En ese documental los físicos-investigadores: el Dr. Rodolfo Pregliasco (el mas joven) y Dr. Ernesto Martinez (el mayor) del Instituto Balseiro, dan en la tecla y aportan el dato que me hacía falta.
Vamos a hacer un experimento; vamos a ir de la mano de nuestros detectives a desentrañar, nada menos, quién mató a Teresa Rodriguez y a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, para eso vamos a recurrir a estos tres videos.
En el primer video Pregliasco y Martinez describen como es el método de análisis que utilizarán en ambos asesinatos.
En este segundo, se demuestra desde dónde partieron los disparos que mataron a Teresa Rodríguez y en que momento sucedió.
En el tercer video se analiza el caso del asesinato de Maximiliano Kosteki, (recordemos que en el caso de Santillán no había muchas dudas de quién lo asesinó desde un principio), conjuntamente con el intento de asesinato de una mujer de apellido Síbilli a la que hieren pero por suerte no muere, ámbos en el puente de Avellaneda. Descubren desde donde parten los disparos.
EL video completo se puede descargar desde acá registrándose
En ambos casos el Estado representado por la policía niega su responsabilidad. Lo hace:
- Dispersando culpas,
- aduciendo incapacidad de determinar quién disparó y cuando,
- y la mas importante, negando los disparos.
En ambos casos y para nuestra desgracia, durante un período donde regía el pleno estado de derecho, los físicos-detectives, a la manera de Cazadores de Mitos, demuestran que los disparos provienen de las fuerzas policiales y no desde los manifestantes. El accionar ineficiente y corrupto del estado no se detiene con la policía, la justicia acompaña.
Recordemos lo que decía Alejandro de Wash, citándolo a Viñas:
el criminal es el Estado y el detective es el pueblo. […] Pero esa subversión del policial es complicada. Porque Viñas, cuando dice eso que dice de Walsh, caricaturiza al policial de una manera en la que se pierde su complejidad.
La complejidad está en la ruptura de los infinitos micro contratos que se violan día a día entre la sociedad civil y el estado.
Los físicos terminan el video con las siguientes reflexiones
Pregliasco - Uno aplica un montón de conocimientos a un caso, y después va al juzgado y no obtiene los resultados que uno quiere, no hay que tomárselo personal, no somos investigadores que resolvemos el caso atrapamos el asesino y nos vamos con la chica.
Martínez - Yo creo que una cosa importante sobre todo en estas cosas forenses es hacer lo que uno hace y no tratar de mostrar resultados... Quiere decir: el tratar de tener éxitos, es muy perjudicial porque los éxitos acá, si son equivocado se obtienen a costo del sufrimiento de otra persona...
Pregliasco - Lo que nos motiva para hacer esto no es ni el dinero ni el reconocimiento académico, sino el convencimiento de que esto sirve, es interesante y asiste.
Martínez -Ayudar a la justicia me parece una cosa interesantísima que me hace sentir muy bien, muy orgulloso, quiere decir, la justicia es indudáblemente cuestión de todos, todos tenemos que ayudar, no alcanza con los jueces, quiere decir, no podemos dejar que otros se hagan cargo de la justicia, es asunto de todos nosotros.
No se si llego a comprender cabalmente estas últimas palabras. Cuando uno escribe un post tiene varias intuiciones, una de ellas era que ya había escrito este post, otra que en esas últimas palabras de los físicos se encerraba el sentido de la práctica forense de este país y de muchos otros de Latino América.
Walsh invierte los términos clásicos del policial […] Porque en Walsh el criminal es el Estado y el detective es el pueblo. […] Pero esa subversión del policial es complicada. […] en el policial clásico no era que el Estado venía a encontrar al criminal. No, no. El estado quería pero no podía. Y en Walsh, el estado no quiere porque es él mismo el asesino.
Esto decía Alejandro, Martínez y Pregliasco parece que le dan la razón
El lector deberá corregirme si no estoy en lo cierto.
8 nos acompañaron:
Muy profundo, Charlie y cercano a la vez. Lo mejor que leí esta mañana llena de diarios.
Para pensar el policial latinoamericano no hay que olvidarse de otro italiano: Leonardo Sciascia. Que describió desde la literatura la relación entre poder político y crimen.
Decía -no recuerdo bien la frse, pero si el sentido- que Italia en general y Sicialia en particular, a falta de colonias, había conquistado el mundo.
Me diste ganas de buscar algo de Sciascia y el este link me dio ganas de comer "pasta".
http://www.radioradicale.it/exagora/sciascia-lucido-esceptico-y-humano-como-maigret
Un caño, el post. Ojalá debatiéramos sólo estas cosas. Posta, tanta estadística y se te van las microhistorias de la mano, como grano de arena.
No voy a repetir mis comentarios, pero esencialmente son los que te hice por mail.
Un abrazo.
EM
Charly, me agarraste en plena mudanza. Recién ahora tengo internet y todo eso.
Ni bien pueda lo leo con paciencia.
Seguro será mañana en la biblioteca.
Por otra parte, una tal Irene Roust me escribió preguntando por vos...
Bueno dele ubíquese, póngase a tiro.
Sobre Irene para mi ha sido uno de esos amores que no se olvidan tan facil, si le escribe, dígale que pase por acá, o pásele mi mail.
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