La idea de establecer un sistema integración glocal surge a partir de la necesidad del diseño de Políticas Públicas capaces de superar categorías como Privado-Público, Nacional-Internacional, territorial-universal para entrar en una única categoría que establezca el equilibrio a partir de una solución de compromiso entre lo Local y lo Global: la Glocalización.
Dice María Antonieta Mendívil en El papel omnipresente de los sistemas de información en lo glocal
Dice María Antonieta Mendívil en El papel omnipresente de los sistemas de información en lo glocal
"Robert Robertson, sociólogo autor de Globalización (1992), acuñó el término «glocalización», para referirse a la peculiar relación y correspondencia entre lo global y lo local.
Y es que hay dos maneras de acercarse al término glocal: una, como un asunto estratégico de mercado, que ante la globalización requiere adaptar los productos a las comunidades locales para ser aceptados; y dos, como el tipo de redes ciudadanas tejidas de manera virtual en el orbe, en un ámbito personal y de cercanía.
En el primer acercamiento, la globalización parecería un concepto más económico y territorial; en el segundo, un fenómeno que forma parte de la homogeneización de la información a través de las nuevas tecnologías, a las que tenemos acceso y control desde la individualidad.
No podemos soslayar un acercamiento en vista del otro. Porque ambas concepciones conviven bajo el eje que rige el tema de glocal: los sistemas de información."
El término es resignificado por Augusto de Franco en su libro A REVOLUÇÃO DO LOCAL que podríamos sintetizar así:
El glocalismo parte de reconsiderar lo local no como un territorio o una comunidad en un territorio, sino como un cluster, a una subred social en la que opera la lógica del small world.
Todo moviento de globalización implica un reforzamiento simultáneo de lo local al precisar un aumento de capital social para hacerse posible, por eso si globalizas, localizas.
De Franco establece 23 tesis sobre globalización, glocalización y localización:
Sobre la Globalización
El fenómenos de la globalización es separable de la ideología mercadocéntrica que acompañó a los primeros intentos de conceptualizarlo. La globalización no es un fenómeno exclusivamente económico. No podremos comprender adecuadamente lo que es la globalización mientras no nos deshagamos de las visiones mercadocéntricas y estadocéntricas. Porque la globalización es, fundamentalmente, un fenómeno de cambio social global. El nuevo ambiente político mundial y la innovación tecnológica que ha posibilitado la emergencia del fenómeno que interpretamos como globalización
está acompañado por un cambio social en el sentido amplio (o sea, en el sentido micro, relativo al cuerpo y al metabolismo de las sociedades, esto es, a los patrones de organización y a los modos de regulación de conflictos; y en el sentido macro, cultural-civilizacional), interactuando, todos esos factores en el mismo proceso de co-originación dependiente. La globalización es un fenómeno irresistible. A pesar de ello, a lo que conduzca, dependerá de la evolución del sistema frente a la bifurcación a la que se enfrenta en la actualidad. La globalización es inédita: está creando algo que nunca existió antes. La globalización no es un orden, sino un proceso de deconstitución del viejo orden. La salida democrática para la crisis actual exige más globalización y no menos globalización. La globalización está en disputa y esa disputa no lo es solamente entre los neoliberales (favorables) y los estatistas (contrarios), sino que envuelve una diversidad de posiciones diferentes y conforma nuevos campos políticos de convergencia que superan tal contradicción. No se puede captar plenamente el sentido del proceso si no se comprende que la globalización es, simultáneamente, una localización del mundo y una mundialización de lo local, o sea una glocalización (pero no exactamente en
el sentido del marketing, que fue atribuido por los economistas japoneses que inventaron el término a finales de los 80 y ni siquiera en los sentidos que le atribuyó su principal divulgador, Roland Robertson, a partir de mediados de los 90)
Sobre la glocalización
La glocalización es una planetarización y una comunitarización. La glocalización está en disputa y esa disputa es, fundamentalmente, una disputa entre lo local separado y lo local conectado, entre dependencia vs independencia por un lado e interdependencia por otro. El estado no desaparecerá en la transición histórica actualmente en curso, sino que será transformado, pero no es seguro si tal transformación será necesariamente glocalizante. El destino de la forma actual del estado nación está en disputa y esa disputa es la misma que dirime en torno a la glocalización. Así como fue necesario utilizar un nuevo concepto (globalización) para entender los cambios que están ocurriendo en la dimensión global, se vuelve también necesario generar otro concepto (localización) para entender los cambios que están ocurriendo al mismo tiempo en la dimensión local. Como las dos cosas constituyen aspectos del mismo proceso de glocalización o de emergencia de la realidad glocal, eso significa que la glocalización confiere un nuevo estatus a lo local, que, para mostrarse, exige también un nuevo constructo y una nueva hipótesis: la hipótesis (en el sentido fuerte) de la localización.
Sobre la localización
Lo local es necesariamente lo pequeño, pero no en el sentido territorial o poblacional sino en el sentido de aquello que se fue volviendo pequeño gracias a la alta conectividad social. Cuanto más conectado es el mundo, menor es y sin embargo más potente socialmente (small is powerfull)
Localización no significa aislamiento, sino un campo configurado con cierto grado de estabilidad para permitir la conservación y la reproducción de una misma dinámica endógena. Localizar no es encontrar un espacio local, es crear un espacio local. La globalización de lo local tiende a ser igual a la localización de lo global. Las localidades tienden a volverse holografías del planeta a medida que reflorecen comunidades del mundo globalizado. La localización está en disputa y esa disputa tenderá a dar pautas, en el futuro próximo, a los embates políticos dentro del estado nación. La localización es el aspecto objetivo de la revolución de lo local, en tanto que su aspecto subjetivo es la existencia de una variedad creciente de agentes, conectados en red, dedicados a promover movimientos sociales de resistencia y de generación de identidad -que darán origen a comunidades de proyecto- en la sociedad civil y de la promoción de voluntariado, y sobre todo, dedicados al experimentalismo innovador que se desarrolla en torno a los procesos de democracia participativa en redes sociales y de fomento del desarrollo integrado y sostenible, sistemas socioproductivos y socioeconómicos alternativos o solidarios ensayados a escala local. La vuelta a lo local, en una época de globalización, se está afirmando como una alternativa de generación de desarrollo que promete transformar milenarias relaciones políticas y sociales de dominación.
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