Para hacer un guiso peronista
hace falta un Perón, si, se que no es fácil de conseguir pero de acuerdo al Perón
que consigan será el guiso, no se puede hacer un guiso peronista sin un buen
Perón.
Pero eso no es todo, una vez que
tenemos al Perón lo metemos en una olla pirula muy grande para que quepa mucho
guiso, grande, grande, se le agrega agua suficiente y se la calienta con
palitos se sauce o tablitas de cajón de manzana, todo vale. Ojo atenti a los
que ofrecen sopletes, o mecheros Bunsen para apurar la cocción.
Luego se agregan los
sindicalistas de izquierda y anarquistas, se deja macerar así a fuego lento
durante cuatro o cinco años. Pero antes, en realidad antes que se empiece a
cocinar el guiso es necesario encontrar una Eva, que es mucho más difícil que
el Perón, sin Eva el guiso no tendrá sabor, por más que nos esmeremos. El
asunto es dónde conseguirla. En realidad se ha escrito ya demasiado sobre el
origen de una buena Eva, hay teorías que dicen que solo se puede encontrar en
el seno de un pueblo de descamisados o de cabecitas negras, otros, mas
escépticos dicen que las Evas aparecen siempre que se empieza a guisar un guiso
bien peronista, los mas crueles apuntan a los burdeles como el lugar para
conseguir las Evas más puras.
Una vez que tenemos todo esto ya
andando, el Perón, los sindicales, los anarquistas y socialistas, le agregamos
a Eva y la dejamos que se disuelva despacio.
Pero ojo, apenas se disuelva la
Eva, hay que sacar urgente al Perón de la olla porque puede contaminarlo todo,
solo debe quedar la sopa de Eva y los sindicatos en este caldo base. Al Perón
lo guardamos porque lo vamos a utilizar luego, en cualquier momento.
Con ese caldo base se pueden
hacer alimentos para la derecha como para la izquierda, dependiendo de la
cantidad de sindicalistas que le se le agreguen, para que no quede muy
derechoso, es bueno agregarle algún Cook, algún Walsh, Paco Urondo si se lo
quiere con sabor más dulzón.
A partir de acá la base del
guiso, está para preparar a gusto de acuerdo a la ocasión. Alguien alguna vez le
agregó patillas, y le salió un guiso menemista, otros le agregaron bizcochos y
le salió más kirchneristas que otra cosa.
Hay que tener cuidado, el caldo
base si bien sirve para casi cualquier comida, tampoco es la pavada. Últimamente,
cobran entradas carísimas para comer el caldo cristinista, tan caras que otros,
que tenían la fórmula, y sabían el procedimiento, pusieron en funcionamiento
otra pirula y llamaron a comer a los que no podían morder del la otra olla.
Dicen los entendidos de Morón que
el guiso siempre ha alcanzado para todos, que no hay caso con los que piden
análisis de sangre para comerlo, afirman que para tener éxito, más que una
receta magistral, hay que tener una olla popular en donde el caldo no disuelva
las papas en un puré informe. Que los garbanzos se deben sentir al morder, que
la panceta no debe faltar, que el vino tinto (aunque no se mas que de
damajuana) debe alcanzar para todos. Pero que lo que es más importante, que lo
que más se debe cuidar es que no se pongan a tipos con pecheras a que lo sirvan
para que los que tienen hambre tengan que hacer fila.
En un buen guiso peronista cada
uno va a la olla y se sirve solo, si no (por más que esto NO sea verdad),
sostienen que a los comensales les queda como un gustito a poco y cuentan que
en más de una oportunidad sacaron cagando a los que servían los platos.
A mi por suerte no me gusta el
guiso, las comidas más sencillas al final terminan siendo las más difíciles de cocinar.
4 nos acompañaron:
es un guiso que se
quiere imponer en las mesas
de la zona norte de buenos aires
pero hay que usar un perón tiernito
muy magro ... desgrasado
se le agrega medicurri a gusto
Cierto a ese guiso lo probemos, era el duahaldista, se le fue la mano con el mendicurren, recuerdo
Extraordinario, Charlie.
Y ojo: si se saca el Perón demasiado rápido, el guiso queda vandorista. Igual viste como es: los Perones son ese tipo de ingredientes dífiles de identificar, y cada cocinero clama haber encontrado el ejemplar más puro de la especie.
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