Eze Meler – Impecable

En el post de ayer, la comentarista @vikys_ hizo una observación que me dejó pensando. Entre otras cosas, dijo:

“Tanto Macri, como Scioli y CFK son representantes de sí mismos, no representantes de un partido o movimiento. Son ellos y a partir de ellos se forma el moviemiento, más grande o más chico, de adeptos que se suman, propiciando así que vengan de distintos sectores y distintos pasados políticos, en muchos casos contradictorios.”

Intuitivamente, le respondí que tenía razón… en parte. Porque, al fin y al cabo, siempre estaba el PJ. Pero justamente, si algo no es el PJ, arguyó ella, es un partido modelo… Punto para los comentaristas del blog. Tiene razón: no lo es.

Aquí se condensa un tema de época, que oportunamente había analizado, con su maestría habitual, Juan Carlos Torre. Me refiero a la crisis del sistema de partidos que se adivinaba ya en 1999. Torre la caracterizaba de este modo no hace tanto:

“Al cabo de 20 años de existencia, la trayectoria de la democracia de partidos en Argentina ha culminado en dos fenómenos contrapuestos. Por un lado, generó una masa crítica de ciudadanos y de activismo cívico que mantiene una actitud alerta y exigente sobre la actuación de los hombres de partido. Por el otro, la dinámica política impulsada por estas mayores expectativas democráticas ha contribuido a una crisis de la representación partidaria. Estamos, así, ante una paradoja: aquello que la crisis tiene de positivo para la expansión de la calidad de la democracia de partidos es también la causa de un impacto institucional negativo. Para estimar la magnitud de este impacto hay que introducir un dato adicional en la caracterización de la coyuntura actual. A diferencia de Perú y Venezuela, en el país la crisis de la representación partidaria no se resolvió en el colapso del sistema de partidos en su conjunto (Malamud, 2002). Con vistas a las próximas elecciones del 2003 los sondeos previos indican que los varios candidatos del PJ en disputa por la presidencia reúnen el caudal histórico del electorado peronista. El desenlace de la crisis ha sido, pues, un sistema de partidos desequilibrado.”

Como hace poco cité en el blog los corolarios que el autor extrae de esa noción (véase este link), me considero exento de señalar mi afinidad con el planteo. Pero cabe agregar un matiz: la tensión entre liderazgos y partidos. Si bien el liderazgo es esencial en la política -las ideas no caminan por la calle, poca gente las vota-, cuando los asociados de un proyecto político dependen demasiado de las figuras de referencia, las chances de institucionalizar un partido son bajas o nulas, e incluso pueden afectar el correcto desempeño electoral de la fórmula política elegida. Pienso tanto en Cristina, como en Macri o, ejemplo de ejemplos, en Carrió. El carisma personal sirve a los partidos tanto como los deteriora y, a mediano plazo, los arruina. Es en los tiempos grises de la derrota cuando se toma conciencia de este dato: los años ochenta en el peronismo, por ejemplo, fueron años de institucionalización. Algo que se revirtió apenas elegida la fórmula que competiría en las presidenciales de 1989.

El peronismo puede gobernar en soledad: lo ha demostrado bien. Pero, ciertamente, a todos nos conviene que exista, al menos, una organización partidaria alternativa que canalice adecuadamente demandas propias de aquellos que no votaron, no votan y, por qué no reconocerlo, no votarían al peronismo. Es una necesidad que hace a la calidad de la democracia. Con un polo orgánico a la par del peronismo, no tenés cacerolas. Claro, que eso pase no depende de nosotros: depende de la oposición.

Pero el desafío de lograr una institucionalidad también le cabe al peronismo, y en los años que vienen, más allá del color, será una de las tareas de sus dirigentes la de intentar superar, al menos, nuestra inorganicidad congénita. Es muy linda la retórica del Movimiento, pero cuando se trata de distribuir poder, evidentemente no sirve para nada. Necesitamos un partido organizado, estable, moderno y democrático.

EM

5 nos acompañaron:

Detallista dijo...

Charly

donde dice

"“Mientras las decisiones de una persona están dictadas, en su mayoría, por la identidad del grupo al que pertenece, menos auténtica es su individualidad. "

Debería decir

“Mientras mas las decisiones de una persona están dictadas, en su mayoría, por la identidad del grupo al que pertenece, menos auténtica es su individualidad. "


O mejor aun

“Mientras mas las decisiones de una persona estén dictadas por la identidad del grupo al que pertenece, menos auténtica es su individualidad. "

Charlie Boyle dijo...

La última, pero se le chispoteó el post, esto va en el anterior

rib dijo...

A mi me aburren Charlie.
Hay algo de todo ello que Thomas Hobbes no haya dicho hace ya más de 400 años ???
El Leviathan ES su significante vacio.

El Señor Oscuro.
Darth Vader.
Que se yo.

Un cuervo entorpecido de múltiples modos y que carece del momento de reconocerse en otro como éste si mismo.

Que es el peronismo ...
http://rib-moregeometrico.blogspot.com.ar/2012/09/tecno-analogias.html

Ahora.
Que es "no-p" en la mente peronista ???
Eso tienen que decirnos.

JOSE dijo...

totalmente en desacuerdo con la posicion siestera del fulano este, para mi que siga durmiendo la siesta, aguante cristina y nestor!

El anónimo dijo...

Meller El Escriba de Moyano ahora tira diatribas contra CFK, cuando vaya contra las obras sociales por un plan de Salud Nacional va a pedir su fusilamiento en plaza de Mayo. Que feo subirse a ese carro.

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