Así titula Niklas Luhmann uno de los ensayos que integran Complejidad y Modernidad. De la unidad a la diferencia. - Edición y traducción de Josetxo Berian y José María García Blanco, Editorial Trotta, S.A., 1998. El libro es del ´85 y es anterior a Sistemas Sociales; muchos de estos ensayos le sirvieron de andamiaje para esta última, su obra mas importante. Se puede bajar completo desde acá.
Traemos acá a “la diferencia” como rasgo diferenciador de lo político, entendido como la categoría que establece Chantal Mouffé y de la que nos ocupábamos en este post. Recordemos lo que decía Mouffé en En torno a lo político
“El pluralismo que planteo requiere discriminar entre demandas que deben ser aceptadas como parte del debate agonista, y aquellas que deben ser excluidas. Una sociedad no puede aceptar aquellas que cuestionan sus instituciones básicas como adversarios legítimos. El enfoque agonista no pretende abarcar todas las diferencias y superar todas las formas de exclusión. Pero las exclusiones son concebidas en términos políticos, no morales. Algunas demandas son excluidas, no porque se las declara ‘malignas’, sino porque desafían las instituciones constitutivas de la asociación política democrática…”
La sociedad tiene necesidades singulares y/o colectivas que resuelve demandando; es por eso que en el camino de su satisfacción encuentra diferencias que se zanjan interna o externamente. Si la pelea por satisfacer esas necesidades requiere de una lucha, de una agonismo de base, las diferencias en los métodos, deseos y fantasías que se establecen entre sus miembros singularmente ( y con el entorno a través de otro tipo de lucha); son complejas y deben ser estudiadas profundamente para poder “ver” la esencia de lo agonal. Discriminar entre diferencias es lo que que nos permitirá que lo agonista no se convierta en antagonismo.
Volviendo a Luhmann, él se ocupa de la diferencia ya que para este sociólogo:
“La teoría general de sistemas y la cibernética sustituyeron el modelo conceptual clásico de un todo constituido de partes y relaciones entre las partes por un modelo que enfatizó la diferencia entre sistemas y entornos.
…podemos concebir la diferenciación del sistema como una reproducción, dentro de un sistema, de la diferencia entre un sistema y su entorno. La diferenciación es así entendida como una forma reflexiva y recursiva de la construcción de sistemas. Repite el mismo mecanismo, usándolo para amplificar sus propios resultados. En los sistemas diferenciados encontramos dos clases de entorno: uno externo y común a todos los subsistemas y otro interno y separado para cada subsistema.[…] La diferenciación reproduce así el sistema en sí mismo, multiplicando las versiones especializadas de la identidad original del sistema mediante la división de éste en varios sistemas internos y en los entornos a ellos afiliados.”
Como se ve, si la diferenciación de las demandas produce y reproduce los agonismos, a partir de lo que nos dice Luhmann habría un continuo de lo agonal, que va desde lo simplemente agonista hasta lo antagónico, visto esto desde las categorías de Mouffe. Entender el proceso de diferenciación nos ayudará a “discriminar entre demandas que deben ser aceptadas como parte del debate agonista, y aquellas que deben ser excluidas”.
A este proceso Luhmann lo llama “incremento de selectividad, es decir, como incremento de las posibilidades disponibles para la variación o la elección” y establece tres categorías de diferenciación la Segmentación, la Estratificación y la Diferenciación funcional.
Luhmann refuerza la idea de diferenciación al hacer un planteo histórico, en donde la diferencia aparece acompañada por rasgos cada vez más complejos “como un proceso de creciente diferenciación sistémica y de pluralización.” Dice:
La segmentación diferencia la sociedad en subsistemas iguales. La igualdad se refiere aquí a los principios de formación sistémica autoselectiva. En las sociedades arcaicas estos principios son el «origen étnico» o la «residencia», o una combinación de ambos. La desigualdad resulta de una disparidad fortuita de condiciones del entorno. La desigualdad, en este estadio, no tiene una función sistemática. No obstante, es decisiva para la diferenciación evolutiva de las sociedades.
La fraternidad pertenece a este estadío de la diferenciación, dado que mas allá de la equidad dentro de sus miembros existen divisiones de familia, lugar, raza, clanes etc., como lo veíamos en el capítulo La Matriz de El siglo de la Fraternidad. La segmentación entre el salvajismo, la familia cosanguinea, la familia panalúa y la sindiásmica está dado Según F Engels y L Morgan por un proceso de evolución, mas precisamente de selección natural, para evitar en incesto, en ninguno de estos casos se ve una desigualdad entre sus componentes a no ser la funcional en contra del incesto. Por lo tanto en los sistemas diferenciados por segmentación tendremos una topografía de red social mas distribuida que centralizada.
La estratificación diferencia la sociedad en subsistemas desiguales. Alinea la asimetría sistema/entorno con la de igualdad/desigualdad. La igualdad deviene así una norma que regula la comunicación interna, mientras la desigualdad se convierte en una norma que gobierna la comunicación con el entorno. El término griego isonomía se refiere a la igualdad de los ciudadanos localizados dentro de un estrato de la sociedad. Estos ciudadanos pretenden, con éxito, ser (o representar a) la totalidad de la sociedad. Pero la isonomía presupone la desigualdad con respecto a otros estratos de la sociedad. En otras palabras, la clase de ciudadanos define el entorno interno de su sociedad por medio de la «desigualdad». La ciudadanía depende de esta categoría para constituir su propia identidad y su autocomprensión.
Luhmman coincide con los planteos que hacía Juan Urrutia Elejalde sobre el tema de la comunicación. La estratificación, por supuesto, requiere una distribución desigual de poder y de riqueza —o, para decirlo de una forma más general, una distribución desigual de las posibilidades de comunicación—. Es interesantísimo esta afirmación, la mala circulación de los mensajes dentro del sistema hacen que con el tiempo haya desinformación de algunos sectores que a medida que esto ocurre se van marginando de la comunicación global, produciéndose estratificacionesen la circulación de los mensajes. Recordemos la condición ergódica necesaria para el establecimiento de la fraternidad, si los mensajes no van en todos las direcciones y no llegan con la misma probabilidad a cada uno de los miembros del sistema social, no tendremos un sistema fraternal, se producen bolsones de información compartimentada.
Pero lo interesante que plantea Luhmann es el mecanismo por el cual se produce este tipo de desigualdad por estratificación. En este post nos adentrábamos con el problema de la puerta que plantea Luhmann: “la desigualdad se convierte en una norma que gobierna la comunicación con el entorno”. La topografía de la red es la que establece los enlaces con el entorno, si esos enlaces son únicos o muy especializados, de tal manera que no haya otro enlace que pueda mediar con el exterior y reemplazarlo, se establecerá una primer jerarquía por estratificación que esta vez sí será sistémica.
Mouffé nos advierte sobre un mecanismo de moralización que acompaña este proceso de estratificación social. Luhmann refrenda a Mouffé en este punto y nos llama la atención sobre la imposibilidad de una vuelta atrás de este proceso:
“Por supuesto, siempre es posible moralizar acerca del problema de la distribución desigual. Pero en la actualidad no podemos avanzar desde una distribución desigual hacia otra igualitarista. El problema moral de la igualdad y de la desigualdad es un problema inherente a las sociedades estratificadas. Si bien ha sido articulado en términos de una teoría de la justicia, lo cierto es que no puede «resolverse » en tales términos.”
Como señalan los diagramas de de Paul Baran, según Luhmann no habría una real posibilidad de distribución en una topología de red mas descentralizada que distribuida. Ni tampoco una vuelta atrás en la reconfiguración de la misma.
Pero Luhmann establece una tercera forma de diferenciación social, mas moderna que las anteriores. Algo similar al planteo de Duncan Watts de partición jerárquica en función de la distancia social, distancia que poseía una miltidimensionalidad en función de alguna acción social en particular que se explica mediante un proceso de individuación, donde una agente en particular puede pertenecer a más de un sistema social. Juan Urrutia Elejalde llama a este camino A LA INDIIVIIDUACION POR LA PERTENENCIA. Luhmann lo denomina diferenciación funcional.
“La diferenciación funcional organiza los procesos de comunicación en torno a funciones especiales, que han de ser abordadas a nivel de la sociedad. Puesto que todas las funciones necesarias tienen que ser realizadas y son interdependientes, la sociedad no puede conceder primacía absoluta a ninguna de ellas. Tiene que usar un segundo nivel de formación de los subsistemas para instituir una primacía de funciones específicas limitada a un conjunto especial de relaciones sistema/entorno.
La diferenciación funcional transforma de nuevo la distribución de la igualdad y de la desigualdad. Las funciones tienen que ser desiguales, pero el acceso a las funciones debe ser igual, es decir, independiente de cualquier relación con otras funciones. Los subsistemas funcionales, en otras palabras, tienen que ser desiguales, pero sus entornos asociados tienen que ser tratados como entornos iguales, porque nada sino la función puede justificar la discriminación.
Una sociedad funcionalmente diferenciada, como resultado de esto, se convertirá, o pretenderá ser, una sociedad de iguales, en la medida en que es el conjunto agregado de entornos para sus subsistemas funcionales. Esto permite entender por qué la creciente diferenciación funcional —incluyendo la diferenciación de la economía, la educación y la ciencia— conduce a poner un renovado énfasis sobre el ideal normativo de «igualdad» en el siglo XVIII.” (Y podríamos agregarle el de la Fraternidad)
Para no hacer este post tan largo nos quedarían por revisar las críticas que hace Mouffé al los posmodernos dentro de este contexto, de todas formas las identidades modernas, al establecerse por este proceso de diferenciación, serán indefectiblemente mucho mas complejas.
0 nos acompañaron:
Publicar un comentario