El pueblo al poder

1 nos acompañaron

Castro Alves
Cuando en las plazas se eleva
Del Pueblo la sublime voz...
Un rayo ilumina la tiniebla
Cristo asombra verdugo...
Que el gigante de la vereda
De pie sobre el barril
Desgreñado, enorme, desnudo
En Roma es Cantón de Marco,
Es Jesús sobre el Calvario,
Y Garibaldi en Kossuth.
¡La plaza! La plaza es del pueblo
Como el cielo es del cóndor
Es el antro donde la libertad
Crea águilas en su calor!
Señor!... pues queréis la plaza?
Desgraciada población
Sólo tiene suya la calle...
Nadie os roba los castillos
Tenéis palacios tan bellos...
Dejad la tierra al Anteo.
En la tortura, en la hoguera...
En lo cubiles de la inquisición
Chillido del hierro en la carne
Pero gritaba la aflicción.
Pues bien… en esta hora poluta
Nosotros bebemos la cicuta
Sofocados en el estertor,
Dejadnos soltar un grito
Que topando en el infinito
Tal vez despierte al Señor.
¡La palabra! Vosotros se la robáis
A los labios de la multitud
Decís, señores, que la lava
No salga del volcán.
Pero que infamia! Ay, vieja Roma,
Ay ciudad de Vendoma,
Ay mundos de cien héroes,
Decid, ciudades de piedra,
Donde la libertad medra
Del porvenir a los escarlata.
Decid, ¿cuándo la voz de los Gracos
Tapó la diestra de la ley?
¿Dónde la toga tribunalicia
Fue pisada a los pies del rey?
Habla, soberbia Inglaterra,
Del sur a tu pobre hermano;
¿De tus tribunos que se ha hecho?
Tú los guarda en el ancho pecho
No en el lodo de la prisión.
Sin embargo en sombras tremendas
Descansa extinta la nación
Fría y tiesa como el muerto.
Y vosotros, que les sentís el pulso
Sólo temblar convulsivo
En las extremas contorciones...
No dejáis que el hijo loco
Grite "oh! Madre, descansa un poco
Sobre nuestros corazones".
Pero de gusto... Que el derecho
No es pasto de puñal.
Ni las patas de caballos
Se hace un crimen legal...
Ah! No hay muchos septiembres,
A la plebe le duelen los miembros
Del látigo del poder,
Y el momento es desafortunado
Cuando el pueblo ensangrentado
Dice: ya no puedo sufrir.
¡Pues bien! Notros que caminamos
Del futuro a la luz,
Nosotros que el Calvario escalamos
Llevando en los hombros la cruz,
Que del presente en el oscuro
Sólo tenemos fe en el futuro,
Como alborada del bien,
Como Laocoonte aplastado
Moriremos coronados
Levantando los ojos además.
Hermano de la tierra de América,
Hijos del suelo de la cruz,
Erguid las frentes altivas,
Bebed torrentes de luz...
¡Ay! Soberbia población,
De nuestros viejos Catones,
Lanzad una protesta, oh pueblo,
Protestad que el mundo nuevo
Manda a los tronos y a las naciones.
*Recife, 1864

Buitreame esta

4 nos acompañaron

Dice Yegua y Groncha

Foto: Buitreame ésta.

Hay una cuenta muy fácil para hacer, y no es necesario ser economista y esa es ver cuanto cuesta hacer el producto y cuanto cuanto sale a la venta. El benemérito Karl decía que el precio de un producto era la sumatoria del trabajo que costaba fabricarlo. Inmerso en una lógica materialista de hace dos siglos agregaba que el sistema capitalista, por el solo hecho de que un patrón era el dueño de los medios de producción, le agregaba la plusvalía que era lo que obtenía por lo que vendía menos lo que recibían los trabajadores. Es sencillo entender que la renta durante dos siglos se dividió entre patrones  y obreros.

Es entendible también que bajo esta lógica la producción de bienes y servicios capitalista, suponiendo la existencia de un mercado de competencia perfecto (honesto), en un mercado libre competencia haría sobrevivir a quienes vendieran sus productos a menor precio y mejor calidad. Por lo que la eficiencia de una empresa siempre estuvo orientada hacia la baja de los costos de producción, se entiende manteniendo la calidad.

El costo financiero siempre estuvo al margen de la formación de los precios, por la misma razón. ¿Cómo iba a ser competitiva una empresa que financiara sin cobrar un costo adicional por la financiación de sus productos? A esto se le llamó tasa de interés. Resumiendo el costo de un producto siempre fue el costo laboral, la plusvalía y el costo financiero, quedando esta última variable fuera de lo que se llamó precio, el nombre de esta última  ha sido financiación.

En este mismo marco la inflación reflejó la “ineficiencia” de las cuentas de resultado  del estado, cuanto más quebranto reflejen mayor sería la inflación. Por lo que los procesos inflacionarios se daban cuando las empresa seguían el ritmo depreciatorio de la moneda con el ajuste de sus precios para arriba. que se llamó inflación.

¿Cómo se explica entonces que  las casas de electrodomésticos, los supermercados vendan sus productos al contado al mismo precio que financiado a 12 o hasta 30 meses sin interés o con una financiación mínima? La respuesta es simple, la financiación ha pasado a formar parte de los precios y ya no hay contado, o sea no hay posibilidad de combrar un objeto o un servicio sin que se le cargue el costo de una financiación que se puede usar o no. Esto ha traído consecuencia tales como que no import a qué precio se produaca sino que lo que importa es tener el producto que ya no será el objeto de la renta sinop el vehículo de la financiación. Cuando compramos una heladera, un bien de primera necesidad, en realidad compramos un crédito con forma de heladera

De esta forma en primer lugar las empresas tienen ganancias extraordinarias cuando alguien paga en efectivo. otra forma de ver esto es que las empresas emiten su propio dinero que venden a sus clientes a una tasa determinada, con eso generan una especie de inflación propia que al revés de la generada por el estado es privada y es regulada corporativamente. Lo que tienen en común es que ambas las pagan los consumidores.

Este manejo de los bolsillos de los ciudadanos se naturalizó con la bancarización del pago de sueldos, un viejo anhelo de Cavallo, hoy es imposible hacer un pago en blanco en efectivo mayor a $1.000 (este número puede haber cambiado). Hay proyectos de eliminar el dinero en efectivo, lo que significa que cada entidad financiera podrá emitir su cuasi moneda de plastico sin la menor intervención del estado.

Claro me podrán decir que esto es un beneficio en un mercado de competencia ideal, en la Argentina estoy seguro que los cinco supermercadistas más importantes del país tardan menos de un almuerzo para ponerse de acuerdo en cuanto tiene que ser la inflación-financiación a un año. Lo que sucedió a fines del año pasado fue eso, una gran presión alcista en los precios para naturalizar una devaluación que superó largamente a lo que realmente tendría que haber sido. SI la cosa estaba tan mal, cómo se explica que sigan los precios sin interés  a un año con tarjeta.

No existe la posibilidad de comprar un kilo de carne al costo de la vaca más el de la faena, un litro de leche  mas el frío y el transporte, un auto lo mismo, una pilcha igual. No hay casi descuento por pago al contado con una inflación del 40 o  50% anual y ahora los buitres.

¿Cómo es que hemos dejado que esto nos suceda? Simple lo permitió la concentración de los mercados, especialmente de los bienes de consumo masivo. El gobierno avaló y convalidó ese proceso concentrador mientras jugaba a la pelea con Clarín. En un punto los intereses personales de quienen integran el gobierno, solidarios con la política económica buitre interna, eran antagónicos con los del pueblo pero a eso a nadie le importó. "Es muy incómodo adherir al gobierno de dos multimillonarios que te hablan del hambre" dijo JP Feinmann, y tenía razón, los intereses de los millonarios entran en colisión con los del pueblo.

Los buitre vienen a blanquear este cínico procedimiento, a la vez, nos vienen a insertar al mundo a la fuerza,  en política ya nadie se puede hacer el boludo, porque no hay nada personal, simplemente hay negocios de “millonarios”. También los buitres vienen a definir al kirchnerismo, o explota o provocará que el próximo gobierno sea inviable

¿Qué hacer? El Escriba advierte que los” mercados ya tienen un plan para la Argentina que implica anular la molesta injerencia de la política en la economía y volver a poner a la deuda pública -y privada- en el centro de un multimillonario negocio similar al que ya que realizaron los mayores grupos económicos del país desde la dictadura militar hasta el año 2001”

Era ingenuo pensar que esto hubiese terminado de otra manera, el principal responsables de esto sin duda es el gobierno, pese a esto los posibles sucesores sin discriminar a ninguno, presentan un perfil peor al del este gobierno. El final por ahora es abierto, pero en cualquier caso se presenta peor que lo que tenemos ahora.

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