Los inflacionadores serán sancionados. AUH, políticas focalizadas e inflación.

Cuando a principios de los dos mil militaba en el ARI una de las ideas que más me atrajo fue la del Ingreso Ciudadano. Los motivos fueron los mismos que esgrime el kirchnerismo referente a la AUH. Milité fuertemente esa política.

La diferencia fundamental entre IC y la AUH es que la última no es una política universal sino focalizada, atiende a determinados sectores. El Ingreso Ciudadano en cambio era una síntesis de una especie de AUH, para los que no tenían ningún reaseguro social, el Salario Familiar, y la deducción por hijo del aporte a Impuesto a las Ganancias. Esas tres figuras se fundía en una sola y el IC era efectivamente UNIVERSAL.

Por ese tiempo también leí un librito de Robert Castel: La inseguridad social: ¿Qué es estar protegido? donde  criticaba este tipo de ingreso. Copio y pego un pedacito de un reportaje que le hicieron en Clarín:

¿Estamos hablando de alguna forma de "ingreso ciudadano" asegurado, es decir, una asignación fija, independiente de si se trabaja o no?
—Esto es un problema complicado. Tengo tendencia a estar en contra de eso, porque pienso que la protección es más fuerte si los derechos sociales reales están vinculados al trabajo. Lo que muestra la historia social del siglo XIX en Europa, por ejemplo,
es la desconexión de la protección con el orden del trabajo. Espontáneamente, me opondría a eso. Dicho esto, si observamos que un número creciente de personas se instalan en el no empleo, si hay por lo menos un 10% de la población activa, como es el caso de Francia, que no tiene trabajo, que tal vez nunca lo tendrá, esto plantea un problema grave. La hipótesis de un ingreso de subsistencia podría ser una respuesta. Con este riesgo: el ingreso mínimo de existencia tendría que ser mediocre, un centenar siquiera de pesos, lo que no permitiría la independencia social del individuo. Es más bien un ingreso de supervivencia que un verdadero ingreso ciudadano. El efecto de eso sería desestructurar todavía más el mercado de trabajo. Porque si la gente ganara ingresos insuficientes, haría cualquier cosa, aceptaría cualquier tipo de trabajo, para redondear sus ingresos. Sería realmente una salida por debajo de las necesidades sociales.

Me llamó la atención por qué se opondría Castel, un tipo de pensamiento progresista.

Luego me entero que políticas como la de la AUH eran recetas del mas rancio neoliberalismo. Por fin lo entendí, la cosa es más o menos así: si hay un sector de la población que no tiene ingresos, y ese sector es cuatificable, pongamos n subsidios, entonces las cuenta es fácil n x $A es igual a un número que debe cerrar de otro lado para que los n no jodan y el “otro lado” pueda hacer sus negocios.

Ahora bien, este esquema es puramente neoliberal, pero debe respetar la regla de oro del neoliberalismo. NO PRODUCIR INFLACIÓN. Con un estado mínimo, y una moneda atada al dólar, sin la posibilidad de hacer política monetaria, la ecuación cierra, pero si hay inflación, o sea hay estado deficitario económicamente, la macroeconomía se vuelve inestable y eso no le conviene a una economía globalizada porque cualquier ajuste repercute globalmente .

Pero el kirchnerismo siendo neoliberal en su esencia y para afuera, no cuidó el gasto y se volvió a hacer cargo de empresas deficitarias como los trenes, el agua,  Repsol y Aerolíneas, empresas vaciadas por los privados y vueltas a socializar sus pérdidas a través de políticas de estado, como hicieron los milicos en la época de la dictadura. Entonces las cuentas no cierran y hay inflación.

EL pueblo llano, el que nunca existió, el que nunca fue visibilizado por la política, salvo en algunas honrosas excepciones;  tenía alguna cultura del trabajo, (no remunerado, fuera del mercado), dado que de algo vivía y ha vivido desde siempre. Cuando surgen los planes Trabajar, luego la AUH, lo primero que se hizo fue bancarizar a todo ese pueblo invisible, se lo censó y se lo cuantificó. A partir de entonces el duhaldismo primero y luego los gobiernos kirchneristas asistieron esos sectores con una suma monetaria, esto es: monetizó la demanda social, le puso un precio y la hizo jugar en el mercado. Los sectores favorecidos por estos subsidios entonces abandonaron muchas de sus prácticas laborales, en muchos casos caza, pesca, agricultura de pequeña escala, cirujeo, changas y otros modos culturales de supervivencia y se sentó a esperar el subsidio a fin de mes.

Esto trajo algunos problemas, en un principio, como eran las mujeres que manejaban la mayoría de los planes, los hombres se sintieron desplazados, lo que provocó una acentuación de la violencia de género, pero lo principal que ocurrió fue que ese hombre y esa mujer, a partir de entonces han hecho pivotear sus vidas alrededor de la fecha de cobro abandonando las prácticas culturales que le permitían la supervivencia. Esto se podría haber evitado con otro tipo de implementación por parte del gobierno. Si a este sector se le suma un gran porcentaje de empleados públicos que tienen empleo como una forma de subsidio para palearle al desempleo, la situación, desde la óptica de la cultura del trabajo, se ha precarizado notablemente.

Castel habla de trabajo cuando se refiere a empleo, el trabajo nunca falta, lo que escasea es la relación de dependencia que establece el empleo, y la creación de nuevos empleos, ergo, si nosotros mediante la implementación de políticas focalizadas atacamos la cultura del trabajo argentino, lo que tendremos es un estallido social al momento que escaseen los fondos para atender esos subsidios,  o cuando la inflación los licúe.

Por eso el FMI y los organismos internacionales, especialmente EEUU  puso el grito en el cielo por la devaluación del 6 de enero de este año. Hoy, dentro de las reglas globales del mercado, inflacionar es romper la armonía macroeconómica y por eso tanto España como Grecia resolvieron el problema de la burbuja sin devaluación, con recesión y represión, una forma de no quedar afuera. Además los inflacionadores serán sancionados; y allí no hay izquierda ni derecha que valga, es el mercado el que manda.

Ya tuvimos una mega devaluación en el 2001, la inflación entre el 2005 y el 2013 fue del 380%, o sea que el kirchnerismo no solo licuó una devaluación previa sino que generó la propia, pero no debido a los subsidios sino más bien por respetar viejas y nuevas recetas neoliberales, además de reeditar un keynesianismo mal entendido, (recuperar empresas fundidas en vez de crear nuevas).

Castel dice que no hay posibilidad de estar asegurado si no  es desde la propiedad privada y de alguna forma, desde el capital. El centralismo y la centralidad atentan contra la distribución, no todos reciben en los mismos tiempos y formas. Mi primer consejo es distribuir, promover la creatividad y la descentralización, crear monedas alternativas, economías regionales, promover el empleo, pero no en el conurbano sino en el interior, desinvertir en el conurbano como hizo Cuba con la Habana. Terminar con el clientelismo y buscar nuevas formas de inclusión social.

1 nos acompañaron:

rib dijo...

si el salario se compone de canasta básica más plusvalía
está claro que la transacción está en garantizar
un ingreso mínimo vital y móvil universal
pero dejar librada la variable
plusvalía al mercado

http://rib-moregeometrico.blogspot.com.ar/2011/08/salarios.html

el mercantilismo dejaría libradas ambas variables
pero el comunismo también universalizaría
la distribución de plusvalía

el cuestión estaría en como fijar el valor de tal canasta !!!

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