Democracia y República I

Hay un proceso sistémico social que se podría enunciar de esta manera:

Cada vez que se genera un espacio público surge la necesidad de organizarlo, lo que desencadena un movimiento hacia la democracia; por el contrario cada vez que se restringen estos espacios en función de la apropiación privada, lo que se produce es el efecto contrario, nos apartamos de ella, viramos hacia la autocracia.

La secuencia sería:

Apertura del espacio => ocupación del espacio => coordinación => organización en el espacio.

Desorganización en el espacio => descoordinación de los agentes => individuación => desafiliación => achicamientio del espacio.

  • La apertura de los espacios se hace en función de alguna necesidad de la escalera de Maslow.
  • La ocupación se hace en base a la accesibilidad del mismo. Accesibilidad física, jurídica, moral, riqueza, etc.
  • La coordinación entre los agentes se da en dos planos en el de las emociones y en el del lenguaje, a mayor coordinación mayor identidad.
  • La organización entonces dependerá de la variable tiempo, que posibilita la coordinación, y de de la variable volatilidad del entorno que la pone en crisis y la descoordina. A mayor coordinación mayor estabilidad del espacio-tiempo, por el contrario, a mayor descoordinación mayor necesidad de desertar, de explorar nuevos rumbos.

Este proceso es naturalmente expansivo y recursivo en la medida que significan y se resignifican los espacios. Esto da como resultado que los seres humanos estemos en una permanente búsqueda de con quiénes coordinarnos (relación de vínculo) para solventar las pérdidas de vínculo por desafiliación. Del equilibrio de esa dinámica es que emerge lo social.

La conversación

Como citábamos en este post a Humberto Maturana cuando definía la conversación así:

“Yo llamo entrelazamiento del lenguajear y del emocionar al conversar (palabra que viene del latín “con” que quiere decir “junto con” y “versare”, que quiere decir”dar vueltas alrededor de una cosa”, es decir ir juntos, rondar en compañía). […] ¿Qué es la ingeniería sino una red de conversaciones? En la ingeniería uno construye puentes y ¿Que es un puente? Una red de conversaciones, estudien ustedes la construcción de un puente y verán que el puente surge solo y exclusivamente en un ámbito de coordinación de coordinaciones conductuales y de emociones. […] Todo vivir humano se da en redes de conversaciones.”


En una red de humana, en consecuencia, es natural tender vínculos y establecer nexos y conversaciones con otros seres humanos, coordinaciones en el tiempo y en el espacio, donde se reconoce al otro que surge como otro en las condiciones de seguridad que da la confianza en ese otro. Toda red humana surge en definitiva de la fraternidad entre pares, es la fraternidad que surge como frontera de lo humano

El amor como garante de lo humano

“¿Qué es el amor en el dominio conductual? Es la emoción más simple de todas, es el dominio de las conductas en las cuales el otro surge como legítimo otro en condiciones seguras (fraternidad). No es una virtud, no necesita mayor entendimiento, son las condiciones en las cuales el otro surge como legítimo otro, en combinación con uno.”

El amor es la más simple de las coordinaciones. Cuando un niño o una niña nacen empiezan a configurar su espacio relacional con lo que está a su alrededor cercano, y lo que lo rodea es el calor y el alimento que su madre le dispensa generosamente y él acepta con naturalidad. Ese primer vínculo le ensañará lo que es el placer amoroso, el erotismo y es que lo pautará en las futuras relaciones que teja en su vida. A medida que el niño o la niña crecen, amplían su espacio relacional y en la medida que lo hacen se van sociabilizando, van estableciendo otros vínculos. La red que van tejiendo abre el espacio y a la vez que lo hace se vincula, o puesto de otra manera, al vincularse tejen la red que len abrirá el espacio. Los configura. Configura el espacio y el entorno los configura a ellos, en un continuo ida y vuelta.
¿Y con qué nos encontramos a medida que vamos llevando a cabo ese proceso de sociabilización? Que a la vez que abrimos el espacio éste se deberá compartir con otros, cada vez con más y más otros.

Distinguimos dos dimensiones espacio-temporal en este proceso una arcaico, en donde las interrelaciones no son mediadas, son fraternales entre pares y otro social donde empiezan a funcionar los postulados de Noelle Neumann, el espacio público.
Ya nos ocupábamos de estos temas en el capítulo 10 de nuestro libro De Revolutionibus Orbium Argetum “Las posibilidades de la república” cuando definíamos el movimiento de los lazos sociales en base a los postulados de la autora.

  1. - Existe en la red una amenaza permanente de cese del flujo de la información que enlaza a los agentes unos con otros, la posibilidad latente del cese de la comunicación.
  2. - Cada agente recibe un nivel de flujo de información (straming) que percibe como normal, la disminución o perdida de ese flujo es interpretado como un miedo a quedar incomunicado, aislado, fuera del juego. El aislamiento es el lugar por donde no circula información.
  3. - El temor a la incomunicación hace que cada agente vigile permanentemente la integridad de sus vínculos corroborando sus enlaces. Constata que por ellos circule información enviando mensajes y esperando respuestas.
  4. - El resultado de esa evaluación le da una autorreferencia sobre donde está ubicado dentro de la topología de su red y de acuerdo a ella se va reposicionando.
  5. - Los distintos reposicionamientos en el tiempo configuran un Equilibrio de Nash que le confieren estabilidad como conjunto mientras que en su interior se operan continuos cambios. Es la homeostasis.

El surgimiento del espacio público

“¿Qué es la cosa pública? Aquello que está allí y es accesible a cualquier ciudadano, para mirarlo, para condenarlo, para reflexionar sobre él y para actuar”.

Todo lo que existe en un espacio público constituye “la cosa pública” la Res pública, es todo aquello que tenemos que compartir con los otros. Otros que se comienzan a configurar a medida que se va ampliando el nuevo y complejo espacio público.

“La monarquía niega la cosa pública. El monarca se apropia de aquello que en la actualidad denominamos la cosa pública. Cuando Luis XIV dice: ¡El Estado soy Yo! Está condensando magistralmente precisamente eso: ¡No hay cosa pública todo me pertenece a mí!”

Esta es la razón del nacimiento de la república moderna con la Revolución Francesa, reapropiarse de lo que los ciudadanos consideraban de todos, de lo que habían sido privados pero que siempre había estado allí, inclusive del propio del cobijo, del sustento, del espacio y hasta de la propia vida.

“Cuando aparece la cosa pública los temas de la comunidad aparecen como temas accesibles a la conversación, a la mirada, al escrutinio, a la opinión, a la acción de todo ciudadano.”

La conversación requiere de una coordinación de los temas que hacen a lo público, constituye una opinión pública y un consecuente ordenamiento espaciotemporal de lo público como sostiene Noelle Neumann.

“Acabada la monarquía e instaurado lo público se vive la democracia, surge como un espacio de conversaciones, decisiones y acciones sobre los negocios de todos los ciudadanos. De modo que lo que constituyó a la democracia, de hecho, fue el espacio público, fue la cosa pública, accesible a todos los ciudadanos, para mirar, reflexionar, opinar y para actuar.


Si hay un ágora, habrá una concurrencia a un lugar común donde se inicia la conversación sobre precios de mercado y otras cuestiones que hacen a la libre disponibilidad y a la administración de los recursos y cuestiones públicos (notar que no decimos recursos escasos, sino públicos).
Si hay un café, habrá un lugar de encuentro de las personas y de las ideas, surgirá también la conversación y el consecuente orden emergente de las coordinaciones que surjan de las diferentes conversaciones. Esa conversación es solo posible porque ha sido aprehendida en la infancia en ese primer espacio arcaico donde verdaderamente era posible la relación entre pares La Fraternidad
A la organización mantenida en el tiempo, así constituida, la llamamos Democracia, al nuevo espacio público que da origen a esa forma de organización lo llamamos República. Es una configuración compleja, caras de una misma moneda, con un componente temporal que posibilitará la coordinación y otro espacial donde se podrá identificar y diferenciar lo público de lo no público.

“La democracia está en una convivencia en la cual todos los ciudadanos tienen acceso a la cosa pública y la cosa pública son los temas que interesan a todos los ciudadanos como coparticipantes de una convivencia en una comunidad.”

Maturana con este concepto hace un ida y vuelta entre República y Democracia, una permite la otra, son dos cosas distintas que muchas veces se confunden.

Apertura, ocupación, coordinación, organización. Esa es la lógica de funcionamiento

De esta forma lo público emerge como una diferencia con lo otro, con lo de otros, con lo apropiado, en definitiva con el entorno. Es un concepto de lo público como complejo espacio-temporal. Hay República en la medida que haya cosa pública y una organización que mantenga ese tipo de interacción entre lo pública y con lo público. Hay república cuando identificamos una organización de lo público, cuando de la interacción entre los actores surge una identidad de lo público y lo seguirá siendo en la medida que esa identidad sea respetadas por todos. Si así no sucede, se iniciará un proceso de individuación que terminará con la desafiliación y la deserción en favor de lo individual, de lo otro y en contra de lo común. Queda claro entonces que la Democracia no tiene nada que ver con el sistema e votación ni con las mayorías- minorías. Tampoco la República tiene que ver con las instituciones de la democracia o la división de poderes.

¿Por qué es posible la democracia y por qué es necesaria la república? Como dice Maturana: para recrear esa conducta emocional amorosa de convivencia tan placentera que aprendimos en aquellos primeros tiempos-espacios arcaicos del hogar de nuestra niñez.
¿Por qué son necesarias ambas? Porque es la única forma de reconciliarnos con lo erótico, tan desplazado por las guerras, la competencia, el canibalismo, el instinto de supervivencia que heredamos de lo tanático.

Porque debemos cambiar la guerra por el amor.

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