erven Lucas Bols

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Están tocando en la calle una tarantela, al costado del Mercado. El gordo de canas de la pescadería trata de aplaudirse debajo de las rodillas, y la mujer del rulero tira la cesta de frutas, mientras el peruano enloquece de alegría, el peón boliviano sonríe sin dientes y una muñequita, preciosa y divina, manda un mensaje de texto a alguien para avisarle que el Mercado es una locura. Los borrachos del bar salen a mirar, el grupo abandonó la tarantela y...

Mucho antes este blog era colectivo, digo, ese lugar tan sagrado donde acude tanta gente. Mucho antes de que lo borrara y empezara de nuevo, de cero, antes de que los trolls le imposibilitaran su escritura.

Empecé mi blog tras leer el de Lucas, quedé maravillado, muchas veces no sabía quién escribía, algunas  veces era Carrasco, otras Milagros Sala, otra yo, incluso uno de los cuentos preferidos de mis hijas es La hija del alcalde en donde hago una recreación del cuento de Lucas mezclada con dos canciones de Rada 'Muriendo De Plena' y "Aparte de ti tu boca".

Pero aquella escritura colectiva de lo escribible cambió, cambió al ritmo de los amores, al ritmo de los trolles, al ritmo de las circunstancias políticas. El diálogo de los comments se cortó al necesitar aprobación para los mismos. Lucas se protegió, de los trolles, de sus amores y de nosotros mismos y cambió. A partir de un determinado momento no escribió mas textos colectivos, produjo textos plurales en donde lo colectivo está en la lectura y ya no en la escritura, o también en la escritura pero mucho menos. A partir de allí produce un texto universal y colectivo que se termina de leer en la cabeza del lector, claro, esto se podría interpretar como la cursilería de caer permanentemente en lugares comunes pero esto aquí no sucede, lo que nos lleva al tiempo.

Desde entonces aprendí que Lucas no es Lucas, Lucas está (tampoco se sabe dónde porque se mueve constantemente). Rompe con la cadena del pensamiento occidental lineal del pienso, luego existo para simplemente estar y sin ser, en Santa Fe, en Buenos Aires, en Almagro, en su Rosario natal, acunándose en Paraná. Rompe con la cadena de frío. Como una mancha en el objetivo aparece en todas las fotos de todas las cámaras, en todos los canales, en todos los actos, en todas las camas de señoritas dispuestas y no tanto. Uno querría atrapar a Lucas y llevárselo a su casa pero Lucas se escurre y dinamita el tiempo y el lugar, la continuidad, el relato. Solo está ahí como don Juan Matus, como en el estar de Kusch, Lucas tiene 970 años más que Matusalén, Lucas está hecho, solo tenemos que disfrutarlo y no atraparlo. Es como el río Paraná

Tal vez lo mas importante, en estos tres años que lo conozco a través de su blog, es que haya logrado su cometido, que se haya, de una, esparcido por su pueblo que tanto quiere, por eso no se deja atrapar, no se deja escribir, se escabulle y cada tanto muestra su presencia como el brujo, como el sabio. Su territorio se le ha achicado tanto que solo ocupa su cuerpo y es el único soberano de su cuerpo. En cada momento nos ofrece su única pertenencia, su cuerpo, permanentemente se autonomina y se somete a una votación total en el Gran Hermano de la vida donde exige y pelea por la aprobación o la exclusión de este último Gran Cuerpo, el del país.

Esto lo hace más o menos creíble, mas o menos querible, el amor no se deposita en una línea de tiempo como en el caminito de Hansel y Gretel. Su amor es unitario y totalizado, es un amor propuesto que se tiene que terminar de leer en la cabeza de cada uno. Es un amor que se tiene o no se tiene.

Claro Ud me dirá, de qué sirve todo esto, con qué se come. Yo le contesto, disfrútelo mientras lo tenga

2 nos acompañaron:

Anónimo dijo...

¡que caripelas!
a mas de uno le faltó una buena alimentación en la infancia.

Charlie Boyle dijo...

son los famosos blogueros K así andamos

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