El límite de la comunidad

A nadie le gusta quedar afuera. Se sorprenderán que el típico argentinismo: “no me dejen afuera” no es de nuestra exclusiva propiedad. Es un comportamiento socialmente aceptado y muy estudiado en el todo el mundo.
Por los años ´50 Solomon Asch[i] realizaba en los Estados Unidos experimentos tendientes a verificar la fortaleza de una posición o creencia cuando a esta se la expresaba en público. Se los conoce como los experimentos de la conformidad.

Uno de ellos consistía en presentar a los estudiantes objeto del estudio tres líneas de distinta tamaño, una de ellas patrón contra la que se debía contrastar los tamaños de las restantes (ver figura ilustrativa). El experimento consistía en expresar en público cual de las tres figuras era a criterio del sujeto la más representativa del patrón. Una de las tres efectivamente era exactamente igual al patrón, pero la cosa no era tan sencilla como parece hasta aquí. Junto al alumno sujeto de estudio ingresaban al recinto otros nueve estudiantes, los últimos en combinación con Asch; uno a uno a su vez vertía su opinión al respecto a medida que les llegaba el turno.
En tanto los ayudantes expresaban una posición concordante con la del sujeto todo iba fácil. Pero si inequívocamente nueve contra uno se expresaban en disidencia, éste no sólo dudaba o cambiaba de parecer, sino que sólo un diez por ciento de los entrevistados lograba mantenerse en su propia convicción.
¿Que razón de peso cabría para cambiar de opinión ante una situación tan trivial como la de discernir entre figuras disímiles? Parecería que hay razones y que son de peso.
¿Si la pregunta se volviera más comprometida, por ejemplo que fuera de índole ideológica o política, sería el sujeto capaz de mantener su palabra, o el impulso de unirse al punto de vista más popular prevalecería?
La experiencia de Asch es sólo un ensayo de laboratorio y no es trasladable automáticamente a la vida cotidiana pero sirve como punto de partida para investigar un poco más allá.. Por ejemplo: ¿las encuestas de opinión publicadas forman tendencia o no? Se suele decir que es más fácil cambiar de pareja que de club de fútbol, tal vez valga la pena avanzar sobre el tema.


Carlos Menem citaba con frecuencia una frase atribuida a Juan D. Perón, según la cual “en política se vuelve de todo, menos del ridículo”; ese lugar oscuro, solitario e incómodo que Noelle-Neumann describe como aislamiento (la cárcel, el manicomio, el campo de desaparición). No caer en el ridículo significa aplicarse una autocensura para no cometer una acción que nos ponga de manifiesto, que nos saque de contexto. Correr los límites del ridículo también significa dejar a otros del otro lado, en infracción, como una ley del off side social.
Charles Chaplin utiliza una misma matriz en muchos de sus gags[ii]: En un salón muy elegante y lleno de gente en donde los señores de la sociedad almuerzan en armonía, irrumpe Carlitos; tropieza con la alfombra arrugada y cae de bruces al suelo. La gente lo mira y comienza a reír. ¿De qué se ríe? Del diferente, del ridículo, del que se sale del entorno, del que rompe las reglas. Es una risa burlona, socarrona, intolerante. Carlitos irrumpe intempestivamente y rompe la armonía, el equilibrio: es diferente, llama la atención, rompe el clima, rompe las reglas, se ridiculiza y es condenado.

Duncan J. Watts[iii], en su best seller “Six degrees, The sience of a connected age” reta a que nos imaginemos a nosotros mismos sometidos al experimento de Asch y nos propone que autoevaluemos hasta que punto podríamos resistir una experiencia como la comentada al comienzo de este post. Considera que el número de personas que apoyan o están en contra de nuestra propia opinión hace una diferencia importante y estudia justamente como varía nuestra opinión en base a la distribución de opiniones del resto de los presentes en una verdadera lógica de conformidad.
Para Watts el esparcimiento de un rumor o el contagio de una enfermedad responden a la cantidad de “individuos infectados” que en definitiva depende del número de ellos. Reconoce una distinción entre los tipos de contagio que se pueden dar en una enfermedad aleatoria e involuntaria y el contagio social en donde la opinión de una sola persona puede ser “altamente contagiosa” en ese proceso. Una sola opinión puede constituir “masa crítica” y cambiar la opinión de la mayoría. Para él existen umbrales a partir de los cuales todo el grupo cambia de opinión. A estos puntos se lo conoce también como “tippin point” o puntos de inflexión en la teoría de redes. En el post El aburrimiento de Nash y la teoría del chacarero desestabilizado mostramos que los mecanismos del umbral de rebeldía que plantea Juan Urrutia son consistentes con las conclusiones obtenidas por Watts. Consisten en momentos o hitos a partir de los cuales todo un grupo de personas cambia de opinión o de postura en bloque.


Tanto Asch desde la psicología social, Noelle-Neumann desde la sociología y ahora Duncan Watts desde la nueva teoría de redes hablan del mismo fenómeno social desde distintas ópticas. Existe una permanente observación de la distribución de opiniones (órgano cuasi estadístico de Noelle Neumann) que hace que nos hagamos una autorreferencia de nuestra posición respecto de la opinión dominante. Da lo mismo si ese umbral esta determinado por una media estadística de esas micro-apreciaciones que efectuamos para ver nuestra posición relativa, o por una influencia mediática, o por una opinión valorada (aquellas que marcan tendencia), el efecto resultante es el mismo. El umbral estará más segado hacia la derecha o hacia la izquierda pero la forma de la curva (ver figura) no variará significativamente.

Ahora quiero presentar una curva muy conocida la Función Logística

Tiene esta forma: La característica de la curva es que en el estadio inicial el crecimiento de la poblción P es lento (fase lenta), luego la curva toma una forma exponencial de crecimiento (fase explosiva), al cabo de un tiempo aparece cuello de botella y la tasa de crecimiento disminuye; finalmente, en la madurez, el crecimiento se detiene. (fase de extinción)

Una curva parecida a esta es la curva de la Curva de Histeresis
que tiene esta forma:

Parecidas ¿No? Una mas gordita que la otra, es como si en la fase explosiva se produjera un desorden en donde las opiniones van y vienen.
Creo haber entendido aquella "intuición de Aulo" en este ya, excesívamente antiguo post, cuando dice:
"No sé exactamente porqué razón en todo sistema se produce una progresiva digitalización, en qué consiste esta digitalización es algo que me supera, pero en mi opinión y si me preguntan diría que tiene relación con lo que decía Russell en el prólogo al tractatus y que constituye la teoría de los tipos lógicos;
"cada lenguaje tiene una estructura propia respecto a la cual nada puede enunciarse en el propio lenguaje; pero puede haber otro lenguaje que trate de la estructura del primer lenguaje, no habiendo límites en esta jerarquía de lenguajes".
Uno de los efectos de este escalamiento es lo que voy a llamar desrealización y que en mi opinión vendría a producir un efecto de incremento de la entropía; no me pregunten muy bien porqué digo esto, es una intuición , y porque creo que un sistema "comprometido" (cercano a lo analógico) tiene una estructura que se produce como respuesta a un contexto analógico, por lo tanto es respuesta a él y hay poco azar, pero en un sistema desrealizado deja de ser respuesta y se incrementan las posibilidades y la aleatoriedad (no sé si está bien expresado) lo cual, y si no estoy mal informado produciría, en algunos casos, un posible nuevo equilibrio según las estructuras disipativas de
Ilya Prigogine."
No saben lo que viene... Hay un paper de Humberto Maturana que publica Augusto de Franco en su última Carta Rede Social 167 que se llama EDUCACIÓN PARA LA DEMOCRACIA Une esto que dice Aulo sobre el lenguaje con lo que veníamos trabajando en este último post sobre los trabajos de Fernado Vega , pero claro ya es muy largo este post para seguir.

[i] Solomon Asch psicólogo norteamericano conocido por sus experimentos de la conformidad en el campo de la psicología social.
[ii] El escritor y dramaturgo argentino David Viñas recuerda en una conferencia dada en nuestra ciudad hace unos años al inefable Charles Chaplin.
[iii] Duncan j. Watts es profesor asociado en sociología en la universidad de Columbia en los Estados Unidos y consultor externo en el Santa Fe Institute, (en este último es donde se han realizado las investigaciones mas importantes sobre teoría del caos y sobre teoría de redes.

1 nos acompañaron:

Ulschmidt dijo...

Podría suponerse, en un plano antropológico o sociológico, que los miembros de la red quieren coordinar con sus pares - llevarse bien, tirar para el mismo lado - y que eso signifique sacrificar una opinión propia por la mayoritaria.
Vemos eso todo el tiempo.
Pero en un plano más genérico es como un cambio de estado de todo el sistema. En fisicoquímica, a veces, hay una solución sobresaturada, apta para el cambio de fase, pero tal no ocurre hasta que la presencia de una impureza o el paso de una perturbación lo desata. Entonces todo cristaliza de golpe.

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