La TERCERA INVENCIÓN DE La DEMOCRACIA | TEXTO BASE–Parte 1

la reinvención de la democracia

Versión de 08/07/2013

Este libro está siendo escrito en el grupo del Facebook titulado La TERCERA INVENCIÓN DE La DEMOCRACIA y en otro grupo en la Escuela-de-Redes (con el mismo nombre). ES un hipertexto. He aquí un borrador del texto base. Después serán adicionados los links y los resultados de la conversación cocreativa sobre los diez tópicos de la última sesión.

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Traducción y adaptación Relexiones Siesteras

 

PARTE I - PRESENTACIÓN

1- DE QUÉ SE TRATA

1.1 De la democracia, como se sabe, hubo una primera invención (la de los antiguos) y una segunda invención (la de los modernos). La segunda democracia reinventó la primera, no sólo la reformó. Era aún imposible hacer una reforma de la democracia ateniense de suerte de adaptarla al Estado-nación europeo moderno. En las condiciones que imponía la modernidad era imposible hacer eso, quiere decir, mantener la democracia como modo de regulación de una comunidad política (local), porque el Estado-nación era una unidad política que agregaba diversas comunidades poco conectadas entre sí.

1.2 Y no solamente en razón - como se alega frecuentemente - del gran número de personas involucradas (la población de un país), que habitaban comunidades subordinadas a una nueva unidad nacional, pero sí en virtud de las características de la clusterización que había: sin atajos y sin medios de comunicación suficientes y adecuados para permitir interacción en tiempo real o sin distancia entre los varios clusters de parentesco y vecindades, de trabajo y de ocio, de aprendizaje, de práctica y de proyecto (que continuaron existiendo, sí, pero perdieron gran parte de su condición de sujetos políticos, players colectivos válidos y necesarios del juego democrático). Las condiciones de conectividad e interactividad de las nuevas unidades nacionales impedían procedimientos directos de regulación como los adoptados por los antiguos.

1.3 Nació así una democracia indirecta, llamada democracia representativa, en las cuales las unidades pasaron a ser los individuos arrebañados en el Estado-nación y ya no más las comunidades o los clusters de convivencia  emergentes de la interacción social. Teniendo como sujeto al individuo, la democracia de los modernos sólo consiguió instalarse a partir de un conjunto de protecciones instituidas para los individuos contra su propia unidad política, quiere decir, contra su propio Estado. Como institución diseñada para la guerra, el Estado también se armó contra el ciudadano y era necesario que los ciudadanos se "armaran" igualmente contra el Estado.

1.4 He ahí la razón por la cual la democracia de los modernos surgió en el marco del liberalismo y no puede prosperar a no ser donde se constituyó, con alguna legitimidad, un Estado que no invadía la esfera de los derechos de los ciudadanos: el llamado Estado de derecho. Ahora, tal construcción no habría sido posible a partir de una reforma de la primera democracia. Los modernos tuvieron, por lo tanto, que reinventar la democracia y por eso se puede decir que la democracia representativa fue la segunda invención de la democracia.

1.5 Se habla ahora de tercera invención de la democracia porque lo que está en curso no es, igualmente, una reforma, en términos clásicos, de la segunda democracia (la democracia de los modernos) y ni, mucho menos, de la primera democracia (la democracia de los antiguos). Es también democracia, sí, porque la naturaleza de la democracia como movimiento de desconstituición de autocracia permanece, pero las formas por las cuales el proceso de democratización puede avanzar (o por las cuales la democracia se puede democratizar aún más) - ensanchando la brecha democrática - van mucho más allá de una reforma, apuntan hacia una reinvención también de la política.

1.6 Se puede decir que estamos en la antesala de una nueva reinvención de la democracia - y, por lo tanto, delante de la posibilidad concreta de una tercera invención de la democracia - porque el sistema representativo instituido por la democracia de los modernos no puede ser reformado más, si bien continúa ofreciendo las condiciones necesarias (aunque no suficientes) para el avance del proceso de democratización (o de agrandamiento de la brecha democrática).

1.7 Los síntomas más visibles de que eso está ocurriendo: son las manifestaciones que constelan multitudes convocadas de una forma peer-te lo-peer (par a par) (o sea, en red distribuida, por fuera del broadcasting de las instituciones centralizadas), como los swarmings civiles que ocurren cada vez con más frecuencia en el mundo contemporáneo. Pero esos son sólo síntomas y no los únicos procesos por los cuales la democracia podrá ser reinventada una segunda vez.

1.8 Tras las primaveras y de los breves veranos de alta efervescencia popular, podremos caminar aún por inviernos más o menos obscuros. El proceso no es lineal y no acontece de la misma manera en todos lados. En muchas localidades podremos asistir la vuelta del dominio de organizaciones autocráticas o lo retorno al poder de viejos actores estatales que fueron sólo temporalmente desalojados. Pero eso tampoco durará mucho en una sociedad cada vez más conectada e interactiva.

1.9 Lo importante es percibir que una nueva democracia no nacerá sólo de las manifestaciones. Todo indica que serán necesarias muchas experiencias glocales, de ensayos cooperativos de democracia como modo-de-vida, en la base a la sociedad y en el cotidiano de las personas.

 

2 - CUÁLES SON LAS EVIDENCIAS

2.1 Varias evidencias de cambios profundos (y hasta cierto punto subterráneos) se están procesándo en la sociedad, con inevitables repercusiones en la esfera de la política, comenzaron a surgir en la primera década de este siglo, con la emergencia  de fenómenos interactivos – swarmings civiles – como lo ocurrido en la argentina a finales del 2001y especialmente con los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán por parte de las fuerzas del Estado durante el gobierno de Duhalde o el 13M (aquella extraordinaria manifestación, en varias ciudades españolas, a propósito de la tentativa de falsificación, por el gobierno de Aznar, de la autoría de los atentados de la Al Qaeda en marzo de 2004 en Madrid, atribuyéndola falsamente al separatismo vasco) y lo 11F en el Egipto (la manifestación en la plaza Tahir que fue decisiva para la caída del dictador Mubarak en febrero 2011).

2.2 Otra incidencia importante la tuvo el 15M español (que se conoció como la manifestación de los indignados con la vieja política, en marzo de 2011 en Madrid) seguida de una serie de movimientos del tipo Occupy inspirados el el 17S (el Occupy Wall Street en el Zuccotti Park, en Nueva York, en 17 de septiembre de 2011). Más recientemente, en 2012, tuvimos lo 11S en la Cataluña y lo 25S en Madrid (las mega manifestaciones de 11 y 25 de Septiembre en la cual se mezclaron el espíritu libertario presente en los eventos anteriores como, en el primer caso, antiguos anelos autonomistas y, en el segundo, protestas tradicionales más reacciones, organizadas por las viejas agremiaciones  sindicales y partidarias).

2.3 El proceso continúa en 2013 y al momento en que este texto está siendo escrito Turquía continúa entre polvaredas, y acabamos de salir de los siete días de junio de 2013 que sacudieron el Brasil y que comenzaron en el 17-18J. Además de eso, en 30 de junio de 2013, tuvimos la mayor manifestación de la historia, con 20 millones (o más) de personas en las calles y plazas de varias ciudades del Egipto.

2.4 En todo eso la gran novedad no está en las protestas en sí (eventos populares masivos, aparentemente parecidos, ya ocurren hace mucho en el mundo), pero en la manifestación de una hasta entonces desconocida: el fenómeno de la interacción en tiempo real, salvo algunos caso conocidos y registrados como los diferentes movimientos de resistencia como la peronista de Argentina o la española. La francesa durante la guerra y la italiana. Una parte de esas manifestaciones, sobre todo la del 13M y la del 15M español, la 11F egipcia, la 17S americana, la 17-18J brasileña no fueron convocadas y organizadas de modo centralizado por ningún líder o entidad jerárquica. Como el 17 de octubre de 1945 en Argentina fueron procesos P2P (peer-to-peer), emergentes, surgidos a partir de un alto grado de conectividad de la red social y de la disponibilidad de medios interactivas en tiempo real tecnológicos (el teléfono celular, internet y las incorrectamente llamadas “redes sociales”, como el Twitter y el Facebook) o caseros.

2.5 El caso brasileño merece una atención especial por su carácter, dimensión, capilaridad y el área de cobertura. Lo que ocurrió en aquellos dos días (17-18J) en el Brasil no fue una dinámica de lucha contra un enemigo concreto, objetivo (como en el 30J en Egipto, en que 20 millones salieron las calles para derrumbar el jerarca Hosni Mubarak): no había alguien poderoso quién lo pudiera quitar del poder (como ocurrió en las manifestaciones por el impeachment del presidente Collor de Mello en 1992), no había una ley a ser aprobada (como en las manifestaciones de las Directas Ya en 1984).

2.6 Lo que ocurrió fue la expresión molecular de una incomodidad, de una insatisfacción difusa con el sistema (las personas sintieron que había algo muy errado en el sistema, aunque no supieran explicar exactamente lo que "el sistema" es). Pero la vibra no era de guerrera. Las emociones predominantes no eran adversariales. Las multitudes no buscaban un enemigo a destruir. Simplemente decían: nosotros existimos, nosotros ahora despertamos, nosotros queremos finalmente declarar que no estamos satisfechas con lo que está aconteciendo y nosotros no nos sentimos representados por ustedes (los que están en el poder). No amamos el cuerpo que no nos satisface.

2.7 Sí, el proceso continúa. Turquía, Bulgaria, Brasil, Egipto están ahora (a finales de junio de 2013) en efervescencia. Pero miles de otras manifestaciones más pequeñas también ocurren en este exacto momento en numerosas lugares del mundo. Y miles de experimentos glocales de nuevos modos de vida y convivencia social están siendo ensayados.

2.8 Todo eso es lo que se está viendo, sobre todo las manifestaciones que constelan multitudes inmensas (mayores que en otra época de la historia) en plazas y calles y son televisadas y transmitidas por otros medios (sobre todo por Internet). Pero existe también lo que no se está viendo.

2.9 De lo que no se puede ver hay un cambio molecular, profundo, comportamental, en curso ahora en la intimidad del multiverso de conexiones ocultas que llamamos lo social. Las corrientes interactivas en las timelines son más caudalosas que nunca - y no sólo en el Twitter, en el Facebook y en las demás plataformas interactivas, sino en el espacio-tiempo de los flujos (que es lo que cuenta). Rastros de nuevas sinapsis se están observando y, para usar una bellísima frase de Pierre Levy (1998), se están configurando como un "inmenso acto de inteligencia colectiva sincronizado, convergiendo hacia el presente, claro silencioso... explotando como un ramillete de neuronas".

2.10 Sí, el proceso continúa y se hará más visible en breve. Con el aumento de la interactividad, fenómenos como clustering, swarming, cloning y crunching pueden reiterarse en el tiempo hasta que puedan ser percibidos. Procesos típicos de redes distribuidas fueron detectados en la esfera de la política, aunque no hayan sido comprendidos por los analistas que permanecen ignorando la nueva fenomenología de la interacción. Esos analistas – así mismo a pesar de percibir el fenómeno –rechazan creer que sea posible movilizar y organizar la acción colectiva sin líderes destacados y sin un mínimo de jerarquía responsable de la promoción y conducción de los eventos de masa.

 

3 - CUESTIONAMIENTOS A LA DEMOCRACIA REALMENTE EXISTENTE

3.1 Los nuevos movimientos emergentes vienen cuestionando, en alguna medida, el viejo sistema representativo, independientemente de la conciencia de sus participantes o inteligentes. En algunos casos – como el 15M – los manifestantes llegaron a expresar elementos de un programa de reinvención de la política al declarar que sus sueños no cabían más en las urnas de los viejos representantes, agitando palabras de orden como “Democracia real ¡YA! En el somos mercancía en manos de políticos y banqueros”.

3.2 Todo eso surgió mezclado con cuestionamientos a la democracia. Y no podría ser de otro modo a la vez que la democracia representativa, la democracia en el sentido “débil” del concepto, como modo político de administración del Estado o sistema de gobierno, es la democracia realmente existente en los países (quiere decir, en los países que adoptaron la mayor parte de sus requisitos, lo que corresponde, en la verdad, a menos de 50% de los países del globo). Tal contingencia ha dificultado que esos nuevos actores entiendan cuáles son los problemas que tenemos con la democracia.

3.3 En el plano teórico no consiguieron ver aún que una democracia realizada como modo de administración política del Estado-nación carga con una contradicción fundamental que limita el proceso de democratización. Piensan que la democracia realmente existente (la democracia representativa, formal y política que vigoriza a los países que la adoptan) no es directa, participativa y social como consecuencia de satisfacer intereses de las élites (en total un 1%, el blanco identificado por algunos manifestantes). No perciben que la estructura centralizada donde se aplica la democracia realmente existente, no puede dejarse perturbar continuamente por una dinámica distribuida (aunque tal estructura estuviera a servicio del 99%).

3.4 Ahora, el Estado-nación tiene una morfología jerárquica  porque es un fruto de la guerra, que fue diseñada para la guerra, fue generado para un tipo de conducción en que la coexistencia sólo podía darse en el marco del equilibrio competitivo. Pero la democracia es un "metabolismo" de redes con grados de distribución mayores del que aquellos que pueden ser alcanzados por el Estado-nación. Esta es la razón - incomprendida - de los límites que la democracia de los modernos impone a la continuidad del proceso de democratización.

3.5 En el plano político, los actores de las nuevas manifestaciones democráticas no percibieron que el problema no es lo que hay de democrático en las democracias realmente existentes y sino lo que no hay. O sea, no percibieron que el problema no es la democracia y sí su autocratización (promovida por las protodictaduras o por las democracias formales en proceso de autocratización) y su manipulación (promovida por los gobiernos neopopulistas que parasitan los regímenes democrático-formales, usando las elecciones contra la democracia para degenerar las instituciones y permanecer indefinidamente en el poder).

3.6 En esas circunstancias ellos no pueden comprender que la democracia que tenemos – con todas sus imperfecciones – es condición necesaria para la democracia que queremos. Y no llegan siquiera a preguntarse por qué movimientos como esos (como los Occupy, por ejemplo) no acontecen en la Corea del Norte, en Cuba o en la China, o en Teherán, en la Guinea Ecuatorial, en Angola, en el Zimbabwe, en Camerún, en Sudán, en Chad, en Etiopía, en Gambia, en el Uzbequistán, en el Cazaquistán, en el Tadjiquistán... para no hablar de regímenes como el que rige en la Rusia de Putin, donde los movimientos de contestación son duramente reprimidos y sus participantes son perseguidos, encarcelados y muertos.

3.7 Por esas y por otras razones, los nuevos actores tienen dificultad de percibir que “el enemigo” no es la democracia (la democracia política, formal y representativa o cualquier forma imperfecta y limitada de democracia) y sí todo lo que impide o enfría el proceso de democratización, o sea, todo que intenta cerrar la brecha democrática por medio de la autocratización de los modos de regulación de conflictos y de la restricción de las libertades.

3.8 No deja de ser curioso el hecho de que existan movimientos como esos que, a juzgar por las declaraciones de sus manifestantes, a veces dan la impresión de querer detonar las poquísimas 25 democracias representativo-formales plenas que existen en el mundo y no existan movimientos semejantes para abolir las cerca de 50 dictaduras (y asemejadas) y los 70 regímenes restrictivos a la libertad que aún permanecen en esta segunda década siglo 21...

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