Texto de R Walsh sobre el periodismo. Imperdible

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Mi amiga Silvia Adoue me manda este texto que no conocía, no creo que sea muy difundido dado que no está citado mucho en la web a diferencia de otros.

Tres cosas para destacar:

  • El espacio es siempre reducido para publicar (prensa escrita)
  • El concepto que tiene  Walsh sobre la “comunicación social”, más hoy que comunicación social y periodismo son casi sinónimos.
  • La inutilidad por esforzarse en lo literario cuando el texto periodístico se se dirige hacia unos pocos.

por Alma Mater /

En agosto de 1970 la revista Alma Mater publicó una conversación entre el argentino Rodolfo Walsh y los cubanos Germán Piniella, Víctor Casaus y Vicente Carrión. Los cuatro transitaban entonces por la frontera entre la "literatura" y el "periodismo", y avanzan algunos criterios que todavía guardan una interesante vigencia. El próximo sábado, 28 de enero, Víctor Casaus participará en la "Descarga de la cubanía porteña", propuesta por La Cazona de Flores (Morón 2453, CABA).

Cuatro periodistas-escritores conversan de su oficio ante el micrófono. Discuten sobre el periodismo, la ficción y el testimonio. Son ellos, Germán Piniella, cuentista, estudiante de Periodismo y jefe de redacción de Alma Mater; Rodolfo Walsh, cuentista, dramaturgo y periodista argentino, autor de tres reportajes políticos de gran repercusión, El caso Satanowssky, Operación Masacre (editado en Cuba por La Honda de la Casa de las Américas) y ¿Quién mató a Rosendo?; Víctor Casaus, poeta, estudiante de Letras y autor del testimonio Girón en la memoria, y Vicente Carrión, cuentista, estudiante de Periodismo y subdirector de Alma Mater.
Los cuatro conversaron apasionadamente sobre su doble condición. Aquí está la versión de lo que ellos dijeron esa mañana.
PINIELLA: Aunque para muchos es ya un tema viejo y hasta agotado, queremos aprovechar esta oportunidad para conocer tu opinión sobre la polémica literatura y periodismo, y también lo relacionado con el testimonio como género literario.

WALSH: Bueno, podríamos acercarnos al tema a partir de algunas experiencias personales. Yo creo que no es lo mismo razonar sobre el tema en Cuba que en mi país, la Argentina. Evidentemente en la Argentina periodismo y literatura tienden a correr por cuerdas separadas, sin perjuicio de que del sector de periodistas surge cierta cantidad de gente que escribe luego, o que se convierten en escritores. Pero ya cuando se hacen escritores la separación persiste. Hay algunos puntos de contacto, principalmente en algunos semanarios y sobre todo en los últimos diez años. Yo asistí al nacimiento de ese punto de contacto: unas revistas me mandaron a hacer notas al interior, a lugares muy poco frecuentados por periodistas. Uno de estos fue una isla en la confluencia del Paraná y Paraguay, donde estaban, en esa época, concentrados los leprosos en los leprosorios. Nosotros vivimos ahí, con un fotógrafo durante una semana. En otra oportunidad, con ese mismo fotógrafo nos internamos en una zona realmente inaccesible y hasta rodeada de leyendas, en la provincia de Corrientes, donde se decía que no podía entrar. Es una zona muy hermosa con una población reducida a un grupo muy escaso de cazadores que viven prácticamente como en el siglo XIX. Mi intención consciente y deliberada fue trabajar esa notas y otras que luego hice con el mismo cuidado y la misma preocupación con que se podía trabajar un cuento o el capítulo de una novela, es decir, dedicarle, por ejemplo a una sola nota el trabajo de un mes, un trabajo intensivo. Eso resultó un poco excepcional dentro de lo que es la práctica allá, porque en general no se considera que un periodista deba dedicarle un mes a una sola nota de 12 o 15 carillas, o de 20 carillas en el mejor de los casos. Se piensa que el periodista debe tomar el avión de esta mañana, viajar 1000 km de distancia, desembarcar dentro de dos horas y a la noche tomar el avión de vuelta, y con esa experiencia reflejar toda la vida de una comunidad, de una provincia, de un pueblo, y opinar absolutamente sobre cada uno de sus problemas políticos, económicos, sociales, de todo. Ese es un poco el criterio que predomina. Salvo esa otra tendencia que aparece en algunas revistas semanales que todavía persisten, periodismo y literatura marchan por carriles totalmente separados. No sé qué es lo que pasa en Cuba; tengo la impresión de que puede ser un poco parecido.

PINIELLA: Bueno, en cierto sentido puede ser un poco parecido, pero nosotros tenemos la ventaja de que en ciertas publicaciones —ya hablando de una publicación mensual—, sí hay la oportunidad de pasarse un mes haciendo un trabajo. Yo creo que el ejemplo más típico es el de la revista Cuba.
WALSH: Esa revista, por ejemplo, ¿qué tirada tiene?
CASAUS: Ahora tiene una tirada nada más que internacional.
WALSH: Es decir, que si bien el trabajo se hace, no se lo hace así en términos generales para darlo regularmente al público cubano…
PINIELLA: No, en este caso específico, no.
WALSH: Es decir, que tendríamos de todas maneras el mismo problema: el uso de un periodismo literario pero con una aplicación limitada, no con la aplicación en la prensa cotidiana ni en última instancia.
PINIELLA: Alma Mater, por ejemplo, es un caso insólito. No solo porque somos una publicación universitaria, sino principalmente porque tenemos aquí oportunidades de…
WALSH: Claro. Yo he visto algunas de las cosas que han hecho ustedes en Alma Mater. Me parecen excelentes. Sobre todo los reportajes. Pero sucedería lo mismo, es decir, el método existe, pero falta la última fase que es en última instancia la comunicación en términos realmente masivos. En Argentina la situación es esa, hay algunos escritores que prosiguen haciendo esa tarea, quizá no en condiciones óptimas o ideales como les dije al principio. En algunos casos hay un doble propósito: hacer un periodismo literario y, como decimos nosotros, recoger materiales, lo cual implica ya una interesante reserva, ¿no?, y una interesante diferenciación en la escala de valores.
Evidentemente se considera, inclusive nosotros mismos, que la literatura es en todo caso una forma superior, una escala más alta. Ahí entra la mitología burguesa, que no es nueva, que tiene una larga trayectoria de separación y compartimentación de actividades, de atribución de valores, a veces muy caprichosos; cualquiera que visite un museo europeo se dará cuenta de hasta qué punto, por ejemplo, una pésima Anunciación ocupa lugar destacado en las paredes, mientras que a lo mejor un trabajo de artesanía, alfarería o cerámica, etc., está relegado, cuando a veces es muy evidente que ese artista que hizo a lo mejor una mesita con piedras es un artista superior inclusive al Murillo ese terrible que está allí a la entrada. Con el periodismo y la literatura pasa eso. Al esgrimir como pretexto que está recogiendo material quiere decir que no está dando en ese trabajo periodístico lo mejor que puede aportar como escritor. Yo creo que es una concepción errónea. En ese género de periodismo literario, si lo hace con entusiasmo, se pueden conseguir resultados muy buenos y a veces superiores a los presuntos productos ulteriores ya terminados y refinados de la literatura. Pero el concepto ese existe, existe no solo en los escritores sino en los que dirigen las editoriales, las revistas, los diarios.
CARRIÓN: Aquí lo que acepta cuando más es que hay buenos periodistas que han sido después buenos escritores…
WALSH: Pero siempre con esa idea de que aprendieron.
PINIELLA: Nosotros creemos que sí se pueden hacer los dos, y hacerlos con calidad. Claro, es muy difícil de hacer.
WALSH: Lo interesante sería descubrir las causas. Esas no las tengo muy claras, no las tengo demasiado analizadas. Descubrir por qué causas, sobre todo en una sociedad burguesa, predomina ese sistema de valores. Es decir, ¿cuál es en última instancia el peligro de un periodismo literario? ¿Hasta qué punto es preferible para esa sociedad confinar al periodista con capacidad para convertirlo en un escritor, y por lo tanto en un escritor con una capacidad de comunicación mucho menor? Porque evidentemente, en términos de simple tirada, un periodista que a través de un semanario puede llegar a 120 mil lectores, cuando se consagra como escritor y «se eleva», digamos, cuando alcanza «esa etapa ideal superior del arte», pues llega a cinco mil lectores en el mejor de los casos. No sé si ustedes tienen alguna respuesta a esto.
PINIELLA: Respuesta no tenemos. Nosotros en nuestras discusiones, en nuestras casi peleas, pudiéramos decir que tocamos de oído. A veces nos metemos en discusiones sin tener un cuerpo teórico, como estamos haciendo ahora, con lo que va surgiendo.
WALSH: En realidad ese me parece un buen método. Ahora, habría que hacer extensiva la pregunta a otro nivel —y ahí la experiencia de ustedes es importante. Nuestra conversación tiene dos vertientes: una, la preocupación de la revista por las relaciones entre la literatura y periodismo y dos, la preocupación mía por saber cómo funciona aquí ese problema y, en general, otros problemas vinculados al periodismo y la literatura. Habíamos llegado a una primera conclusión provisoria, o sea, que esa separación entre periodismo y literatura, y esa escala de valores, a pesar de algunas excepciones que ustedes señalaban —y yo creo que Alma Mater puede ser una de ellas—, esa separación existe aquí también. Un periodismo literario, un periodismo que pueda transmitir a grandes masas de lectores la visión de la realidad cotidiana, aquí en Cuba también parece que estuviera por hacerse o está en vías de hacerse.
PINIELLA: Pudiéramos decir que se comienza a hacer. Pero hay también otro aspecto, y es el problema de que nuestros periódicos son periódicos de pocas páginas. El espacio es el gran fantasma que recorre nuestra prensa…
WALSH: Sí, desde luego, la falta de espacio es un problema que nosotros conocemos. Ahora, yo me voy a tomar la libertad —tomando en cuenta que yo también he trabajado en el periodismo cubano y que todo lo que pueda decir está visto desde dentro de las preocupaciones de ustedes, desde dentro de la Revolución cubana, y que para mí es un fenómeno de capital importancia—, de sugerir que no se le puede atribuir a la sola falta de espacio…
PINIELLA: No, no, por supuesto, por supuesto.
WALSH: …el hecho de que la prensa cubana no contenga un reflejo constante de la sociedad en términos vivos, es decir, de lo que pasa abajo, en el pueblo, en los centros de trabajo, en el campo, en la Universidad. La falta de espacio debe influir, pero es posible que en última instancia es difícil desarraigar —y no solamente en el periodismo sino en general en todos los terrenos, pero limitémonos a este—, sea difícil desarraigar lo que hemos heredado, las formas que ya vienen un poquito cristalizadas, y que entonces haya una valoración quizás un poco mecánica del valor de la noticia, de lo que es noticia, de lo que es importante, y puede entonces suceder que de la prensa cubana estén excluidos aspectos realmente muy importantes de la vida de la gente, ¿no?
CARRIÓN: Yo creo que en general los países socialistas no han encontrado todavía su forma de expresión. Nosotros estamos precisamente en la búsqueda de esas formas. De ahí es que surgen estas preocupaciones y que replanteemos este problema. Más que otra cosa, en Cuba está conformándose algo todavía no definido, y no es que comience ya a manifestarse una expresión periodística que correspondería quizás a la sociedad socialista, sino que ella se está conformando. De ahí también que nosotros no tengamos todavía ningún basamento real concreto ni teórico para fundamentar esa conclusión a la que usted quería que llegáramos.
WALSH: Sí, evidentemente. A mí no me preocupa demasiado, por ahora, la falta de basamento teórico; evidentemente estamos siguiendo un camino totalmente empírico. Yo creo, sin embargo, que existen los elementos básicos para ese nuevo tipo de periódico: existe el material humano. Quizás lo que sea necesario es diseñar la política en cuanto a eso y revalorizar lo que es importante y merece ser comunicado cotidianamente a centenares de miles de personas. Esto implica, desde luego, una crítica a la expresión concreta de la prensa cubana. Yo pienso que es un poco mecánica la forma en que se seleccionan las noticias —y este es un comentario unánime de todos los visitantes latinoamericanos que venimos a Cuba. Bueno, ¿qué te parece si volvemos otra vez al tema, a la literatura y el periodismo, y al testimonio? ¿Vos qué piensas del testimonio?
PINIELLA: Creo que si hacemos la separación total entre literatura y periodismo el testimonio es más periodismo que literatura, y en cuanto a géneros, creo que el testimonio es un género del periodismo. Pero, como no creo que se puedan separar completamente, en el plano teórico podemos considerar al periodismo un género de la literatura y los géneros del periodismo serían, en ese caso, subgéneros de la literatura. Claro, esto planteándolo como un esquema. En definitiva, me parece que el testimonio es un género de nuestra época. Es interesante lo que Walsh decía sobre regresar al periodismo. Es lo que ha tratado Víctor y es lo que pensamos hacer todos nosotros. De una manera u otra todos tenemos un libro de testimonio en proyecto: alguno sobre la zafra, otro sobre el SMO, sobre los guardafronteras. Eso es sintomático.
WALSH: Es sintomático. Esa necesidad del testimonio que aparece en Cuba y que, además, tiene respuestas concretas, como el libro de Víctor, deberíamos tratar de definirla. ¿Por qué se siente en Cuba, y sentimos nosotros en Latinoamérica los que de alguna manera estamos vinculados al proceso revolucionario, la necesidad de volver al testimonio, abandonando inclusive las formas literarias tradicionales que nos parecían superiores? Habría que plantearse que, en última instancia, una revolución tiene esa ventaja, que puede cuestionar prácticamente todo. Entonces, también puede poner en tela de juicio aquella escala de valores heredada de la época burguesa que yo mencioné al principio. Podríamos ir más lejos y dejar planteada una pregunta: ¿Hasta qué punto los géneros literarios tradicionales —la novela, el cuento— son la expresión literaria históricamente determinada de la burguesía en una sociedad capitalista? Desde luego, los escritores nos van a caer encima, pero bueno, podemos formular la pregunta y discutir, ver hasta qué punto estos géneros —que por algo surgen y por algo adquieren esa fuerza— pueden representar mejor esa realidad revolucionaria en Cuba y PRE-revolucionaria en el resto de Latinoamérica. Más concretamente, ¿hasta qué punto, hoy por hoy, es necesario que nuestra literatura siga planteando, eterna y angustiosamente, los conflictos de la conciencia individual en nuestra sociedad? ¿Hasta qué punto es necesario convivir sin cuestionar al escritor y sus fantasmas, para decirlo con las palabras de Sábato? ¿Hasta qué punto le interesan al pueblo, a cualquier pueblo, al pueblo de Cuba, a nuestros pueblos, los fantasmas del escritor y no sus penosas y terribles realidades cotidianas?
PINIELLA: Yo creo que la pregunta es totalmente válida. De cierta manera el testimonio, si no es una respuesta, sí es un camino tentativo. Pudiéramos decir que es una especie de compromiso entre la necesidad de sedimentación en la literatura, del distanciamiento necesario, del tiempo para poder escribir sobre una cosa determinada, y la necesidad urgentísima de reflejar la realidad cotidiana, lo más inmediato. En ese sentido creo que el testimonio da una respuesta y al mismo tiempo da la otra parte del Periodismo, la mejor parte.
CASAUS: Es mucho más fácil acercarse a un lector de nuestra sociedad, a un lector latinoamericano que tiene una cantidad de limitaciones, no ya meramente educacionales sino también de hábitos de lectura no creados, a partir de un libro que plantee más directamente sus problemas y sus realidades y que los plantee de una forma que se parece mucho a la forma en que él está acostumbrado a identificarse con esa realidad. En ese sentido a mí me parece que el papel que puede jugar el testimonio es importante, no solo como expresión de esa realidad, de la importancia que eso tiene para nosotros desde el punto de vista ideológico, y político, sino también como forma de integrar a esa masa de lectores a otras formas literarias que están implícitas en el testimonio. Por eso creo que a la hora de hablar es muy importante señalar la influencia que hay en él del cine y de los medios masivos de comunicación, sobre todo del cine. Después de las últimas décadas, el escritor no puede seguir con su mundo interior solamente; hay que incluir la prensa, la noticia, el montaje.
PINIELLA: Yo me pregunto ¿cuál sería la reacción de ese lector del que tú hablabas, de ese lector no acostumbrado, ante tu libro de Girón y la reacción ante los problemas existenciales de Boris Vivan por ejemplo? ¿Qué significa La espuma de los días para un carbonero de la Ciénaga de Zapata?
WALSH: Ese problema es muy importante. Eso se ha discutido mucho y gente muy seria y muy bien intencionada y muy revolucionaria lo deja sin respuesta. Parecería que un escritor y sus medios de expresión deben dirigirse más bien hacia el encuentro de un futuro lector y no del lector presente, lo que equivale a dejar a ese carbonero sin lectura. Esa es la pregunta.
CASAUS: A veces el problema se deja en manos de los que quieren establecer la comunicación a un nivel en el cual le están haciendo daño a ese carbonero. Son los que creen que al carbonero hay que hablarle de una manera tan sencilla, tan simple, tan masticada, que es la manera de negarle toda posibilidad. Lo que hay que hacer es proponerle nuevas cosas al carbonero.
WALSH: Con eso evidencia, además, una ignorancia extraordinaria de lo que suele ser un carbonero, una subestimación de un hecho básico y evidente y que es en última instancia el creador de todo el lenguaje, el creador inicial de todo lenguaje, no es el escritor. Se ha mixtificado mucho la llamada « aventura del lenguaje». Ha sido un tema de nuestras revistas, de las secciones literarias de nuestros semanarios, que allá son muy importantes. Cuando ha empezado a aparecer un cambio en la actitud de algunos escritores en el sentido de abandonar un poco los fantasmas del mismo escritor y ocuparse realmente de lo que pasa, toda esa crítica literaria —que es, en última instancia una crítica de derecha, por más que se viste y se adorne es una crítica de derecha— ha insistido en señalar que esos caminos son falsos, que eso conduce al realismo socialista, que la esencia de la literatura y lo central de la vida del escritor es la llamada «aventura del lenguaje», como si no fuera más probable encontrar una auténtica aventura del lenguaje en algunos personajes del pueblo. Desde luego, hay que ir a buscarlos, ellos no se le presentan a uno en la oficina, hay que meterse en las fábricas, en los bosques, en los lugares donde la gente, donde el pueblo, se reúne y conversa. Yo no creo que el periodismo y la literatura tengan que hablar de otra cosa que de la gente y no es posible hablar de la gente sin hablar como la gente o de lo contrario entramos en la mitología.
PINIELLA: Eso es suplir un fantasma por otro.
WALSH: Yo he sentido los tironeos de esas distintas actitudes. Como les dije, yo tuve la triple experiencia: hice periodismo, «ascendí» a escritor y luego «descendí» nuevamente —y voluntariamente— a periodista. Cuando salió mi libro Operación Masacre, la crítica literaria lo dejó pasar en silencio, transcurrieron siete años antes de que alguien hiciera una gacetilla bibliográfica, y no obstante el libro se agotó, y no lo leyeron los literarios ni lo leyeron los escritores, lo leyó gente del pueblo. Cuando después de unos años escribí una obra de teatro y publiqué un libro de cuentos, entonces todo el mundo saltó, aseveró, yo era casi un estribillo de las gacetillas bibliográficas, y yo me puse a pensar, ¿qué cosa tan rara esta, pero quién me reclama esto a mí y por qué con lo otro se hizo tanto silencio? Hasta cierto punto pasó lo mismo con mi segundo libro de testimonio ¿Quién mató a Rosendo?: una revista, creo que fue Análisis, publicó un artículo titulado «Diez en literatura, cero en política». ¡Ahí estaba la clave!
CASAUS: Hay un ejemplo muy importante para nosotros que a lo mejor a ti te gustaría conocer, de un poeta cubano, que además era dirigente comunista, Rubén Martínez Villena. Una vez Jorge Manca, uno de los ensayistas más reaccionarios que tuvo este país y compañero literario de Rubén en épocas anteriores, publicó en el periódico El Mundo o en el Diario de la Marina un artículo muy paternalista —porque Rubén era mucho más joven que él— diciendo que se debía hacer una colecta entre los compañeros de «nuestro Rubén» para que este pudiera publicar su libro de poemas La pupila insomne. Y la respuesta de Rubén fue una frase que después se ha citado mucho: «Yo desprecio mis versos, me interesan tanto como a la mayoría de nuestros escritores la justicia social».
WALSH: Es realmente una definición perfecta. ¿Por qué no volvemos a nuestro punto de partida? ¿Cómo contemplan ustedes en Cuba la posibilidad de una mayor participación del escritor en un periodismo de masa y un mayor acercamiento del escritor cubano? Y cuando digo mayor, me refiero a lo que veo publicado en la prensa, no me refiero, por ejemplo, al libro de Víctor sobre Girón que me parece una perfecta aproximación a los sentimientos, a las ideas y a las experiencias del pueblo. Bueno, ¿cómo visualizan ustedes ese problema?
CASAUS: Yo creo que las limitaciones nuestras, que se asemejan en algunos casos a las de otros países latinoamericanos, tienen, por el contrario, una raíz más bien de tipo subjetivo, en el sentido de que aquí no existen limitaciones materiales. Creo que lo que cuenta en muchos casos en muchas redacciones de periódicos y revistas es una falta de aprovechamiento del material humano, cosa de la que se quejan muchos periodistas. Porque problemas materiales no hay para que un periodista se pase seis meses en la Sierra.
PINIELLA: Nuestros periodistas se han hecho en la práctica, en la mala práctica, a través de los años, tienen sus ideas sobre lo que debe ser el periodismo, tiene sus limitaciones. Nosotros también tenemos las nuestras, pero la Escuela de Periodismo al menos gradúa gente con nivel universitario. Como periodistas profesionales son pocos los periodistas nuevos; digo nuevos en el sentido de otro acercamiento al periodismo, o son gente que, por necesidad imperiosa de la Revolución, empiezan a hacer periodismo porque hacen falta, y se han quemado en la pelea. Es justo reconocerlo y no se les puede echar la culpa sino que fueron a cumplir una tarea que había que hacer. Claro, desgraciadamente muchos han adquirido los viejos hábitos, otros no lo han adquirido y están entre los mejores periodistas del país.
CARRIÓN: Pero el problema esencial no está en el elemento humano sino en las concepciones por las cuales se dirige a ese material humano. Lo mismo que decía Walsh, la valoración de una noticia es una muestra del criterio con que se hace el periodismo aquí. Entonces, hay una confusión de términos o una fusión demasiado íntima que se hace aquí de relaciones internacionales, política nacional e internacional, y la manifestación periodística. No hay una valoración acorde con la realidad que vive el país en términos periodísticos. Esa misma concepción obliga a que ese elemento humano se introduzca a un mecanismo y una vez que está dentro se siente aprisionado. Entonces, el que ha tenido inquietudes de hacer un nuevo periodismo se encuentra ante una alternativa: o hace ese diarismo totalmente ineficaz o «asciende» a la literatura.
WALSH: Ahí está la clave, en los valores: el «ascenso a la literatura». Es decir, yo pienso que la cosa tendría que ser totalmente al revés. Cuando un hombre demuestra grandes posibilidades de comunicación no es el momento de decirle: «Bueno, usted que escribía para cien mil, ahora escriba para cinco mil», sino al revés.
CASAUS: Lo que es paradójico es lo que decía Carrión entre la situación de Argentina u otro país, y la de Cuba. Es paradójico que aquí se creen limitaciones que no deben existir y de las cuales Walsh, por otra parte, se puede valer: manejo de técnicas y de elementos de vanguardia en la expresión. Yo creo que eso entraría en contradicción aquí, en alguna medida, con esa idea del diarismo y la cotidianidad mal entendida. Ese es el riesgo que se corre con los alumnos de la Escuela de Periodismo que al graduarse y llegar a las publicaciones se vicien con ese mecanismo. Si a esos compañeros no se les da la posibilidad de ejercer los nuevos criterios que tienen y de realizar un periodismo más profundo, al cabo de un par de años son otra vez los diaristas cotidianos y aburridos.
PINIELLA: Aunque estoy de acuerdo con que el problema está con el criterio con que se dirige la prensa, yo hago hincapié en el problema de los periodistas. Nosotros no podemos depender de que cambien los criterios y decir que entonces sí vamos a hacer buen periodismo. Eso también depende de nosotros en cierta medida, puesto que si esperamos a que se produzca un milagro lo más probable es que estudiemos cuatro años y después desertemos también.●

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> Esta nota fue publicada originalmente en el sitio www.almamater.cu

Haciendo Buenos Aires

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Haciendo Buenos aires

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Igualdad vs igualitarismo

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Desde aquí hemos bancado a Alejandro Grimson, por ejemplo a través de este estudio de la frontera tripartita de Mote Caseros, desde este trabajo sobre la inmigración boliviana a Buenos Aires, o desde este otro Fronteras, estados e identificaciones en el Cono Sur. Ahora aparece como firmante esta explicación sobre Argumentos, la nueva corriente de opinión en la que aparece como firmante

De esa declaración inicial creemos definitorio este párrafo

5 Hoy se despliega en el país una tensión y una disyuntiva entre una concepción neodesarrollista, que en el fondo cree que mayores formas de inclusión y justicia serán alcanzadas gracias al crecimiento económico, y una concepción igualitarista que cree en un desarrollo integral, económico, social, ambiental y cultural. Para evaluar hacia dónde nos lleva una ley o una política no es suficiente mirar quién la vota: es imprescindible analizar sus efectos o no de transformación social.

Como sabrán he militado en el ARI, no por una adhesión a Elisa Carrió persona sino porque junto a ella existían personas como Rubén lo Vuolo, Marta Maffei y otras tantas que en un principio enunciaron una política con fuerte ascendencia en el igualitarismo, de hecho la agrupación se llamaba Afirmación para una República Igualitaria. y qué es el igualitarismo; según entiendo es un emparejamiento  de las condiciones de la sociedad en base al respeto de las diferencias, es un pacto social o comunitario que se construye desde la diferencia y no desde la igualdad.

La diferencia sustancial entre igualitarismo e igualdad es  justamente que una parte de presuponer una diferencia de base y se compromete a llegar a una paridad o entendimiento y la otra parte de una utopía de igualdad y se enfoca en el fin (utópico) y no en cómo lograrlo. De allí que los métodos de la igualdad sean siempre coercitivos, siempre sean los de una igualdad a la fuerza, impuestos desde afuera, como ha sucedido en el siglo pasado dentro de los regímenes comunistas. El igualitarismo es endógeno y se construye desde adentro.

Rescatamos el párrafo 5 de la declaración de Argumentos, justamente por eso porque el neodesarrollismo que enarbola este gobierno está basado en el hecho de pretender una igualdad a partir del reparto de dinero, Es la ilusión de que la moneda nos iguala, algo así como lo que producía el 1 a 1 de Mendez.

Sin embargo la inclusión social no se logra a partir de la igualdad sino a partir de la diferencia y solo el igualitarismo puede garantizar el respeto por la diferencia. Para no hacerla larga voy a citar la AUH que implementó este gobierno en base a una propuesta nuestra desde el ARI sobre la que el mismo Rubén Lo Vuolo trabaja desde hace tiempo. Una cosa es repartir dinero entre los mas pobres para igualarlos en algún sentido a los que están un poco por encima de ellos económicamente y desatenderlos desde todo otro punto de vista de la inclusión social por ejemplo salud ( el 60% de las consultas médicas que se hacen en los hospitales públicos de la CABA provienen de la provincia muy en especial desde LA Matanza en vez de establecer esa respuesta donde se genera la demanda), iy otra muy distinta es garantizar  a todos los argentinos un ingreso mínimo que los habilite sin discriminarlos. En el primer concepto hay una utopía que el dinero iguala, en el segundo el concepto es distinto, en este caso el dinero es una de las herramientas que se puede usar para lograr una paridad entre argentinos. En el primero hay discriminación y clientelismo, en el segundo hay una herramienta( el dinero) puesta en función de la paridad

Más argumentos para el debate. 

Alejandro Grimson

Argumentos surgió como una declaración colectiva para proponer nuevas formas de de-sarrollar el debate público. Es necesario y conveniente que los más diversos sectores sociales y políticos realicen propuestas y críticas a las políticas de los gobiernos. Pero también es importante, si queremos construir una sociedad más justa, que las denuncias o las contribuciones partan del reconocimiento de los cambios profundos en la sociedad argentina, en las políticas públicas y en la legislación vividos en estos últimos años. Las pinturas en blanco y negro raras veces son las más apropiadas para dar cuenta del accionar de un gobierno. Los gobiernos pueden tomar medidas que sectores de la oposición consideren apropiadas. Cuando los matices reemplazan el blanco/negro, la crítica comienza a distinguir aquello que contribuye a una mayor igualdad y aquello que la dificulta.

La teoría social nos ha enseñado que el poder real no siempre está en manos de los gobiernos y nunca un gobierno concentra todo el poder. No reconocer las tensiones entre gobiernos electos y poderes corporativos en la realidad latinoamericana actual plantea serios riesgos políticos. No se verifica el discurso único que denuncia Plataforma. Al contrario, los Estados son territorios surcados por ambivalencias, contradicciones y conflictos políticos. Muchas de esas tensiones atraviesan también a las organizaciones sociales.

Desconocer la extensa lista de los aspectos positivos de los cambios sociales y culturales argentinos de los últimos años impide comprender los sentidos que tienen las políticas públicas para los sectores populares. Plantea el riesgo de hacer política fuera de contexto. El contexto incluye a las políticas, sus efectos reales, las adhesiones y los sentimientos políticos. Hay dos formas clásicas en que la izquierda ha hablado fuera de contexto: una, queriendo que este país funcione como (cada quien creía que) funcionaban otros; dos, tomando cualquier hecho real y afirmando que esa parte es el todo: un gobernador es la Presidenta.

Ante el contundente triunfo electoral del gobierno en 2011 se nos pregunta si acaso los pueblos nunca se equivocan. Todos los seres humanos podemos equivocarnos. Nadie se “equivoca” fuera de las opciones reales ni fuera de las lógicas culturales. Pero, además, esta pregunta supone de manera oculta que los intelectuales y la izquierda nunca se equivocarían. En la historia argentina los intelectuales y la izquierda han realizado significativas contribuciones, pero también han cometido grandes errores. Todos los que hemos participado en estos movimientos sabemos cuántas veces desde las izquierdas nos hemos equivocado. Y vemos las persistentes dificultades para comprender a los peronismos. Esto obliga a una reflexión crítica. Nada prohíbe que uno sea objeto de su propio pensamiento crítico.

Trabajar para una sociedad más igualitaria en la Argentina requiere reconocer los sentidos del peronismo y del kirchnerismo para los sectores populares. Una perspectiva crítica debe comprender esos significados y, a la vez, rechazar los chantajes de ciertos dirigentes que afirman que toda crítica al Partido Justicialista, al sindicalismo empresario, no olvidar qué fueron la Triple A y el menemismo sería gorila. Por otra parte, tampoco resulta aceptable realizar esas críticas como si otras tradiciones políticas, incluidas aquellas de “izquierda”, estuvieran exentas de articulaciones con poderes diversos, de clientelismo, de prácticas gubernamentales o sindicales nefastas. Desde una perspectiva purista no hay “ismo” que esté a salvo de esos problemas.

Es necesario alentar estos debates desde valores ideológicos fuertes que atraviesan diferentes tradiciones políticas. Salir de la lógica de la identidad que sólo se pregunta si somos nosotros los que hicimos una propuesta política. Si son los buenos, se apoya; si son los malos, se rechaza. Hay otra manera: analizar el contenido de la propuesta; si contribuye a una sociedad más igualitaria, la apoyamos; si no lo hace, debatimos y la rechazamos. Si alguien que razona en función de la identidad (o sea, alguien que rechaza o apoya todo lo que proponga el gobierno) pasa a pensar a partir del contenido, se dará cuenta de que las identidades son bastante complejas.

Esto parece muy obvio. Pero lo que resulta muy evidente es que el debate político en la Argentina no cese desarrollado ahora de este modo. El pensamiento y la acción política desde posiciones cerradas del tipo amigo-enemigo, blanco y negro, existen tanto en la derecha como en la izquierda. Un pensamiento crítico con matices, una crítica a la dicotomización no implica ignorar, sino todo lo contrario, que una mayor igualdad supone procesos necesariamente conflictivos. No se afectan intereses económicos, ideológicos o religiosos con sueños de armonía. Autonomía para decir lo que uno cree en cada contexto no es neutralidad ante las tensiones de nuestra vida social y política.

Pero una cosa es construir fronteras situacionales, como sucedió con la ley de matrimonio igualitario y la Asignación Universal, y otra muy distinta es anclar esa tensión en identidades dicotómicas que trascienden las situaciones concretas.

Puede percibirse un cierto agotamiento muy promisorio de la sociedad argentina frente a las dicotomizaciones trascendentes. Si bien muchos comentaristas políticos sostienen que la oposición se equivoca porque no se une, es posible plantear que el error de la oposición es justamente no haber comprendido que la sociedad ya manifestó su cansancio con la forma-dicotomización, un agotamiento del “anti”. A la vez, revisando los últimos años, podría argumentarse que el gobierno ha desarrollado diferentes estrategias en distintos momentos, pero que justamente en la actualidad su discurso y sus políticas apuntan a dificultar, más que facilitar, la emergencia de identidades dicotómicas, como “el campo”.

Esto implica una invitación a cambiar la lógica del debate en algunos espacios actuales en la Argentina. “Argumentos” es una declaración colectiva, cuyas coincidencias se encuentran

en www.argumentos12.blogs pot.com. Quienes tuvimos la iniciativa queremos contribuir a enriquecer los debates para una mayor igualdad y continuaremos trabajando por un disenso no sólo respetuoso, sino también productivo. Un debate público franco y claro también puede aportar a construir una sociedad más justa, libre e igualitaria.

* Miembro de Argumentos.
Idaes-Unsam y Conicet.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-185491-2012-01-15.html

Contribución republicana al gobierno popular. (versión veraniega)

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Garantizamos que siguiendo precisamente las instrucciones salteñas del Compañero Fede se puede lograr con O $ el mejor vaso fernetero jamás visto.

De nada

Instituir la diferencia

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Hace casi tres años publicábamos este Ensayo Urgente para Tartagal que no era otra cosa que la traducción de EL GOBIERNO DE LOS BIENES COMUNES DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA CIUDADANÍA de la ahora Premio Nobel Elinor Ostrom que venia dentro del libro "Genes, bytes y emisiones: Bienes comunes y ciudadanía" . Lo del título era porque por esos días Tartagal sufría una de sus principales catástrofes climatológica cuyos resultados fueron seriamente agravados por problemas de organización sobretodo de origen político.

Leíamos:

Muchos estudios arrojaron datos reales y argumentos teóricos que afrontaban las suposiciones de que las personas estaban atrapadas eternamente en una tragedia (De los comunes) sin remordimiento.487 Se documentaron numerosos arreglos de gobernanza local en todo el mundo que mostraban cómo los usuarios de recursos habían vencido la tragedia. Resaltaron la importancia de las instituciones de propiedad común en la historia y en el mundo contemporáneo. En vez de sólo toparse con arreglos de propiedad privada o gubernamentales que apoyaban a usuarios a mantener un recurso de reserva común, los especialistas de muchas disciplinas descubrieron una diversidad de mecanismos para regirlos.
Por otra parte, la investigación no ha encontrado “curas seguras” para solucionar los problemas complejos de gobernanza de un bien común. El fracaso aparece en relación con la propiedad privada, la gubernamental y la común. Ciertamente está garantizada la sobreexplotación de un recurso valioso cuando éste tiene, de hecho, un acceso libre sin derechos establecidos de propiedad. Hardin, y los miles de expertos y legisladores de muchas disciplinas que aceptaron su teoría como general, estaban en lo cierto al identificar un problema retador, especialmente ante condiciones de acceso abierto. Empero, su análisis quedaba incompleto porque sólo recetaban dos soluciones; ambas se las tenían que imponer las autoridades externas a los usuarios de recursos.

Lo primero que nos advierte es que no hay solución mágica ni definitiva, que al contrario las soluciones deberán ser locales y temporales dado que están estrechamente ligadas al recurso de gestión común (No privado- No estatal).

El augurio de que los usuarios sobre-explotarán un recurso de agrupación común (tesis smithiana y de Garret Harding) se ve sustentado por experimentos en donde los participantes desconocen a los demás, e ignoran cuándo no podrán comunicarse entre sí. El abrir repetidamente la oportunidad de una comunicación cara a cara no pronostica un cambio en el resultado -sin embrago, sí se modifica la conducta y los resultados. Los grupos que pueden comunicarse reiteradamente en un laboratorio logran alcanzar resultados prácticamente óptimos, en vez de hacer una  sobreexplotación desmesurada. La comunicación da a los participantes, la oportunidad de analizar su forma de entender la estructura del escenario, y la manera de mejorar los resultados conjuntamente.

Luego señala que la comunicación directa de los participantes es un dato fundamental a la hora de organizarse y gestionar. Aparentemente los individualismos a partir de la comunicación se desplazan desde el egoísmo hacia otros lugares en donde se empieza a tener en cuenta al otro.

La complejidad de muchos recursos naturales impone que se requieran sistemas de gobernanza que sean sofisticados y de varios niveles o policéntricos, en vez de confiarlos a un solo tipo o nivel de gobierno.491 Quienes tratan de gobernar los recursos complejos se enfrentan a diferentes tipos de incentivos, que a menudo complican los esfuerzos colectivos, y los subsecuentes resultados. Entre más complicado es un recurso en términos del tipo de bienes y servicios que da, más retador es crear un conjunto de disposiciones institucionales bien diseñadas que compensen los incentivos de sobreexplotar.

Por lo que sugiere a fin de poder administrar y gestionar los los recursos de uso común es organizarse en función de un orden institucional que logre efectivamente el desplazamiento del individualismo egoísta hacia uno colectivo o simplemente no egoísta al que fácilmente podemos reconocer como Fraternal.

Y esto se debe, como bien señala la autora, a que la organización es más compleja cuanto más complejo sea el recurso a gestionar. De por sí tardará más tiempo en organizarse cuanto mas complejo sea, lo que tampoco garantiza que sea para “para toda la vida”, dado que la complejidad del recurso le podría conferir cierta volatilidad o que el recurso sea efímero que un buen día se agote.

Ostrom señala dos formas tradicionales de gestión de este tipo de recursos, privada o estatal y señala que ambas formas de administración no son intrínsecas al problema de la gestión local sino que son soluciones foráneas o universales que pueden adaptarse o no a la particularidad del lugar y que por eso fracasan. El problema de esta “institucionalidad creada desde afuera” radica en el hecho que en el trasfondo del problema se presume una “igualdad” de base. En la lógica del mercado y de la propiedad privada ha quedado demostrado que ninguna de las dos garantiza ninguna igualdad dado que en estos conceptos capitalistas   el reparto de bienes y servicios materiales o simbólicos no es ni podrá ser para nada igualitario. La propiedad privada tampoco la garantiza porque se basa en un régimen jurídico que tampoco es igualitario por mas intenciones de que así lo sea. Por lo que la muy meneada “igualdad de base” o “igualdad de oportunidades” es una utopía con fuertes anclajes religiosos que lo único que establece es una poderosa herramienta de dominación donde los que más tienen mas someten a les que  tienen menos provocando de esta manera un espejismo que augura un hipotético futuro igualitario.

Cuando esa igualdad la promete el Estado es mucho más costosa aún, porque la igualdad se basa en la represión y en la coerción de las libertades individuales y colectivos (el estado cae sobre el bien común y lo acaparara omnímodamente).

Por lo que desde aquí proponemos que no se parta de una igualdad pretendida o utópica sino a alcanzar paridad “posible” justamente a partir de partir de una “diferencia de base”. La comunicación posibilita contrastar las diferentes diversidades que habitan en una localía por lo que reconocer al otro como diferente posibilita un acercamiento y tal vez la pretendida institucionalidad local y temporal .  A este espacio lo llamamos Zona Temporalmente Fraternal en donde a partir de la diferencia se buscara algún tipo de acuerdo que pretenda alcanzar algún tipo de paridad, no solo entre similares si sino como colectivo, lo que constituye un tipo de institucionalidad mas compleja pero mas fuerte.

Pero reducir el problema a la gestión de los recursos y a su uso conlleva una mirada demasiado naivf del problema. Los recursos no son ni infinitos ni eternos por lo que están sujetos a estacionalidades, disponibilidades, el clima, transporte, la energía con la que se disponga para movilizarlos, su aprovechamiento efectivo, su cantidad, su renovación, etc; por lo que no nos gusta hablar de recursos dado que ese concepto está demasiado ligado a la economía tradicional que a su vez nos devuelve a las premisas estatistas o privatistas que queríamos superar. Nos gusta más hablar de flujos, mas o menos restringidos, más o menos disponibles, mas o menos conservacionistas de los sistemas sociales, a los que Augusto de Franco le gusta llamar Fluzz

Entonces el fenómeno social se dará cuando los individuos concurran a un lugar común reconociéndose como diferentes para recibir su parte del Fluzz y para que eso suceda deberán necesariamente comunicarse entre sí y no solo compartir información común. Deberán también interactuar y no solo participar porque solo aportando su parte diferenciada e individual es que podrán participar del Fluzz, solo de esa manera se podrá lograr la interacción con los otros, en definitiva constituir un nosotros que sea capaz de innovar pero también pueda preservarse en el tiempo. Ese espacio es un espacio Fraternal

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Por falta de fondos el Municipio demorará el pago de salarios de algunas categorías

 

La Municipalidad de Venado Tuerto anunció que los sueldos del personal serán abonados este mes de manera desdoblada: el próximo 6 de enero lo hará hasta la categoría 15 y el 13 del mismo mes será el turno para la categoría 16 y superiores. Esto se debe a las demoras de la provincia en el envío de fondos.

Rige el beneficio de descuento por pago adelantado de TGI

El secretario de Hacienda de la Municipalidad de Venado Tuerto, Guillermo Imbern, recordó que los contribuyentes tienen la posibilidad, como cada año, de pagar por anticipado la Tasa General de Inmuebles (TGI) accediendo a un beneficio del 10 por ciento de descuento.

Situación compleja en el frigorífico

Si bien los rumores son muchos, la posibilidad de cierre del frigorífico es cada vez más fuerte, pese a esto los delegados aseguraron que no habría despidos.  También se habló de traslados a otras plantas y  la posibilidad de mantener  cierta faena en Venado. No hay definiciones oficiales.

Fuente

Joyce - Morro Velho

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No sertão da minha terra, fazenda é o camarada que ao chão se deu
Fez a obrigação com força, parece até que tudo aquilo ali é seu
Só poder sentar no morro e ver tudo verdinho, lindo a crescer
Orgulhoso camarada, de viola em vez de enxada

Filho do branco e do preto, correndo pela estrada atrás de passarinho
Pela plantação adentro, crescendo os dois meninos, sempre pequeninos
Peixe bom dá no riacho de água tão limpinha, dá pro fundo ver
Orgulhoso camarada, conta histórias prá moçada

Filho do senhor vai embora, tempo de estudos na cidade grande
Parte, tem os olhos tristes, deixando o companheiro na estação distante
Não esqueça, amigo, eu vou voltar, some longe o trenzinho ao deus-dará

Quando volta já é outro, trouxe até sinhá mocinha prá apresentar
Linda como a luz da lua que em lugar nenhum rebrilha como lá
Já tem nome de doutor, e agora na fazenda é quem vai mandar
E seu velho camarada, já não brinca, mas trabalha.

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