FALTANDO UM PEDAÇO

Djavan

Ana Belén

O amor é um grande laço, um passo pr'uma armadilha
Um lobo correndo em círculos pra alimentar a matilha
Comparo sua chegada com a fuga de uma ilha:
Tanto engorda quanto mata feito desgosto de filha
O amor é como um raio galopando em desafio
Abre fendas cobre vales, revolta as águas dos rios
Quem tentar seguir seu rastro se perderá no caminho
Na pureza de um limão ou na solidão do espinho
O amor e a agonia cerraram fogo no espaço
Brigando horas a fio, o cio vence o cansaço
E o coração de quem ama fica faltando um pedaço
Que nem a lua minguando, que nem o meu nos seus braços

El amor es un gran lazo
una trampa que te aísla
lobo que corriendo excita
hace aullar a la jauría.
Comparamos su llegada
con la fuga de una isla
tanto engorda como mata
hace más cortos los días.
El amor es como el rayo,
galopando en desafío
abre sendas, cubre valles
revuelve el agua del río.
Quien quiera seguir su rastro
se perderá en el camino
la pureza de un limón
o la soledad de espinos.
El amor es la agonía
va consumiendo despacio,
arrancando horas al hilo
hasta vencer el cansancio.
Y al corazón de quien ama
le va faltando un pedazo
como una luna menguante
que se durmió entre sus brazos.

4 nos acompañaron:

Lolamento dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lolamento dijo...

"El amor es un gran lazo
una trampa que te aísla"
.

Convierte al amar en amor y al amor en un lazo trampa. Funesta vivencia. Pensar que lo escribio un poeta (¿o un vendedor de discos?).

Me hizo acordar a El Amor Líquido de Bauman y a la cita a Marx & Engels de Erich From:

"Un sustantivo es la denotación adecuada de una cosa. Puedo decir que tengo cosas: por ejemplo, que tengo una mesa, una casa, un libro, un auto. La denotación adecuada de una actividad, de un proceso, es un verbo: por ejemplo, soy amo, deseo, odio, etc. Sin embargo, cada vez más frecuentemente una actividad se expresa como tener; esto es, se usa un sustantivo en vez de un verbo; pero expresar una actividad mediante el verbo tener en relación con un nombre es valerse mal del idioma, porque los procesos y las actividades no pueden poseerse, sólo realizarse.

Observaciones antiguas: Du Marais-Marx

Las consecuencias nefastas de esta confusión se reconocieron en el siglo XVIII. Du Marais planteó con mucha precisión el problema en su obra póstuma Les veritables príncipes de la grammaire (1769). Escribió:

"En el ejemplo, tengo un reloj, tengo debe entenderse en su sentido propio; pero si afirmo tengo una idea, tengo sólo se dice de manera imitativa. Es una expresión prestada. Tengo una idea significa pienso, concibo algo de esta manera o de esta otra. Tengo ganas significa deseo, etc."

(le agradezco al Dr. Noam Chomsky la referencia a Du Marais).

Un siglo después de que Du Marais observó el fenómeno de la sustitución de nombres por verbos, Marx y Engels se refirieron al mismo problema, pero en fonna más radical, en La sagrada familia. En su "Crítica crítica" a Edgar Bauer hay un ensayo pequeño, pero importante, sobre el amor, en el que se hace referencia a la siguiente afinnación de Bauer:

"El amor... es un dios cruel que, como toda deidad, aspira a adueñarse del hombre, en su totalidad y no se da por satisfecho hasta que éste no le ha sacrificado no solamente su alma sino también su yo físico. Su culto es la pasión, y el punto culrninante de este culto el sacrificio de sí mismo, el suicidio".

Marx y Engels comentan:

Bauer "convierte al amor en un 'dios', y no en un dios cualquiera, sino en un 'dios cruel', haciendo del hombre enamorado, del amor del hombre, el hombre del amor, para lo cual separa al 'amor' del hombre como un ser aparte".

Marx y Engels señalan aquí el factor decisivo en el uso del sustantivo en vez del verbo. El sustantivo "amor", que sólo es una abstracción de la actividad de amar, se convierte en algo distinto del hombre. El amante se vuelve el hombre del amor. El amor se convierte en un dios, en un ídolo en que el hombre proyecta su amor; en este proceso de enajenación deja de sentir amor, y sólo está en contacto con su capacidad de amar por su sometimiento al dios del amor. Ha dejado de ser una persona activa que siente; se vuelve un adorador enajenado de un ídolo, y se siente perdido cuando no está en contacto con su ídolo."

Charlie Boyle dijo...

Leyendo Las palabras y las cosas de Facoult uno entiende que el lenguaje se compone de capas cada vez mas abstractas. A partir del siglo XVII las palabras no denotan a la cosa sino por su referencia, como una capa de software que se instala por encima de ellas, por eso que el amor puede ser utilizado en ese sentido. Dich esto vayamos a lo de Marx y Engels y por qué no Facoult esta vez en Vigilar y Castigar. El "amor como trapa que te aisla" es una utilización occidental y romántica del lenguaje del amor, en El Cairo o en Tokio no se si cabe esta expresión, lo que nos deja frente a un amor como herramienta disciplinatoria, otra más, Je
Exelentes las citas.
Lea mas poesía ¿quiere?

Anónimo dijo...

El gran problema del amor es que por tener un amor te privas de tener otros. Las personas son consumibles descartables y reciclables (por otros) en tanto y es una pesima decision estar ligadas a ellas por una idea absurda como la del amor, amor trampa (¿que otra clase de amor puede existir?). Es como tener un solo garage y querer tener muchos autos.

"Nuestra cultura de consumo es partidaria de los productos listos para su uso inmediato. Cuando se desea lo que no se tiene, al obtenerlo, se lo deja de desear y vuelta de nuevo con otro objeto, igual cuando alguien adquiere exultante algún producto de supermercado, novedoso quizás; luego, el producto deja de ser deseado y se pasa a otro, nuevo o aún no consumido. De manera similar sucede con las relaciones afectivas de hoy." Z.B.

"...tratar a los otros seres humanos como objetos de consumo, según la cantidad de placer que puedan llegar a ofrecer y en términos de “costo-beneficio”. A lo sumo, los otros son valuados en tanto compañeros-en-la-esencialmente-solitaria-tarea de consumir, compañeros de alegrías consumistas, cuya presencia y activa participación pueden intensificar dichos placeres. Perdido por el camino ha ido quedando el valor intrínseco de los otros en cuanto seres humanos únicos e irrepetibles, así como la preocupación por el cuidado de la propia y ajena especificidad y originalidad. La solidaridad humana es la primera baja de la que puede vanagloriarse el mercado de consumo." Z.B.


"La idea misma de "relación" (...) sigue cargada de vagas amenazas y premoniciones sombrías: transmite simultáneamente los placeres de la unión y los horrores del encierro. Quizás por eso, más que transmitir su experiencia y expectativas en términos de "relacionarse" y "relaciones", la gente habla cada vez más de conexiones, de "conectarse" y "estar conectado". En vez de hablar de parejas, prefieren hablar de "redes". " Z
B.

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