Mesa redonda: Economías y formas de producción P2P

Es necesario ver este video para desgranar una gran cantidad de paradigmas y conceptos que se manejan con una gran simplificación de un problema que es altamente complejo. Si es muy largo les recomiendo al menos ver la exposición de María Ptqk

Texto y video de Medialab

Aproximación de Juan Freire, moderador

"Provocaciones" iniciales
1) Hagamos un planteamiento deliberadamente simplificador y maniqueo donde confrontemos dos posiciones radicalmente opuestas, al menos aparentemente, sobre el significado económico y político de las formas de producción basadas en el modelo P2P:
P2P como "mercados puros", sin ningún tipo de intervención ni regulación de la autoridad. Pero mercados en un sentido amplio, donde los intercambios no son siempre, ni principalmente, monetarios.
P2P como "nuevo socialismo", pero de nuevo un "socialismo sin estado" sin que supera los modelos basados en la economía de mercado (esta postura ha sido defendida recientemente por Kevin Kelly en un artículo en Wired [1], al que ha respondido y rebatido Lawrence Lessig [2]).
2) Olvidemos el "wishful thinking" que dibuja el P2P y la cultura digital como las nuevas utopías sin plantearse las condiciones previas imprescindibles para ese tipo de transformaciones. Por tanto, preguntémonos que se necesita para que esas utopías puedan ser posibles. ¿Es el P2P económicamente sostenible?, ¿cuáles son las estrategias económicas viables?, ¿que estructuras y poderes se ponen en cuestión y, probablemente, se acaben por convertir en "enemigos" declarados con el fin de luchar por su propia supervivencia?
3) ¿Existe una única definición del P2P? y/o ¿existe un fundamentalismo del P2P?, ¿es aceptable (necesario) introducir adaptaciones al concepto P2P básico o esencial para hacerlo viable y operativo? Como ejemplos de estas "adaptaciones tendríamos al propio Medialab en su papel de intermediario organizador y facilitador de procesos o la utilidad de las APIs abiertas como "sucedáneos" del software libre.
4) El peligro de la apropiación corporativa de la producción P2P (el P2P como una nueva forma de biopolítica). Ejemplo: el crowdsourcing.
[1] http://www.wired.com/culture/culturereviews/magazine/17-06/nep_newsocialism
[2] http://www.lessig.org/blog/2009/05/et_tu_kk_aka_no_kevin_this_is.html
http://www.lessig.org/blog/2009/05/on_socialism_round_ii.html

Aproximación de Gonzalo Martín

"Me interesa diferenciar el aspecto técnico del P2P, unos protocolos de transmisión que el usuario puede ver o no, de los puros efectos sociales de la construcción de redes distribuidas que se categoriza por el fenómeno de compartir. Me importa diferenciar la consecuencia de la existencia de protocolos de comunicación que pemiten compartir archivos del mero hecho de que existan y que ello se traduzca en la ruptura del modelo legal vigente de propiedad intelectual. En definitiva, no se trata de hablar de piratería sino de la existencia de redes no controlables que permiten crear coaliciones temporales de individuos por una meta común."

Aproximación de María Ptqk

¿Cuáles son las implicaciones del P2P como modelo de organización social?
¿Existen modelos intermedios o transversales que vayan más allá de la dicotomía "el P2P como mercados puros" vs. "el P2P como nuevo socialismo"?
¿En qué condiciones es posible hablar de igualdad, libertad, cooperación, participación y trabajo colectivo en las formas de producción contemporáneas?
¿Es el P2P una organización en red?
¿Qué significa construir modelos?

Aproximación de Rubén Martínez

"No me interesan ni la ley ni las leyes (la primera es una noción vacía, las otras son nociones cómplices) ni siquiera el derecho o los derechos, lo que me interesa es la jurisprudencia"  Gilles Deleuze
Los acercamientos entre cultura y economía han ido desarrollándose de forma acelarada en las últimas décadas. La concepción de la cultura como conocimiento y el valor del desarrollo cultural han sido puestos en jaque al pasar a ser medidos, escalados y significados a través de indicadores económicos tradicionales. Bajo la lógica de las industrias culturales y sus hermanas menores bautizadas como industrias creativas, se han ido imponiendo modelos de relación económicos basado en la competitividad y en la reificación del homo economicus en contextos donde la mayoría de prácticas emergentes de cooperación, colaboración y equidad están siendo paulatinamente arrasadas. Este régimen de gobierno y homogeneización de la cultura como mercancía bajo discursos que asimilan desarrollo social con libre mercado (una pirueta poco demostrable), no se ha dado de manera unívoca. Si bien lo conforman organismos que legislan y utilizan tácticas represivas y monopolizadoras, habría que entender este escenario de manera más compleja, donde también actúan diferentes dispositivos biopolíticos y de producción de subjetividad. Las redes P2P plantean un debate transversal a este tipo de cuestiones, emergiendo como una herramienta tecnológica que cristaliza esas otras formas de economía que se pueden generar de abajo arriba...o que pueden ser legisladas y maniatadas reproduciendo bajo disfraces seductores las mismas tácticas de gubernamentalidad. ¿Pueden las redes P2P ser un elemento que irrumpa en la actual realidad legislativa y en el pensamiento económico hegemónico generando un nuevo paradigma?. Desde esa perspectiva intentaré aportar un punto de vista que busca eludir un enfrentamiento maniqueo, pero que no está falto de truhanes, enemigos y bufones. 

Aproximacioń de Rubén Díaz
El intercambio de archivos a través de herramientas P2P supone una práctica "fuera de lugar". La propiedad intelectual de esos bienes funciona bajo la lógica de la propiedad mercantil. Y la propiedad privada pertenece al ámbito de lo económico, un esfera diferenciada de la cosa pública, algo que pertenece al individuo y al libre comercio. Este choque frontal entre la lógica del intercambio de lo privado dentro de un espacio de “economía a compartir” (sharing economy) produce un desbarajuste del sentido común establecido (construido como lo que da sentido al poder frente a una supuesta minoría que se identifica y homogeneiza como "sector de internet" o "cultura P2P").
Enfrentarse a la reflexión de nuevos programas de economía política implica, al menos, un doble esfuerzo para el usuario (para el ciudadano). Por un lado, entender que el paradigma económico actual no deja de ser una convención. Que como decía Chomsky en un "Aviso al navegante" en 1998, está en nuestras manos "la posibilidad de disponer de estos instrumentos tecnológicos en vez de dejárselos a las grandes compañías. Para ello, hace falta coordinación entre los grupos que se oponen a esa monopolización, utilizando la tecnología con creatividad, inteligencia y iniciativa para promocionar, por ejemplo, la educación". Una vez superado el shock, si conseguimos recuperarnos de este trauma, nos enfrentamos a un segundo esfuerzo que para muchos suena aún más disparatado: hay que atreverse a esclarecer las diferencias que existen entre sociedad del bienestar y sociedad del procomún. Entre la sensación de carestía frente a la abundancia y satisfacción.
Para reducir la fatiga que provocarán estos esfuerzos, necesitaremos más mediadores (y no tantos medios, pensando en Martín Barbero), "hubs" y buscadores humanos (si cedemos la interpretación a Google no tendremos suerte), facilitadores que sepan traducir a una "mayoría moral" (tomando la expresión de Emmanuel Rodríguez en "El gobierno imposible. Trabajo y fronteras en las metrópolis de la abundancia") la idea de un "nuevo contrato social" que, como usuarios y ciudadanos, nos haga ser conscientes de la necesidad de participar y reclamar los espacios procomunes, exigir una redistribución equitativa de riquezas -materiales e inmateriales- frente a los monopolios privados transnacionales y demás intereses imperialistas a los que vemos cómo cede el Estado en tiempos de crisis de manera evidente y caradura.
LEER MÁS: http://tr.im/p2pinclusiva

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