Del círculo de baba a la pirámide III

El Semicírculo

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Desde aquí y aquí partimos planteando al círculo como el paradigma de una sociedad primitiva tencionada por una lógica de miedo. Un juego donde alternativamente van ganando unos y otros pero que por sí solo no permite otra alternativa que la fagocitación entre agentes.

¿Qué tendría que suceder para que ese incipiente asociación pudiese evolucionar y salir de ese statu quo  le plantea la circularidad redundante?

La única chance que tendrán será la apertura del círculo cerrado para que se rompa momentáneamente el equilibrio a través de la posibilidad de que alguna pauta diferente se cuele dentro de su dominio y motorice un cambio.

Esto ocurre de la siguiente manera. Ninguna sociedad de este tipo puede sostenerse por mucho tiempo. El juego del Tit for Tat (ojo por ojo) es un caso especial del dilema del prisionero:

“En ella, un agente que use esta estrategia responderá consecuentemente a la acción previa del oponente. Si el oponente ha cooperado previamente, el agente cooperará. Si el oponente deserta, el agente se vengará de él.”

Como muestra su resolución, si sus jugadores son muy parejos en el juego, ninguno de los dos logrará imponerse sobre el otro y en un juego iterado lo mas probable que suceda es que ambos terminen perdiéndolo todo, al estilo de La Guerra de Los Roses.  “No hay ganancias, solo hay grados de pérdidas” sentencia Oliver Rose (Michael Douglas). Por lo que para ambos es imprescindible  que se abra una puerta a la creatividad para que, a partir de la pauta innovadora, pueda emerger un nuevo statu quo.

Entre los Rose se establece un Tit for Tat que comienza por la colaboración pero que por “pequeñeces” vira hacia la destrucción total mutua y esto no siempre sucede. Entre las trincheras de bandos enemigos siempre se establece un punto de ruptura antes de que esto ocurra, un pacto de no agresión, un pacto de no aniquilación para ganar tiempo y posibilitar que el milagro de la apertura sea posibles y que una nueva emergencia pueda tener lugar. Una relajación de las tensiones internas provoca una mayor permeabilidad de las pautas mutantes al interior del circulo, provocando de esta manera una asimetría.

Dicen los cubanos que lo que acontece trae ventura y ese acontecer se produce debido a  la asimetría que se introduce inmediatamente después de, o durante la apertura del círculo y será la que permitirá la ruptura del equilibrio hiperestático del mismo.

Lo que provoca la pauta es un desbalanceo de las tensiones internas del círculo por lo que  lo induce a su deformación, descompensación que en general se inicia desde el punto de ingreso al dominio del círculo. Y como cualquier asimetría debe ser absorbida por la ecología interna del círculo social, absorbida y asimilada, lo que se traduce en un rebalanceo y un aprendizaje. Entonces la pauta mutante no solo gatilla el cambio, sino que a su vez se metaboliza como capital social (o en destrucción de una de las parcialidades si se la apropia alguno). También puede aniquilar el círculo si los actores no logran recomponerse y re equilibrarse luego de la penetración de la innovación.

Entonces si la pauta establece una asimetría que es capitalizada por un sector del círculo, el restante, en oposición, deberá compensar la asimetría para contrarrestar su efecto. En esto se basa la creatividad y el crecimiento del conjunto como respuesta a la competencia, al principio edípico de la afirmación.

Luego de invadido y dispersada la innovación, el círculo puede ser concebido como un conjunto de asimetrías compensadas por la habilidad creativa de sus integrantes. Esto posibilita una  salida al Tit for tat a partir de una mirada lateral que acepta las pautas mutantes, en otras palabra que posibilita la apertura del círculo.

En este punto nace la figura del semicírculo, un círculo constreñido a en una de sus mitades, reunido alrededor del punto de ingreso donde se cuela la pauta mutante. Lo que tenemos ahora es un círculo que se redibuja en función del punto de ingreso de los flujos. Claro, esto luego pactar (de alguna forma) lo social, que se traduce la trascendencia, como una ecología que permita cohabitar a ambas parcialidades o multilateralidades; el principio narcisista de permanencia.

“fraternidad es la forma fractal emergente que surge a partir de que dos o más agentes logran un diseño de red tal que les facilite un acceso universal a los flujos materiales e informacionales que la atraviesan y sostienen, lo que le terminará confiriendo una identidad compleja, ya que en la búsqueda de ese diseño, los agentes ganan reconocimiento y confianza unos con otros”.

Prácticamente tenemos la Fraternidad necesaria que posibilitará lo social, porque como escribíamos en el Siglo de la fraternidad, fraternidad no era otra cosa que paridad+flujo+ergodicidad. Para que ésta realmente exista,  los flujos de la innovación que penetran desde un punto central deberán tener las mismas probabilidades de alcanzar todos los agentes, esto es, deberán ser ergódicos y esto se logra con el diseño de un árbol fractal con tronco en el centro del semicírculo y que sus ramas y sus hojas completen la totalidad la figura.

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Citábamos acá a David Viñas, en el análisis que hace de la obra de Rodolfo Walsh, donde recurre al derrotero que tiene su obra de la siguiente manera:

* Si recorremos por última vez la cartografía de la literatura argentina a partir de sus contradictorias relaciones con la política y el Poder, se podría ir formulando –al evaluar las diversas prácticas de Walsh– una suerte de ecuación: a mayor criticismo y heterodoxia, mayor riesgo de sanción.
* En una última (o penúltima) instancia, si tuviera que simbolizar el itinerario de Walsh, echaría mano de escenarios de la Biblia. Con una cita de Daniel (
profeta Daniel) arranca Walsh. Entonces, uno, el inicio como descifrador frente al semicírculo de los cortesanos de Nabucodonosor. […] La muerte, en Variaciones (Variaciones en rojo), no es mucho más que el disparador del relato. Y está vinculada a sórdidas relaciones de hijuelas, albaceas, herencias y propiedades.

La figura de semicírculo rescatada por Viñas es la figura del descifrador de signos (Profeta Daniel) que esclarece al resto. Daniel no es Dios, por lo que es de suponer que las pautas mutantes introducidas por Daniel son las que esclarecen, no porque sea Daniel un esclarecido, sino porque es el portavoz de Dios y es a su vez el distribuidor de la verdad que les destrabará los conflictos internos a la comunidad.

El semicírculo en la figura de Daniel no implica jerarquía sino la posibilidad cierta de practicar la fraternidad, de hecho Daniel no es el único profeta, otros comparten ese de pro-fesar de la llegada del Mesias. De hecho la funcionalidad del profeta era repartir entre los judíos la palabra de hermano que los pudiere confraternizar. Por lo que el semicírculo todavía en esta instancia actúa como distribuidor, como radiador de flujos, es una figura inocente. El círculo penetrado y convertido en copa de árbol semicircular puede tener su tronco (fuente) en cualquiera de sus miembros. Lo esencial aquí es que se que se cumpla con la fraternidad.

La asimetría introducida al círculo es compensada y re balanceada por los agentes. Entonces estamos frente a otro tipo de equilibrio, el equilibrio emergido de la asimetría compensado internamente por la distribución de los flujos.

Seguiremos analizando esta secuencia y cómo puede perder su inocencia, pero eso será en un próximo post

1 nos acompañaron:

Anónimo dijo...

Charlie, hay otra cosa. hay que saber subordinarse al líder bueno. se puede ver que a algunos todavía no les puede salir, todos quieren figurar.

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