El siglo de la fraternidad 5 - La caída del paraíso 2

La maldición de Malinche

foto de acá

Cabria acá una distinción sobre lo matrístico y lo matríztico con z. Matrístico es una consecuencia de la asignación de los rasgos maternos, de la Mater a la cultura, en su totalidad, los términos analizados anteriormente hacen referencia a la madre, incluso cuando Maturana escribe su ensayo lo hace utilizando la palabra matrístico. Este término evoluciona para convertirse en lo que tiene que ver con la forma generadora; con el molde mas que con la madre, algo mucho más genérico. El otro neologismo, “matríztico”, viene de matriz que es un espacio anterior a la madre, la matriz es desde donde nos relacionamos con el mundo, el molde desde donde salimos para habitar el mundo antes de pertenecer al mundo. La matríz incluso genera la madre.

Lo mas importante del modelo evolutivo maturaniano es lo que él destaca en particular: “que las culturas no son ni de los hombres ni de las mujeres, hombres y mujeres en la cultura patriarcal son patriarcales; hombres y mujeres en la cultura matrística son matrísticos”. Se aclara esto porque existe una tendencia a la apropiación por parte de los géneros de las respectivas culturas. Especialmente los movimientos feministas de fines de siglo pasado del suroeste de EEUU y de México analizan lo matríztico desde una óptica feminista. Insistimos sobre esto ya que lo que sigue es alegórico y no se debería caer en la trampa de esta confusión.

En el best seller “Mujeres que corren con los lobos” de la poeta y psicoanalista junguiana Clarissa Pinkola Estes, que pertenece justamente a la corriente mencionada en el párrafo anterior, se rescata esta versión muy completa del cuento de La Llorona.

Este mito nos introduce a la continuación de nuestro relato evolutivo sobre redes sociales, ahora centrándonos en el tránsito desde lo arcaico a lo puramente humano. Lo interesante de este proceso, es que no todo lo humano evoluciona de la misma forma, ni siquiera a la misma velocidad. Gracias a esa diversidad es que podemos encontrar una gran proporción de culturas patriarcales entre las que también persisten otras que van desde mariarcalismos puros a otros mas heterogéneos.

Esta historia es muy popular en todo Latinoamérica, presumiblemente de origen mejicano pero está presente desde el sur de los EEUU hasta el sur de Argentian y Chile, la versión que la autora recrea es así:

“Un rico hidalgo corteja a una pobre pero hermosa mujer y se gana su afecto. Ella le da dos hijos, pero él no se digna casarse con ella. Un día él le anuncia que regresa a España para contraer matrimonio con una acaudalada dama elegida por su familia, y que se llevará a sus hijos.

La joven enloquece de dolor y actúa con los gritos y aspavientos propios de las locas. Le araña el rostro, se araña el suyo, le rasga la ropa y se rasga la suya. Toma a sus hijitos, corre con ellos al río y los arroja al agua. Los niños se ahogan, La Llorona cae desesperada de rodillas en la orilla del río y se muere de pena.

El hidalgo regresa a España y se casa con la rica. El alma de La Llorona asciende al cielo. Allí el guardián de la entrada le dice que puede ir al cielo, pues ha sufrido mucho, pero no podrá entrar hasta que recupere las almas de sus hijos en el río.

Y por esta razón hoy se dice que La Llorona recorre la orilla del río con su largo cabello volando al viento e introduce los largos dedos en el agua para buscar en el fondo a sus hijos. Y por eso también los niños no deben acercarse al río cuando se hace de noche, pues La Llorona los podría confundir con sus hijos y llevárselos consigo para siempre.”

Hay varias versiones e interpretaciones del mito, incluso hay un contexto histórico en donde la leyenda de La Llorona se convierte en una fuente inagotable de significantes. Por eso para no caer en el lugar común de analizarlo desde una óptica de género, o incluso solo analizar su aspecto psicosocial , antes de cualquier análisis vamos a remitirnos al hecho histórico que muchos autores coinciden que es la fuente del mito, o al menos, la fuente que dio al mito sus ropajes mas recientes.

En este trabajo de Bonnie Holmes, “La visión de la malinche: lo histórico, lo mítico y una nueva interpretación” contextualiza al mito en toda su dimensión y en él cree encontrar “una clave para entender la fuente de la identidad mexicana”. Esto es lo mas fuerte del mito, ya que existe la creencia de situar al mito como el rasgo central de la transición entre la cultura mejicana precolombina, podríamos decir de la gran mayoría de los pueblos originarios, y la actual cultura americana (América post colonial). “Se trata de un ser [la Malinche] que se ha instalado en la memoria colectiva como un símbolo maldito y ambivalente: es el arquetipo de la traición a la patria y al mismo tiempo la madre simbólica de los mexicanos, el paradigma del mestizaje” cita Holmes a Cristina González-Hernández en su libro Doña Marina (La Malinche) y la formación de la identidad mexicana)

Relata Holmes que en el contexto histórico del mito La Malinche era una mujer indígena, Malintzin, de familia de padres ricos emparentados con el señor del lugar (Xalixco) quien fue secuestrada y esclavizada para luego terminar junto con otras 19 mujeres en las manos de Hernán Cortés y sus soldados durante uno de los primeros encuentros entre los indígenas y los españoles en el "Nuevo" Continenete. Cortés la toma como su amante y traductora para que haga de vínculo entre los indios y él, incluso tuvo un hijo con ella. Malintzin es impuesta de un nuevo nombre, Marina. Lo acompaña en toda la conquista cumpliendo un papel de secretaria y a su vez de aliada en su lucha contra los aztecas que oprimían a su propio pueblo. Por ese entonces la india había sido bautizada e incluso algunos historiadores de la época le adosaban el título de Doña a su nombre cristiano Marina.

Sobre el mito, dice Holmes, que a partir del hecho real se han desarrollado esencialmente dos versiones La llorona y La chingada. En su cita a González-Hernández aclara: “La Chingada es una elaboración mestiza cuyo origen no podemos precisar, mientras que la Llorona es una reinterpretación cultural de las diosas del México prehispánico efectuada en la época colonial. Ambas son testimonio de la fuerza extraordinaria con que la Malinche sobrevive en la memoria colectiva mexicana”

Esta vez es a Octavio Paz en su “Laberinto de la soledadquién aclara el tema del la chingada de una forma sin par:

“Toda la angustiosa tensión que nos habita se expresa en una frase que nos viene a la boca cuando la cólera, la alegría o el entusiasmo nos llevan a exaltar nuestra condición de mexicanos: ¡Viva México, hijos de la Chingada! […] Con ese grito, que es de rigor gritar cada 15 de septiembre, aniversario de la Independencia, nos afirmamos y afirmamos a nuestra patria, frente, contra y a pesar de los demás. ¿Y quiénes son los demás? Los demás son los "hijos de la chingada": los extranjeros, los malos mexicanos, nuestros enemigos, nuestros rivales. En todo caso, los "otros". Esto es, todos aquellos que no son lo que nosotros somos. Y esos otros no se definen sino en cuanto hijos de una madre tan indeterminada y vaga como ellos mismos.”

“¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la Madre. No una Madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana" que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de esta voz. […]La voz y sus derivados se usan, en casi toda América y en algunas regiones de España, asociados a las bebidas, alcohólicas o no: chingaste son los residuos o heces que quedan en el vaso, en Guatemala y El Salvador. [… ]Chingar también implica la idea de fracaso. En Chile y Argentina se chinga un petardo, "cuando no revienta, se frustra o sale fallido". Y las empresas que fracasan, las fiestas que se aguan, las acciones que no llegan a su término, se chingan. En Colombia, chingarse es llevarse un chasco. En el Plata un vestido desgarrado en un vestido chingado. En casi todas partes chingarse es salir burlado, fracasar.”

“La idea de romper y de abrir reaparece en casi todas las expresiones. La voz está teñida de sexualidad, pero no es sinónimo del acto sexual; se puede chingar a una mujer sin poseerla. Y cuando se alude al acto sexual, la violación o el engaño le prestan un matiz particular. El que chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada. En suma, chingar es hacer violencia sobre otro. Es un verbo masculino, activo, cruel: pica, hiere, desgarra, mancha. Y provoca una amarga, resentida satisfacción en el que lo ejecuta.”

“Lo chingado es lo pasivo, lo inerte y abierto, por oposición a lo que chinga, que es activo, agresivo y cerrado. El chingón es el macho, el que abre. La chingada, la hembra, la pasividad, pura, inerme ante el exterior. La relación entre ambos es violenta, determinada por el poder cínico del primero y la impotencia de la otra. La idea de violación rige oscuramente todos los significados. La dialéctica de "lo cerrado" y "lo abierto" se cumple así con precisión casi feroz. […] El verbo chingar indica el triunfo de lo cerrado, del macho, del fuerte, sobre lo abierto”

Luego Paz entra en elucubraciones sobre el ser mexicano en una suerte de dialéctica del amo y el esclavo hegelianaPara el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles.” Ante el temor a la muerte o a la humillación los pueblos latinoamericanos optan por la humillación como un rasgo de pertenencia a la cultura matríztica.

El filósofo José Pablo Feinmann explicando a Hegel dice:

La dialéctica del amo y del esclavo plantea el origen de la historia. Cómo empieza la historia. Quizá uno nunca no se preguntó esto, pero el origen de la historia en realidad sigue siendo el origen de las relaciones humanas. Para Hegel la historia comienza cuando se enfrentan dos deseos, dos conciencias deseantes. El deseo humano desea deseo, […] el animal desea cosas y las cosas que desea en general se las come. El hombre no desea cosas, la conciencia es deseo.”

http://www.youtube.com/watch?v=wH8plvTPtZo

En Hegel el amo es la potencia sobre el esclavo, el siervo es un objeto para el señor, el esclavo no es nada por sí mismo, es la nada. Para hacerse del gozo, para satisfacer sus placeres el amo se apodera del esclavo y lo somete y al hacerlo pierde su independencia ya que su gozo está mediado por el esclavo. El amo depende de la cosa, y la dependencia justamente consiste en negar su apetencia de gozar de ella. El señor goza, pero al gozar de esta forma no plena, impura, quasi onanista, necesitará cada vez más sometimiento para satisfacerse, lo que lo convertirá en un chingón que lo hará totalmente dependiente de la chingada. Sigue Octavio Paz

“La Chingada es la Madre abierta, violada o burlada por la fuerza. El "hijo de la Chingada" es el engendro de la violación, del rapto o de la burla. Si se compara esta expresión con la española, "hijo de puta", se advierte inmediatamente la diferencia. Para el español la deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se entrega, una prostituta; para el mexicano, en ser fruto de una violación. […] Su mancha es constitucional y reside, según se ha dicho más arriba, en su sexo. Esta pasividad abierta al exterior la lleva a perder su identidad: es la Chingada. Pierde su nombre, no es nadie ya, se confunde con la nada, es la Nada. Y sin embargo, es la atroz encarnación de la condición femenina.”

“Si la Chingada es una representación de la Madre violada, no me parece forzado asociarla a la Conquista, que fue también una violación, no solamente en el sentido histórico, sino en la carne misma de las indias. El símbolo de la entrega es doña Malinche, la amante de Cortés. Es verdad que ella se da voluntariamente al Conquistador, pero éste, apenas deja de serle útil, la olvida. Doña Marina se ha convertido en una figura que representa a las indias, fascinadas, violadas o seducidas por los españoles. Y del mismo modo que el niño no perdona a su madre que lo abandone para ir en busca de su padre, el pueblo mexicano no perdona su traición a la Malinche. Ella encarna lo abierto, lo chingado, frente a nuestros indios, estoicos, impasibles y cerrados. […] De ahí el éxito del adjetivo despectivo "malinchista", recientemente puesto en circulación por los periódicos para denunciar a todos los contagiados por tendencias extranjerizantes. Los malinchistas son los partidarios de que México se abra al exterior: los verdaderos hijos de la Malinche, que es la Chingada en persona. De nuevo aparece lo cerrado por oposición a lo abierto.”

Como conclusión volvemos a la síntesis del trabajo de Holmes cuando cita a Carlos Fuentes en “Todos los gatos son pardos” dice que en la primera escena aparece la Malinche y se dirige a los espectadores explicando los tres nombres que le han puesto; Malintzin, ortogado por sus padres, Marina, proveído por su amante, y la Malinche – el nombre conferido por su propia gente. Mantiene que como diosa, amante o madre tiene licencia de contar la historia de la Conquista de México, debido a que fue uno de sus protagonistas principales – la madre simbólica de una raza nueva. Algunos la han elevado al nivel de una diosa, mientras otros sólo la consideran como una puta. Además, su propia gente la llama traidora – la lengua y guía del hombre blanco.

Solo nos cabe hacer dos aclaraciones. Traemos la metáfora de La llorona y su enclave histórico durante la conquista de México, como la configuración del paso desde lo matríztico hacia la historia de la civilización. Este paso está documentado por los cronistas de Cortés, la historia lo registra, es un hecho constatable, cercano; pero es perfectamente transportable a cualquier pueblo de América.

La segunda aclaración es el contexto nacionalista que Paz le da al tema. Si la Malinche representa la raza nacida de la violación de la conquista, su hijos mestizos llevan consigo el lastre de la violación. Una suerte de amor y odio que se mezclan y refritan en la idea de “nacionalismo”, visto como la división fantástica que separa el nosotros del ellos. Esta matriz nacional que se instala con la independencia de los pueblos americanos, luego de su independencia, se apropia del mito para disciplinar a un pueblo que por fin se logra desprender de su agresor, su padre. A partir de allí la política hace el resto. Esta lógica se repite a lo largo de toda Latinoamérica.

5 nos acompañaron:

Goliardo dijo...

Que interesante la idea de Chingada como fruto de una violación, y pegado a la deshonra. Casi me animo a pensar en la cultura cristiana y en la idea de concepción de la virgen Maria. Dios con su poder de amo, somete, viola a la virgen Maria, Nuestra Santa Madre. Es violación porque hay poder y reconocimiento de superioridad, de señor. Maria es una sierva, una mujer que es la madre del cristianismo. Es madre del Hijo, y es sierva del señor, y nosotros somos sus hijos. Somos el producto de un abuso, de un sometimiento, y nos reconocemos como siervos del señor. Cuando Nietzsche dice que nosotros matamos a Dios, vengamos la violación de nuestra madre, abusada y “deshonrada” por el Amo de los Señores.

Que buen tema para seguir desarrollando. Saludos y te mando la llorona de Chavela para que escuches:

http://www.goear.com/listen/aeec21b/La-llorona-Chavela-Vargas

Lolamento dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lolamento dijo...

A este articulo le hace falta la cancion La Maldicion de Malinche de Gabino Palomares, sea como musica de fondo, sea como un video para que lo mire el eventual curioso.

Aqui van dos enlaces y la letra en Caso de que Carlos no acuerde con mi pedido

Video YouTube 1:
La Maldicion de Malinche por Amparo Ocha y Gabino Palomares (recital en vivo)
Video YouTube 2:
La Maldicion de Malinche por Amparo Ocha (ilustrado con imagenes)
La letra:

Del mar los vieron llegar
mis hermanos emplumados
Eran los hombres barbados
de la profecía esperada
Se oyó la voz del monarca
de que el dios había llegado.
Y les abrimos la puerta
por temor a lo ignorado.

Iban montados en bestias
como demonios del mal
Iban con fuego en las manos
y cubiertos de metal.
Sólo el valor de unos cuantos
les opuso resistencia
Y al mirar correr la sangre
se llenaron de verguenza.

Porque los dioses ni comen
ni gozan con lo robado
Y cuando nos dimos cuenta
ya todo estaba acabado.
Y en ese error entregamos
la grandeza del pasado
Y en ese error nos quedamos
trescientos años esclavos.

Se nos quedó el maleficio
de brindar al extranjero
Nuestra fe, nuestra cultura,
nuestro pan, nuestro dinero.
Y les seguimos cambiando
oro por cuentas de vidrio
Y damos nuestras riquezas
por sus espejos con brillo.

Hoy, en pleno siglo veinte
nos siguen llegando rubios
Y les abrimos la casa
y les llamamos amigos.
Pero si llega cansado
un indio de andar la sierra
Lo humillamos y lo vemos
como extraño por su tierra.

Tu, hipócrita que te muestras
humilde ante el extranjero
Pero te vuelves soberbio
con tus hermanos del pueblo.
Oh, maldición de Malinche,
enfermedad del presente
¿Cuándo dejarás mi tierra..?
¿cuándo harás libre a mi gente?

Charlie Boyle dijo...

Tengo el Long play que grabaron en Managua en los años 80.

Goliardo Octavio Paz eosa lo que vos decis, dice que los Mexicanos son hijos de la Virgen de guadalupe, madre santa, y de la Malinche, la Chingada. Habriá que investigar específicamente elo que vos decis

Mariano T. dijo...

Pensar que conozco una historia parecida, pero en tu ciudad.
Ingeniero porteño, chica venadense y novia de san isidro.
Lo peor es qu se quedó viviendo en venado con la chica de san isidro, con riesgo para su integridad fisica por unos cuantos años.
Pero es una historia vieja, de hace 25 años cuando venado era un pueblo.

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