Hacia el peronismo por la militancia III


La conformación de la Unidad Básica


En su ensayo “Biología del fenómeno social” que esta incluido en el libro Desde la biología a la psicología Humberto Maturana hace un paralelismo entre sistema vivo y sistema social.
A esa superestructura de seres vivos la concibe como conjunto, donde cada elemento primitivo ahora es un ser vivo individual que se reúne con otros con un propósito bien definido: conservar la vida y el linaje. La nueva estructura, a la que llama sistema social, le asigna las mismas propiedades que a los seres vivos que la componen: conservar la organización y la adaptación social, porque cada agente debe a su vez conservar su propia organización y adaptación. Desde esta concepción constructivista simple pero profunda en su concepción, el biólogo chileno tira la esencia de toda organización social, sobrevivir pese a todo.
Así define Maturana a los sistemas sociales.

“Cada vez que los miembros de un conjunto de seres vivos constituyen con su conducta una red de interacciones que opera en ellos como un medio en el que ellos se realizan como seres vivos y en el que ellos, por lo tanto, conservan su organización y adaptación y existen en una coderiva contingente a su participación en dicha red de interacciones, tenemos un sistema social”.
Lo más interesante de esta definición es que se concibe al sistema social como una agremiación en función de la conservación y la adaptación de LA VIDA únicamente y reafirma esta posición diciendo que si la conservación de la vida no forma parte de la organización entonces no es un sistema social.
Diversos sistemas sociales tienen otras tantas características particulares, tienen su identidad social que los distingue: una comunidad religiosa no es lo mismo que un club social. El peronismo no está ajeno a esta definición. Cada sistema social tiene conductas que sus miembros deberán seguir para conservar la organización social En este sentido el “ser peronista” implica compartir una identidad peronista que todos sus integrantes deben respetar y que los identifica como comunidad peronista.
Siguiendo a Juan Urrutia Elejalde una comunidad de peronista deberá ser un conjunto de agentes reflejados por la práctica común de unas convenciones (doctrina justicialista, o lo que queda de ella) que hay que aceptar porque las aceptan los demás y que a cada uno conviene aceptar mientras las aceptan los demás.
Formar parte de una unidad básica peronista afecta directamente a los agentes que la componen ya que los compañeros se influyen entre sí y las adaptaciones de cada uno afectará al peronismo en su conjunto y a la oposición en consecuencia. De tal manera que si no pueden conservar su organización autopoiética individual como consecuencia de estar en grupo, o sea si agremiarse los conduce a la marginación, al hambre o muerte misma esa organización no será un sistema social y por lo tanto no sirve como instrumento para sobrevivir. Mas aún, decir que el peronismo es un conjunto de compañeros que luchan por sobrevivir es una concepción que también involucra a lo humano como un elemento indisoluble de lo social. Tanto “el compañero” como “el movimiento” deben permitirse la existencia y coevolucionar para conservar lo organización peronista, si no lo hacen se desnaturalizan y desaparecerán como linaje político. Es responsabilidad de la política restaurar los medios de vida donde sea posible conservar esa organización.

Podemos trazar la hipótesis que en un primer tiempo los protoperonistas estaban distribuidos al azar y en cercanía territorial dentro del campo popular. El habitar un mismo espacio posibilitó ponerlos en contacto unos con otros y es en ese momento cuando, en base a los mandatos paternalistas que impartía el General y a las capacidades evolutivas propias de cada compañero, se buscaron hasta reconocer al par, hasta reconocerse a ellos mismos en el parecido del compañero, del hermano y así conformaron las primeras unidades básicas.

Esta no se da entre cualquier par de agentes, sólo se establece entre los que se reconocen mutuamente como semejantes y como tales tienen temas en común que les permiten la vinculación, que les permite relacionarse. Una especialización podría ser el color de la piel, otra el lenguaje, otra el nivel intelectual, otra el desarrollo tecnológico. Esas capacidades son las que posibilitarán el primer vínculo entre los compañeros y compañeras que se deberá mantener en el tiempo y en el espacio para posibilitar un peronismo estable, deberá perdurar.
A esta capacidad evolutiva se la llama resiliencia. Resistencia peronista. Porque no es sino hasta que se instituye la resistencia peronista, algunos marcan su nacimiento con el triunfo de del sindicalista textil Andrés Framini en las elecciones de 1962 y a quién nunca dejaron asumir, que el peronismo (sin Perón) forma su identidad actual.
En un mundo complejo no se concibe a la historia como una línea de tiempo en donde trascurre la vida del peronismo, el tiempo es la diferencia en la historia entre lo que era y lo que es. La resistencia peronista es la memoria evolutiva y cultura que surge en el movimiento peronista, es la capacidad de persistir como tal, más allá de la vida del propio compañero (Perón, Eva, Framini, Vandor, Rucci) o de partes de la red misma (Comando de Organización, Puesta de hierro, Montoneros, Far, Fap, Renovación Peronista., Grupo de los 8). Es la capacidad de perdurar y trascender en el tiempo sin importar, en definitiva, quienes la integran la organización en un permanente intercambio con el medio. Como en el hormiguero donde su vida útil multiplica por diez la de una hormiga obrera.

Pero los compañeros y las compañeras no serán “el peronismo”, no formarán parte del movimiento si no despliegan sus actividades en público. No serán peronista en la medida que no salgan a la luz y se hagan políticamente visibles.
En la medida que se presentan en público desplegando su identidad peronista (repertorio conductas, mitos, cultos, fetiches coherentes con los que se conoce como identidad del dispositivo peronista) ganan el reconocimiento de resto de la Comunidad Peronista macro a la que llamaremos Movimiento Peronista. De esta forma logran distinguirse de otros sectores populares que no toman esa actitud diferenciándose de ellos y en la medida que lo hacen emergen como peronistas políticamente activos contribuyendo a ese colectivo que conocemos como el peronismo
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