Evo, te bajaron la palanca.


Todo argentino siente un entrañable afecto por el pueblo boliviano, conviven con nosotros, trabajan con nosotros, se mezclan con nosotros desde siempre. Pese a todo en su silencio siguen siendo bolivianos, ellos son mucho mas bolivianos que nosotros argentinos. El significante bolibiano es mucho mas claro que el argentino.
Paralelamente a esa unión de afectos no sabemos casi nada de Bolivia, pese a que haya sido una provincia de nuestro Virreinato y tan importante culturalmente como Córdoba o Buenos Ares. Pero tanto como fue antes hoy no es o es a medias, depende de cómo se le entre. La estructura geopolítica interna refleja ese atraso.
Advertíamos acá sobre la necesidad de la política de mantenerse actualizada y uno de las actualizaciones es la territorial. En este otro post nos referíamos específicamente a la necesidad política de resignificar los espacios territoriales. Como advertíamos en ese último post Santa Fe como provincia tiene clausurada la discusión de su división política desde hace un siglo, Bolivia la tiene desde siempre.
Allí citábamos a Quintero Palacios referente al ejercicio del poder político sobre la incorporación los nuevos territorios nacionales, pero lo dicho bien podría aplicarse a su resignificación desde lo político y es allí donde adquiere actualidad, "si no se llegaba hasta los límites políticos en el ejercicio de la autoridad, no se era una nación", lo que lleva al interés por conocer, dado que "sin el conocimiento geográfico no se podían elaborar planes de avance ni mucho menos completar la cartografía"[1].
El conocimiento no se clausura, con el advenimiento de tecnologías como con las que contamos hoy, son ellas mismas las que activan políticamente por si solas a los territorios. El otro factor es la economía. En el caso boliviano: el gas, por ejemplo.

Evo sale de bajo de la cama, no entra por la puerta a la política boliviana como Gonzalo Sánchez de Lozada o como los hicieron los otros sesenta y cuatro presidentes. Entra desde el Oeste a una política preparada para ser manejada por el Este. El Lic. Baleno en este post hacía una referencia a un reportaje que le hacía Hecho en Bs. As. a Evo Morales donde citaba "Es la primera vez que hay un indígena presidente, si yo hago las cosas mal, el pueblo, sea campesino, indígena, sea clase media, sea clase alta, nunca mas va a confiar en un indio". En ese mismo post le criticábamos a Evo el ponerse al hombro al indigenismo en una épica romántica totalmente extemporánea.

Para entender más la cosa le envié un mail a mi amigo José Luís C. cruceño de nacimiento a quién creía naturalmente opositor de Evo para que me envíe un informe desde el territorio. Me cuenta que ya no vive mas en Santa Cruz de la Sierra, que desde hace diez años vive en La Paz. Y me comenta lo siguiente:

Lo de Santa Cruz nos lleva a la pregunta existencial si existimos como país en su definición mas básica: territorio definido, identidad nacional al margen de identidades regionales y/o étnicas, un contrato social medianamente aceptado por todos con el poder del Estado para controlar la nación política, económica y socialmente.

Como van las cosas la respuesta es que NO.

El Estado dejó de controlar el territorio, la identidad nacional se supedita a identidades étnicas y regionales y transversalmente a la división de siempre que es la socio-económica.

Lamentablemente, Evo malgasto su imponente capital político original de Enero 06 y en lugar de re-construir la nación como lo hizo Mandela, Tito y otros estadistas, preocupándose de implementar un populismo criollo/indigenista por el cual lo aplauden en Europa y en algunos otros en la región.


Así las cosas me entero que “El Senado boliviano aprobó el referéndum revocatorio de Evo Morales
¿Cuanto tiempo podrá resistir Evo y cuanto de su fracaso influirá en los futuros proyectos nacionales y populares de Bolivia?
Aventuro una respuesta, diviso a una Bolivia sin Evos ni Sánchez de Lozada. Una Bolivia mas democrática y horizontal donde el indigenismo toma visibilidad política y el estado deja de ser cosa de unos pocos. Para eso ha de pasar por algunos escarceos que pondrán a prueba los dos modelos. Del tironeo, y ahí es donde entramos nosotros, será el resultado. Nuestra responsabilidad de hermano latinoamericano deberá ser la de salvaguardar las instituciones y apoyar la democracia boliviana.
[1] QUINTERO PALACIOS, Silvina L. Geografía y educación pública en los orígenes del Territorio y la Nación (Argentina, 1863-1890). Buenos Aires: Tesis de Licenciatura en Geografía, Universidad de Buenos Aires, 1992, p. 313

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