Tolerancia Cero Vs. Diversidad

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Dice el diccionario de la Real Academia Española que tolerar es: “respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”, por lo tanto la tolerancia cero significa la carencia total de respeto por ideas, creencias o practicas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias; en definitiva es ser “intolerante”. En tren de definiciones podemos igualmente afirmar que el autoritarismo es ejercer con exceso la autoridad. Combinando ambos conceptos podemos inferir que quien ejerciere su autoridad en forma intolerante es un autoritario liso y llano.
El arcaico concepto de tolerancia en la democracia moderna se viene reemplazando con asiduidad por el de “diversidad” que la misma academia define como: abundancia, gran cantidad de varias cosas distintas. Esto quiere decir que si en Venado Tuerto algunos conducimos respetando las leyes de tránsito, otros cometemos faltas leves, otros falta mas graves y los hay los que conducimos de una forma temeraria, como verdaderos asesinos en potencia. Con respecto a los vehículos podemos decir que hay los que están en condiciones, otros que tienen algunos detalles pero con los cuales nos podemos conducir y también contamos dentro de nuestro parque vehículos los que no tienen luces, patente, papeles protecciones, sean éstos motos, autos, camionetas o camiones.
Ante la “gran cantidad de varias cosas distintas” tanto en el parque vehicular como en el de conductores, estamos ante un escenario diverso con realidades de tránsito diverso también. En los tiempos de Juan Carpio, hoy jefe de tránsito de la ordenada ciudad de Firmat donde todos los motoqueros usan casco, existía un programa sobre educación vial que se daba en las escuelas y en otros ámbitos. Por alguna razón se ha dejado de lado al igual que los controles de tránsito y de los vehículos. La anarquía demagógica existente quiere ser reemplazada por la Tolerancia Cero, del descontrol total a la represión intolerante autoritaria.
No es solo un cambio de concepción política, es un giro ideológico esquizofrénico que no se entiende, menos proviniendo de un nuevo gobierno municipal conducido por un psicólogo que mantiene un cuerpo ejecutivo del que no se fue nadie.
Este giro se ve también en el aumento de tasas municipales, si un eslogan de campaña era que habían mantenido la tasa municipal, tampoco se entiende el aumento, en muchos casos del 100% con la justificación del intendente que antes la “gente demandaba chapas “y hoy “servicios”, a todo esto ni empleados ni proveedores municipales no cobran ni en tiempo ni en forma. Por lo tanto el gasto de la campaña de ayer lo tiene que pagar hoy con fondos de las arcas municipales y provinciales mediante el aumento de las tasas municipales. Esto se lee déficit municipal asistido por el ex gobierno provincial. Nuevamente el descontrol fiscal tercerizado de antaño se pretende cubrir con una nueva Tolerancia Cero fiscal.
El tercer ámbito donde se advierte este tipo de práctica en el nuevo gobierno municipal es en el manejo del personal de maestranza. Conocido era el hecho que el anterior no realizaba obra pública con personal propio, solo cubría algunos de los servicios. La tolerancia cero se ejerce ahora queriendo hacer realizar tareas a un personal que no cuenta con la experiencia, las herramientas ni la planificación para llevar obra pública adelante. La respuesta es piquete en maestranza.
Este pasteurizado al que es sometida la Municipalidad, de la anarquía total del anterior gobierno a la intolerante tolerancia cero del nuevo parece una broma de mal gusto. Ni mucho ni tan poco, la diversidad de problemas con los que se enfrenta el nuevo gobierno municipal es tan grande que debe ser atendida con un análisis focal de cada una de las problemáticas para implementar las políticas acordes en cada caso.
“¿Quien le pone el cascabel al gato?” Un gato gordo y mañero. Los viejos funcionarios que no pudieron o no quisieron o no supieron hacerlo. Los nuevos que no tienen gestión política de ninguna índole, ni siquiera de militancia partidaria. El intendente, recién despojado del disfraz de Papá Noel y Rey Mago regalón de chapas y bolsones. Recuperar la confianza perdida es mucho mas costoso que mantenerla.

Sistemas sociales

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En este trabajo tratamos de mostrar una lógica “de pago chico” para explicar el marco teórico de como los pueblos pequeños o medianos de nuestro elaboraban su estrategias sociales para evolucionar o desaparecer.
Analizando las realidades de nuestro sur santafesino observamos que existen dos escalas diferentes de poblaciones: la de los municipios, entendidos como poblaciones de mas de diez mil habitantes, y la de los pueblos más chicos. Habría una tercera categoría que forman los almacenes, boliches, estaciones, escuelas y clubes de campo que no dan escala de “distrito”. Desde la óptica de Granovetter[i] podemos analizar esta representación de los pueblos chicos como un nivel micro y a las ciudades como la evolución lógica de los primeros que se han desarrollado hasta alcanzar un nivel macro e igual de interesante es poder observar la interacción que existe entre ambas escalas.
Desde este punto de vista los pueblos responden a un esquema de red con nodos relacionados mayoritariamente por vínculos fuertes en donde la mayoría de sus miembros se conocen. El análisis que nos proponemos hacer es el de descifrar cómo evolucionan o involucionan y de que forma estos procesos se llevan a cabo en nuestros pueblos del sur de la provincia.

Para poderlos considerar como “vivos” a todos los “seres vivos” deben tener una organización a la que Maturana[ii] y Varela llaman autopoiesis. Para que se dé esa organización autopoiética, dicen que se deben dar tres dominios de orden: a) el dominio de las coherencias estructurales del sistema distinguido, b) el dominio de las coherencias estructurales de lo que surge como medio y en su distinción del sistema, y c) el dominio de las dinámicas de las relaciones entre el sistema y el medio.
Toda organización que tenga estos tres dominios será una organización autopoietica: los elementos primitivos que distribuidos caóticamente en un medio dado entran en relación vincular se constituyen en una estructura estable. Es por eso que mas allá que el conjunto de elemento puedan entrar en relación por proximidad, sólo se establecerá el vínculo duradero cuando el medio que los condiciona, así como su especialización de vínculo así lo permitan. Una vez establecida la estructura deberá estar en permanente intercambio con el medio como un todo. No hay una cronología para que ocurra todo esto, todo al unísono y en un mismo espacio. Lo ponemos de esta manera lineal para poder entenderlo. La nueva estructura deberá mantenerse en el tiempo.
Retomando el concepto de organización autopoiética como la responsable del orden emergente que caracteriza a los seres vivos, debemos aceptar que el caos prevalece dentro del interior de esa estructura emergente, como también es evidente que se presenta como conjunto hacia el observador como una estructura organizada con funciones y características estables que se mantienen en el tiempo.
Como dice Maturana “los seres vivos son sistemas que en su dinámica estructural se constituyen y delimitan como redes cerradas de producción de sus componentes,”) organización (”que caracteriza a los seres vivos y lo que se pierde con el fenómeno de la muerte.” ( Desde la biología a la psicología – Maturana 2003 )
La estructura de los seres vivos está en permanente dinámica interna y de intercambio con el medio y eso le confiere cambios que se van gatillando recíprocamente internamente y con el medio.
Dos principios de conservación también deben darse en los seres vivos. El de autopoiesis definido mas arriba, conservación de la organización en la historia individual de cada uno –ontogénesis- y en la de su linaje –filogénesis-; y el de la conservación de la adaptación donde cualquiera sean los cambios estructurales la identidad deberá mantenerse y perdurar en el tiempo. Es un ser vivo en la medida que se mantenga vivo mas allá de los cambios a los que sea sometido y pierde esa condición con la muerte. Dice Maturana: “todo sistema existe solo en la conservación de su adaptación y organización, en circunstancias en que la conservación de una involucra la conservación de la otra” y “todo sistema se desintegra cuando en sus cambios estructurales no se conserva su organización” y el ser vivo muere

Maturana avanza ahora sobre los sistemas sociales, sin discriminar de qué ser vivo se trate y define así al sistema social: “Cada vez que los miembros de un conjunto de seres vivos constituyen con su conducta una red de interacciones que opera en ellos como un medio en el que ellos se realizan como seres vivos y en el que ellos, por lo tanto, conservan su organización y adaptación y existen en una coderiva contingente a su participación en dicha red de interacciones, tenemos un sistema social”
Lo más importante de la idea de Maturana sobre sistema social es que lo concibe únicamente cuando se integra a partir de un conjunto de seres vivos que se reúnen en función de la conservación y la adaptación de LA VIDA y reafirma esta posición diciendo que si la conservación de la vida no forma parte de la organización entonces no es un sistema social. Niklas Luhmann[iii]. se basa en la idea de Maturana y Varela sobre la autopoiesis para definir sus sistemas sociales.

Los diversos sistemas sociales tienen características particulares que los distinguen, una comunidad religiosa no es lo mismo que un club social ni una colonia de pingüinos emperador. Cada sistema social tiene conductas que sus miembros deberán seguir para conservar la organización social. Tal como se la presenta esa estructura social es una red fraternal, donde todos sus integrantes contribuyen a mantener la organización y la adaptación a los cambios que sus miembros operan, a los cambios que toda la red en su conjunto opera, o a los cambios que el medio opera sobre la red. La red es conservadora por definición más allá de que este en intercambio permanente con el medio y que sus miembros puedan vincularse o separarse de ella a voluntad o por la naturaleza del vínculo.
Maturana concibe la superestructura de esos seres vivos como conjunto, donde cada elemento primitivo ahora es un ser vivo individual que se reúne con otros con un propósito bien definido: conservar la vid y la adaptación al medioa. A esta nueva estructura a la que llama sistema social le asigna las mismas propiedades que a los seres vivos que la componen: conservar la organización y la adaptación social, porque cada individuo debe a su vez conservar su propia organización y adaptación en definitiva conservar su propia vida. Entrar en comunidad afecta directamente a los elementos primitivos ya que cada individuo influirá sobre el otro y las adaptaciones de cada uno afectarán todo el conjunto y al medio. De tal manera que si no pueden conservar su autopoiesis individual como consecuencia de constituir un grupo, o sea que por estar en grupo dejan de existir como ser vivo, la organización no es un sistema social, desnaturaliza su existencia y su razón de ser.
Mas aún, decir que el sistema social es un conjunto de seres que luchan por la vida es una concepción maravillosa que también involucra lo humano como elemento indisoluble de lo social, donde la dicotomía individuo –sociedad queda abolida por género. Tanto individuo como sistema social deben permitirse la existencia y coevolucionar para conservar la especie, si no lo hacen se desnaturalizan y desaparecerán como linaje. Es nuestra responsabilidad restaurar los medios de vida donde sea posible conservar esa organización.

Dicho esto podemos entonces entrar de lleno en el tema que nos compete que es la reafirmación del vínculo social. Individuo, sociedad y medio deben conformar un ecosistema donde ninguno deberá prevalecer sobre el otro. En el caso que nos compete sea la escala que fuere del conglomerado humano deberemos concentrarnos en que el desarrollo de los individuos, así como de los grupos sociales y de los territorios que ellos ocupan para poder hablar de una construcción republicana

Reformularemos los postulados de Noelle Neuman descriptos en su libro La espiral del silencio[iv] para aplicarlos a una red de agentes que han entrado en contacto y pasiblemente, si el medio y las circunstancias lo permiten, podrán entrar en relación vincular.
Existe en la red la posibilidad latente del cese de la comunicación entre sus miembros, esto es posibilidad de cese de flujo de información que enlaza a los agentes unos con otros dentro de la comunidad.
Cada agente recibe un nivel de flujo de información que percibe como normal, la disminución o pérdida de ese flujo es interpretada como miedo a quedar incomunicado, aislado, fuera del juego. El aislamiento es el lugar donde no circula información.
El temor a la incomunicación hace que cada agente vigile activamente la integridad de sus vínculos corroborando que sus enlaces “estén vivos”. En definitiva constata que por ellos circula información enviando mensajes y esperando respuestas.
El resultado de esa evaluación le da una perspectiva sobre la topología de su red y en definitiva de su integación al grupo y al medio. De acuerdo a ella se reposiciona en base a las nuevas configuraciones que va adoptando la red.
Los distintos reposicionamientos en lapsos prolongados configuran un equilibrio que le confieren estabilidad a la red como conjunto dentro un paisaje que va cambiando continuamente.
En esta dinámica por la red social circula información pública entre los agentes que es la que mantiene los vínculos vivos. Sin comunicación no hay vínculo, sin vínculo no hay red. Por lo tanto para que haya cohesión social no importa tanto cuales son los temas que circulan sino que los mismos existan y que de hecho circule.
La opinión pública tal como la define Noelle Neumann, es el intercambio informacional de la red, por lo tanto que un agente permanezca aislado significa que no intercambia información. Por el contrario cuando sí se relaciona con otro agentes y establece ellos una relación vincular, es porque existe algún tipo de intercambio de información.
Elizabeth Noelle Neumann define a la opinión pública como la piel social. Este concepto auque abstracto, posee una belleza conceptual profunda. En términos de informacionales el público crea la red haciendo circular información que se constituye en opinión pública y que es la piel de esa pequeña comunidad social. En términos de conjunto el continente de la estructura emergente luego de establecida la circulación de información es su piel, esta es la organización que presenta la red hacia el mundo exterior. La opinión – piel pública se convierte en este caso en identidad social y es su topología.
En un sentido más amplio todavía consideramos también Opinión Pública al paisaje y al ambiente donde desarrolla la acción social, en nuestro caso los pueblos, y toda la región de la red como parte tematizadora y contextualizadora de opinión pública y como tal parte de la red. La lluvia caída o el clima, el territorio o el resultado de un partido de argentina o del equipo local de la liga; todo como tal afecta la información de la red. Esta concepción ampliada de Opinión Pública como toda información que afecta al público de la red es la que hace de contenedor a la misma y por eso la encierra como una piel social.
Al establecerse la comunicación dentro de la comunidad red se establece además un equilibrio de la información que circula dentro de ella, siendo ésta tal que no afecte en particular a ninguno de sus agentes y que en una dinámica de conformidad a largo plazo será la que aportará el mayor beneficio a cada uno de los participantes, constituyendo así un equilibrio de Nash.

Podemos considerar a estos conglomerados urbanos, más allá de su escala como una red de personas-nodos, que establecen relaciones vinculares de diverso tipo con otras personas y con el medio. Existen algunas personas que se relacionan con otras por arriba de la media vincular, estas últimas a su vez se relacionan con otras y las segundas con terceras en cadenas lineales de vínculos fuertes, formando topologías de tipo estrella. Este rasgo hace que la dinámica del grupo sea jerárquica, no en términos de poder, sino en términos de capital social ya que las relacionales que así se establecen tienen como objeto llegar o entrar en vinculación con esos nodos que gozan de prestigio, ya sea por su reputación, por su desempeño laboral, por su nivel económico por su cultura que es en definitiva lo que los constituye en referentes[v]. Estas redes no son únicas en los pueblo sino que existen otras redes de constitución similar que muchas veces rivalizan con otros grupos tejen también sus redes, - en cada pueblo hay dos clubes rivales-, pero los vínculos fuertes de estos últimos por lo general no tienden lazos fuertes con los de otros grupos especialmente si existen antagonismos o competencias entre ellos.
El enlace entre los grupos cerrados se da a través de vínculos débiles, que son personas que tienen relaciones con ambos grupos pero que no forman enlace fuerte con ninguno de ellos. A estos vínculos débiles que unen dos grupos o clusters se los llama puentes. Muchas veces estos son los eslabones mas distantes de una cadena de vínculos que se va debilitando a medida que se aleja del referente o núcleo duro.
Esta característica de nuestros pueblos chicos incide en la fragmentación del conjunto ya que el aislamiento territorial restringe las posibilidades de movilidad y se crean fronteras internas, (la vía del tren, las diferentes barriadas, la adhesión a antagónicos clubes locales. Por un lado le da al grupo una gran confianza y unión en sí mismo pero a la vez provoca una gran fragmentación al conjunto.
En las ciudades tiende a ocurrir el fenómeno contrario. La fortaleza de los vínculos se debilita y la proporción entre vínculos fuertes versus débiles no es tan significativa. La consistencia de los grupos es más débil y su movilidad mayor.
Este rasgo característico de las ciudades da como resultado una gran cantidad redes de conocidos y vínculos débiles que se van tejiendo lo que las van asimilando a los grandes conglomerados urbanos. El Colegio, el transporte público, el trabajo, los edificios de propiedad horizontal, los estadios deportivos, los clubes, peñas, organizaciones sociales y ONGs son algunos lugares de concurrencia comunitaria donde se traman las relaciones sociales en las ciudades mayores pero también donde el vínculo fuerte pierde su fortaleza porque en la ciudad es más difícil la posibilidad de ese tipo de relación y donde el aislamiento es percibido como mas remoto o lejano.

El enganche se da a un multinivel, en varios versus como dice Maturana, uno por cada agente participante, no en un universo sino en un multiverso con tantas dimensiones como agentes involucrados y se da tanto con los otros agentes como con el espacio o territorio que ocupan.
La dinámica se da entre las persona cuando entran en contacto al ocupar el mismo espacio, real, virtual o mediatizado. Ese enganche no se da entre cualquier par de agentes sino solo entre aquellos que poseen un tipo de enganche afín, en donde un vínculo puede encajar con el otro. De una forma primitiva estos enganches se dan a nivel emocional que luego, en un proceso de complicación devienen en elaboraciones del lenguaje más fáciles de reconocer desde la racionalidad.
En los seres humanos estos enganches son los temas en común que tienen los sistemas sociales como dice Luhmann y al poseer temas en común se comienza a establecer un reconocimiento del par –el poseer características comunes- y a medida que ese reconocimiento se va consolidando en el tiempo aparece la confianza que es consecuencia del reconocer del otro como par. Al establecerse el reconocimiento y la confianza mutua lo que tenemos es un vínculo fraterno que es un vínculos fuerte por definición. Las emociones básicas son capacidades que tenemos los seres humanos para catalizar vínculos y cuando citamos a Luhmann al referirse a los “temas en común” hacemos también extensivo este concepto a las emociones comunes. Sin reconocerse en el otro mediante éstas, el vínculo sería imposible, es por eso que el buscarse mediante este tipo de enganche contribuye a propiciar o a destruir vínculo. En un sentido más amplio los “temas en común” de Luhmann se convierten en circulación de información. La opinión pública
Por eso es que el establecimiento del vínculo con el otro no es algo espontáneo ni mucho menos espontáneo, se da luego de que las condiciones de “enganche” o “conexión” entre ambas partes posibiliten el reconocimiento y confianza, esto es que se haya constituido una relación fraternal entre los agentes, mas allá del nivel a que este enganche se produzca. Y al igual que en los enlaces químicos, la velocidad de reacción depende de la cantidad (concentración) y de los catalizadores (favorecedores de la reacción). En los seres humanos el número es importante para el establecimiento del vínculo social y para establecer masa crítica, nadie va a comer a un restaurante vacío. Los catalizadores en cambio pueden tomar diversas formas de acuerdo a: la opinión pública, la visibilidad, la opinión mediatizada, la vecindad, el medio ambiente etc.
En la teoría de redes sociales se da el concepto de cercanía. La cercanía tanto en términos relacionales como territoriales contribuye, como se ha venido reafirmando mas arriba, a afianzar los lazos sociales y por ende al mantenimiento de la vida, por lo tanto si fortalecemos esos lazos tejiendo redes lo que estaremos defendiendo es la vida y la subsistencia en un medio no siempre amigable, en definitiva se transmitirá la vida.
Lo que hacemos cuando tejemos redes es vincular dominios de información. Nuestra red social, nuestro cluster, sabe que para proyectar un mensaje debe usar determinados estrategias mediante los vínculos que sabe o intuye están o pueden estar vinculados con su destino final, así la información circulará de red en red hasta llegar al final a sus destinatarios.
Lamentablemente no hay una distribución democrática ni equitativa en el reparto de nuestros enlaces, tendemos a vincularnos con las personas mas vinculadas. En términos de información o de opinión pública la distribución de esa información, ya sean: noticias, chismes, o temas de interés general no se reparte de manera homogénea, esta tiende a concentrarse en algunos pocos espacios de información a los que se nos hace más fácil acceder. Es por ello que optamos por recurrir a los nodos mejor informados o más vinculados que a los que están asilados para obtener información y activar los procesos vinculares descriptos por Noelle Neuman. Esto explica entonces cómo el manejo de la información se puede convertir en poder.

La eficiencia de un proceso es la cantidad de recursos que éste involucra para obtener su cometido. Un proceso eficiente es el menos costoso en materia de recursos. En los procesos humanos hablamos de fin y de los medios. Cuantos más medios necesitemos para llegar a un fin determinado más costoso será ese proceso. En la actualidad se hace una valuación de la sustentabilidad y del medio ambiente en los procesos económicos. Antiguamente las variables que involucran al ecosistema o a la calidad de vida no se tenían en cuenta al evaluar procesos económicos. Hoy todo va formando parte de la ecuación económica.
La relación fin – medios en sociología da una ecuación que se conoce como “sentido”. Una cosa “tiene sentido” cuando el fin de tenerla no es mas costosa que los medios para obtenerla. La visión de lo que para nosotros puede tener sentido no necesariamente tiene que correlacionar con el sentido socialmente hablando. Hay actitudes que tomamos que no tienen sentido socialmente hablando y cuando las hacemos el costo que pagamos es muy elevado y muchas veces es el aislamiento o la marginación. Por eso el sentido tiene connotación social. Pablo Gianera[vi] afirma que: “los vínculos entre la literatura argentina y la experiencia política estuvieron signados por una oscilación causal entre crítica y sanción. Cuanto más virulenta fuera la crítica, mayor sería el castigo. En este sentido, es el caso de Rodolfo Walsh
¿Ahora ese sentido es local o general? Y aquí nos remitiremos a los postulados de Noelle Neumann: Si nos fijamos en sus postulados ella habla sobre una evaluación del reparto de opiniones al que llama órgano cuasi estadístico de evaluación que usamos para evaluar la opinión pública, de los que estamos hablando es del sentido. Esa evaluación de la distribución de opiniones involucra un proceso racional. De lo que ella habla es de posición, de dónde posicionarnos ante una opinión dada. El costo-beneficio que ella marca como “aislamiento como castigo” y que es lo que se quiere evaluar se da como inclusión –exclusión, el sentido es la ganancia en permanecer incluido. El costo mayor siempre es la exclusión, el quedar aislado, el quedar marginado, sacar los piés fuera del plato. Nadie quiere quedar afuera. Por lo tanto cualquier medio es válido para no ser excluido, siempre será menos costoso que quedar afuera. El silencio es la ausencia total de crítica y por eso según la autora conlleva cohesión social
Desde el punto de vista informacional de los postulados de Noelle Neumann el sentido es la información útil. No todo lo que circula por la red nos es útil para un determinado fin, o para nosotros mismos como seres especializados. El agente debe tener la capacidad de leer la información, decodificarla y saber si tiene sentido para él y a partir de esa evaluación actuará cumpliendo su rol de actor necesario de la red.
Solo el público y no la sociedad como conjunto sostiene esa opinión pública y el público siempre es determinado, éste no es un concepto abstracto, es tan concreto como la información que se constituye en opinión. Siendo la amenaza un efecto local ejercido por un público determinado, el sentido se convierte en una evaluación también local del problema. La opinión pública tiene sentido solo dentro de ese dominio, por que es local y temporal, fuera del él tal vez no lo tenga pero no lo conocemos. Creemos que lo que Luhmann llama sistema social es en realidad una red de agentes que comparten sentido dentro de un dominio dado y que a su vez pueden vincularse con otros dominios mediante vínculos donde pueden o no ser válidos los sentidos locales.
El vínculo que une el público que comparte el dominio es un vínculo fuerte ya que cada uno de los agentes influye en el otro mediante un vínculo transitivo, esta relación vincular es primero emocional y luego, desde lo racional, se constituye como opinión pública y da el sentido al agente y a todo el cluster, es por eso que el sentido es local en termino de red de vínculos fuertes.
Le damos un determinado sentido a los procesos y a las cosas basándonos en las interacciones locales más que en conceptos universales como son los valores o los principios religiosos. Hay una relación entre territorio y sentido. También entre territorio y opinión pública por eso el dominio territorial de un sistema social es su piel social. Y cuando decimos locales nos referimos no solo a las interrelaciones de cercanía en términos de compartir el mismo territorio; sino que también a las interacciones locales del “pequeño mundo” que se van armando en los alrededores, que ahora es un mundo cercano en términos de vínculos reales o virtuales y ya no solo en términos espaciales.
Los pueblos son nuestros territorios y como tales nos constituyen en seres sociales, afianzar los pueblos y los territorios es afianzarnos como seres sociales, es en téminos de Maturana preservar la vida

[i] Mark Granovetter es graduado en artes en la universidad de Princeton y Phd en Harvard, autor de trabajos como “La fuerza de los vínculos débiles” y “Tipping points” (Puntos de inflexión), trabajos estos sobre redes sociales
[ii] Maturana Humberto y Varela Francisco - De maquinas y seres vivos Autopoiesis : La organización de lo vivo, Lumen, 2004. Desde la biología a la psicología – Lumen, 2003
[iii] Niklas Luhmann. sociólogo alemán (1937-1998). Sistemas Sociales: Lineamientos para una Teoría General, Anthropos Editorial, Rubí Barcelona. Universidad Iberoamericana, CEJA Pontificia Universidad Javeriana, 1984-1998,
[iv] Noelle Neumann, Elisabeth.- La espiral del Silencio. Opinión pública: nuestra piel social. Paidos. 1995
[v] Barabási, Albert-László - Linked: The New Science of Networks. Perseus, 2002
[vi] Pablo Gianera (Buenos Aires, 1971) es crítico de música y de literatura. Es redactor del suplemento cultural de diario La Nación. Dicta clases en el Conservatorio Superior de Música “Manuel de Falla” e integra el consejo de dirección de la revista Diario de Poesía.

Espacio inventado y conciencia territorial

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Espacio inventado y conciencia territorial

Este apartado se basa en el trabajo del historiador del Conicet Pedro Navarro Floria[i] sobre territorialización y constitución del Estado Nacional. http://www.ub.es/geocrit/sn-51.htm
Navarro Floria hace una distinción entre dos conceptos teóricos sobre territorio: el de “conciencia territorial, de raigambre más tradicional, y del otro concepto de construcción social del espacio, más cercano a la idea de espacio imaginado como producto o invención. Mientras que esta última idea coloca al territorio del Estado nacional al final de un proceso de construcción ideológica, la primera refiere al supuesto de un territorio nacional preexistente a su ocupación efectiva.”
Partimos de estas definiciones para abordar la problemática territorial de la Región Sur Sur. Parafraseando a Navarro Floria sobre la constitución del territorio nacional podemos decir que los departamentos del sur de Santa Fe fueron concebidos por la mano política.
Inicialmente en la provincia solamente existían cuatro departamentos: la Capital, Rosario, San Jerónimo y San José. La ley del 26 de octubre de 1883, dictada durante el gobierno del presbítero Dr. Manuel María Zaballa, la divide en 9 departamentos: San José, San Javier, La Capital, Las Colonicas, San Jerónimo, Iriondo, San Lorenzo, Rosario, General López. Por ley de fecha 31 de diciembre de 1890 se eleva a 18 el número de departamentos de la provincia en base a nuevas divisiones de los ya creados: de la Capital, San Justo y Vera; de Las Colonias: Las Colonias, Castellanos y San Cristóbal; de San Javier: San Javier y Reconquista; de San Jerónimo: San Jerónimo y San Martín; de Iriondo: Iriondo y Belgrano; de San Lorenzo: San Lorenzo y Caseros; de General López: General López y Constitución; Rosario; y el departamento San José cambió su nombre por Garay. El 30 de Octubre de 1907 se sancionaba la última división departamental hasta hoy vigente, creándose el departamento 9 de Julio, “con parte de los departamentos Vera y San Cristóbal”.[ii]
De esta división política de los departamentos se deduce que: originariamente Constitución y General López eran un solo departamento al igual que San Lorenzo y Caseros. Ambos departamentos originarios coronaban a Rosario separados por el arroyo Pavón al sur y límites políticos en la margen norte de dicho departamento. La división geográfica de los departamentos respondía a hitos geográficos con el río Carcaraña al norte, el arroyo Pavón y al arroyo Del Medio al sur, todos los demás eran límites políticos.
Por lo tanto desde hace exactamente un siglo la división política del territorio santafesino no ha sufrido ningún cambio. Podemos decir que los límites descriptos por arroyos y ríos son barreras naturales lo que los hace difíciles de reubicar por que naturalmente dividen o separan territorios. De los otros, los políticos, como tales pueden y deben estar en constante revisión para mejorar el desempeño de la provincia como conjunto. Nos limitaremos a revisar esos límites ya que consideramos el solo hecho de que la división haya sido hecha hace cien años invita a hacerlo.
Volviendo a Navarro Floria: ¿Debemos considerar esa estructura política como dada o podemos intentar una nueva mirada? ¿Debemos considerar nuestros territorios como una “invención no-real” de las “elites políticas” para proporcionarnos una “conciencia territorial” y política del sur de Santa Fe; inventando el territorio “con tal eficiencia y naturalizada su imagen de tal modo, que parecería que siempre hubiera estado allí”? Y ahora la pregunta fundamental de estas cuestiones propuestas por el historiador. ¿La construcción del espacio social que comprende nuestro territorio responde a esa división política clausurada hace ya un siglo o es pasible de revisión?
La segunda fase de la construcción del sur santafesino a partir de la “conciencia territorial” responde a adecuar el territorio político al territorio real del sur de Santa Fe. Cita el historiador a Silvina Quintero Palacios referente al ejercicio del poder político sobre los nuevos territorios nacionales, "si no se llegaba hasta los límites políticos en el ejercicio de la autoridad, no se era una nación", e implicaba el interés por conocer, dado que "sin el conocimiento geográfico no se podían elaborar planes de avance ni mucho menos completar la cartografía"[iii].
Consideramos que los dos mapas no coinciden, el mapa de la “conciencia territorial” no coincide con el mapa de la “construcción social del espacio”, esta última geografía cambia constantemente y el gobierno (provincial en este caso) para ejercer su autoridad y para no delegarla en feudos, comisionistas o punteros debe relevar un nuevo mapa donde pueda informarse sobre esa construcción de ese espacio contemporáneo.
El vaciamiento del espacio territorial

Los antecedentes inmediatos para poder realizar un análisis actual de nuestro sur santafesino nos llevan a los acontecimientos de fines de la década del ochenta que adquieren su apogeo promediando los años noventa donde el mapa socioeconómico comienza a modificarse tomando la fisonomía que hoy posee.
Si relevamos datos de principios de esa década veremos que la explotación agropecuaria era netamente agro ganadera, teniendo como cultivos de mayor explotación al norte de la Ruta Nac. Nº 8 al maíz, al trigo y al girasol, al sur de dicho límite los cultivos de maíz eran menos frecuentes siendo el girasol y el sorgo cultivos con mayor presencia en esas zonas La ganadería, especialmente la invernada, algunos tambos importantes y también grandes extensiones de campos dedicados a la cría de ganado al sur completaban el panorama agroganadero. Con la irrupción de la soja por ese entonces todo cambió.

Pero antes de hablar de la soja y de cómo repercutió en la zona debemos hacer mención a cómo afectó y modificó la política neoliberal nuestros territorios. Pasadas la hiperinflaciones de fines de la década del 80 y del principio del 90 y establecida la paridad Uno a Uno la economía de la región se fue apagando de a poco. La recesión que significaba al campo un dólar barato y los costos para la implantación y cosecha de los cereales cada vez mas elevados, tuvieron como consecuencia el cierre de establecimientos rurales y el endeudamiento de los chacareros hasta que promediando la década del noventa hace su pico cuando cierra el Banco de Intercambio Regional, el Banco de los Arroyos, el Asiso, asimilados por el primero, el Comercial Israelita, y tantos otros con sede en la provincia de Buenos Aires con influencia en la zona.
Con la crisis mejicana y sus repercusiones, los bancos secan las plazas locales (restringen los descubiertos a prácticamente nada) y hacen caer la actividad de la región. Muchos comerciantes se funden, las casas de remates ferias son cosa del pasado. Los frigoríficos de la zona cierran, se achican o pasan a manos de inescrupulosos que sistemáticamente se presentan en convocatorias de acreedores, perjudicando a muchísimos invernadotes de ganado.
Por entonces el vaciamiento de la economía se había apoderado de la región. La soja había desplazado a la ganadería, muchos tambos se habían cerrado o achicado y la industria metal mecánica y agroindustrial prácticamente había desaparecido. Locales de depósitos y galpones de fábricas eran ocupados por bailantas. Muchos chacareros chicos los que alguna vez habían sido motor de la región se ven forzados a vender a otros más poderosos. La escala de la chacra había sufrido variación en su valor comparativo. Un campito heredado de sesenta o cien hectáreas ya no era suficiente como para mantener a una familia solo del campo. Muchos deciden vender, se van a vivir a la ciudad. Aparecen nuevos actores
Los semilleros empiezan a incorporar tecnología. Las maquinarias agrícolas de origen nacional son reemplazadas por otras importadas, nacen las empresas de maquinarias. Las rutas son privatizadas, tanto las nacionales como las provinciales, la salida a puerto es controlada, los ferrocarriles corren igual suerte. Los viejos acopiadores de cereal, tanto privados como cooperativos se funden, dejando un tendal de colonos damnificados. La concentración de los granos la hacen solo unas pocas multinacionales. Aparecen firmas conocidas comprando campos o arrendando a valores que para los que tienen hoy son irrisorios. La esperanza de una alternativa de gobierno de manos de La Alianza se clausura hacia fines del 2001. Este escenario se clausura con el telón final del “corralito” y la imposibilidad de hacerse de fondos para implantar o recolectar las cosechas.
Tal recesión en nuestra pampa santafesina se presentaba ante nuestros como eterno. Los pueblos se deshabitaban mientras las ciudades recibían inmigraciones a las que no podían asistir con trabajo digno ni infraestructura. Las escuelas fueron el refugio de muchos niños que tenían como única comida la que allí les proporcionaba. Muchos comprovincianos tenían el remate de su vivienda sobre la cabeza. Las comunas pequeñas rotaban los empleos y los planes de asistencia por no poder llegar a cubrir con las demandas. Una situación deplorable para una región tan rica como la nuestra.
La toma de las ganancias
Vaciada la economía, fundidos los bancos nuestro territorio sufrió otros contratiempos no económicos esta vez. La cultura de los pueblos cambió, las ciudades, acostumbradas a dar una oferta cultural y de esparcimiento a los pueblos más chicos también cambió. Mucha gente emigra al exterior o hacia otras zonas de nuestro país. Habría de venir el cambio. La toma de ganancias.
Todo el cambio negativo y el desgaste operado sobre el sur santafesino desde 1995 con la caída del BID como hito hasta el 2002 muta de la noche a la mañana cuando se produce la devaluación. En dos meses, con parte de la cosecha aún sin vender, los frutos pecuarios de los colonos habían cuadruplicado su valor, pero eso no era lo único que había cambiado. Con una producción revalorizada, muchos de los chacareros por entonces recién se daban cuenta del retroceso que habían sufrido durante la recesión. El modelo industrialista exportador actual entraba en escena.
Ahora los actores eran otros, las familias habían dejado de ser las soberanas, las empresas las habían reemplazado. Las semillas tenían una tecnología privada y no se podían guardar de un año para otro, los agroquímicos con los que tenían que matar las malezas para obtener rindes acordes con las nuevas reglas de la economía eran también privados. Las cosechas se hacían con maquinarias demasiado costosas, un día de más en el campo para el cereal podía significar pérdidas en los rindes. El transporte, las rutas, los ferrocarriles y los acopiadores eran todo un holding que acotaba la posibilidad de especular con la venta del cereal. El chacarero se había quedado solo como la propietario de la tierra, del impuesto inmobiliario y de los alambrados. Como si se tratara de un galpón para la cría de pollos.
Y los jugadores fuertes que habían comprado durante la década del 90 las grandes estancias de la zona como las de Rúnciman, Christophersen, Rufino, María Teresa vieron incrementado su capital en 5 y 10 veces su valor en dólares. Los semilleros son los reyes de las exposiciones agroindustriales a campo. La propiedad privada había cambiado de manos definitivamente. Era la hora de tomar las ganancias.
Las cooperativas, las mutuales, las organizaciones sociales como las asociaciones españolas o italianas, motores culturales y económicos de la zona, pero por sobre todo unificadores del tejido social del sur de la provincia, ya no existían, y si lo hacían con muchísimas dificultades sobre todo económicas, no llegaban a cumplir con su objeto social por las que habían sido creadas.
Todos los pueblos de nuestro sur habían creado este tipo de instituciones para fortalecer el tejido social. Al entrar en crisis lo hace también el cuerpo social que las sustentaba. Esto provocó fragmentación y emigración de muchas de las localidades, especialmente los jóvenes partían a otros rumbos en busca de un futuro más promisorio.
En el orden laboral, mas allá de poseer una representación zonal de la secretaría de trabajo, se dejó a la deriva a miles de personas con capacidad de incorporarse a la fuerza laboral sin formación para ocupar trabajos dignos que cuando la demanda se incrementó no tenían la capacidad necesaria para poder atenderla, en especial en el trabajo técnico.
El Dr. Gustavo Aruguete [iv]en su trabajo “Redes sociales, una propuesta organizacional alternativa” sostiene que: “los escenarios que habitamos son los de una sociedad con un sistema democrático restringido. La base estructural de esta restricción es su fragmentación en grupos aislados del conjunto social, inevitablemente en pugna entre sí, y que se alternan en su condición de victimas y victimarios.”
“Advertimos la existencia de una sociedad fragmentada en “minorías aisladas”, discriminada en grupos humanos en los que se producen, al decir de Robert Castel[v], procesos de desafiliación, en que sufren pasivamente la pérdida de su pertenencia social.” Así quedamos y es vital hacer algo al respecto.
La reconstrucción social del espacio

Recurriendo una vez más a Navarro Floria y cuestionada la concepción del sur santafesino como espacio político consolidado, debemos analizar las posibilidades de la reconstrucción del otro espacio, el social y que alternativa tiene éste ante el avance de la empresa privada.
¿Qué lugar ocuparon los gobiernos provinciales durante esos años? ¿Dónde estaban mientras se inundaba La Picasa, o se transnacionalizaban las mayores extensiones de campos de la zona? ¿Qué auxilio aportó a las industrias en crisis en especial a las cárnicas y a las metal-mecánicas? ¿Qué presencia efectiva tuvo el ejecutivo provincial en la zona?
Al vaciamiento del sur santafecino fue rubricado con la deserción los sucesivos gobiernos provinciales y en muchos casos también con la de los locales de la cosa pública. La ausencia de políticas para el sur fueron notables, no solo la educación y la salud fueron en franco retroceso, esto ocurre en toda la provincia, sino que la seguridad se ha visto seriamente relajada, avalada por una justicia ineficaz cuando no complaciente. La abdicación de “la política” zonal a favor de la empresa privada no es casual, estuvo pergeñada en un plan de apropiación y de cooptamiento de nuestros territorios por parte del poder. Tal vez un proceso global al que tenemos que atender desde lo local.
Como dato ilustrativo vemos cómo los espacios públicos son ocupados sin escrúpulos por el avance de lo privado y sin restricciones ni controles por parte del estado. Se siembran las banquinas y los terrenos del ferrocarril, se invaden las veredas con mesas de los cafés, los espacios comunitarios se privatizan y los eventos sociales se llevan a cabo en lugares privados como Shoppings, salones cerrados, o predios restringidos al acceso popular. La política y la res-publica, la cosa publica, pierde lugar frente a lo privado.
Creemos que es necesaria una urgente revisión del centenario mapa político de nuestro sur y es por eso que proponemos la construcción de una Región Sur Sur, a fin de asistir a estas tierras con políticas activas desde dentro mismo del problema y no desde lugares remotos como la capital provincial o Rosario.
El afianzamiento de una avanzada informacional del gobierno provincial con ventanillas locales en los pueblos y municipios para atender y resolver problemas del público, no tiene solo la misión de facilitar los trámites sino que va mas allá al tratar de involucrar a ese público en las cuestiones de las políticas publicas, especialmente las que atañen a su propio territorio, como la salud, la educación y la seguridad.
El estado moderno no puede quedarse anclado en la ciudad de Santa Fe y dictar sus políticas desde allí, debe salir a sus territorios a relevar los problemas y vehiculizar las soluciones que los ciudadanos santafesinos les acerquen, o a caso no lo hacen empresas privadas como bancos, grandes comercios, o las industrias.
Para poder hacerlo el estado provincial debe recomponer la concepción social del territorio en el sentido de trazar el nuevo espacio social del que habla Navarro Florio y para ello se deben crear políticas públicas que propendan a integración de lo social con su territorial, en definitiva re descubrir el sur santafesino luego del abandono.
Para hacerlo debe primero reconstruir un mapa geográfico social donde estén incluidos todos los datos reales de nuestro espacio actual, donde estén representados las ciudades pero también los pueblos; las empresas y las personas; los espacios públicos y los espacios privatizados; la educación estatal y la privada; el culto oficial y las iglesias evangélicas, toda una nueva geografía político, económica, religioso, cultural, en definitiva social que refleje a los santafecinos del sur de una forma mas real.
Un sur santafesino integrado socialmente
Lo malo de todo esto son, como dice Robert Castel en la cita del Dr. Aguarte, los “procesos de desafiliación, en que sufren pasivamente una pérdida de su pertenencia social” los pueblos del interior de la provincia y en particular los de nuestros sur.
¿Cómo lograr una nueva pertenencia y afiliación al territorio y a la gente que ocupa esos pueblos? ¿Cómo lograr la retención del los habitantes dentro de los mismos? ¿Cómo, en definitiva recuperar la integración y la inclusión social que nuestros pueblos del interior de la provincia alguna vez tuvieron?
Todos los manuales del estado moderno ven en las redes sociales y en particular en las Tecnologías de Comunicación y de Información las TIC como dice Manuel Castells[vi] en su obra ya clásica “La era de la Información”, una forma posible de realización de esa integración social. También lo aconsejaba desde otra óptica política el pedagogo brasileño Paulo Freire[vii]. Dice el portal de comunicación Infoamérica[viii] que Freire se “identifica y anima los movimientos de la comunicación para el desarrollo el empleo de medios como la radio en zonas de difícil escolarización, etc. Para él, los medios son un instrumento cultural de primera magnitud para romper el retardo de amplias capas sociales, para devolver la palabra al que no la posee, que es la negación del derecho de expresión y el origen de la cultura del silencio. La existencia del ser humano sólo se da en el diálogo, en la comunicación”. En este sentido Freire es una adelantado a todos los teóricos de las redes sociales y como el citado Manuel Castells propugna que la integración en la comunicación y la información traerán aparejada la cohesión social.
Podríamos citar otros autores como el filósofo Jürgen Habermas, con su “Teoría de la acción comunicativa”, o Niklas Luhmann con sus “Sistemas sociales”, otros más novedosos como el economista Juan Urrutia Elejalde, o David De Ugarte españoles los dos, o nuestro argentino Alejandro Piscitelli. Todos ellos se ocupan de la integración social a partir de la comunicación y de la información

Hacia una teoría de red para palear las dificultades de integración social
En una apretada síntesis tomamos el concepto de red desde tres vertientes:
La de los científicos con su afán de englobar toda la naturaleza en una única teoría, no lineal y no cartesiana. Relativista e incierta. La de los sociólogos, cyber punk y economistas que tomando la experiencia de Internet desplazaban sus conocimientos prácticos a lo social, a la política o a la economía, haciendo aportes de invalorable riqueza que describen, a partir postulados base, atentados terroristas, comportamientos en el juego, tendencias de los mercados y otras más. Por último, la vertiente que proviene de la cibernética, donde la tecnología es su principal aporte. O sea, la red vehiculizada por las tecnologías de información y comunicación TIC. Allí citamos autores que están preocupados en hacer más operativo el estado o por saber, por ejemplo, cómo el hipertexto puede llevarse a la escuela y formar parte de la educación.
Todas estas visiones conducen a un mismo foco, son aportes de diferentes puntos de vista con un tema en común: La red.
La red es una organización horizontal, evolutiva, no jerárquica en su conjunto, en donde cada participante juega como el todo y el todo como otro participante más y así hasta el infinito. Éstas pueden ser de la más diversa índole y a la vez pueden correr en capas, ocupando el mismo espacio. En ellas no opera un comportamiento lineal sino que están en permanente movimiento y fluctuación. Al conjunto se lo puede tomar como estable. La concepción de los problemas sociales de pequeña escala pueden ser seguidos en su evolución hasta que adquieren magnitud significativa, desde una lógica micro, se pueden explicar los comportamientos macro.[ix]
Las contribuciones a la red la hace el público y también la red en su conjunto, ya que toda ella influye en cada participante y cada participante influye sobre toda la red. Como corolario se desprende que la forma de la red influye en el comportamiento del conjunto. Por lo tanto, cada participante tiende nuevos vínculos y cierra otros de acuerdo con sus conveniencias, necesidades y estrategia dentro de la red. Los participantes forman grupos. Para que exista un grupo, llamado cluster, los vínculos entre los participantes deben ser fuertes; cada uno debe conocer y tenerle confianza a los otros participantes del cluster. Tal vez esta sea la condición más difícil de proponer en el esquema de redes.
Existen también los vínculos débiles por los que la información no se transmite, no son transitivos pero tienen gran influencia en los cambios de la red. Cambios aparentemente inofensivos pueden traer alteraciones inesperados a toda la red Las redes sociales son redes de escala libre[x] donde unos pocos nodos, personas, concentran la mayoría de los vínculos, pero donde también una población muy importante de nodos está muy poco conectada y así se completa el esquema de red con una despareja distribución de los vínculos.
Esta característica de las redes sociales, aparentemente poco democrática, tiene sus bemoles pero es la forma natural de cómo actuamos y de cómo actúa la naturaleza. Cuando describíamos en el apartado “La reconstrucción social del espacio” la deserción del estado del sur provincial y la necesidad de reconstruir un nuevo mapa geográfico donde se releven los datos sociales y a partir de éstos poder reconstruir el espacio nuevo social, hacíamos referencia justamente a que era preciso un minucioso análisis del comportamiento de los pueblos, léase estructura de funcionamiento de la red social. Es por eso que volvemos sobre este tema al analizar redes sociales, debemos descubrir su topología, especialmente las zonas de la red que permanecen ocultas.
El efecto de “pequeño mundo” se construye a partir de que al circular la información a través de los nodos más vinculados esta toma una gran dinámica que da una sensación de cercanía, de que el “mundo es un pañuelo”, son los atajos sociales que conforman los grupos[xi]. Por eso al analizar el flujo de personas, mercancías, comercio dentro de nuestra región vemos que almunias ciudades concentran la mayoría de los viajes de los comisionistas, o el mayor tránsito de personas, o camiones de cereales. Los análisis de planeamiento estratégico que se han venido haciendo en la zona como el paradigmático “Venado Tuerto SA”, hecho allá por los años 90tas, ponen las tintas sobre el planeamiento comercial y han dejado de lado lo social. Los ejemplos más cercanos son la instalación de edificios de gran altura sobre terrenos céntricos y los `problemas con los vecinos.
Las redes están en permanente evolución. Permanentemente se agregan nuevos nodos y son cercenando a otros. Al incorporar nuevos nodos estos optan por unirse a los nodos más vinculados estableciendo las siguientes prioridades: la cantidad de vínculos, la aptitud o dinámica del mismo y por último su antigüedad en la red.[xii] Cuando se analiza la topología de las redes de los pueblos más pequeños se ve que estas características adquieren una ascendencia meridiana. Conocer la topología y el funcionamiento informacional de la red social de cada localidad y de la región como conjunto es un dato invalorable para poder analizar la forma en que las políticas publicas, los planeamientos estratégicos y en definitiva, la integración social, sea posible
No hay una teoría de redes totalmente escrita y desarrollada en un corpus sino que todos son aportes de diverso origen, lo que trae no pocas discusiones. Algunas de las características marco que sacamos en conclusión sobre los elementos constitutivos y los requisitos con que deben cumplir las redes sociales son:
- Que para que haya red, una vez establecido el reconocimiento y la confianza entre sus miembros, se deberán establecer vínculos estables y por ellos deberá circular información de forma recíproca.
- Que cuanto más dinámica y tramada sea la red, el abrir y cerrar vínculos, la circulación de información, la colaboración y la especialización harán más estable al conjunto.
Estas son algunas de las características que aportamos sobre los elementos constitutivos y las características que deben cumplir las redes sociales. Dejamos abiertos los puntos antes expuestos para que se le agreguen o corrijan conceptos.
Las Políticas de Estado como efectoras de cohesión social

Hemos hablado de los proceso de fragmentación y desfiliación social que trajeron como consecuencia la desintegración de los tejidos constitutivos del aparato social de la región y el poco grado de pertenencia con que nuestros comprovincianos del Sur Sur santafesino nos integramos entre nosotros y con nuestro territorio.
Discutimos que la deserción del estado y de los gobiernos provinciales en la región han permitido operar un cambio radical en la forma de constituir sociedad y en el avance de la empresa privada sobre los espacios públicos y comunitarios.
Analizamos que era necesario trazar un nuevo mapa social del espacio geográfico de nuestra región que debía resultar del estudio de la topología de la red social y que de su dinámica se podían obtener datos para establecer políticas que propendan a la integración social y política de nuestro sur.
Por eso creemos que establecidas las condiciones de análisis y obtenidos los resultados, tendremos los elementos básicos para establecer políticas de comunicación y de información comunitaria de la mano de las nuevas tecnologías, y mediante ellas poder implementar las políticas diseñadas.
Es hora que lo social recupere el espacio perdido a manos de la empresa y que se yergue en pié de igualdad con ésta para que las miserias individuales sean puestas de lado en función de una organización social donde las individualidades estén presentes pero que también los colectivos convivan con ellas en un equilibrio dinámico que se mantenga en el tiempo, formando así un equilibrio de Nash[xiii]
[i][i] UN PAÍS SIN INDIOS. LA IMAGEN DE LA PAMPA Y LA PATAGONIA EN LA GEOGRAFÍA DEL NACIENTE ESTADO ARGENTINO. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] Nº 51, 1 de noviembre de 1999.
[ii] Gran enciclopedia de la provincia de Santa Fe, Tomo 1, Editar, 1967
[iii] QUINTERO PALACIOS, Silvina L. Geografía y educación pública en los orígenes del Territorio y la Nación (Argentina, 1863-1890). Buenos Aires: Tesis de Licenciatura en Geografía, Universidad de Buenos Aires, 1992, p. 313
[iv] Médico, Psicoanalista, Psicodramatista. Analista Organizacional. Especialista en Terapias y Abordajes Grupales e Institucionales. Con Orientación a Organizaciones Sociales) y Redes Sociales.
[v] Sociólogo francés formado en la escuela de Pierre Bourdieu y de Michel Foucault.
[vi] _Castells, Manuel - La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Volumen 1, La sociedad red. Siglo XXI, Argentina Mexico, 1996, 2005
[vii] _Freire, Paulo - Pedagogía del oprimido, Siglo XXI, 1970
[viii] www.infoamérica.org
[ix] _Granovetter, Mark "The Strength of Weak Ties." (“La fuerza de los vínculos débiles”), 1973.
[x] _Barabási, Albert-László - Linked: The New Science of Networks. Perseus, 2002
[xi] _Watts, Duncan J.- Six degrees, The sience of a connected age
[xii] Barabási, Albert-László - Linked: The New Science of Networks. Perseus, 2002
[xiii] Teoría del equilibrio desarrollada por John Forbes Nash a fines de la década del cincuenta.

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